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Mineros de Coahuila aún atrapados mientras el Gobierno mexicano se concentra en encubrir su responsabilidad

Desde el 3 de agosto, diez mineros han permanecido atrapados en el pozo de carbón El Pibete en el estado mexicano de Coahuila, fronterizo con Texas.

La respuesta del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ha enfocado en prevenir una crisis política dado que el incidente socava su demagogia “a favor del trabajador” y desenmascara gráficamente las consecuencias desastrosas de la subordinación de su Gobierno a la patronal.

Miembros civiles y militares de la operación de rescate en el pozo de carbón El Pinabete en Sabinas, Coahuila, 18 de agosto (crédito: Protección Civil México, @CNPC_MX)

La nerviosidad del Gobierno ha resultado en un juego cruel y casi diario de alzar y luego defraudar las esperanzas de las familias de los mineros de los millones de personas preocupadas que revisan frecuentemente las últimas noticias.

Esto tan solo puede profundizar el trauma que viven aquellos que esperan a sus seres queridos. María Guadalupe Cabriales, hermana del minero atrapado Mario Alberto, le dijo a Yancuic el miércoles, “Ya van 14 días y no se ve nada. Cuando pudieron haber entrado no entraron, y ahorita que ya está todo otra vez (inundado) se nos va todo para abajo; quisiéramos tenerlos acá sea como sea… vivos o muertos”.

Mónica Amaya, la esposa del minero atrapado José Luis, le dijo a CNN que aún no puede dormir y no puede hallar las palabras para explicarle a su hijo de tres años lo que sucede. Añadió: “Los primeros días sí fue muy doloroso para mí. No quería ni ir a mi casa. Entraba y pues él esperaba que su papá llegara detrás de mí”.

El miércoles 10 de agosto, la titular de Protección Civil de AMLO, Laura Velázquez dijo que estaban “a horas de realizar este rescate”, pero los buzos del Ejército se vieron bloqueados por escombros. El día siguiente, Velázquez dijo que los rescatistas entrarían en uno de los pozos, pero no se materializó. El viernes, declaró: “Ya estamos en un 97 por ciento de extracción de agua así es que ya tenemos todas las condiciones para bajar el día de hoy”, pero todo el personal fue desalojado por una tormenta eléctrica.

El sábado, los familiares de los mineros atrapados organizaron su primera rueda de prensa, donde clamaron por ayuda a expertos internacionales y denunciaron la falta de información de las autoridades. Tan tarde como este jueves, Milenio reportó que los familiares les han dicho que las autoridades no responden a sus preguntas y que lo que saben proviene de los medios de comunicación.

El lunes 15 de agosto, otro devastador colapso subterráneo causó que los niveles de agua volvieran a sus niveles iniciales.

Tras dos semanas dependiendo de añadir más bombas de agua y limpiar los escombros, Velázquez luego anunció un nuevo plan de hacer perforaciones en la mina vecina Conchas Norte, que fue abandonada y ha estado acumulando agua por casi tres décadas. Creen que esta es la fuente de agua que causó la inundación y el desastre en la mina El Pinabete. Luego, planean utilizar cemento para sellarla en un proceso cuya duración nadie ha mencionado. Actualmente, se están tomando y analizando medidas para la perforación.

El miércoles, Velázquez dijo que dos empresas, Phoenix First Response de EE.UU. y DMT de Alemania, habían respaldado su operación de rescate hasta el momento. Sin embargo, una visita planificada de expertos de la empresa estadounidense no ocurrió y todas las consultas se realizaron en línea. Efectivamente, fue un intento apresurado para encubrir la responsabilidad del Gobierno y desestimar las demandas de los familiares de que se obtenga realmente un apoyo internacional para la operación de rescate.

Intentando ocultar la negligencia del Gobierno en cuanto a la seguridad de los mineros, la Procuraduría General anunció que presentará cargos de “explotación ilícita del subsuelo” contra un hombre llamado Cristian Solís, el presunto dueño de la mina El Pinabete en Sabinas. Sin embargo, Familia Pasta de Conchos, la organización formada por los familiares de los 65 mineros que murieron en la mina Pasta de Conchos en 2006, descubrieron que Solís es un joven local —“su esposa hace rifas en Facebook y su madre es trabajadora de una maquiladora”—quien vendió su nombre para proteger a los verdaderos dueños.

Una investigación de Animal Político halló que los dueños de la mina tenían un contrato de $3,7 millones con la Comisión Federal de Electricidad, que consideró la mina “segura” para operaciones de 2020 a 2024.

Varios familiares han indicado que los mineros les compartieron preocupaciones sobre la seguridad, pero las necesidades económicas los llevaron a tomar el riesgo. En otras palabras, era conocimiento común que la mina era particularmente insegura. En general, varios mineros coahuilenses que han sido entrevistados han dicho lo mismo: “Entras pero no sabes si sales”.

Familia Pasta de Conchos declaró que el desastre más reciente demuestra que “sigue sin haber protocolos de atención a emergencias mineras”. La organización documento 310 incidentes mortales en minas de carbón desde 1883, que resultaron en 3.103 muertes.

Las principales demandas del grupo son el rescate de los cuerpos de sus seres queridos y una política de “no repetición” de tales desastres. El viernes, tres años y medio después de llegar al poder y espoleado por la operación chapucera en Sabinas, AMLO aprobó un presupuesto para un esfuerzo precario para recuperar los cuerpos en Pasta de Conchos.

Hace tan solo un año, siete mineros quedaron atrapados en un desastre casi idéntico dentro de un pozo de carbón inundado a menos de 50 km de distancia en Rancherías, donde el rescate se pospuso todo un día.

En 2011, la Comisión Nacional de Derechos Humanos concluyó que ninguno de los pozos mineros en la región eran seguros, pero la CFE sigue entregando millones de dólares a sus dueños y la reforma energética de AMLO aumenta la dependencia del país en este carbón para la electricidad.

El 5 de agosto, AMLO pasó cinco minutos con las familias y los mineros sobrevivientes en Sabinas solo para decirles que tuvieran fe en los técnicos, emanando indiferencia a la seguridad y el sufrimiento de los trabajadores. Al mismo tiempo, ha hecho puesto a los militares a la cabeza del rescate y enviado cientos de tropas para presentarlas como indispensables y justificar los miles de millones de dólares que ha gastado en su continuo despliegue.

Para las familias y todos los testigos, emergió un claro contraste entre el secretismo, la lentitud y la indeterminación de la respuesta oficial y los valientes y desinteresados ofrecimientos de los mineros que llegaron de distintas minas desde el primer día para entrar y rescatar a sus compañeros trabajadores, insistiendo en que “conocen el terreno”.

Los frecuentes desastres mineros y, ante todo, la política asesina de permitir que el COVID-19 se propague sin control y mate a cientos de miles de trabajadores han demostrado que el capitalismo antepone las ganancias a todo lo demás y considera desechables a los trabajadores. AMLO, todo partido, empresa y sindicato en México son defensores incondicionales del capitalismo y su sistema de Estado nación, que obstaculiza toda cooperación científica internacional.

Una política de “no repetición” ante esta matanza criminal en las minas y otros lugares de trabajo solo puede aplicarse si se barren estas instituciones capitalistas y se coloca toda la economía global, que ya está conectada por medio de cadenas de suministro, bajo el control de la clase trabajadora, organizada democráticamente bajo un programa socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de agosto de 2022)

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