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Biden redobla un conflicto de "gran potencia" contra China

En un discurso pronunciado el miércoles por el secretario de Estado Anthony Blinken y un documento de estrategia de seguridad nacional que lo acompaña, la administración Biden ha señalado la continuación, y la escalada, de la "competencia de grandes potencias" de la administración Trump con Rusia y China.

Pero en mayor medida que su predecesor, la administración Biden está señalando a China como el mayor adversario de EE.UU. y objetivo del conflicto. En sus comentarios sobre el documento de estrategia provisional, Blinken concluyó: "Varios países nos plantean serios desafíos, como Rusia, Irán, Corea del Norte... pero el desafío que plantea China es diferente. China es el único país con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico" para "desafiar" a Estados Unidos.

El secretario de Estado, Antony Blinken habla sobre política exterior en el Departamento de Estado, el miércoles 3 de marzo de 2021 en Washington. (Andrew Caballero-Reynolds/Pool vía AP)

El enfoque de Biden sobre el conflicto de Estados Unidos con China incluye la amenaza explícita de hacer la guerra. "Estados Unidos nunca dudará en usar la fuerza cuando sea necesario para defender nuestros intereses nacionales vitales", afirma el documento de estrategia de seguridad nacional. "Nos aseguraremos de que nuestras fuerzas armadas estén equipadas para (...) derrotar las amenazas que surjan".

El realineamiento de la política exterior de Estados Unidos hacia el conflicto con China por parte de la administración Trump fue ampliamente considerado como su postura de política exterior definitoria. El nacionalismo "América primero" de Trump —que implica el proteccionismo y la política de guerra comercial mercantilista— era inseparable de su orientación hacia el conflicto con China.

Asimismo, la administración Biden ha dejado claro que continuará con las políticas de guerra comercial de Trump.

"Algunos de nosotros antes defendíamos los acuerdos de libre comercio porque creíamos (...) que esos acuerdos darían forma a la economía global de la manera que queríamos", dijo Blinken. Nuestro enfoque ahora será diferente. Lucharemos por cada puesto de trabajo estadounidense y por los derechos, protecciones e intereses de todos los trabajadores estadounidenses". Foreign Policy argumentó a principios de este mes que la política exterior de Biden es un "giro más amable y gentil de "América primero". Esta comparación es, en el mejor de los casos, fácil; muchas de las declaraciones de la nueva administración no parecen ni más amables ni más gentiles. "Dondequiera que se escriban las reglas de la seguridad internacional y la economía global, Estados Unidos estará allí y el interés del pueblo estadounidense estará en primer plano", afirma el documento de seguridad nacional de Biden.

Un punto central será el intento de reclutar a la población estadounidense para que apoye este conflicto. El documento afirma que "también debemos demostrar claramente al pueblo estadounidense que liderar el mundo no es una inversión que hacemos para sentirnos bien con nosotros mismos. Es la forma de garantizar que el pueblo estadounidense pueda vivir en paz, seguridad y prosperidad. Es en nuestro innegable interés propio.

Con este fin, ambos partidos han trabajado durante años para demonizar a China. Trump declaró que el COVID-19 es el "virus chino" y la "gripe kung", mientras que el gobierno de Biden ha seguido afirmando que la enfermedad puede haber sido creada en un laboratorio chino, al tiempo que acusa a China de genocidio.

Estos llamamientos han tenido un efecto en la conciencia pública. Nueve de cada diez estadounidenses ven ahora a China como un competidor o un enemigo, en lugar de un socio, según una encuesta de Pew realizada el mes pasado. Y dos tercios de los encuestados tienen "sentimientos fríos" hacia Beijing, frente al 46% de hace sólo dos años.

"El hecho de que tanto las administraciones republicanas como las demócratas hayan enmarcado la relación como una competencia estratégica y hayan destacado las numerosas amenazas que China ha planteado, no es sorprendente que cada vez más estadounidenses —que leen y oyen hablar de esto a diario— estén más preocupados y tengan una visión desfavorable de China", señaló Bonnie Glaser, directora del Proyecto de Poder de China en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

En su libro The Room Where It Happened, el ex asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, que en la mayoría de las cuestiones de política exterior se alinea con los demócratas, hizo la siguiente valoración de la Administración Trump:

Trump encarna en algunos aspectos la creciente preocupación de Estados Unidos por China. Aprecia la verdad clave de que el poder político-militar descansa en una economía fuerte. Cuanto más fuerte sea la economía, mayor será la capacidad de mantener grandes presupuestos militares y de inteligencia para proteger los intereses mundiales de Estados Unidos y competir con múltiples aspirantes a hegemones regionales. Trump suele decir explícitamente que detener el injusto crecimiento económico de China a costa de Estados Unidos es la mejor manera de derrotar a China militarmente, lo cual es fundamentalmente correcto. Estos puntos de vista, en un Washington por lo demás amargamente dividido, han contribuido a cambios significativos en los términos del propio debate estadounidense sobre estas cuestiones.

Fue este punto de vista el que guió la redacción de la estrategia de defensa nacional de 2018 bajo el mando del secretario de Defensa James Mattis, que concluyó: "La competencia estratégica interestatal, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en la seguridad nacional de Estados Unidos".

Bajo el mandato de Trump, el corolario de este enfoque no fue simplemente la guerra comercial, sino los preparativos para una guerra nuclear a gran escala. La retirada de la Casa Blanca del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) tenía como objetivo central rodear a China con misiles nucleares, y Trump aceleró una acumulación de multi mil millones de armas nucleares estadounidenses. Estos preparativos continuarán bajo Biden.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de marzo de 2021)

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