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En una transmisión en vivo por Facebook el viernes, Shawn Fain, el presidente del sindicato United Auto Workers (UAW) en Estados Unidos, dijo que hubo “serios avances” en las negociaciones contractuales con Ford, Stellantis y General Motors, y se opuso a convocar más plantas a la huelga.
El anuncio significa que aproximadamente el 75 por ciento de los miembros del UAW en los Tres Grandes —GM, Ford y Stellantis— recibieron la orden de continuar trabajando por sexta semana sin contrato. Fain y el UAW solo han llamado a una planta a unirse, Ford Kentucky Truck, desde principios de octubre.
Trastabillando tras la abrumadora votación de los trabajadores de Mack Trucks donde rechazaron un contrato recomendado por Fain, el UAW permanece en modo de control de daños. La transmisión en vivo se dedicó una vez más a los intentos defensivos de Fain de responder a las críticas cada vez más enojadas de los trabajadores de las “huelgas de pie” extremadamente limitadas del UAW.
La transmisión en vivo inició con un video sobre la huelga en Mack Trucks. Si bien contenía clips de trabajadores de base que hablaban en contra del contrato, no mencionó que los dirigentes nacionales y locales del UAW intentaron imponer un acuerdo totalmente favorable a la empresa, que contenía aumentos por debajo de la inflación, ningún ajuste a la inflación y una jornada laboral prolongada.
En la parte en vivo del evento, Fain advirtió siniestramente sobre las “divisiones” y las “dudas” en la dirección del UAW que estaba sembrando la empresa.
Frente a la creciente insatisfacción por su traicionera huelga “stand-up” o “de pie”, Fain está tratando de jugar psicológicamente con los trabajadores y sugerir que cualquier crítica al aparato del UAW está siendo fomentada por la gerencia. Pero la realidad es que la oposición de base está creciendo porque Fain y la burocracia del UAW están conspirando con las corporaciones y a favor de ellas.
Fain no pudo explicar la contradicción obvia entre su declaración durante la transmisión de que la capacidad de los trabajadores de no trabajar es su “apalancamiento” y su “camino hacia la victoria” y el hecho de que el UAW está prescindiendo de ese apalancamiento y bloqueando el camino hacia la victoria al mantener al 75 por ciento de sus miembros de las Tres Grandes en el trabajo.
Elogió los “avances” con las compañías automotrices y llegó a insinuar que un acuerdo contractual podría anunciarse en días, afirmando que el UAW estaba en un “empuje agresivo para la última milla”. Esta posibilidad fue subrayada por el anuncio de acuerdos en las empresas ZF en Alabama y Faubert en Newton Iowa. Mientras tanto, el contrato para 1.100 trabajadores de la empresa de defensa, General Dynamics, en Míchigan, Ohio y Pensilvania expirará a las 11:59 p.m. del domingo 22 de octubre.
El aparato del UAW es claramente consciente de la enorme ira social por las guerras respaldadas por Estados Unidos en Ucrania y Gaza. Apelando con palabras vacías a la oposición a la guerra, Fain declaró: “En un momento en que hay dinero interminable para la guerra, de alguna manera todavía no hay dinero para la clase trabajadora”.
Fain dijo esto como si él y el aparato del UAW no estuvieran promoviendo y conspirando implacablemente con la Casa Blanca y el Partido Demócrata, que se encuentran en medio de una escalada masiva de la guerra en Europa del este y Oriente Próximo y de los preparativos para la guerra con China, pidiendo esta semana $100 mil millones adicionales en fondos del Pentágono y ayuda militar para Ucrania e Israel.
En las últimas semanas, tanto Fain como Biden han hecho referencia a la frase “arsenal de la democracia”, que significa la conversión masiva de la industria estadounidense, incluidas las plantas automotrices, a la producción militar durante la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, el UAW implementó una militarización del trabajo, comprometiéndose a no hacer huelgas, recortando los salarios, acelerando la producción e imponiendo horas extras en interés de la economía de guerra.
“¿Shawn Fain también gana $500 a la semana?”
El discurso de Fain volvió a provocar comentarios enojados en Facebook. En uno de los comentarios más “gustados”, un trabajador escribió: “¿Shawn Fain también gana $500 a la semana como los que han estado en huelga durante los últimos 30 días o más? La huelga stand-up parecía genial al principio, pero ahora me siento muy mal por aquellos que comenzaron esto y han estado en los piquetes sin un final a la vista. ¡Golpeen más plantas, terminen con esto y hagan que la gente vuelva a trabajar!”.
Otro publicó: “Muéstranos toda la oferta”.
Los trabajadores que hablaron con el WSWS expresaron su frustración porque Fain no les estaba dando ninguna información. Un joven trabajador de GM Flint dijo: “¡Todo fue palabrería! Pero no hay información real. No se llamaron nuevas plantas a la huelga”. Otro trabajador de GM, refiriéndose a los retrasos regulares en las transmisiones en vivo de UAW, dijo: “Si llegáramos tarde tantas veces como Fain, no tendríamos trabajo. ¿Quién se cree?”.
Contrariamente a las afirmaciones de Fain, el UAW no está a la espera de mejores salarios y prestaciones para los trabajadores. Lo que sea que la burocracia ya haya acordado, estará muy lejos de recuperar lo que los trabajadores han perdido en los últimos 30-40 años. Las empresas esperan compensar cualquier aumento modesto que se otorgue con ataques a los puestos de trabajo y un mayor uso de trabajadores temporales.
La burocracia del UAW no defiende nada más que sus propios intereses institucionales, es decir, el “derecho” a cobrar cuotas en las nuevas plantas de vehículos eléctricos.
El acuerdo de la planta de baterías para vehículos eléctricos del UAW en GM
Antes de la transmisión en vivo, Reuters publicó un artículo muy revelador que exponía la realidad detrás de la charla de Fain sobre asegurar una “transición justa” a la producción de vehículos eléctricos.
Hace dos semanas, Fain informó que había cancelado una huelga planificada por los trabajadores de la planta de ensamble de GM en Arlington, Texas, citando un acuerdo con GM para incluir las plantas de baterías en el acuerdo de contrato nacional de UAW. Sin embargo, el informe de Reuters indica que la cuestión de la representación del UAW en las futuras plantas de baterías sigue en cuestión.
Reuters informó que el “avance” acordado con GM que Fain ya había anunciado involucraba un convenio colectivo para los trabajadores de baterías de Ultium separado del contrato maestro del UAW con GM. El informe deja claro que los trabajadores de Ultium serían relegados a un nuevo nivel de bajos salarios, señalando que el acuerdo establecería “un órgano de supervisión conjunto y salarios flexibles vinculados a la producción, los subsidios gubernamentales y los costos de la competencia”. En otras palabras, los trabajadores de Ultium se enfrentarían directamente en una carrera hacia el fondo contra los trabajadores de Tesla no sindicalizados y otros competidores con salarios más bajos.
En la medida en que haya conflictos entre el aparato del UAW y las empresas sobre las plantas de baterías de vehículos eléctricos, se trata de cómo dividir miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales con la burocracia del UAW, que busca una parte considerable para sí misma. Como siempre es el caso, el UAW, para meter la mano en la caja, está preparado para negociar los salarios, las condiciones de trabajo y los beneficios de los trabajadores que supuestamente representa.
Reuters señaló: “Cuando funcione a plena capacidad, la planta [de Ultium] podría generar un promedio de $337 en subsidios por trabajador por hora”.
“GM dijo a los inversores el año pasado que los subsidios estadounidenses podrían añadir entre $3.500 y $5.500 en ganancias antes de impuestos por cada vehículo eléctrico que vendiera”.
GM y tras empresas de automóviles insisten en que sus operaciones de vehículos eléctricos deben ser “competitivas con Tesla y otros fabricantes de baterías cuyas operaciones en los Estados Unidos recibirán los mismos subsidios federales, pero tendrán reglas de trabajo más flexibles y pagarán menos de los $32 por hora que ganan los trabajadores del UAW en las Tres Grandes de Detroit”.
Una posibilidad que se está planteando es la de un acuerdo para ofrecer puestos de trabajo en plantas de baterías a los trabajadores siendo despedidos de las fábricas representadas por el UAW, como la planta de ensamble de Stellantis en Belvidere. En los términos que se están discutiendo actualmente, esto podría implicar grandes recortes salariales para estos trabajadores reubicados.
La lucha de los trabajadores automotores está en una encrucijada. Cualquier acuerdo contractual alcanzado por el aparato del UAW mientras no se movilice todo el poder de los miembros solo puede ser una traición masiva. Las compañías automotrices están pasando a la ofensiva, mientras que el UAW ordena a la gran mayoría de los trabajadores que permanezcan en el trabajo, produciendo ganancias para los accionistas.
Según informes en la prensa financiera, las huelgas han tenido un impacto mínimo en las cuentas de las compañías automotrices. Un analista de JPMorgan recientemente estimó el costo en $500 millones para Ford y GM, equivalente a solo el 1 por ciento de sus ventas en 2022. Por el contrario, solo Ford pagó $3,8 mil millones en dividendos en la primera mitad de 2023.
Para detener el sabotaje de su lucha y ganar sus demandas, los trabajadores tienen que tomar el control de la lucha en sus propias manos a través de la expansión de la red de comités de base, que luchan por transferir el poder de la burocracia del UAW a los trabajadores en las líneas de producción. Estos comités deben prepararse para oponerse al próximo acuerdo vendido del UAW y convocar reuniones para votar sobre una huelga de toda la industria automotriz.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de octubre de 2023)