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Primero de Mayo de 2022: El significado de las protestas antigubernamentales en Sri Lanka y las tareas del Partido Socialista por la Igualdad

Este es el reporte de Deepal Jayasekera en el Mitin Internacional En Línea del Primero de Mayo de 2022. Jayasekera, secretario nacional adjunto del Partido Socialista por la Igualdad (Sri Lanka). Puedes ver todos los discursos aquí: wsws.org/mayday.

Deepal Jayasekera, secretario nacional adjunto del Partido Socialista por la Igualdad (Sri Lanka)

Todos los gobiernos burgueses del sur de Asia están siendo azotados por la inmensa crisis económica, política y social del capitalismo mundial que ha sido fuertemente intensificada por los más de dos años de la pandemia de COVID-19 y la actual guerra por delegación de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania.

En el contexto de un auge internacional de la lucha de clases, los trabajadores, los jóvenes y los trabajadores rurales de todo el sur de Asia han entrado en lucha, incluyendo a través de huelgas y protestas masivas contra el ataque de la clase dominante a sus derechos sociales y democráticos básicos, colocando todo el peso de la crisis económica sobre ellos.

India se ha visto envuelta en la guerra por delegación de Estados Unidos y la OTAN, dada la presión cada vez mayor de Washington para que Delhi rompa sus vínculos de décadas con Moscú y se alinee estrechamente con los Estados Unidos, de la misma manera que la asociación militar-estratégica entre Estados Unidos e India contra China. La campaña militar de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, las duras sanciones relacionadas contra Moscú, y la consiguiente ruptura de las cadenas de suministro a nivel mundial han afectado gravemente a la India, intensificando su crisis económica.

En esta situación, la clase obrera y los oprimidos rurales de la India están entrando en lucha contra el aumento de los ataques a sus derechos sociales y democráticos a manos del Gobierno del primer ministro Narendra Modi. La huelga general del 28-29 de marzo contó con la participación de varios millones de trabajadores.

En Sri Lanka, la crisis global del capitalismo encuentra su expresión más aguda, estremeciendo hasta la médula el Gobierno del presidente Gotabhaya Rajapakse por medio de protestas populares cada vez más grandes en toda la isla que exigen la dimisión del presidente y del Gobierno en su conjunto. Desde el 9 de abril, en la ubicación principal de las protestas, el parque Galle Face Green en el centro de Colombo, miles de personas participan en protestas continuas, día y noche. Las protestas masivas se han desencadenado principalmente por la ira generalizada sobre la escasez de productos esenciales como el combustible, el gas de cocina y los medicamentos, el alza meteórica de los precios y los cortes de luz diarios de varias horas.

Desafiando las décadas de esfuerzos reaccionarios de todos los sectores de la burguesía para azuzar el comunalismo y dividir y debilitar a la clase obrera, los trabajadores, los jóvenes, los profesionales y los pobres del campo están unidos en este levantamiento popular que atraviesa todas las líneas comunales lingüísticas y religiosas: cingaleses, tamiles, musulmanes, budistas, hindúes y cristianos.

Ahora bien, ante la decisión de la clase obrera de intervenir, las protestas masivas han alcanzado un punto de inflexión. El 25 de abril, exigiendo la dimisión del Gobierno de Rajapakse unos 250.000 profesores en toda la isla se unieron a una huelga de un día. Y tres días después, millones de trabajadores se sumaron a una jornada de huelga general en todo el país por la misma demanda.

La entrada en lucha de la clase obrera ha agravado aún más la crisis política del Gobierno de Rajapakse. Ahora, el Gobierno pende de un hilo. Con 40 de sus miembros anunciando que actuarán “independientemente” en el futuro, el Gobierno perdió efectivamente su mayoría en el Parlamento.

Desesperado por aferrarse al poder, el Gobierno de Rajapakse está contando los días y calculando el momento para librar una brutal represión policial-militar contra el levantamiento de las masas. El 11 de abril, en un “discurso a la nación”, el primer ministro Mahinda Rajapakse emitió una amenaza apenas velada a los manifestantes antigubernamentales de que su Gobierno lanzará una brutal represión si no terminan su movilización.

Sólo 8 días después, un batallón policial fuertemente armado abrió fuego contra miles de personas que protestaban contra el alza del combustible en Rambukkana, matando a un trabajador, Chaminda Lakshan, e hiriendo a docenas más. Este tiroteo es una clara advertencia al pueblo trabajador y a los oprimidos rurales y también una señal obvia dirigida a los inversores y los banqueros mundiales de que el Gobierno está preparado para aplastar cualquier oposición popular a las políticas drásticas de austeridad que está aplicando.

De forma similar al propio Gobierno, los partidos burgueses de la oposición están aterrorizados ante la posibilidad de que el actual levantamiento popular antigubernamental se convierta en un movimiento militante que desafíe el dominio burgués en su conjunto. Varios sectores de la clase dirigente, los principales partidos de la oposición parlamentaria, Samagi Jana Balavegaya (SJB) y el Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), están dedicados a atrapar el malestar dentro del dominio capitalista, mediante la formación de un Gobierno interino, que sin duda continuará las mismas medidas de austeridad dictadas por el FMI, mientras siguen empeorando las condiciones de los trabajadores y los oprimidos rurales.

En esta situación de preparativos del Gobierno para una brutal represión y la trampa de un Gobierno interino de los partidos de la oposición, el movimiento popular antigubernamental se enfrenta a un grave peligro, la causa de su falta de una perspectiva política clara y de un programa para luchar contra el dominio burgués, a pesar de su determinación y militancia. Esto fue demostrado claramente por la lista de reivindicaciones publicada por los organizadores de las protestas de Galle Face como “alternativa” tras rechazar la oferta del primer ministro el 13 de abril de dialogar con ellos.

Si bien exige la dimisión de Gotabhaya y Mahinda Rajapakse, han abogado por un Gobierno interino formado a partir del Parlamento existente, excluyendo a cualquiera de la familia Rajapakse, la habilitación de la 19ª enmienda a la Constitución, que había introducido cambios cosméticos en algunos poderes de la ampliamente odiada presidencia ejecutiva, un mecanismo para recuperar toda la riqueza saqueada por los miembros de la familia Rajapakse y sus funcionarios asociados y la celebración de elecciones presidenciales y generales en un plazo de seis meses.

Los organizadores de la protesta de Galle Face, mientras promueven la “antipolítica”, defienden en realidad una política similar a la de la oposición parlamentaria burguesa, el SJB y el JVP. Estos partidos están explotando la ira popular contra el Gobierno para llevar al poder un Gobierno capitalista alternativo. Esto no solo no resolverá ninguno de los problemas urgentes a los que se enfrenta el pueblo trabajador, sino que los empeorará. Las despiadadas exigencias del capital financiero mundial no disminuirán, sino que se intensificarán en un futuro próximo.

El Partido Socialista por la Igualdad (PSI), abogando por un programa y una perspectiva independientes, socialistas y revolucionarias de la clase obrera, interviene activamente en este movimiento popular.

Como se explica en su declaración del 7 de abril, “¿Qué lo va a sustituir?”: “No basta con exigir la destitución de Rajapakse. Como un paso clave para abordar la actual crisis política, el PSI exige la abolición inmediata de la presidencia ejecutiva, que apunta con una pistola a la cabeza de la clase trabajadora con sus amplios poderes autocráticos”.

El PSI propone a la clase trabajadora luchar por el establecimiento de un Gobierno de obreros y campesinos comprometido a seguir políticas socialistas. Dicho Gobierno se establecerá a través de órganos independientes de la clase obrera. Nuestra propuesta a los trabajadores es que formen sus propios comités de acción en cada fábrica, lugar de trabajo, plantación y barrio rompan con los sindicatos, que actúan como una policía industrial contra los trabajadores y a favor del Gobierno y de la patronal.

La declaración del PSI del 7 de abril ha propuesto un “programa y políticas para guiar el trabajo de los comités de acción hacia abordar las necesidades urgentes de las masas”: el repudio de la deuda de los pequeños agricultores, pescadores, industrias pequeñas y pequeños empresarios, el control democrático de los trabajadores sobre la producción y distribución de todos los artículos de primera necesidad y otros recursos críticos para la vida de las personas, la nacionalización de los bancos, las grandes empresas, las plantaciones y otros centros neurálgicos de la economía, el repudio de todas las deudas externas, el rechazo a todas las exigencias de austeridad del FMI y del Banco Mundial.

La lucha de la clase obrera de Sri Lanka por movilizar a los agricultores pobres y las otras masas oprimidas para establecer un Gobierno de obreros y campesinos basado en políticas socialistas forma parte de una lucha más amplia por el socialismo en el sur de Asia y a nivel internacional. Esta lucha debe llevarse a cabo con la unidad de sus hermanos de clase en el sur de Asia y a nivel mundial.

¡Construyan el Comité Internacional de la Cuarta Internacional en el sur de Asia!

(Publicado originalmente en inglés el 3 de mayo de 2022)

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