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Las autoridades españolas declaran que el COVID-19 se volverá "endémico"

Los gobiernos autonómicos españoles han declarado que el COVID-19 se volverá 'endémico' en la población, en la última escalada de la campaña criminal del gobierno de coalición del Partido Socialista (PSOE) y Podemos para abandonar las medidas de salud pública y obligar a los habitantes de España a 'vivir con el virus'.

Epidemiológicamente, el término 'endémico' describe la presencia y prevalencia constante de una enfermedad dentro de la población de un área determinada. Se refiere a un estado en el que una enfermedad alcanza un nivel tal que la mayoría de la población ha desarrollado inmunidad. Los virus como el resfriado común se consideran endémicos.

Lehendakari del País Vasco, Iñigo Urkullu (Fuente: Wikimedia Commons)

Al declarar que el COVID-19 es 'endémico', la clase dominante española está señalando su intención de permitir la propagación sin freno de la infección y permitir aumentos estacionales que podrían llevar a los hospitales a su punto de colapso. Lejos de ser una respuesta a la inevitable transmisión de un virus invencible, aunque relativamente benigno, es una decisión deliberada para dejar que una enfermedad mortal desgarre a la población, sin importar el costo en salud y vidas.

Al informar de la situación epidemiológica en la zona norte de la comunidad de Navarra, el Instituto Navarro de Salud Pública y del Trabajo (INSP) afirmó que la pandemia prácticamente ha terminado, pero que el virus seguiría proliferando. 'Salvo que aparezcan nuevos factores inesperados, podemos estar ante la finalización de la situación pandémica en Navarra. Esto no significa que el COVID-19 vaya a dejar de circular definitivamente, sino que probablemente se incorporará a la lista de infecciones que circulan de forma endémica o en epidemias estacionales.'

“No es descartable que el COVID-19 pueda ocasionar ondas en otoño o invierno” el informe del INSP prosigue, 'pero probablemente tendrán un impacto en la salud progresivamente menor gracias a la alta cobertura vacunal y a la aplicación de otras medidas preventivas por la población. En las personas correctamente vacunadas, el riesgo debido al COVID no es mayor al de otras enfermedades comunes como la gripe”.

La afirmación de que el COVID-19 naturalmente se volverá menos mortal y es 'como la gripe' es una mentira sin base científica. Otras mutaciones posibles por la incapacidad de contener y poner fin a la pandemia pueden producir aún más cepas mortales, como lo ha demostrado la aparición de la variante delta mucho más transmisible y letal del virus.

El pasado viernes, el Lehendakari Vasco, Iñigo Urkullu, también declaró que el virus se estaba volviendo 'endémico' en la región. Urkullu ha dicho a la Comisión Asesora del LABI (Plan Vasco de Protección Civil) que 'Euskadi está pasando de una situación de pandemia a una endémica'.

“Se puede dar un nuevo paso” declaró, para permitir en la región “poder abordar el decreto que establezca el fin de la situación de emergencia sanitaria” si la trayectoria del virus sigue siendo 'positiva'.

Hablando sobre la situación viral en el País Vasco, Urkullu declaró: “Se trata de una tendencia descendente, estable y sostenible. Nos encontramos en una situación diferente [que más temprano durante la pandemica] y por lo tanto hay que dar respuestas diferentes”.

El martes, el Gobierno vasco procedió a poner fin a la 'Emergencia Sanitaria' que se había puesto en marcha en la comunidad, levantando prácticamente todas las restricciones sanitarias distintas de la obligación de llevar mascarilla en espacios públicos abarrotados. Es la sexta comunidad de España en eliminar la gran mayoría de las medidas, después de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Navarra y Madrid.

Los anuncios de los gobiernos navarro y vasco ejemplifican la política de 'inmunidad colectiva” (de rebaño) seguida por la clase dominante en toda España e internacionalmente. Se produce solo un par de semanas después de que Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), y uno de los principales asesores del Gobierno PSOE-Podemos sobre la pandemia, pidiera la 'normalización' de la enfermedad.

En declaraciones a una reunión de la Sociedad Española de Epidemiología, Simón presentó falsamente el COVID-19 como una enfermedad bastante inofensiva y minimizó los riesgos asociados a ella, comparando la respuesta pandémica de España con 'matar moscas con cañonazos'.

“Veo muy probable que España no vuelva a tener grandes olas epidémicas” Simón afirmó. “Puede haber sexta, séptima, octava y novena ola, pero no serán como las anteriores”.

La situación actual en España ' no tiene nada que ver a lo que veíamos antes', añadió Simón. “Podrá haber alguna ondulación en algunos grupos concretos, pero la situación en España, ahora mismo, es muy favorable, y ello posibilita, poco a poco, ir normalizando la situación”.

Estos llamados a 'normalizar' el COVID-19 o a permitir que se convierta en 'endémico' se producen cuando varios cientos de personas continúan muriendo por el virus cada semana en España, y decenas de miles más están infectadas. Muchos miles de estas personas sufrirán de síntomas persistentes del coronavirus durante muchas semanas o incluso meses después de la infección, con graves consecuencias potenciales a largo plazo para la salud, incluido el daño multiorgánico, el deterioro cognitivo, la fatiga severa y el dolor muscular.

Estas políticas se justifican con argumentos de que las campañas de vacunación a gran escala han cambiado fundamentalmente la situación de la pandemia — haciendo que la enfermedad sea mucho menos peligrosa— y que es imposible erradicar completamente el virus.

Ambas afirmaciones son mentiras. Si bien la inmunización es una herramienta invalorable en la lucha contra la pandemia, no es suficiente por sí sola para prevenir enfermedades graves, y debe combinarse con medidas de salud pública científicamente guiadas para suprimir la transmisión.

Además, el ejemplo de países como China —una sociedad de más de 1.400 millones de personas— muestra que se puede seguir con éxito una estrategia de eliminación. A pesar de ser el lugar de nacimiento del virus, China pudo controlar rápidamente el brote con una serie de medidas de salud pública, incluidas pruebas generalizadas, rastreo de contactos, aislamiento seguro de pacientes infectados junto a estrictas restricciones de viaje.

Estas medidas han mantenido las muertes por la pandemia en China por debajo de las 5.000, una pequeña fracción del total de muertes en España y en la mayoría de los otros países capitalistas 'avanzados'. Después de eliminar el virus dentro de sus propias fronteras, China también ha luchado contra los repetidos brotes de la variante Delta importada a través de viajes internacionales.

Otros países como Nueva Zelanda, que inicialmente persiguió una política de 'Cero Covid' y había suprimido casi por completo la transmisión viral, han abandonado recientemente esta estrategia, volviéndose hacia la política de 'inmunidad colectiva' seguida por la gran mayoría de los gobiernos capitalistas de todo el mundo. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció el lunes que su gobierno estaría 'haciendo la transición a una nueva forma de hacer las cosas', argumentando que la variante delta es un 'cambio de juego'.

No hay nada inevitable en que continúen las olas letales de la pandemia en Nueva Zelanda, España o cualquier otro país. Los éxitos logrados por China y algunos otros estados capitalistas muestran que la pandemia se puede combatir. Existe el potencial de movilizar recursos sociales para erradicar la COVID-19. Si las medidas se implementaran de manera coordinada a nivel mundial en todo el mundo, la pandemia podría terminar rápidamente.

El gobierno español del PSOE y Podemos ha demostrado ser totalmente hostil a una política dirigida científicamente para eliminar la pandemia y salvar vidas. Al igual que la clase dominante en toda Europa, ha colocado las ganancias corporativas y la riqueza de una élite superrica por encima de todo, viendo más de 100.000 muertes como simplemente el coste de hacer negocios.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) ha lanzado una campaña mundial para la erradicación del virus, basada en las políticas avanzadas por epidemiólogos y otros científicos. Esto requiere sobre todo que la clase trabajadora rompa con el dominio de los sindicatos y los partidos socialdemócratas y 'populistas de izquierda' como el PSOE y Podemos, que se han opuesto a una lucha científica contra la pandemia en todo momento.

Los trabajadores deben tomar el asunto en sus propias manos, construyendo comités de seguridad independientes en los lugares de trabajo y las escuelas para combatir la propagación de la enfermedad, y desarrollando secciones del CICI en España, en toda Europa e internacionalmente.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 7 de octubre de 2021)

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