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La ofensiva de propaganda del fin de la ola pandémica en Reino Unido colapsa según repuntan casos de COVID

El Reino Unido registró ayer 23.510 nuevos casos de COVID-19 y el número total de casos en los últimos siete días es un 7,3 por ciento más alto que la semana anterior.

Este importante acontecimiento no detendrá los esfuerzos en curso para proclamar que se está exagerando enormemente el alcance previsto de la tercera ola de la pandemia, o la insistencia en que el programa de vacunación significa que todos podemos “aprender a vivir con el virus”.

La caída de las infecciones por COVID desde finales de julio se convirtió en la ocasión para exigir que no se propongan medidas de mitigación en el futuro y, sobre todo, que no se hable de volver a implementar un bloqueo.

Las infecciones diarias registradas se redujeron a menos de la mitad desde mediados de julio durante un período de dos semanas, desde un máximo de 54.674 el 17 de julio a 22.287 el 2 de agosto. La caída continuó en una tercera semana, lo que llevó a algunos científicos a afirmar que hemos “doblado una esquina” y a otros a sugerir que se había alcanzado la “inmunidad colectiva”. Incluso se exigió que se dejen de registrar las infecciones, afirmando que son engañosas dado que solo importaba la tasa decreciente de hospitalizaciones.

Sin embargo, la “caída” ha sido de corta duración. La propagación del virus se está acelerando una vez más a medida que comienza a sentirse el impacto del “Día de la Libertad” el 19 de julio, cuando el primer ministro Boris Johnson puso fin a todas las medidas obligatorias para reducir la propagación del virus y abrió clubes nocturnos y eventos sociales masivos.

En lo que se ha denominado “Día de la Libertad”, que marca el fin de las restricciones por coronavirus en Inglaterra, la gente camina por el Puente de Londres, una ruta popular para los viajeros desde las estaciones de tren y metro de London Bridge en Londres, hacia la ciudad de Londres, durante la hora pico de la mañana, lunes 19 de julio de 2021. (Foto AP / Matt Dunham)

Pero incluso cuando esto se hizo evidente, Neil Ferguson, epidemiólogo del Imperial College London y exmiembro del Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE) del Gobierno, quien pidió por primera vez un confinamiento nacional en marzo de 2020 y predijo que el “Día de la Libertad” podría llevar a 200.000 infecciones diarias, se expresó para afirmar su creencia de que “es poco probable que se requieran más confinamientos”.

A pesar de reconocer que se espera que los casos de COVID aumenten nuevamente en septiembre, cuando comiencen los períodos escolares y universitarios y más trabajadores regresen a las oficinas, insistió: “El Reino Unido, como en cualquier otro lugar, probablemente tendría que aceptar la presencia continua del COVID-19 como una amenaza potencialmente letal”.

“Sospecho que durante varios años veremos una sobremortalidad”, continuó. “Existe el riesgo de que en el invierno se produzcan miles o decenas de miles de muertes más”.

Otros también insistieron en que “vivir con el virus” significa aceptar un gran número de víctimas mortales. El profesor Paul Hunter, un experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de East Anglia, advirtió que el número de casos positivos de COVID “seguirá siendo alto durante el resto de nuestras vidas” y que el coronavirus nunca será erradicado. Se convertirá, dijo, en endémico y circulará por todo el país durante generaciones.

El Mail Online comentó que “los científicos creen que el virus, llamado SARS-CoV-2, eventualmente se transformará en uno que cause un resfriado común a medida que la inmunidad se acumule con el tiempo”.

Por el contrario, los científicos más serios advirtieron que no se puede hacer una interpretación “prematura” y desentrañaron sistemáticamente las complejas circunstancias que produjeron la disminución a corto plazo de los casos.

El epidemiólogo John Edmunds de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), refiriéndose a la caída inicial, dijo: “Una cosa que no significa es que el Reino Unido ha desarrollado suficiente inmunidad en la población a través de la vacunación y la infección natural para detener la propagación del virus”.

Según Edmunds, la caída podría parecer más pronunciada debido a un aumento adicional en las infecciones en Inglaterra a mediados de julio, causado por grandes multitudes que vieron la postergada Eurocopa 2020 en baras, casas particulares, estadios y centros de las ciudades.

También hubo muchas personas alertadas por las aplicaciones de rastreo de contactos del NHS que notificaban a las personas si recientemente estuvieron muy cerca de alguien que dio positivo. Esta avalancha de alertas, denominada burlonamente “pingdemic”, en la que muchas personas se vieron obligadas a hacer cuarentena, “pudo haber cumplido su trabajo de frenar la propagación del virus”, según Edmunds.

Otra razón importante del declive temporal es el final del período escolar. Aunque las escuelas en Inglaterra cerraron oficialmente alrededor del 23 de julio, una disminución relacionada con la escuela en los casos ya podría ser evidente en los datos de hoy porque algunos terminaron una semana antes, los estudiantes mayores estaban fuera de la escuela después de sus exámenes y alrededor del 20 por ciento de los alumnos estaban haciendo cuarentena en ese punto. Las escuelas fueron un vector clave en la propagación del virus una vez que se reabrieron con el apoyo del Partido Laborista y los sindicatos.

También ha habido una caída dramática en las pruebas. El 15 de julio se realizaron 1.177.716 pruebas de flujo lateral. El 25 de julio, cuando las escuelas cerraron por completo, las pruebas se redujeron a 791.044.

Deepti Gurdasani, una científica líder en datos y acérrima oponente de la “inmunidad colectiva”, escribió sobre el aumento de infecciones en los datos más recientes: “Esperaba que las disminuciones se mantuvieran al menos hasta que las escuelas volvieran a abrir, pero mucho depende del impacto del 19 de Julio en el comportamiento, y parece que los aumentos pueden reanudarse antes. Sin duda, estos se acelerarán con la apertura de escuelas. Aún no entiendo por qué el Gobierno eliminó las exigencias de uso de mascarillas y distanciamiento, y los límites a las reuniones, lo que permitió que se llevaran a cabo grandes eventos de manera prematura, creando oleadas y una transmisión alta continua (que hemos tenido durante más de un mes), mientras que más del 40% sigue sin estar completamente vacunado.

“Esto avivará aún más el fuego. Recordemos que llegamos a 50-60 hospitalizaciones por día para los niños: el impacto de una alta infección en los niños justo antes de que terminara el período. ¿Cuál nivel de enfermedad en los niños considera aceptable nuestro Gobierno?”.

La proporción de personas hospitalizadas de entre 18 y 34 años es ahora de 20,4 por ciento, un aumento de cuatro veces desde el apogeo de la pandemia en enero. A pesar de que alrededor del 75 por ciento de la población adulta del Reino Unido está ahora completamente vacunada, todavía hay una gran cantidad de personas susceptibles, principalmente jóvenes. La tasa más alta de contagios se da actualmente en personas de 16 a 24 años, la mayoría de las cuales no están vacunadas o aún no han recibido ambas dosis.

Se estima que 34.000 niños en el Reino Unido ya padecen COVID largo. Esto incluye a 11.000 niños de 2 a 11 años y 23.000 de 12 a 16 años, según una encuesta realizada por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). Las estimaciones de la ONS también sugieren que 380.000 personas en el Reino Unido han experimentado COVID prolongado durante al menos un año. En general, se cree que poco menos de un millón de personas padecen el síndrome.

Muchos investigadores y científicos predicen que el regreso de los alumnos a las escuelas, los estudiantes universitarios y los trabajadores de oficina en septiembre, así como la posibilidad de que disminuya la protección de la primera ronda de vacunas, probablemente impulsará un aumento mayor. “Creo que el verano será un poco como un cortafuegos, pero la pandemia volverá a crecer lentamente y las cosas se intensificarán en otoño”, dice el profesor de inmunología Alex Richter. “De ninguna manera ha terminado todavía”.

También se ha publicado evidencia que muestra que las personas vacunadas infectadas con la variante Delta del coronavirus pueden propagarlo con la misma facilidad que aquellas que aún no han sido inmunizadas. Aunque las vacunas de COVID parecen reducir el riesgo general de que un individuo contraiga Delta, si está infectado, hay una “diferencia limitada” en la carga viral entre los vacunados y los no vacunados, según Public Health England (PHE).

PHE comentó: “La vacuna es menos eficaz contra Delta que contra algunas otras variantes, pero hay variantes aún más evasivas en todo el mundo”.

El Dr. Simon Clarke, profesor de microbiología en la Universidad de Reading, dijo a Sky News que, si la vacunación “solo bloquea la transmisión, digamos, en un 50 por ciento, nunca obtendrá inmunidad colectiva, incluso con una entrega de la vacuna del 100 por ciento”.

Los expertos han enfatizado la necesidad de una vigilancia global, particularmente de las nuevas variantes, y de la vacunación para controlar las infecciones por COVID, advirtiendo sobre las implicaciones de los viajes al extranjero durante el verano y el regreso de los estudiantes internacionales a las universidades en el otoño.

La pandemia es mundial y su erradicación debe ser mundial. La situación a la que se enfrenta la población mundial se encuentra en un punto crítico. En los Estados Unidos hay un aumento masivo de infecciones por COVID-19 debido a la propagación de la variante Delta, con el promedio móvil de siete días de casos nuevos diarios disparándose en más del 500 por ciento.

Israel, uno de los países más rápidos del mundo en la distribución de vacunas anti-COVID-19, está volviendo a colocar las restricciones y advirtiendo de un nuevo confinamiento a medida que surgen casos graves. Los hospitales podrían estar cerca de su capacidad en 20 días según la trayectoria actual del virus. Los casos en Australia, promocionada como una historia de éxito en el bloqueo de la propagación de COVID, están aumentando.

La clase trabajadora debe tomar cartas en el asunto para protegerse a sí misma y sus medios de vida. Se necesitan formar comités de acción de base de los trabajadores independientemente de los sindicatos y los partidos de la clase dominante, cómplices de la catástrofe pandémica, para imponer medidas que protejan el bienestar de la sociedad y no los intereses de lucro de los ricos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de agosto de 2021)

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