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Perspectiva

Una masacre estadounidense el Cuatro de Julio

La mañana del lunes, un atacante abrió fuego contra un desfile del Cuatro de Julio, el Día de la Independencia de EE.UU., en Highland Park, Illinois, un suburbio al norte de Chicago. Seis personas han fallecido y docenas más quedaron heridas. Es la más reciente de una serie de horrendos tiroteos masivos que siguen atormentando la sociedad estadounidense.

Más de dos docenas de personas fueron hospitalizadas, incluyendo a un niño en condición crítica. Las edades de aquellos que sufrieron heridas de disparo van desde los ocho hasta los 85 años, incluyendo al menos cinco niños con heridas que van de leves a graves.

Según los informes que se han dado, el atacante abrió fuego desde el techo de un negocio en el trayecto del desfile. Se pueden escuchar fuertes disparos en los videos publicados en redes sociales, mientras una banda tocaba música marchando. Cientos de asistentes huyeron en una estampida masiva. Aquellos que se quedaron les ayudaron a los paramédicos a colocar torniquetes en las víctimas. Varios testigos describieron la escena como una “zona de guerra”.

En una declaración emotiva a la televisora ABC 7 Chicago, el doctor local David Baum describió la mortal escena que evidenció a una cuadra de distancia. “Podías ver cantidades masivas de cuerpos en las esquinas donde el atacante los puso en la mira”, dijo. “Estos cuerpos estaban destruidos, con partes evisceradas. Las personas que fallecieron sufrieron heridas horribles. El tipo de heridas que solo ves en tiempos de guerra…”.

La policía reportó que el presunto atacante fue Robert E. Crimo III de 22 años, quien escapó de la escena. Se puso en marcha una cacería masiva por parte de la policía y las agencias federales en los suburbios de Chicago que dio con el sospechoso y su arresto para la tarde noche.

Saldrá a la luz más información en los días siguientes sobre los motivos específicos de este último acto de violencia homicida, pero ya hay indicios de que Crimo tenía puntos de vista de extrema derecha. Hace diez meses, publicó varios videos musicales inquietantes, incluyendo uno que muestra imágenes de un hombre con un rifle en un video llamado “Soldado de juguete”. Varios reportes indican que Crimo asistió a un mitin de Trump en 2020 y en una caravana pro-Trump en 2021.

Highland Park también tiene una población judía grande. Si bien no está claro actualmente si los motivos de Crimo eran antisemitas, en abril alguien arrojó folletos antisemitas en toda la ciudad y otros suburbios al norte de Chicago.

Este incidente debe ser visto y analizado en su contexto social y político más amplio. Estados Unidos es una sociedad plagada por niveles sin precedentes de desigualdad social, violencia policial, niveles masivos de explotación de la clase obrera, guerras interminables, el culto a la bolsa de valores y la indiferencia de la clase gobernante a las necesidades de la población.

La violencia masiva se ha vuelto parte de la vida estadounidense. Cuando Charles Whitman, conocido como el “francotirador de la torre de Texas” disparó indiscriminadamente a un grupo de personas en 1966 fue un evento verdaderamente impactante en la sociedad estadounidense. En la actualidad, tales tiroteos masivos ocurren casi a diario.

Según el Gun Violence Archive, ha habido al menos 307 tiroteos masivos en 2022 hasta la fecha en EE.UU., lo que significa que podría superar los 611 tiroteos masivos en 2020, una cifra que se acerca a dos incidentes como estos cada día.

Los tiroteos masivos se han duplicado con creces desde que se les comenzó a dar seguimiento. En 2014, hubo 269 tiroteos masivos; 335 en 2015; 382 en 2016; 346 en 2017; 336 en 2018 y 417 en 2019, antes de saltar a 611 en 2020. Más recientemente, la masacre de Uvalde (Texas), en mayo, provocó una repulsión e ira generalizadas. En sí, Chicago es una ciudad plagada de violencia.

El presidente Biden apenas se refirió a los espeluznantes sucesos de Highland Park en su discurso de ayer en la Casa Blanca, dedicando tan solo 11 palabras que no decían nada (“Todos habéis oído lo que ha pasado. Todos habéis oído lo que ha pasado hoy”). En su lugar, hizo una serie de elogios a los militares en un discurso preparado de antemano en el que declaró que Estados Unidos es “una gran nación... Nunca me he sentido más optimista sobre Estados Unidos que hoy. Un optimismo que cala profundo, que nunca se rinde. Eso es Estados Unidos”.

Los delirantes comentarios de Biden sobre el estado de la sociedad estadounidense, junto con su indiferencia ante otro tiroteo masivo, están en consonancia con los intereses de una clase dominante que está totalmente consumida por los preparativos de una guerra interminable y el mantenimiento de una política de contagio masivo que ha provocado más de un millón de muertos en Estados Unidos por la pandemia del COVID-19. Para la clase dominante, la vida de las masas se ha vuelto prescindible y barata un año después de que Biden declarara la “independencia” respecto al virus.

Hablar del horrible tiroteo masivo que ocurrió apenas unas horas antes habría puesto una nota discordante en la declaración de Biden de que “somos una gran nación... Nunca me he sentido más optimista sobre Estados Unidos que hoy”. Al igual que con la pandemia, la solución de la clase dirigente estadounidense a los problemas sociales es simplemente ignorarlos.

La policía de Estados Unidos mata impunemente a miles de personas cada año, como el más reciente y horrible asesinato de Jayland Walker, impactado por más de 60 balas disparadas por agentes de la policía.

Las 400 personas más ricas de Estados Unidos controlan más de 3 billones de dólares en riqueza, mientras que la mitad de los estadounidenses no tienen ni siquiera 400 dólares en ahorros para cubrir una emergencia. Tales niveles de desigualdad, en todo el país y en el área de Chicago, son completamente incompatibles con la democracia, como ha quedado claro con la destrucción del derecho al aborto por parte de la Corte Suprema, junto con una serie de otras decisiones que allanan el camino para la erradicación de los derechos democráticos de la población.

Biden y el Partido Demócrata no tienen nada que ofrecer, excepto la perspectiva de una guerra contra Rusia y China, en gran parte debido a los agudos niveles de tensiones sociales en casa. En respuesta a la persistencia de los altos precios de la gasolina que están arruinando a las familias de la clase trabajadora, Biden dijo a los medios de comunicación que librará la guerra de EE.UU. y la OTAN en Ucrania contra Rusia “todo el tiempo que sea necesario”, amenazando con provocar una guerra nuclear y un suicidio planetario.

La promoción de la reacción política, encabezada por todas las instituciones del Gobierno, ha ido acompañada de la incitación de la violencia derechista. Algunos sectores de la clase dominante, a través del Partido Republicano, se preparan para una dictadura azuzando a los grupos fascistas, el terrorismo derechista y los ataques racistas y antisemitas.

Por su parte, los demócratas han adoptado una estrategia política de acomodar a sus homólogos republicanos fascistizantes, llamándolos “colegas” a pesar de que Trump y un amplio sector del Estado conspiraron para llevar a cabo un golpe de Estado el 6 de enero.

Los demócratas también han comenzado a llevar a cabo una estrategia electoral en la que impulsan a los candidatos de extrema derecha dentro del Partido Republicano, parte del libro de jugadas utilizado por Hillary Clinton y los medios de comunicación en 2016 que ayudaron a Donald Trump.

El gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, gastó recientemente millones en anuncios para impulsar al multimillonario fascistizante, apoyado por Trump, Darren Bailey, ayudándole a ganar las elecciones primarias republicanas para gobernador. Bailey se pronunció en el suburbio cercano de Skokie, Illinois (el sitio de una marcha fascista en la década de 1970), donde dijo en respuesta a los tiroteos en Highland Park: “Vamos a seguir adelante y celebrar la independencia de esta nación”.

El último horrible tiroteo masivo debe tomarse como una advertencia. La violencia fascista gotea por todos los poros de la sociedad capitalista, y las formas democráticas de gobierno se están desmoronando bajo el peso de la enorme desigualdad social de Estados Unidos. La lucha contra la violencia fascista y la defensa de los derechos democráticos básicos requieren la construcción de un movimiento socialista de la clase obrera.

(Publicado originalmente en inglés el 4 de julio de 2022)

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