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Perspectiva

La huelga ferroviaria británica: ¡movilicen a toda la clase obrera contra el Gobierno de Johnson!

La mayor huelga ferroviaria en Reino Unido en una generación, involucrando a más de 50.000 trabajadores, está programada para el 21, 23 y 25 de junio. Es la punta de lanza de una ola de huelgas amenazadas y marca el resurgimiento de las luchas de masas de la clase obrera británica tras décadas de ser suprimidas por los sindicatos y el Partido Laborista. Además, se produce cuando los trabajadores de todo el mundo entran en lucha contra la devastadora espiral inflacionaria.

Un grupo de trabajadores dan mantenimiento a la estación ferroviaria Clapham Junction (WSWS Media)

La lucha plantea dos cuestiones fundamentales:

En primer lugar, no hay forma de avanzar fuera de un enfrentamiento directo con el Gobierno conservador de Boris Johnson, el más reaccionario y corrupto de la historia británica. Se debe hacer valer toda la fuerza de la clase obrera contra los planes del Gobierno de suprimir y criminalizar la huelga.

Los trabajadores ferroviarios se enfrentan a los planes del Gobierno de Johnson de formar los Great British Railways, una agenda thatcherista 2.0 de privatización. Sacando provecho del colapso de los ingresos durante la pandemia, cuando el Gobierno rescató a las empresas ferroviarias con miles de millones en efectivo, los conservadores han anunciado planes de eliminar miles de empleos, recortar los salarios y eviscerar las condiciones laborales, las medidas de seguridad y las pensiones. Es la punta de lanza de una ofensiva de la guerra de clases contra toda la clase obrera.

En segundo lugar, los trabajadores deben asegurarse de que su lucha no sea saboteada por los burócratas sindicales en los sindicatos ferroviarios y la central Tardes Union Congress (TUC), que hará todo lo posible para sofocar y poner fin a la lucha insurreccional de los trabajadores británicos. Esto vuelve necesario desarrollar poderosas organizaciones de base controladas por los propios trabajadores.

La clase obrera entra en lucha

La huelga ferroviaria involucrará a los trabajadores de toda la Network Rail, la gestora de las redes ferroviarias británicas y su mantenimiento, así como de 13 de las 15 empresas operadoras de ferrocarriles. El sindicato National Union of Rail, Maritime and Transport Workers (RMT) anunció otra huelga de 24 horas en el metro de Londres el 21 de junio, que sigue a una huelga de 4.000 trabajadores el 6 de junio.

El sindicato de conductores de tren, el Associated Society of Locomotive Engineers and Firemen (ASLEEF), ha convocado huelgas en Greater Anglia, Hull Trains y Croydon Tramlink. El sindicato Transport Salaried Staffs’ Association (TSSA) de los oficinistas del transporte hará huelga en Avanti West Coast y está organizando un voto entre 6.000 miembros sobre autorizar una huelga nacional.

Las huelgas se producen cuando inicia un “verano del descontento” entre los trabajadores esenciales.

Los trabajadores de British Airways votaron 97 por ciento a favor de llevar a cabo una acción de protesta industrial. El sindicato Unite y el GMB convocaron un voto entre 500 trabajadores de chequeo en el aeropuerto Heathrow.

Los miembros del Communciation Workers Union (CWU) en la oficina 114 del Correo Real hicieron una huelga este fin de semana. Decenas de miles en BT Group (British Telecom) comenzaron a votar para autorizar una huelga el 15 de junio, que sería la primera huelga nacional en esta empresa de telecomunicaciones en 35 años.

Los buses Arriva en gran parte de Yorkshire se vieron golpeados por una huelga indefinida de autobuseros. El sindicato Public and Commercial Services Union (PCS) de trabajadores del servicio civil hará huelga del 15 al 17 de junio contra los planes de recortar el 20 por ciento de la planilla o 91.000 puestos de trabajo.

Los trabajadores de manejo de desechos están haciendo huelga en todo el país, incluyendo en Coventry, donde siguen su acción de protesta frente a una operación para romper la huelga liderada por el Partido Laborista. En Escocia, los miembros de Unison y GMB están votando sobre una disputa que cerraría varias escuelas, centros de prescolar, así como plantas de residuos y reciclaje.

La línea de piquete de huelga de los trabajadores de manejo de desechos en el almacén Whitley en Coventry (crédito: WSWS)

Los enfermeros en Escocia quieren hacer huelga para exigir un aumento salarial de 10 por ciento. A nivel nacional, Unison ha amenazado con convocar un voto de 500.000 trabajadores de la salud si el Gobierno intenta imponer un aumento del 3 por ciento. El sindicato British Medical Association advirtió que convocará una huelga.

Los trabajadores están luchando contra condiciones de vida intolerables. Después del periodo más prolongado de supresión salarial desde las guerras napoleónicas, los ingresos por hogar están sufriendo recortes drásticos debido a la inflación de 11,1 por ciento. El costo de llenar el tanque de un auto familiar promedio supera las 100 libras, lo que provocó la planificación de una protesta sobre los combustibles a nivel europeo el 4 de julio. El alquiler promedio es de 1,000 libras al mes.

Los salaries reales, excluyendo las bonificaciones, percibieron una caída anual de 6,9 por ciento hasta abril, utilizando el índice de precios minoristas RPI. La caída en el sector público es pasmosa, del 9,2 por ciento. Millones se están viendo obligados a trabajar horas extra para dar sustento a familias que casi no pueden ver.

Los trabajadores están saltándose comidas y reduciendo su uso del transporte, la calefacción y la electricidad. Casi una de cada cinco personas sufre inseguridad alimentaria, una estadística que sube a 30 por ciento para las familias jóvenes. Una de cada seis personas está recurriendo a los bancos de alimentos.

La burguesía se prepara para reprimir al “enemigo interior”

La clase trabajadora está en un curso de colisión con el Gobierno conservador, que ha respondido con amenazas de operaciones rompehuelgas organizadas por el Estado.

El primer ministro Boris Johnson se comprometió a prohibir las huelgas en los servicios esenciales que carezcan de los requisitos mínimos de servicio. El secretario del Transporte, Grant Shapps, dijo que introducirá un proyecto de ley que permita que los trabajadores de agencia sean esquiroles para derrotar la huelga ferroviaria liderada por “marxistas”. El exlíder conservador sir Iain Duncan Smith advirtió que el daño a las industrias causado por la huelga ferroviaria “hace permisible la presentación de cargos”.

La clase gobernante está discutiendo abiertamente la amenaza de una huelga general, que pondría fin a las cuatro décadas de un nivel sin precedentes de supresión de la lucha de clases, desde la derrota de la huelga minera de 1984-85. El periódico Sun de Rupert Murdoch advirtió “Reino Unido podría sufrir su primera huelga general en 100 años”.

Bernard Ingham, el exsecretario de Prensa de Margaret Thatcher durante la huelga minera de un año arremetió en el diario Express que la descripción de los mineros por parte de Thatcher como “el enemigo interior” ahora aplicaba para los trabajadores ferroviarios.

Haciendo la conexión entre la oposición a la huelga y la guerra por delegación de la OTAN contra Rusia en Ucrania, Ingham denunció al “ejército de la extrema izquierda… cuyo silencio sobre la invasión de Ucrania de Vladímir Putin lo dice todo” mientras “sacan provecho de la crisis del alza del coste de vida”. Luego, urgió a “simplemente prohibir las huelgas en ciertos servicios públicos en los que dependen la economía y la seguridad pública”.

La clase obrera debe tomar en serio esta ola de odio de clases. Los trabajadores no solo están entrando en conflicto con esta o aquella corporación, sino con un Gobierno decidido a obligarlos a pagar por la pandemia y la guerra en Ucrania, y con un aparato estatal que será desplegado brutalmente en su contra.

La posibilidad de una huelga general es real, dado el apoyo generalizado a derrotar y tumbar un Gobierno odiado cuya austeridad, respuesta de dejar que el COVID-19 se salga de control y temerario belicismo han resultado en niveles inauditos de sufrimiento. Pero este debe ser el objetivo consciente del movimiento emergente.

La burguesía quiere terminar el trabajo que Thatcher inició en 1984, cuando se empeñó a aplastar a los mineros y poner fin a toda la oposición a su contrarrevolución social. La clase trabajadora debe utilizar la oportunidad para vengarse de esa derrota y revertir las décadas de traiciones y las pérdidas que ocasionaron.

Las lecciones esenciales de la huelga minera de 1973-74

La huelga de los mineros de 1973-74 es una lucha de clases fundamental que nadie en la clase dominante quiere mencionar.

En medio de una profunda crisis del capitalismo mundial, millones de trabajadores británicos, encabezados por las huelgas de mineros de 1972 y 1973-74, se lanzaron a la lucha contra el Gobierno conservador de Edward Heath. Heath respondió aumentando las fuerzas represivas del Estado, encomendando la responsabilidad de imponer poderes de emergencia a una Unidad de Contingencias Civiles y preparando el uso del ejército. Luego convocó elecciones generales en febrero bajo el lema “¿Quién dirige Reino Unido, el Gobierno o los sindicatos?”. A pesar de las amenazas del Gobierno, los mineros se mantuvieron en huelga durante toda la campaña electoral y Heath perdió su mayoría.

Correspondió a un Gobierno laborista en minoría volver a controlar la situación. Los laboristas utilizaron toda su autoridad política en la clase obrera para acabar con la oposición social, resolviendo un enorme aumento salarial exigido por los mineros, retirando la legislación conservadora contra la huelga y aumentando las pensiones y las prestaciones de la seguridad social. A continuación, colaboró con la central sindical TUC en la elaboración de un Contrato Social para implementar una supuesta moderación salarial voluntaria. Las traiciones de ese Gobierno condujeron cuatro años después a la llegada al poder de Thatcher en 1979.

La huelga de mineros de 1984-85

También hay que entender las verdaderas lecciones de la huelga de mineros de 1984-85. Los mineros se enfrentaron a un brutal ataque estatal durante el cual 13.000 trabajadores fueron arrestados, 200 fueron encarcelados, dos fueron asesinados en los piquetes, tres murieron excavando carbón y 966 fueron despedidos. La industria minera fue finalmente destruida.

Pero la derrota solo fue posible gracias al aislamiento de los mineros y la traición a manos de los sindicatos y el Partido Laborista. Al igual que las burocracias sindicales de todo el mundo, respondieron a la globalización de la producción abandonando sus programas de reforma económica nacional y convirtiéndose en instrumentos abiertos del gran capital. La derrota sentó las bases para el surgimiento del nuevo laborismo como un partido thatcherista indistinguible de los conservadores. Los sindicatos se convirtieron en la policía industrial que reprimió activamente las huelgas.

En la década de 1970, se perdió en promedio 12,9 millones de jornadas laborales al año debido a los conflictos laborales, con 29,4 millones perdidos durante el “Invierno del Descontento” de 1978-79. En la década de 1980, el promedio anual fue de 7,2 millones, debido principalmente a los 27 millones de jornadas perdidas en la huelga de mineros.

En los años 90, el promedio anual se desplomó a solo 660.000 y nunca volvió a aumentar. Como resultado de las constantes traiciones de los sindicatos, la afiliación sindical cayó a 6,6 millones de miembros, comparado a los 11 millones de 1984. En el sector privado, menos del 19 por ciento de los trabajadores pertenece a un sindicato.

Durante la pandemia, los sindicatos llevaron su complicidad con la patronal y el Gobierno a un nuevo nivel, sofocando una huelga tras otra, firmando un rescate de un billón de libras para las grandes empresas y luego imponiendo un regreso al trabajo pese a que el COVID-19 sigue fuera de control. Su actual retórica militante no cambia nada. Es necesaria para mantener el control sobre sus miembros mientras organizan cómo traicionarlos.

En cuanto al Partido Laborista, no queda nada de la insincera finta hacia la izquierda que se hizo bajo la dirección de Jeremy Corbyn. Después de que Corbyn entregara el partido a los blairistas sin ningún tipo de lucha, los laboristas están hoy en abierta unidad con los conservadores en lo que respecta a la austeridad, la inmunidad colectiva y la guerra en Ucrania. Apoyará cualquier medida represiva que tome Johnson.

Por la Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base

Esto plantea la cuestión esencial de que los trabajadores ferroviarios y toda la clase obrera necesitan nuevas organizaciones de lucha, controladas por los propios trabajadores y no por la burocracia sindical. Deben movilizar su enorme poder social como clase internacional, rompiendo todas las divisiones seccionales y nacionales para luchar por sus intereses comunes.

Las huelgas y votos de autorización de huelga en Reino Unido forman parte de una creciente ola de militancia a nivel internacional, provocada por la misma crisis desesperada del coste de vida. Desde febrero, se han producido huelgas generales en Grecia, Italia y Bélgica. Los trabajadores de los aeropuertos de Ámsterdam, Bruselas y París, así como los de las aerolíneas EasyJet en Italia y RyanAir en España, Bélgica, Francia, Italia y Portugal, están llevando a cabo acciones a escala europea, incluidas huelgas salvajes. Los trabajadores de la salud han hecho huelga o tienen previsto llevar una a cabo en Alemania, Francia, España, Eslovenia y Turquía en Europa, y en India, Sri Lanka, Nueva Zelanda, Uganda, Kenia, Sudán y Estados Unidos.

Las huelgas y protestas nacionales han sacudido el Gobierno de Sri Lanka. En Turquía se están registrando los niveles más altos de protesta industrial desde la década de 1970. Los trabajadores portuarios de Estados Unidos y Alemania están amenazando con llevar a cabo grandes luchas, que ya han estallado entre los camioneros de Corea del Sur.

Los trabajadores de TNT/FEDEX cerca del aeropuerto de Milán hacen huelga contra 176 despidos y la traición de los sindicatos CGIL, CISL, y UIL (Foto de S.I. Cobas Peschiera Borromeo)

El emergente movimiento global de la clase obrera requiere una dirección coordinada a nivel mundial. La Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base (AIO-CB), lanzada por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional en abril de 2021, desempeña el papel político y organizativo central para impulsar y dirigir este movimiento. Ya se han creado comités en industrias clave de EE.UU., Canadá, Sri Lanka, Alemania, Australia y entre los trabajadores de autobuses y educadores británicos bajo su dirección.

La formación de comités de base en cada lugar de trabajo e industria en Reino Unido sentará las bases para que los trabajadores derroten todos los esfuerzos de los sindicatos por sabotear su lucha, uniendo todos los frentes de lucha y tumbando el Gobierno de Johnson.

Un programa de acción para los trabajadores de Reino Unido

El Partido Socialista por la Igualdad llama a los trabajadores a luchar por las siguientes demandas:

¡Un aumento salarial del 20 por ciento para los trabajadores del ferrocarril que supere la inflación! La lucha por esta demanda debe estar coordinada entre los conductores de tren, los cobradores, el personal de mantenimiento y el personal de las estaciones. Oponiéndose a las excusas de que “no hay dinero” para financiar el transporte público ni salarios y pensiones dignos, deben luchar por medidas socialistas, incluyendo la expropiación de las compañías ferroviarias bajo el control de los trabajadores.

¡Derroten el plan de Great British Railways! La congelación salarial impuesta a los trabajadores ferroviarios, los más de 3.000 millones de libras en recortes, y la amenaza de eliminar miles de puestos de trabajo y eviscerar las pensiones forman parte del plan conservador del Great British Railways. Los sindicatos RMT, la ASLEF y la TSSA son los socios de Johnson en este plan a través del Grupo de Recuperación de la Industria Ferroviaria.

¡Amplíen y unan los conflictos en todos los sectores! Los trabajadores están votando a favor de hacer huelga por las mismas cuestiones y se enfrentan a empresarios decididos y extremadamente ricos. Hay que superar los esfuerzos de los sindicatos por reprimir y dividir las luchas y preparar la organización de una huelga general.

¡Libren una lucha política para hacer caer el Gobierno de Johnson! Una huelga general no puede lograr sus objetivos sin montar un desafío político directo contra el Gobierno de Johnson, el cual está implementando ataques históricos en todos los sectores en nombre de las corporaciones y los superricos.

¡Construyan el Partido Socialista por la Igualdad como la dirección de la clase obrera! El Partido Laborista no ofrece ninguna alternativa a los conservadores de Johnson. Son partidos igualmente derechistas de autoritarismo, militarismo, contagio masivo y austeridad. Los trabajadores necesitan su propio partido para luchar por sus intereses bajo un programa socialista e internacionalista.

Instamos a todos los trabajadores y jóvenes que quieran participar en esa lucha a ponerse en contacto con el PSI hoy mismo.

(Publicado originalmente en inglés el 14 de junio de 2022)

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