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Más de 600.000 muertos por coronavirus en Europa

Más de 600.000 personas han muerto por coronavirus en Europa, según las estadísticas oficiales tabuladas por Worldometer, que incluyen a Rusia en su recuento. El continente superó esta terrible cifra a principios de esta semana.

Cada tres semanas, aproximadamente 100.000 personas mueren a causa del virus en el continente. El total de 300.000 muertos se superó alrededor del 10 de noviembre; 400.000 al final de ese mes; y medio millón tres días antes de la Navidad.

Una mujer con mascarilla para ayudar a frenar la propagación del coronavirus viaja en un vagón del metro en Moscú, Rusia, el lunes 11 de enero de 2021 (AP Photo / Alexander Zemlianichenko)

Más de una de cada 1.000 personas vivas en Europa a principios de 2020 ha muerto a causa del coronavirus. Por cada millón de habitantes, el número de muertos supera los 1.700 en Bélgica, 1.477 en Eslovenia, 1.330 en Italia, 1.245 en el Reino Unido, 1.131 en España. Se informó que otras 1.060 personas murieron en Alemania en las últimas 24 horas, lo que elevó el número de muertos en el país a 43.203.

Estos números son una subestimación significativa del número real. En España, la cifra oficial de muertos es de 52.878, pero el número de “muertes en exceso”, por encima de la tendencia histórica, una mejor indicación de las muertes por la pandemia, es de 83.700.

Los científicos advierten que la pandemia está entrando en una etapa aún más catastrófica que cualquier cosa que la haya precedido. Ahora está siendo impulsada por la rápida propagación de la nueva y más contagiosa cepa identificada en septiembre en Reino Unido. Su transmisión fue facilitada conscientemente por las políticas criminales de los Gobiernos europeos. Incluso cuando los sistemas de salud se ven desbordados, las escuelas y los lugares de trabajo no esenciales se mantienen abiertos, a pesar de ser focos de contagio del virus, para garantizar un funcionamiento fluido y rentable de las empresas sin importar la cantidad de muertes.

La advertencia más clara de lo que se avecina se puede ver en Reino Unido. Ayer alcanzó otro récord de 1.564 muertes. En un país del tamaño de Estados Unidos, esto habría significado más de 7.700 muertes en 24 horas. Se notificaron otros 47.525 casos nuevos durante el mismo período.

La nueva cepa del virus es ahora la dominante en el Reino Unido. En Irlanda, donde la nueva variante se detectó por primera vez el día de Navidad, los casos nuevos se han disparado de 250 casos confirmados por millón de personas a principios de año a más de 1200 ahora, un aumento de cinco veces en el espacio de dos semanas.

En toda Europa, las variantes identificadas en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil se han detectado en más de una docena de países; sin embargo, se desconoce hasta qué punto se ha propagado en la población.

Francia ofrece un ejemplo particularmente claro de la falta de seguimiento de la propagación por parte de las autoridades. El primer caso de la variante del Reino Unido se detectó en Tours a finales de diciembre. Tan tarde como la segunda semana de enero, los informes de los medios sobre el número de casos detectados indicaron que había entre 10 y 20 casos confirmados. El 12 de enero, Olivier Véran, el ministro de Salud, habló ante la Asamblea Nacional e informó que la nueva cepa contribuyó a “aproximadamente el uno por ciento de las 100.000 pruebas realizadas en Francia”.

Sin embargo, esto parece ser una subestimación significativa y varía mucho según la ubicación. Patrice Hérisson, director regional del laboratorio médico Cerballiance en Saint Denis, cerca de París, dijo a Le Parisien el martes que “del 10 al 15 por ciento de nuestros casos positivos en Île-de-France se identifican como sospechosas de ser la cepa inglesa”.

Laurent Kbaier, biólogo del laboratorio de pruebas Biogroup, dijo al diario que “de las 826 pruebas positivas de PCR del jueves y viernes en nuestros laboratorios en Ile-de-France, encontramos 74 casos sospechosos de la mutación inglesa”, un poco menos de 10 por ciento.

Philippe Froguel, profesor de genómica en el Imperial College de Londres y en Lille, Francia, dijo el lunes al Financial Times que era probable que la variante estuviera bien establecida en Francia. Dijo que, para febrero, “Me temo que estaremos exactamente en la misma situación que el Reino Unido con 50-60.000 nuevos casos al día y una gran cantidad de muertes”.

La variante también se detectó en Bélgica, que experimentó un aumento del 76 por ciento en el total de casos de siete días hasta el jueves pasado en comparación con la semana anterior en la capital, Bruselas.

En Valencia, España, dos pacientes sin conexiones con el Reino Unido dieron positivo a la variante la semana pasada, lo que demuestra que se está produciendo una transmisión comunitaria. “Está claro que hay una transmisión comunitaria, pero no sabemos a qué nivel”, dijo al Financial Times Fernando González Candelas, investigador de genética en Valencia.

El miércoles, la comisaria de Salud de la UE, Stella Kyrikides, declaró que Europa “no puede ser complaciente” con la nueva cepa. “No podemos dejar que se nos salga de control. Por tanto, estamos dispuestos a ayudar a los Estados miembros en el ámbito de la secuenciación genómica de muestras. No hay forma de evitar esto”.

Sin embargo, los gobiernos europeos no solo han permitido que el virus se “salga de control”, sino que están aplicando conscientemente políticas que permitirán una mayor propagación incontrolada del virus. Están decididos a mantener abiertas las escuelas para que los padres puedan seguir trabajando. Dondequiera que las escuelas se hayan visto obligadas a cerrar, como en Reino Unido, solo es debido a las acciones de protesta de los educadores o al temor del Gobierno de la oposición popular entre los maestros, padres y estudiantes hacia la política de facto de inmunidad colectiva.

En Francia, las escuelas permanecen abiertas, aunque los científicos han advertido que la nueva cepa parece ser particularmente contagiosa entre los jóvenes. En las redes sociales, los profesores franceses han informado que incluso cuando hay un caso confirmado entre los estudiantes, no pueden enviar a los niños a casa para que se examinen. “No podemos mandarlos a casa si son un caso de contacto para hacerse la prueba”, comentó Laeti en la página de Facebook “Stylos Rouges”. “Para nosotros, los niños menores de 11 años no son considerados contactos de riesgo”, agregó Jucilou.

Ayer, el Gobierno portugués anunció un cierre generalizado, que dijo que sería el mismo que se impuso en abril, con la excepción de que todas las escuelas permanecerán abiertas.

La semana pasada, en la ciudad Kamen de la región alemana de Westfalia, un educador de 44 años murió tras un brote en una guardería. Según el instituto Robert Koch, cinco educadores han muerto por coronavirus desde diciembre en Alemania.

Si se deja en manos de los Gobiernos capitalistas de toda Europa, el resultado serán cientos de miles de muertes innecesarias. Su política de muerte debe ser contrarrestada por medio de una lucha unificada de la clase obrera en toda Europa. Las escuelas y los lugares de trabajo no esenciales deben cerrarse, con salarios dignos proporcionados a todos y una compensación completa a las pequeñas empresas.

Los Partidos Socialistas por la Igualdad piden la formación de comités de base independientes en las escuelas y lugares de trabajo, para la organización de una huelga general para imponer una respuesta científica a la pandemia. La política homicida de la élite capitalista ha demostrado la quiebra del orden social del capitalismo y la necesidad de su reemplazo por una sociedad socialista planificada a escala internacional, organizada según las necesidades sociales, no el lucro privado.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de enero de 2021)

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