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Perspectiva

EE.UU. enfrenta resurgimiento de la catástrofe de COVID-19

El aumento de los casos diarios nuevos al nivel de los peores días de la pandemia en enero deja claro que EE.UU. se enfrenta a un rebrote catastrófico del COVID-19 para el cual el país no está nada preparado.

En esta foto de archivo del 22 de diciembre de 2020, se muestran avisos de requisito de uso de mascarillas frente a viajantes que hacen cola para Delta Air Lines en el Aeropuerto Internacional de San Francisco durante la pandemia de coronavirus en San Francisco (AP Photo/Jeff Chiu, archivo)

Estados Unidos registró más de 120.000 casos diarios nuevos de COVID-19 el jueves, superando el máximo de las dos primeras olas de contagios y alcanzando su nivel más alto hasta la fecha. Los contagios se multiplicaron por diez en tan solo las últimas seis semanas y los expertos advierten que los días más sombríos de la pandemia están por delante.

“Las cosas van a empeorar”, dijo el fin de semana el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

Los hospitales en Florida, que encabeza la lista de casos diarios en el país, están “suspendiendo las cirugías opcionales y colocando camas en las salas de conferencia”, anotó el Associated Press, mientras que “Mississippi tan solo tiene seis camas de cuidados intensivos disponibles en todo el estado”.

“Estamos viendo un aumento como nunca antes en términos de la llegada de pacientes”, afirmó al Associated Press el Dr. Marc Napp, jefe médico del Memorial Healthcare System de Hollywood, Florida. “Es la cifra bruta de personas que llegan al mismo tiempo. Tan solo hay una cierta cantidad de camas, doctores y enfermeros”.

Asimismo, las muertes han aumentado. En Florida, la tasa de decesos se duplicó con creces.

En medio de este desastre en marcha, el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, despotricó contra las vacunas y el uso de mascarillas, ambos factores cruciales para salvar vidias en la pandemia. “Florida es un estado libre y vamos a empoderar a nuestra población. No vamos a permitir que Joe Biden y sus lacayos burocráticos entren y tomen control de los derechos y libertades de los floridanos”, declaró DeSantis.

DeSantis alegó que había que culpar a los inmigrantes, no sus políticas anticientíficas, por el aumento de casos en el estado, mientras amenazó con desfinanciar las escuelas que les exijan a los niños que usen mascarillas.

En días recientes, la peligrosidad de la variante Delta del COVID-19 para los niños, en particular, ha quedado plenamente evidenciada.

El martes, la Academia Estadounidense de Pediatría reportó que casi 72.000 niños y adolescentes contrajeron el COVID-19 la semana pasada, cinco veces más que en fines de junio.

“Asimílenlo: el 1 por ciento de todos los casos confirmados de #COVID19 en niños conducen a una hospitalización”, señaló el epidemiólogo Eric Feigl-Ding. “¿Realmente es un nivel ‘aceptable’ de morbilidad infantil que permitiremos en nuestra sociedad?”.

“Me preocupan nuestros niños hoy más que nunca”, afirmó el Dr. Mark Kline, jefe médico del Hospital de Niños de Nueva Orleans, durante una rueda de prensa el lunes. “Este virus, la variante Delta del COVID, es la peor pesadilla de cualquier especialista en enfermedades infecciosas y epidemiólogo. No creo que los estadounidenses hemos presenciado en nuestras vidas un organismo que posea las características duales de transmisibilidad con las que cuenta este virus unto con la virulencia —su capacidad para enfermar—”.

Los niños representan en este momento casi el 20 por ciento de los nuevos casos de COVID-19 en el estado de Luisiana, según cifras de la televisora local WWL-TV.

Feigl-Ding advirtió el jueves de la amenaza de “daños cerebrales y disminución del coeficiente intelectual” que supone el COVID-19, y exigió saber por qué los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos no daban la voz de alarma. “Los epidemiólogos lo sabíamos y lo destacamos desde hace 9 meses”, dijo, señalando cifras del Reino Unido que muestran que los pacientes de COVID-19 que habían estado conectados a respiradores habían experimentado un descenso de siete puntos en su coeficiente intelectual.

Durante los últimos seis meses, el Gobierno de EE.UU. se ha centrado en convencer al público de que la pandemia había terminado, desmantelando las estructuras de control de los brotes, desviando los fondos destinados a la preparación para el COVID-19 para financiar a la policía e imponiendo el regreso a las aulas.

Los CDC desaconsejaron el uso de mascarillas y el distanciamiento social de las personas vacunadas, antes de dar marcha atrás la semana pasada, en un reconocimiento a posteriori de lo incorrecto de sus pautas.

Mientras los casos, las muertes y las hospitalizaciones aumentan a un ritmo vertiginoso, los recursos médicos cruciales para controlar la propagación de la enfermedad y tratar a los enfermos escasean. El miércoles, el Wall Street Journal informó de la escasez de pruebas en todo el país, señalando que los plazos de entrega en algunas zonas eran de 3 a 5 días.

“Estamos en agosto de 2021, ¿dónde están las pruebas rápidas de antígenos que deberían haberse suministrado gratuitamente a todos los hogares para detectar con precisión la infecciosidad, que es lo que realmente importa?”, dijo indignado Eric Topol, profesor de medicina molecular del Instituto de Investigación Scripps. “Las pruebas que estaban listas aquí en mayo de 2020”.

Estados Unidos aún no tiene un sistema centralizado de rastreo de contactos, ni un programa de pruebas masivas, ni una aplicación móvil nacional para el seguimiento de los casos, el estado de las vacunas y la exposición.

“Ya hemos superado las hospitalizaciones de la 1ª y 2ª oleada, pero una preocupación adicional es su ritmo de aumento en la 4ª, la oleada Delta”, tuiteó Topol. “Que esto haya ocurrido con un exceso de vacunas refleja tanto lo formidable que es esta cepa como nuestro gran error al no suprimirla mucho mejor”.

Fauci, en una entrevista con McClatchy, advirtió sobre el “COVID largo” entre las personas vacunadas que se contagian: “Ya sabemos que las personas vacunadas que se contagian, pero no contraen una enfermedad avanzada que requiera hospitalización, también son susceptibles de COVID largo.” Y añadió: “No estás exento del COVID largo si contraes una infección pese a estar vacunado”.

Y lo que es más inquietante, Fauci advirtió que el COVID-19 está teniendo una “amplia” oportunidad de mutar, advirtiendo: “El virus continuará ardiendo durante el otoño y el invierno, lo que le dará una amplia oportunidad de obtener una variante que, francamente, tenemos mucha suerte de que las vacunas que tenemos ahora funcionen muy bien contra las variantes, especialmente contra la enfermedad grave”, dijo Fauci. “Tenemos mucha suerte de que sea así. Podría haber una variante que se mantenga por ahí y que pueda eclipsar la Delta”.

Esto coincidió con las advertencias hechas anteriormente por el almirante Brett Giroir, exencargado de las pruebas de COVID-19 en el Grupo de Trabajo de Coronavirus de la Administración de Trump, quien declaró: “La próxima variante está a la vuelta de la esquina”.

En otras palabras, la continua propagación comunitaria sin atenuantes del COVID-19 está creando las circunstancias para que surjan nuevas variantes peligrosas de la enfermedad, que anulan aún más la eficacia de las vacunas.

La respuesta del Gobierno estadounidense a la pandemia ya ha producido una catástrofe, dejando más de 630.000 muertos, y un desastre aún peor está a la vuelta de la esquina.

La actual oleada ha dejado una cosa muy clara: la estrategia de Estados Unidos en respuesta a la pandemia ha sido un fracaso catastrófico. La política de “inmunidad colectiva” o de “aprender a vivir con el virus” aplicada por los Gobiernos de todo el mundo ha producido una de las cepas más peligrosas de una enfermedad infecciosa conocida por el hombre, y la amenaza de que pronto surja una variante aún más mortal, sin ninguna estrategia para contenerla.

La única respuesta a esta catástrofe es una rotunda vuelta atrás de la política actual. El COVID-19 debe ser erradicado. Esto significa el cierre de emergencia de todas las escuelas y negocios no esenciales, junto con un aumento de billones de dólares en el gasto para pruebas, rastreo de contactos, instalaciones de cuarentena, hospitales, personal de salud pública, con el objetivo de erradicar totalmente la enfermedad para que no se desarrollen nuevas variantes.

Temeroso de la conclusión a la que llegarán millones de personas, el Wall Street Journal publicó el jueves un artículo de opinión titulado “La erradicación del Covid es una fantasía peligrosa y costosa”, en el que sostiene que hay que permitir que la enfermedad se convierta en endémica porque los “costes de cualquier programa de erradicación son inmensos”.

El Wall Street Journal habla en nombre de los multimillonarios de Estados Unidos, cuya riqueza ha aumentado colectivamente un 60 por ciento en el primer año de la pandemia, y que ven las medidas para detener la propagación del COVID-19 como un obstáculo para su mayor enriquecimiento.

El hecho es que, para los trabajadores de Estados Unidos, millones de los cuales se enfrentan al peligro de morir o sufrir un grave deterioro por la pandemia, la erradicación del COVID-19 es una cuestión ineludible.

El peligro no se puede exagerar. El rebrote tan solo se vera exacerbado por la reapertura de escuelas en el otoño. Los trabajadores necesitan comenzar a organizar comités de base para proteger su propia seguridad, luchando por poner fin a las clases presenciales, el cierre de los negocios no esenciales y medidas de salud públicas estrictas para contener la enfermedad.

No existe ninguna solución a esta crisis sobre una base nacional, y es necesaria una lucha globalmente coordinada para erradicar la enfermedad en todos los países.

En el análisis final, la pandemia ha demostrado que el capitalismo —con sus Estados nación en conflicto y su enfoque inhumano respecto a la extracción de plusvalía de la clase obrera— es incompatible con las necesidades de la civilización humana.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de agosto de 2021)

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