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Los socialdemócratas rumanos se unen al gobierno de Gran Coalición en medio de una pandemia arrasadora

Un nuevo gabinete de gran coalición asumió el 25 de noviembre en Rumanía.

Bajo el peso de una catastrófica oleada de COVID-19 y una crisis económica que se cierne, el gobierno anterior dirigido por el Partido Nacional Liberal (PNL) se desintegró al abandonar la coalición el socio menor, La Unión Salva a Rumanía (USR), y al aprobarse una moción de censura contra esta. El Partido Socialdemócrata (PSD), heredero directo del estalinista Partido Comunista, se unió al PNL en un gobierno de gran coalición.

La cuarta ola de COVID-19, según expertos locales en sanidad, como Octavian Jurma, se ha cobrado para principios de noviembre la vida de por lo menos 18.000 personas y sigue cobrándose cerca de 2.000 vidas cada semana. La cifra total de muertos sobrepasó los 57.000.

Mientras el crecimiento económico, pagado con una política criminal de contagios y muerte masivos, benefició a un puñado de oligarcas, la liberalización de los precios de la energía amenaza con dejar a millones sin servicios básicos cuando se acercan los meses invernales.

Los dos partidos han firmado un acuerdo que está previsto que dure hasta las elecciones de 2024, con rotación en el cargo de primer ministro. El primero en ocupar este cargo, el general retirado Nicolae Ciucă, del Partido Liberal, juramentó el día 25. El PSD ocupará puestos clave como sanidad, economía y defensa. También se unirá a la coalición la Alianza Democrática de los Húngaros de Rumanía (UDMR), un partido derechista con estrechos vínculos políticos con el gobierno húngaro de Orban.

Este nuevo reordenamiento político deja al AUR, un partido fascista declarado, como la principal fuerza parlamentaria de la oposición en el país.

El gobierno de gran coalición formado en Bucarest marca una nueva y peligrosa etapa en la actual crisis de gobierno en Rumanía y en Europa del Este. A 32 años de la restauración del capitalismo en la región, y al intensificar las élites gobernantes las políticas asesinas de contagio masivo, las normas de la democracia burguesa están siendo dejadas de lado cada vez más.

La gran coalición tendrá amplios poderes. Trabajará para suprimir por la fuerza la oposición de la clase trabajadora a sus políticas asesinas respecto a la pandemia. También se unirá a otros regímenes derechistas de la región, desde los países bálticos, Polonia, Ucrania y Moldavia, para hacer de bastión contra los refugiados e intensificar las provocaciones militares contra Rusia en el frente este.

Como muchos partidos socialdemócratas parecidos y apéndices suyos pseudoizquierdistas en todo el mundo, los socialdemócratas rumanos han adoptado las posiciones más derechistas respecto a la pandemia de coronavirus.

Durante los últimos dos años, han usado todos los medios parlamentarios y legales para atacar y desbaratar cualquier medida tomada por el anterior gobierno liberal para mitigar los peores efectos de la pandemia. Esta posición ha hecho que los socialdemócratas abracen abiertamente a las fuerzas sociales más atrasadas y las teorías conspirativas de la derecha. Recientemente, han atacado la transferencia de camas de hospital a pacientes de COVID incluso durante la cresta de la cuarta ola y han bloqueado leyes para introducir el pase digital COVID.

Alexandru Rafila, que ahora ocupa el cargo de ministro de sanidad por el PSD, dijo el año pasado que los profesores que se oponían a la peligrosa reapertura de las escuelas sufrían de “claustrofobia”. Rafila, que es profesor de microbiología en la Universidad de Medicina y Farmacia Carol Davila, también se opone a la introducción del pase COVID digital. Su prioridad declarada será seguir “normalizando” el COVID, pasando la carga del sistema hospitalario a los centros de atención de pacientes externos.

El ministro de educación Câmpeanu, despreciado por millones de padres por sus elucubraciones maltusianas, conservará su puesto, mientras se obligará a los niños a asistir a escuelas no ventiladas e inseguras. Más de 18 niños perdieron la vida desde que se reabrieron las escuelas en septiembre, tantos como los que murieron en todo el período anterior de la pandemia.

La coalición ha creado una nueva cartera, un ministerio de la familia, calcado de instituciones existentes en Hungría y Polonia. El cargo será ocupado por la exalcaldesa de Bucarest del PSD, Gabriela Firea. Como alcaldesa de la capital, Firea ganó notoriedad como una de las más fervientes oponentes de las medidas contra el COVID. Es uno de los principales dirigentes del partido y una devota seguidora de la Iglesia Ortodoxa.

Durante las audiencias parlamentarias, el jefe de la Comisión Parlamentaria para Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres, el diputado fascista del AUR, Tanasă, después de elogiar la creación del nuevo cargo, le preguntó a Firea sobre la prohibición del aborto. Además de dar una negativa superficial, la ministra del PSD añadía: “Lucharé para que todas las mujeres tengan acceso a servicios médicos de calidad, asesoramiento, y guía de manera que, junto con sus familias, con sus allegados y con sus sacerdotes tomen la mejor decisión para su vida”.

Rumanía actualmente permite el aborto hasta las 14 semanas de gestación sin calificaciones. En caso de riesgo incrementado de malformación fetal, se permite el aborto hasta las 24 semanas, o en cualquier momento si la vida de la madre está en peligro. La nueva institución es una clara señal de que la gran coalición seguirá las directivas marcadas por los gobiernos de Orban y de Ley y Justicia (de Hungría y Polonia) para cercenar los derechos democráticos más fundamentales.

El partido fascista AUR será el principal beneficiado político de la gran coalición. Los principales partidos ya han integrado políticas ultraderechistas en sus programas de gobierno.

AUR es el producto de intentos por parte de sectores de la clase gobernante rumana por crear un partido fascista de masas. Tales intentos tienen lugar actualmente en todo el mundo, al llevar la pandemia las tensiones sociales hasta la ebullición. Sin embargo, tal movimiento no existe en la actualidad.

Los mítines anticonfinamiento del AUR congregaron a docenas, a lo sumo centenas, de personas, extraídas de la derecha religiosa y otros elementos perturbados. Ni siquiera sus principales manifestaciones, que implican un esfuerzo organizativo considerable, tal como el evento anticonfinamiento del 2 de octubre, pueden reunir a más de un par de millares de personas.

Sin embargo, se están haciendo serios esfuerzos por promocionar y normalizar a los fascistas por parte del establishment gobernante. Los más fervientes aliados en este esfuerzo con los sindicatos corporativos, el estalinista PSR (Partido Socialista) así como varios grupos y comentaristas pseudoizquierdistas.

En los países de Europa del Este, el legado del nacionalismo y el atraso promocionados por los estalinistas es responsable de la desconfianza ante la ciencia y está directamente vinculado a las bajas tasas de vacunación y muertes evitables. Partidos estalinistas como el Partido Socialista Rumano (PSR), vinculado al partido alemán La Izquierda, ahora están promocionando abiertamente a los fascistas. Gheorghiţă Zbăganu, destacado dirigente del PSR, condujo una delegación en el mitin del AUR del 2 de octubre. Sus pancartas salieron en los medios como prueba del carácter heterogéneo y “populista” del acontecimiento.

Medios pseudoizquierdistas también han acogido las panaceas libertarias de la ultraderecha. Grupos como la Asociación para la Emancipación de los Trabajadores (AEM), afiliada al lambertismo francés (POI), y el Sindicato de Alumnos y Estudiantes Militantes (Sindicatul Elevilor și Studenților Militanți, SESM) trabajan para dar una tapadera izquierdista a las maniobras de los socialdemócratas y los estalinistas.

La vida y la salud de los trabajadores, así como los derechos democráticos básicos, no pueden defenderse sin un programa socialista internacional. El surgimiento de la variante B.1.1.529 del COVID (ómicron) revela lo urgente de la situación y de las tareas de unir a la clase trabajadora de manera independiente de todas las facciones de la burguesía, en una ofensiva internacional para erradicar el SARS-CoV-2.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) y el World Socialist Web Site han exigido una Investigación Obrera Mundial sobre la Pandemia de COVID-19 para desarrollar este programa.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2021-12-06)

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