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Perspectiva

De París a Chicago: la lucha global por cerrar las escuelas y salvar vidas

En medio de un aumento récord de casos y hospitalizaciones por COVID-19 impulsado por la rápida propagación de la variante ómicron, se está desarrollando un movimiento cada vez mayor de la clase obrera internacionalmente en busca de detener la pandemia y salvar vidas. Hoy, se estima que el 75 por ciento de todos los maestros de primaria en Francia participarán en una huelga nacional que se espera que cierre la mitad de las escuelas del país.

El miércoles, un récord de 3.145.916 personas se contagiaron oficialmente a nivel global, incluyendo 814.494 en EE.UU., 363.719 en Francia y 241.976 en India, mientras que cinco otros países reportaron más de 100.000 casos nuevos oficialmente. Las hospitalizaciones están aumentando a nivel global, incluyendo más de 140.000 personas hospitalizadas por COVID-19 en EE.UU., más de 23.000 en Francia y casi 20.000 en Reino Unido.

Docentes, padres y niños marchan en Brooklyn, Nueva York, para protestar la reapertura de las escuelas públicas de la salud en medio de una amenaza de huelga magisterial, 1 de septiembre de 2020 (AP Photo/Mark Lennihan) [AP Photo/Mark Lennihan]

Antes de al huelga en Francia, 25.000 maestros de Chicago participaron en una poderosa acción colectiva la semana anterior para detener las clases presenciales, desafiando las políticas de reapertura de escuelas del Partido Demócrata, que gobierna a nivel local, estatal y nacional y cuenta con el apoyo de todos los sindicatos docentes.

El lunes, el sindicato Chicago Teachers Union (CTU) rechazó abruptamente un acuerdo con la alcaldesa demócrata Lori Lightfoot de reabrir las escuelas de la ciudad. A pesar de un rechazo generalizado de las bases, el sindicato impuso a la fuerza un acuerdo después de darles a los maestros un día para votar. Solo 41 por ciento de los miembros del CTU votaron a favor del acuerdo y 20 por ciento se abstuvieron.

Inspirados por la lucha de los maestros de Chicago, los educadores en San Francisco y Oakland, California, organizaron huelgas salvajes utilizando sus licencias por enfermedad la semana pasada para detener las clases presenciales. Los comités de base, construidos independientemente de los sindicatos docentes en todo EE.UU., incluyendo en la ciudad de Nueva York, Míchigan, Pensilvania, así como en el sur y la costa oeste, han organizado reuniones en línea con gran asistencia en las últimas dos semanas. Estas organizaciones se están expandiendo en todas las regiones del país.

A lo largo de la semana, los estudiantes de secundaria en la ciudad de Nueva York, Chicago, Boston, Oakland, Portland y otras ciudades han estado circulando peticiones para volver a clases a distancia que han recolectado miles de firmas. El martes, casi mil estudiantes de 30 recintos educativos en la ciudad de Nueva York salieron de las aulas exigiendo volver a clases en remoto. En Chicago y Oakland se han planeado manifestaciones similares para los próximos días. Según una encuesta el fin de semana pasado, la mayoría de los adultos estadounidenses apoya las clases a distancia, incluyendo el 63 por ciento de aquellos con ingresos menores a $50.000.

En Reino Unido, donde las infecciones y hospitalizaciones por COVID-19 entre niños han alcanzado niveles récord, los educadores y padres están profundizando su lucha por detener las reaperturas inseguras de las escuelas. El Comité de Seguridad de Base de los Maestros (Reino Unido) realizó una reunión muy concurrida el martes donde presentó un plan de acción para obligar a volver a las clases a distancia.

En un vídeo publicado el miércoles, la madre británica Lisa Diaz, que ha liderado una serie de huelgas escolares desde octubre, expresó su apoyo a los profesores de Chicago, declarando: “Están luchando, no solo por ustedes, sino por los niños”. Concluyó diciendo: “Quiero enviarles toda mi solidaridad desde el Reino Unido y darles las gracias por luchar. Y ya que estoy aquí, enhorabuena a todos los profesores de Francia que están haciendo lo mismo, y a los niños de EE.UU. que están realizando paros”.

En Hidalgo y Baja California, México, han comenzado huelgas de decenas de miles de profesores. Aunque el objetivo principal trata de cuestiones contractuales relacionadas con el salario, estas huelgas coinciden con la reapertura forzosa de las escuelas en medio de un aumento de las infecciones de COVID-19.

La creciente lucha internacional de los educadores y los jóvenes contra la reapertura de las escuelas responde a la aplicación global de esta política mortal por parte de los Gobiernos internacionalmente, en nombre de la élite empresarial y financiera.

En todo el mundo y, en particular, en Estados Unidos y Europa, los Gobiernos capitalistas han respondido a la aparición de la variante ómicron abandonando toda pretensión de detener la pandemia. Toda la charla sobre “mitigaciones” y “acabar con la pandemia” ha desaparecido. En su lugar, ahora apoyan abiertamente la estrategia de “inmunidad colectiva” que antes solo perseguían los Gobiernos más derechistas. Están decididos a permitir la propagación descontrolada del virus, basándose en la creencia no científica de que se quedará rápidamente sin portadores y se convertirá en endémico.

En Estados Unidos, el Gobierno de Biden y sus representantes declaran cada vez más explícitamente que pretenden permitir que toda la población se infecte. El martes, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), uno de los principales centros de pensamiento del imperialismo estadounidense, publicó una “Charla con el Dr. Anthony Fauci junto a la chimenea”. En la entrevista, el principal asesor médico de Biden declaró con insensible indiferencia que ómicron, “en última instancia, encontrará a casi todo el mundo”.

En cuanto a las personas vacunadas, Fauci declaró: “Algunas, quizá muchas, se infectarán” y “estarán razonablemente bien”. Fauci añadió que “los que aún no están vacunados se van a llevar la peor parte del aspecto grave de esto”, y alguna fracción “va a enfermarse gravemente y va a morir”. Fauci se limitó a lamentar el hecho de que esto “supondrá un reto para nuestro sistema de salud”.

La reapertura de las escuelas es fundamental para la estrategia de “inmunidad colectiva” por dos razones. En primer lugar, el regreso de los alumnos a clase es necesario para obligar a los padres a volver al trabajo. En segundo lugar, los edificios escolares hacinados y mal ventilados son focos de transmisión del virus, lo que permite que el COVID-19 se extienda con la mayor rapidez posible e infecte rápidamente a los estudiantes, los educadores, sus familias y sus comunidades.

Lo que desencadenó la huelga de hoy de los profesores franceses fueron los esfuerzos del Gobierno de Macron por cambiar discretamente las directrices de reapertura de tal manera que se mantuvieran abiertas las escuelas mientras los casos de COVID-19 se disparan. En una semana, se volvió evidente que estos protocolos eran desastrosos, lo que llevó a los profesores de base a exigir una huelga.

En Chicago, el CTU está aplicando ahora una política por la que las escuelas individuales solo cerrarán si más del 30 por ciento del personal o el 40 por ciento de los niños están infectados con COVID-19 o en cuarentena debido a la exposición. En otras palabras, su acuerdo se basa en la aceptación de infecciones masivas en las escuelas y comunidades.

La lucha contra la “inmunidad colectiva” es una lucha global común que está siendo asumida cada vez más por la clase trabajadora internacional, en oposición directa al sistema capitalista. Por su propia naturaleza, la pandemia no puede ser combatida a nivel nacional o mediante llamamientos a los gobernantes. El COVID-19 solo se eliminará mediante un movimiento de masas coordinado a nivel mundial para imponer cierres temporales, cerrar escuelas y la producción no esencial y desplegar todas las medidas de salud pública disponibles.

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan los trabajadores de todos los países es dejar de ver sus luchas como incidentes aislados, sino como parte de un proceso global. Para generalizar sus experiencias y coordinar sus luchas a nivel mundial, los trabajadores necesitan nuevas formas de organización, comités de base, dirigidos democráticamente y responsables ante los propios trabajadores.

Se han creado numerosos comités de este tipo entre los educadores, los trabajadores del sector automotor, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la logística y otros sectores de la clase obrera, que ahora están unidos bajo la bandera de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB). Esta red de comités debe forjar vínculos cada vez más estrechos y luchar activamente por unificar y dirigir el movimiento cada vez más grande de la clase obrera para poner fin a la pandemia y salvar vidas.

Aquellos que deseen involucrarse seriamente y crear un comité de base en su escuela, barrio o lugar de trabajo, llenen el siguiente formulario, y el World Socialist Web Site se pondrá en contacto con ustedes hoy mismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de enero de 2022)

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