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Perspectiva

La Casa Blanca planea una importante intensificación de la guerra por delegación de la OTAN con Rusia

Un mes desde el estallido de la guerra en Ucrania, el presidente estadounidense Joe Biden iniciará esta semana una gira del continente para movilizar a la OTAN en una importante escalada del conflicto contra Rusia.

Soldados estadounidenses se alinean durante la visita del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la base aérea Mihail Kogalniceanu, cerca de la ciudad portuaria de Constanza, en el Mar Negro, al este de Rumanía, el viernes 11 de febrero de 2022 [Crédito: AP Photo/Andreea Alexandru].

Las reuniones, incluidas las de la OTAN y el Consejo Europeo, tratarán de estimular “los esfuerzos internacionales para... imponer a Rusia costes severos y sin precedentes”, dijo la Casa Blanca.

Antes del viaje de Biden, los funcionarios militares de la OTAN han estado discutiendo planes, que se anunciarán en la cumbre, para ampliar enormemente el despliegue de las fuerzas de la OTAN en las fronteras de Rusia en Europa, como parte de un esfuerzo para poner al continente en pie de guerra, incluyendo la posibilidad de duplicar la presencia de tropas estadounidenses en Europa.

La serie de reuniones que se celebran esta semana son consejos de guerra. Según la Casa Blanca:

  • El lunes, Biden tuvo una llamada con el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro italiano, Mario Draghi y el primer ministro británico Boris Johnson para discutir “la asistencia de seguridad a los valientes ucranianos que están defendiendo su país de la agresión rusa”. Ese mismo día, la Unión Europea anunció que enviaría 500 millones de euros adicionales en armas a Ucrania
  • Más tarde, esa misma noche, Biden se pronunció ante los directores ejecutivos de las mayores empresas de Estados Unidos para “discutir la respuesta de Estados Unidos a la guerra no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania”.
  • El miércoles, Biden llegará a Bruselas (Bélgica) para asistir a una reunión del Consejo Europeo, en la que también participará el primer ministro británico Boris Johnson, a pesar de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
  • El jueves, Biden asistirá a una cumbre de la OTAN centrada en “los esfuerzos continuos de disuasión y defensa en respuesta al ataque no provocado e injustificado de Rusia contra Ucrania”.
  • El viernes, Biden viajará a Varsovia, Polonia, donde mantendrá una reunión bilateral con el presidente Andrzej Duda. La semana pasada, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki propuso el despliegue de una “misión de mantenimiento de la paz” de la OTAN en Ucrania.

Esta serie de reuniones estuvo precedida por claras señales de la Casa Blanca de que, a pesar de las declaraciones de Ucrania de que está llevando a cabo negociaciones con Rusia, Estados Unidos no tiene interés en encontrar una solución diplomática a la guerra.

El jueves, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, dijo: “Desde mi punto de vista, la diplomacia requiere obviamente que ambas partes se comprometan de buena fe a desescalar”. Y añadió: “Las acciones que estamos viendo de Rusia... son totalmente ajenas a cualquier esfuerzo diplomático serio para poner fin a la guerra”.

Tras estas declaraciones, Biden pareció ha hecho todo lo posible para antagonizar personalmente al presidente ruso Vladímir Putin, refiriéndose a él como un “matón”, un “dictador” y un “criminal de guerra”.

En condiciones en las que la guerra está fuera de control, cobrándose cientos de vidas, y en que las tensiones nucleares están en el nivel más alto desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962, estas declaraciones son un esfuerzo deliberado para incrementar las tensiones. El Kremlin las verá como una declaración de la intención de EE.UU. de llevar a cabo un cambio de régimen en Rusia o de aumentar masivamente la participación de EE.UU. en la guerra.

En respuesta a lo que Rusia calificó de “insultos”, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso anunció que había convocado al embajador estadounidense John Sullivan para declarar que “las relaciones ruso-estadounidenses [están] al borde de la ruptura”. La “ruptura” de las relaciones entre Estados suele significar que la guerra es inminente.

De hecho, la gira relámpago de Biden por Europa, cuyo fin es movilizar a los aliados europeos de Estados Unidos para la guerra, ha sido cuidadosamente preparada mediante extensas discusiones militares.

El Wall Street Journal informó: “El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se reunió la semana pasada en el cuartel general de la OTAN con sus homólogos de otros miembros de la alianza para discutir un refuerzo aún mayor de las fuerzas. Solicitaron que los planificadores militares de todos los miembros de la OTAN redactaran planes que probablemente se discutirán cuando el presidente Biden se reúna con otros mandatarios de la alianza en Europa esta semana”.

“Estimo que habrá una duplicación aproximada de la presencia estadounidense”, dijo al Journal Douglas Lute, exembajador de Estados Unidos ante la OTAN y teniente general retirado del ejército.

Estados Unidos ha desplegado más de 15.000 tropas adicionales en Europa desde el estallido de la guerra, y los niveles de tropas estadounidenses en Europa han superado los 100.000, la primera vez que se supera esta cifra desde el final de la Guerra Fría. Si, como sugiere Lute, el número de tropas estadounidenses desplegadas en Europa se duplica, esto significaría el envío de 100.000 tropas estadounidenses más a las fronteras de Rusia.

El Journal escribió: “Las tropas desplegadas en Europa del Este probablemente se incrementarán con más unidades terrestres equipadas con tanques, otros vehículos blindados, artillería y helicópteros de ataque, en lugar de las fuerzas mayoritariamente de infantería y ligeras que ya están posicionadas cerca de las fronteras orientales de la OTAN, según declaraciones de funcionarios actuales y anteriores”.

El significado general y las implicaciones de una guerra generalmente salen a la luz a medida que se desarrolla el conflicto. Si bien EE.UU. logró incitar al Gobierno ruso a realizar el primer disparo, está claro que la guerra en Ucrania es la primera etapa de un conflicto mucho más amplio. Habiendo provocado al Gobierno ruso a una desesperada y desastrosa invasión de Ucrania, Estados Unidos está utilizando la guerra para reafirmar su hegemonía global, construyendo una coalición militar para lo que EE.UU. ha calificado como un “conflicto de grandes potencias” contra Rusia y China.

El viernes, en una reunión con el presidente chino Xi Jinping, Biden amenazó a China con “consecuencias” no especificadas si prestaba cualquier tipo de apoyo material a Rusia. Un día antes, Biden declaró que Estados Unidos “no dudaría en imponer costes” a China.

Este lenguaje intimidatorio se convirtió en amenazas militares abiertas cuando Biden se preparaba para partir hacia Europa. El comandante estadounidense del Indo-Pacífico, el almirante John C. Aquilino, ofreció una conferencia de prensa a Associated Press a bordo de un avión de vigilancia militar mientras sobrevolaba territorio reclamado por China. “Si falla la disuasión”, declaró, “mi segunda misión es estar preparado para luchar y ganar”.

Los preparativos para la guerra mundial se están llevando a cabo a espaldas de la población estadounidense. Biden se comprometió a poner fin a las “guerras eternas” de Estados Unidos, prometiendo “cerrar este período de guerras implacables” e iniciar “una nueva era de diplomacia implacable”. En cambio, la Administración de Biden está llevando a cabo la mayor escalada militar desde el lanzamiento de la “guerra contra el terrorismo” en 2001.

En Estados Unidos, se espera que el presupuesto militar de 2023 ascienda a 800.000 millones de dólares: 60.000 millones más que los 740.000 millones autorizados para el año fiscal 2022. Se pide que se destinen más fondos y más rápido hacia la maquinaria bélica estadounidense.

La factura de esta masiva expansión del gasto militar será pagada por la clase trabajadora. Se utilizará para atacar el nivel de vida de la clase trabajadora, criminalizar la oposición política de la clase trabajadora y distraer la atención de la pandemia mortal de COVID-19.

La imprudente escalada militar amenaza con salirse de control, precipitando potencialmente el primer uso de armas nucleares desde el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.

No hay forma de salir de esta crisis en el marco de la política capitalista. Solo una fuerza puede detener la catástrofe que se avecina: la clase obrera internacional, unida en una lucha contra el imperialismo, el militarismo, el sistema históricamente obsoleto de Estados nación y el orden social capitalista.

(Publicado originalmente en inglés el 21 de marzo de 2022)

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