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Ocasio-Cortez, Sanders y el DSA votan por la guerra

A lo largo de la historia del movimiento socialista, partidos y personajes políticos son definidos sobre todo por su actitud a la guerra imperialista.

El 16 de junio de 1918, líder del Partido Socialista Eugene V. Debs fue arrestado y encarcelado por un discurso en que se oponía a la participación del gobierno estadounidense en la Primera Guerra Mundial. Mientras hablaba frente a una gran multitud en un parque en Canton, Ohio, Debs llamó a la guerra una imperialista y denunció a la administración demócrata de Woodrow Wilson y los gobiernos capitalistas de Europa por realizarla.

“Cada uno de esos conspiradores aristocráticos y asesinos en potencia afirma ser un consumado patriota”, declaró Debs. “Cada uno insiste en que la guerra se luche para hacer que el mundo sea seguro para la democracia. ¡Qué tontería! ¡Qué podredumbre! ¡Qué falsa pretensión!”

Debs da su “Discurso de Canton”

El 10 de mayo, cada uno de los miembros del Congreso respaldados por la organización Socialistas Democráticos de América (DSA) votó a aprobar la petición de Joe Biden por $40 mil millones en ayuda militar y financiera para Ucrania.

Bernie Sanders, el que alguna vez publicó una grabación de sí mismo en que leyó en voz alta el discurso de Canton de Debs, votó “sí” por los créditos de guerra y dijo, “Siempre debemos tener un debate, pero el problema es que Ucrania está en el medio de una guerra muy intensa ahorita. Creo que cada día importa, y creo que tenemos que responder lo más fuerte y vigorosamente que podamos”.

Ocasio-Cortez, quien no sabe nada sobre la historia del socialismo, votó “sí” también. Con la esperanza de que la gente o no lo notaría o rápidamente se olvidaría de su voto, ella se negó a emitir ni un comunicado de prensa ni un tuit para explicar su voto. Los otros miembros del DSA en el Congreso, Rashida Tlaib, Cori Bush y Jamaal Bowman, todos votaron “sí” también.

La votación marca el cruzar de un Rubicón político. Es una aprobación de la guerra de la OTAN y EE.UU. contra Rusia. Toma el dinero de las manos de la gente obrera que confronta la inflación y la pobreza domésticamente y lo dirige hacia la muerte y la destrucción en lo extranjero. Dramáticamente aumenta la posibilidad de una guerra mundial entre potencias nucleares.

Representante Alexandria Ocasio-Cortez, Demócrata de Nueva York, escucha mientras presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, Demócrata de California, habla durante una conferencia de prensa en el Capitolio en Washington. (Foto de AP/J. Scott Applewhite) [AP Photo/J. Scott Applewhite]

Ocasio-Cortez y Sanders han alcanzado una prominencia nacional por promocionarse como representantes de sentimientos “antibélicos” e “izquierdistas” de las masas. Semejantemente, el DSA se llama “la organización socialista más grande en Estados Unidos”. Pero sus acciones proimperialistas hablan más fuertemente que sus palabras. No son nada más que sirvientes pequeñoburgueses de la potencia imperialista más despiadada del mundo.

Según un resumen de la legislación emitido por el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Ocasio-Cortez, Sanders y el DSA han votado a favor de lo siguiente:

• $6 mil millones para pagar los salarios del ejército ucraniano, incluido su Batallón de Azov fascista

• $9,5 mil millones para reponer las armas estadounidenses desplegadas al ejército ucraniano.

• $3,9 mil millones para “ayuda de misión e inteligencia” y para desplegar equipo militar estadounidense adicional a Europa del Este, incluido un sistema de misiles Patriot.

• $600 millones “para producción de misiles más rápida” en los Estados Unidos.

• $500 millones “para obtener municiones críticas para aumentar la reserva del Departamento de Defensa”.

• $4 mil millones para “construir y actualizar” la capacidad militar de las potencias de la OTAN en Europa del Este.

• $200 millones para actualizar la embajada estadounidense en Kiev.

• $400 millones para financiar la policía ucraniana.

El sitio web de campaña oficial de Ocasio-Cortez afirma que ella busca “colocar primero a los neoyorquinos”, pero su voto toma mil millones de dólares de las manos de la clase obrera y los pone en la construcción de misiles y el pago de los salarios de fascistas ucranianos que adoran a los autores del Holocausto. Uno no puede luchar contra el fascismo domésticamente mientras les da armas en lo extranjero, ni se puede luchar contra “el poder corporativo” en los Estados Unidos mientras hace la voluntad de Wall Street a escala global.

En 2021, la dirección del DSA atacó al World Socialist Web Site por exponer la denuncia por Ocasio-Cortez de la oposición socialista contra Biden como “de mala fe” y “privilegiado” en un artículo que se leyó más de 100.000 veces. La dirección del DSA declaró que el WSWS estaba difamando a Ocasio-Cortez y manipulando sus palabras, y operativos políticos prominentes del Partido Demócrata declararon que el mismo WSWS actuaba de “mala fe”.

Ahora, Ocasio-Cortez y Sanders han votado a armar el imperialismo estadounidense y su régimen de títere en Ucrania mientras lleva adelante una guerra que amenaza con la extinción de la humanidad. Esto es una extensión de un papel que Sanders ha interpretado desde que entró por la primera vez en el Congreso en 1991.

Como hizo con el voto de miembro del DSA Jamaal Bowman por financiar el ejército israelí, puede que el DSA intente distanciarse del voto de Ocasio-Cortez y Sanders para reforzar su imagen rezagada como una organización “izquierdista”. Pero el apoyo por el imperialismo es un rasgo central del carácter político del DSA. El DSA fue fundado por Michael Harrington, el que escribió que socialistas deben jugar “un tipo de papel que es proamericano, pro-Guerra Fría y pro- Departamento del Estado”. El maestro político de Harrington, Max Shachtman, apoyó las guerras en Corea y Vietnam, así como la invasión de la Bahía de Cochines.

Durante las semanas recientes, el DSA ha estado preparando su justificación por apoyar la guerra imperialista en las páginas de Socialist Forum, una de sus publicaciones oficiales.

En un artículo titulado, “Levantando el campamento: La izquierda estadounidense y la política extranjera después de la guerra en Ucrania”, profesor de la Universidad de Georgetown Greg Afinogenov arguye que “la izquierda” deba abandonar su oposición al imperialismo estadounidense para confrontar a Rusia y China.

Sanciones económicas, Afinogenov escribe, “no serán suficiente para imponer una retirada, mucho menos derrocar a Putin, y los mismos líderes ucranianos han perdido la esperanza en la protección por la OTAN”. El artículo no menciona el hecho de que las sanciones estadounidenses estén tirando a cientos de millones de trabajadores al borde del hambre por todo el mundo.

El propósito del artículo por Afinogenov es abogar por apoyo por el imperialismo estadounidense y sus objetivos bélicos.

“El rasgo más controversial del antiimperialismo contemporáneo”, afirma el artículo, “es su tendencia a reducirse al procedimiento fácil de determinar en qué lado está EE.UU. en cualquier conflicto y automáticamente tomar la posición opuesta”. Afinogenov escribe que “socialistas deben ser precavidos” a los que basan su punto de vista en un “reconocimiento de la necesidad por límites racionales sobre el uso del poder estadounidense en el extranjero”. Él concluye, como resultado, que “el antiimperialismo contemporáneo no es una estrategia política coherente”.

Si la posición de los Estados Unidos como la mano dura del mundo se debilita, escribe Afinogenov, “daría una vía libre a otros actores que persiguen sus propios objetivos económicos o imperiales, incluidas China y Rusia”. Rusia, afirma, es “mucho más agresiva” que el imperialismo estadounidense, y por eso es el enemigo principal.

Solo una publicación probélica operada por una organización probélica podría publicar tal afirmación. Durante los últimos 30 años, los Estados Unidos ha destrozado sociedades enteras, con el asesinato de millones en Irak, Afganistán, Libia, Somalia, Siria, y muchos otros países. Socialistas no dan ningún apoyo al régimen derechista de Putin por su invasión de Ucrania, pero afirmar que Rusia es “más agresiva” que el imperialismo estadounidense no es nada más que propaganda belicista en el servicio del gobierno estadounidense con el objetivo de construir el camino hacia sus próximos crímenes.

En la misma edición de Socialist Forum, otro artículo, titulado “Hacia una teoría moderna del internacionalismo” por Bjorn Pederson, exige el armamento de los ucranianos:

Ayuda mutual e incluso las sanciones tienen su lugar en nuestra respuesta, pero simplemente no sirven para rápidamente detener la maquinaria bélica rusa. Oposición a la ayuda militar es menos persuasiva cuando esa ayuda es dada según la petición por el gobierno elegido democráticamente de un país invadido, como ha pasado en Ucrania.

Pederson exige que “la izquierda” deje de criticar el imperialismo estadounidense por su papel en provocar el conflicto: “No sirve de nada para la Izquierda pasar este momento oponiéndose a una lista de malas opciones que tenemos que aceptar a causa de décadas de política internacional fallida”.

Los proponentes de la guerra imperialista promocionan la ficción de que una victoria para el imperialismo estadounidense tuviere fines humanitarios. En un foro del 10 de mayo organizado por la antigua editorial de la Organización Internacional Socialista ahora desaparecida, Haymarket Books intentó dar un sesgo de la política identitaria al apoyo por el armamento de fascistas ucranianos. Durante el evento, Yulya Yurchenko, becada del Instituto de George Kennan del Centro de Woodrow Wilson (y autoproclamada “activista feminista”) declaró:

Necesitamos encauzar la teoría a la praxis. Necesitamos hacer lo necesario para ayudar a las víctimas de agresión a protegerse por cualquier medio necesario. …eso significa armar a Ucrania y superar conflictos personales y morales sobre la violencia. Esto no se trata de mantenernos piadosos sino de ayudar a los sometidos a la violencia, y ellos necesitan protegerse. Por eso, quedarnos y [exigir] la no injerencia en tales situaciones es lo mismo que condonar la continuación de violencia. …La decisión moral aquí es clara. Estoy contra la guerra. Odio la violencia en cualquier forma. Pero cuando alguien te enfrenta con un arma, ondear una flor en su rostro no va a resolver tu problema.

Sanders, Ocasio-Cortez y el DSA están enviando armas al ejército ucraniano no a causa de la confusión teórica, sino porque sirven los intereses de la fuerza social privilegiada a que representan.

La pseudoizquierda representa a la 10 por ciento más alto de la sociedad, una sección privilegiada de la población cuya cartera de acciones depende de la habilidad de los bancos y las corporaciones estadounidenses de dominar el mundo y subyugar a sus rivales. Este estrato ahora es histéricamente probélico y rabioso en sus denuncias de la gente rusa y la cultura rusa.

El papel del DSA es dar un sesgo “izquierdista” propagandístico a los objetivos bélicos despiadados del imperialismo estadounidense. Parafraseamos a Debs: mientras hay una élite política, están dentro de ella. Mientras hay imperialismo, lo van a apoyar. Representan todo que no es el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de mayo de 2022)

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