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Perspectiva

De la “inmunidad colectiva” a la “endemia”: la política de muertes masivas perpetuas impuesta por la clase gobernante

En todo el mundo, los políticos capitalistas están deshaciéndose de todas las medidas restantes de salud pública que han ralentizado la propagación del COVID-19. Muchos lo han hecho alegando que la variante ómicron del SARS-CoV-2 ha causado que el virus se vuelva “endémico” en la sociedad o que lo hará en el futuro próximo. La implicancia de esta afirmación falsa y anticientífica es que el virus ya no es más dañino que la influenza o incluso el resfriado común.

El término “endémico” implica un nivel predecible y controlable de la enfermedad en ciertas regiones geográficas. La trayectoria de la pandemia de COVID-19 es exactamente opuesta.

La Guardia Nacional ayuda a procesar cuerpos de fallecidos por COVID-19 en Los Ángeles, California, 2021 (Foto: Departamento de Examinador Médico-Forense vía AP, archivo) [AP Photo/File photo]

En apenas dos meses, ómicron ha causado una ola récord de infecciones y la segunda mayor en muertes globales, después de la variante delta. Aproximadamente 140 millones de personas se han infectado oficialmente con COVID-19 desde fines de noviembre, mientras que se considera que la cifra real es mucho mayor a mil millones. Según la revista Economist, el exceso de mortalidad por ómicron podría alcanzar un máximo de 41.200 por día el lunes.

A diferencia de las afirmaciones de que dejar que ómicron s propague libremente en toda la sociedad conducirá a la “endemicidad” y una “inmunidad natural”, hay cada vez más señales de que la subvariante BA.2 de ómicron podría causar otra ola de casos en las próximas semanas. Se cree que es al menos 30 por ciento más transmisible que BA.1 y puede reinfectar a personas pocas semanas después de que se contagiaran con la subvariante BA.1 de ómicron. BA.2 se volvió dominante rápido en Dinamarca y Reino Unido y está aumentando su presencia rápido en EE.UU., donde su porcentaje de casos se ha triplicó en la última semana.

La prensa corporativa ha asumido un papel clave en divulgar la información falsa de que el COVID-19 se está volviendo “endémico”. El lunes, el New York Times planteó: “¿Qué significará un Covid endémico para el sector de viajes?”. El martes, Forbes publicó un artículo intitulado, “El fin de la pandemia: qué significa un Covid ‘endémico’—y cuándo llegaremos ahí”. El Financial Times advirtió a sus lectores, “Vivir con el Covid endémico no será indoloro”.

Durante el último mes, han aparecido docenas de artículos similares que utilizan el término “endémico” incorrectamente, mientras aceptan de forma acrítica su uso por parte de los políticos para justificar el levantamiento de todas las medidas de mitigación.

El miércoles, el primer ministro Boris Johnson anunció que las leyes en Inglaterra que obligan a las personas infectadas con COVID-19 a autoaislarse podrán ser anuladas a fines de febrero. El último mes, Johnson declaró: “En la medida en que el Covid se vuelve endémico, necesitaremos reemplazar los requisitos legales con asesoramiento y guías que urjan a la población con el virus a tener cuidado y consideración por los demás”.

Cuando los participantes fascistas del Convoy de la Libertad siguen ocupando la capital canadiense de Ottawa, ya se están cumpliendo sus demandas de eliminar todas las medidas de mitigación anti-COVID-19. En Alberta, el premier Jason Kenney anunció el martes que el sistema de prueba de vacunación caducará el miércoles a la media noche, afirmando que la provincia debe “abandonar una respuesta pandémica generalizada para devolver la normalidad a nuestras vidas”. Casi todas las restricciones serán eliminadas para mediados de marzo en Quebec, donde el premier François Legault declaró el martes: “Deberemos aprender a vivir con el virus. Podría haber eventualmente una sexta ola, pero tenemos que vivir con el COVID”.

En medio de una eliminación de las restricciones, el presidente español Pedro Sánchez declaró el lunes, “Nos dirigimos hacia una endemia, a diferencia de la pandemia que ha sido hasta ahora”.

En todo EE.UU., los gobernadores demócratas han comenzado una campaña para eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas y otras medidas que fueron reinstituidas duranta la ola de ómicron.

En California, el gobernador demócrata Gavin Newsom anunció el lunes que dejará que caduque la exigencia de uso de mascarillas en el estado el 15 de febrero como parte de su “plan endémico”, el cual presentará de manera completa la próxima semana. Se espera que esto incluya el levantamiento de las órdenes de uso de mascarilla en escuelas y otras medidas restantes de mitigación contra el COVID-19.

El miércoles, la gobernadora demócrata de Nueva York, Kathy Hochul, anunció que el estado pondrá fin a la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores públicos. En Nueva Jersey, Delaware, Connecticut, Massachusetts y otros estados gobernados por demócratas, eliminaron la exigencia de mascarillas en las escuelas esta semana.

Estas decisiones fueron claramente respaldadas por Biden y el coordinador de la respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, Jeff Zients, quien se reúne cada semana con la Asociación Nacional de Gobernadores. Después de la reunión de la semana pasada, el vicepresidente de la asociación, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dijo a la prensa que la discusión giró en torno a la pregunta, “¿En qué consiste el camino de la pandemia a la endemia y cómo mantenemos las cuentas?”. Añadió, “Hubo un acuerdo amplio en que esa es la tarea que afrontamos”.

El miércoles, Político reveló que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) consideran modificar sus guías para los estados sobre cuándo levantar las medidas de salud pública, como la obligatoriedad del uso de mascarillas. Además, se espera que los CDC, que han manipulado la ciencia repetidamente para acoplarse a las necesidades de la patronal estadounidense, cambien sus métricas para basarse en los datos de hospitalización en vez de infección, en condiciones en que, la semana pasada, el Departamento de Salud y Servicios Humanos dejó de recopilar una amplia gama de datos diarios de los hospitales, incluyendo muertes y capacidad hospitalaria.

Si bien la Casa Blanca ha tenido cuidado para no declarar oficialmente que el COVID-19 como “endémico”, los funcionarios de mayor rango se han referido repetidamente a este concepto como parte de un intento de desarmar al público.

En una entrevista, el jefe médico de Biden, el Dr. Anthony Fauci le dijo al Financial Times, “En la medida en que salgamos de la fase pandémica plena del COVID-19, algo que ciertamente estamos dejando atrás, estas decisiones [sobre medidas de mitigación] se tomarán cada vez más a nivel local en vez de ser decididas o decretadas centralmente”. Haciendo un llamado a las formas más atrasadas de individualismo estadounidense, añadió: “También van a haber más personas tomando sus propias decisiones sobre cómo quieren lidiar con el virus”.

En lugar de utilizar el término “endémico”, Fauci utilizó el eufemismo “equilibrio” para describir ambiguamente este mismo proceso. Afirmó con rotundidad: “No hay manera de que vayamos a erradicar este virus. Pero espero que estemos ante un momento en el que tengamos suficientes personas vacunadas y suficientes personas con protección frente a una infección anterior, de modo que las restricciones de Covid sean pronto cosa del pasado”.

En un discurso pronunciado el mes pasado en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), Fauci declaró: “Es una cuestión abierta si ómicron va a ser o no la vacuna con virus vivo que todo el mundo espera”.

Todos estos cambios de política y las afirmaciones de que el COVID-19 se está convirtiendo en “endémico” carecen por completo de fundamento científico y crearán las condiciones para que evolucionen nuevas variantes, potencialmente más peligrosas, que causarán nuevos aumentos de infecciones, hospitalizaciones y muertes.

En una amplia entrevista con el World Socialist Web Site, la Dra. Eleanor Murray, epidemióloga de la Universidad de Boston, habló sobre estas cuestiones relacionadas con la endemicidad y dejó claro que es totalmente prematuro proclamar que el COVID-19 es endémico. Señaló que quienes politizan el término “endémico” están explotando intencionadamente la ambigüedad del término, que tiene múltiples definiciones.

La Dra. Murray declaró: “Lo primero es que una pandemia es una epidemia a una escala mucho mayor, y la endemia no tiene cabida en ese espectro, es una idea totalmente distinta. La definición oficial de pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los CDC es una enfermedad que se propaga sin control en dos o más regiones del mundo”.

Señaló que el término “endémico” puede referirse a un modelo matemático en el que una enfermedad “infecta a una nueva persona por cada infección existente durante ese periodo”, y añadió que “existe la definición algo más imprecisa de una enfermedad que simplemente se comporta de forma predecible durante una especie de periodo a largo plazo en una zona determinada”.

Comentando la forma en que esta última definición de “endémico” se ha utilizado erróneamente durante la ola de ómicron, declaró: “Están diciendo que, si el COVID es endémico, ya no necesitamos hacer nada. Y esa es una predicción ridícula. Lo que están implicando al llamar al COVID endémico es que ya no vamos a tener ningún COVID, lo cual es patentemente falso”.

La Dra. Murray señaló los peligros de esta política, afirmando que “cada persona infectada es una oportunidad para que surja una nueva variante, y tenemos tantos contagios ahora mismo que no hay razón para que no pueda aparecer una variante con escape inmunológico completo. No hay razón para que no podamos tener algo dos veces más grave que delta”.

El mal uso deliberado del término “endémico” es comparable a la distorsión del concepto científico de “inmunidad colectiva” por parte de Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro y sus copensadores de derecha a nivel internacional. Si bien antes se aplicaba al nivel de inmunidad inducido por las vacunas necesario para proteger a una población determinada, en 2020 este concepto fue manipulado para justificar la reapertura prematura de todos los negocios y escuelas con el fin de lograr una mítica “inmunidad colectiva” basada en infecciones masivas.

En efecto, esta estrategia homicida ha sido adoptada por Biden y otros líderes mundiales que anteriormente mantenían la pretensión de buscar el fin de la pandemia mediante medidas limitadas de mitigación. Su distorsión del término “endémico” tiene el mismo propósito y responde a los mismos intereses de una clase gobernante decidida a maximizar la extracción de ganancias mediante la reapertura total de todas las escuelas y lugares de trabajo.

Ahora está claro que, al comienzo de la ola de ómicron, la Administración de Biden tomó una decisión a sangre fría para permitir que el virus se propagara. Sin duda, hubo reuniones privadas en las que se preguntaron: “¿Cuántos estadounidenses se infectarán y morirán en esta ola?”. Cuando se les dijo que millones se infectarían y cientos de miles podrían morir, realizaron un análisis de costes y beneficios y optaron por seguir adelante con este plan homicida. Como resultado, más de 100.000 estadounidenses han muerto durante la ola de ómicron.

Desde el comienzo de la pandemia, ha habido un animado debate dentro de la comunidad científica sobre si la mejor respuesta al COVID-19 es un esfuerzo total para eliminar o erradicar el virus, o si se puede gestionar mediante mitigaciones agresivas.

Pero la realidad está volviendo esta cuestión indiscutible. Por un lado, la experiencia en China ha demostrado que es posible salvar millones de vidas mediante una estrategia de eliminación, incluso en el país más poblado del mundo. En gran parte del resto del mundo, rebautizar al COVID-19 como “endémico” se ha convertido en una consigna para acabar con todas las restricciones a la propagación de la enfermedad, lo que significa que la cifra de un millón de estadounidenses fallecidos pronto se convertirá en dos, tres y más.

En otras palabras, la humanidad se enfrenta a dos posibles respuestas a la pandemia: La demanda de la clase gobernante de infecciones masivas bajo el pretexto de la “inmunidad colectiva” y la “endemicidad”, o la demanda de la clase trabajadora, articulada por los Partidos Socialistas por la Igualdad y el World Socialist Web Site, para la eliminación global del COVID-19.

La lucha por poner fin a la pandemia solo será avanzada por la clase trabajadora, independientemente de todos los partidos capitalistas y sus partidarios en los sindicatos. La tarea más crucial es construir una dirección socialista revolucionaria, armada con un entendimiento científico de la estrategia de Cero COVID y un entendimiento político de las fuerzas sociales e históricas que causaron la pandemia.

La Investigación Global de los Trabajadores sobre la Pandemia de COVID-19, iniciada por el WSWS a pocos días de la aparición de ómicron, será el eje principal para educar a la clase obrera sobre las dimensiones científicas, políticas y económicas de la pandemia. Instamos a todos los científicos y trabajadores decididos a detener la pandemia y salvar millones de vidas a llenar este formulario para participar en la Investigación.

(Publicado originalmente en inglés el 9 de febrero de 2022)

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