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Trabajadores de Dana hospitalizados por COVID-19 mientras un documento interno revela la política de la empresa que ordena a los trabajadores con COVID que regresen al trabajo

La propagación de COVID-19 en las plantas de autopartes de Dana en los Estados Unidos se está volviendo más peligrosa y mortal. En la planta de Dry Ridge, Kentucky, se está produciendo un brote que pone en riesgo la vida de los trabajadores, sus familias y los pueblos y ciudades circundantes.

Los trabajadores de la planta de Dry Ridge informan que cuatro trabajadores están actualmente hospitalizados, con al menos un trabajador conectado a un ventilador luchando por su vida. La familia de este trabajador ha creado una página de GoFundMe pidiendo contribuciones, ya que es el principal sostén de la familia.

El trabajador, cuyo nombre es Jeff, es “un muy trabajador esposo, padre, hermano, hijo y abuelo que desafortunadamente contrajo neumonía COVID y ha estado luchando en la UCI durante más de una semana”, según la familia. “Actualmente está recibiendo tratamiento en el hospital y se le ha tenido que dar un ventilador para ayudarlo a respirar. Jeff ha mostrado lentamente signos de progreso, pero también tiene un largo camino hacia la recuperación”. La familia concluyó: “Realmente apreciamos el amor y el apoyo”.

La planta Dry Ridge debe considerarse una ubicación “super propagadora” del virus. Sin embargo, Dana está enviando equipos de trabajadores de las plantas de Warren, Michigan, y Columbia, Missouri, a Dry Ridge para compensar los déficits de cuotas de producción probablemente causados por el hecho de que tantos trabajadores de la planta están enfermos. Como resultado, esos trabajadores corren un alto riesgo de traer el virus de Dry Ridge a sus plantas de origen.

La política de la compañía Dana es permitir que las infecciones se propaguen incluso en algunos casos en los que se detectan. De acuerdo con un “Diagrama de flujo de exposición a Covid”, un documento interno obtenido por el World Socialist Web Site, la política oficial sobre COVID en Dana es obligar a los trabajadores que dan positivo, pero están vacunados y ya no presentan síntomas, a regresar al trabajo. Sin embargo, aquellos que son asintomáticos aún pueden propagar el virus, lo que prácticamente garantiza que expondrán a sus compañeros de trabajo. Si un trabajador vacunado estuvo expuesto pero no desarrolló síntomas en un primer momento, la política de la empresa ni si siquiera es que debería tomarse la molestia de realizarle pruebas.

Un documento filtrado muestra que la política de Dana es obligar a los trabajadores contagiosos a regresar a la planta si están vacunados y son asintomáticos.

La decisión de Dana de obligar a los trabajadores a arriesgar sus vidas ha impresionado a Wall Street. Aunque Dana alega a sus trabajadores que se encuentra en una situación de pobreza, la agencia de calificación crediticia corporativa Fitch Ratings admitió en un comunicado ayer que “la fuerte posición de liquidez y flexibilidad financiera de Dana la ayudaron a manejar lo peor de la pandemia [de coronavirus] relativamente bien”.

Fitch agregó: “Las calificaciones de Dana también incorporan la mejora esperada en las condiciones globales del mercado final a medida que disminuyen los efectos de la pandemia de coronavirus, así como los pasos que la compañía ha tomado para aumentar los márgenes [de ganancias]”. Esos “pasos” incluyen apretar el acelerador en medio de una pandemia mortal.

Fitch también informó que Dana produce piezas para vehículos que se ven “relativamente menos afectados” por una escasez global de microchips que ha afectado parte de la producción de vehículos, lo que significa que GM, Ford y Stellantis se verían directamente impactados por una huelga de trabajadores de Dana.

Mientras los ejecutivos y accionistas de Dana celebran las críticas favorables de Wall Street, la ira está creciendo entre los trabajadores que están cansados de arriesgar sus vidas por una corporación que casi no toma precauciones para proteger a los trabajadores.

Refiriéndose al informe inicial del WSWS sobre los brotes en Dana, un trabajador de la planta de Dana en Toledo, Ohio, dijo al World Socialist Web Site: “Puedo confirmar que en Toledo apenas hay un estándar para los casos de COVID-19. Nuestros propios gerentes de seguridad nunca tienen sus mascarillas puestas. Nunca se nos informa si alguien ha dado positivo o si estamos en contacto cercano. No hay limpieza ni esterilización obligatorias, y la compañía no ha desinfectado las líneas desde el año pasado. Además de eso, hace un calor increíble dentro de la planta. No hay ventilación en los baños y algunos de los ventiladores de techo sobre el piso de trabajo han estado rotos durante más de un mes”.

Estas condiciones tienen lugar en “talleres sindicalizados” por el United Auto Workers (UAW) y el United Steelworkers (USW). Los trabajadores solo están trabajando en este momento porque el UAW y el USW están extendiendo un contrato vencido que permite condiciones tan brutales.

Hace dos semanas, más del 90 por ciento de los trabajadores de Dana rechazaron un acuerdo tentativo para un contrato de cinco años que mantenía o empeoraba las condiciones impuestas bajo el contrato anterior. Los “sindicatos” están obligando actualmente a los trabajadores a almacenar piezas para la empresa en caso de huelga. El USW admitió el 10 de septiembre que está extendiendo el contrato porque “sin una extensión, la compañía puede suspender el cobro automático de cuotas”.

En una entrevista con el World Socialist Web Site ayer, un extrabajador de Dana en Paris, Tennessee, explicó cómo las horas extras obligatorias aumentan el peligro de infección por COVID-19:

“Eso duplica tus posibilidades de exposición. No solo tienes que venir para tu turno, sino que cuando tienes que llegar temprano o quedarte hasta tarde, estás expuesto a un turno completamente diferente de un conjunto completamente diferente de personas. Si no obtienes los resultados de tu prueba en un cierto período de tiempo, se te señalará. Somos personas y merecemos derechos humanos básicos, y parte de esos derechos es poder protegernos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestros compañeros de trabajo de algo que está matando a tanta gente todos los días”.

Mientras tanto, la compañía sigue siendo muy vulnerable a una huelga, que el UAW y el USW están haciendo todo lo posible para evitar.

Los trabajadores de Dana dicen que están estudiando un artículo publicado el 5 de septiembre por el Associated Press titulado “Cuánto tiempo se mantendrán por las nubes los precios de los automóviles debido a la escasez de piezas”, que explica que los trabajadores de autopartes están evitando actualmente un estrangulamiento crítico sobre la industria automotriz mundial.

El artículo advierte de un “empeoramiento de la escasez de suministro” que “involucra no solo chips de computadora” sino otras piezas. “Debido al virus y a la escasez general de mano de obra, es posible que los fabricantes de autopartes no puedan compensar la pérdida de producción.

“Con la demanda de los consumidores aún alta, los fabricantes de automóviles sienten poca presión para hacer descuentos en sus vehículos”, señala el artículo de AP. “El precio promedio de un vehículo nuevo vendido en los Estados Unidos en agosto alcanzó un precio récord de poco más de $41,000”.

Ayer, el Comité de Base de los Trabajadores de Dana (DWRFC, por sus siglas en inglés) publicó una declaración titulada: “¡El brote de COVID-19 en las plantas de Dana pone nuestras vidas en peligro! ¡Cierre de todas las plantas de Dana ahora ! ¡Pago completo por tiempo libre!”.

El DWRFC es una red de trabajadores formada para compartir información, fomentar la discusión democrática entre las bases y planificar acciones comunes. La declaración dice: “La variante Delta de COVID-19 se está propagando rápidamente a través de las plantas de Dana, poniendo nuestras vidas y las vidas de nuestros seres queridos en riesgo de muerte o debilidad de por vida. Las corporaciones cerrarán la producción cuando se queden sin piezas, pero no por brotes de COVID. A los ojos de la empresa y del UAW y USW, un trabajador muerto puede ser reemplazado, pero la falta de un eje no puede serlo”.

El DWRFC hace un llamado a construir comités de huelga de base para movilizar a todos los trabajadores en cada planta en apoyo de cuatro demandas:

1. Un cierre inmediato de todas las plantas para detener la propagación del COVID.

2. La publicación inmediata de información de casos de COVID diariamente, en cada planta.

3. Pago de salarios completos durante cualquier cuarentena.

4. Un contrato con una semana de 40 horas, una jornada de ocho horas y un aumento salarial del 75 por ciento.

Los trabajadores no deben ser obligados a elegir entre contagiarse o sufrir un desahucio mientras la empresa y los sindicatos siguen lucrando.

Únete al Comité de Base de los Trabajadores de Dana enviando un correo electrónico a danawrfc@gmail.com o un mensaje de texto al (248)602-0936.

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