En dos apariciones el martes frente a una audiencia a puerta cerrada en Grand Rapids, Michigan, y en un mitin público en Green Bay, Wisconsin, el expresidente fascista Donald Trump intensificó su campaña de odio dirigida hacia los inmigrantes.
Defendió sus referencias previas a los migrantes como “animales”. Esto lo combinó con una advertencia de que los migrantes estaban destruyendo América. “Esto está cambiando el país, amenaza al país y está destruyendo el país”, dijo.
Trump afirmó que el presidente Joe Biden ha instituido una política de “fronteras abiertas”, a pesar de que el actual régimen antiinmigrante en la frontera entre Estados Unidos y México es una continuidad de las políticas salvajes y antidemocráticas llevadas a cabo bajo la administración de Trump. Tildó la “matanza fronteriza de Joe Biden” como la causa de la violación, el asesinato y la propagación de drogas mortales como el fentanilo.
La campaña a través de Michigan y Wisconsin, ambos estados que se espera estén reñidos en noviembre, fue la primera de Trump desde que obtuvo la nominación republicana con la salida de su último oponente restante, la ex embajadora de la ONU y gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley.
En Michigan, Trump habló ante un grupo exclusivo de funcionarios y policías republicanos, con la prensa también permitida para asistir. En Wisconsin, el mitin estuvo abierto al público pero fue pobremente asistido. El Green Bay Press-Gazette y el afiliado local de NBC informaron una multitud de cientos, afectada tanto por la intensa nevada como por el día de las primarias en Wisconsin.
El carácter fascista del discurso se demostró en reiteradas denuncias al marxismo y la caracterización de sus oponentes como “comunistas”. A esto se añadió un antisemitismo abierto, no solo en sus referencias habituales a los “globalistas”, una palabra clave para los judíos entre los supremacistas blancos, sino en su declaración de que el día de las elecciones, el 5 de noviembre, “se llamará de otra forma. Día de visibilidad cristiana. Cuando los cristianos salgan en números que nadie ha visto antes. Llamémoslo día de visibilidad cristiana”.
Trump habla de las próximas elecciones en términos cada vez más apocalípticos, declarando, “Expulsaremos a los globalistas. Echaremos a los comunistas. Expulsaremos a la casta política enferma. Desbancaremos a los medios de comunicación falsos. Liberaremos a nuestro país de los tiranos y villanos. Recuperaremos nuestro país el 5 de noviembre de 2024, el día más importante en la historia de nuestro país”.
Agregó: “Este país está acabado si no ganamos estas elecciones. Oí a alguien decir que si no ganamos, estas pueden ser las últimas elecciones que nuestro país tenga”. Este comentario se interpreta quizás mejor como una confirmación de las propias intenciones de Trump si gana.
Trump hizo una serie de promesas específicas de medidas de represión masiva a ser instituidas en el primer día de su nueva administración si gana las elecciones de noviembre. Esto incluyó, “el programa de deportación doméstica más grande en la historia de América”. También gritó: “Pediré al Congreso que envíe a mi escritorio un proyecto de ley que garantice que cualquiera que asesine a un policía reciba inmediatamente la pena de muerte”.
Como de costumbre, Trump colocó una flagrante fabricación en el centro de su discurso en Michigan. Citó el asesinato de Ruby Garcia, una joven de Grand Rapids, cuyo cuerpo fue encontrado recientemente a un lado de una carretera principal. La policía ha acusado a Brandon Ortiz-Vite, de 25 años, de ser el asesino y lo ha descrito como un exnovio. Ortiz-Vite llegó a los Estados Unidos desde México siendo un niño, y estuvo protegido bajo el programa DACA hasta que fue deportado en 2020. Regresó “ilegalmente” al país donde ha vivido la mayor parte de su vida.
Trump afirmó haber estado en contacto con la familia, sugiriendo que estaban de acuerdo con su denuncia del “crimen migrante”. Pero la hermana de García, Mavi, hablando en nombre de la familia, dijo que esto no era cierto. “No habló con ninguno de nosotros, por lo que fue algo impactante ver que había dicho que había hablado con nosotros y desinformó a la gente en televisión en vivo”, dijo a una estación de televisión local.
“Nadie realmente habla de cuando los estadounidenses cometen crímenes atroces, y es sorprendente por qué solo mencionaría a los ilegales”, continuó. “¿Qué pasa con los estadounidenses que cometen crímenes atroces como ese?”
El Comité Nacional Republicano añadió su voz a la avalancha de vituperios contra los migrantes. Puso en marcha un sitio web con el URL bidenbloodbath.com, cuyo titular dice, “VOTAR POR BIDEN ES VOTAR POR UNA INVASIÓN”. La declaración asegura que votar por el presidente en funciones “es votar para permitir que criminales invadan nuestra nación y ataquen a los estadounidenses”.
El sitio web continúa afirmando, en letras mayúsculas, “HAY SANGRE EN LAS MANOS DE BIDEN”. Esto no se refiere a los verdaderos crímenes de la administración Biden, incluyendo el total apoyo al genocidio israelí en Gaza y la instigación y escalada de la guerra proxy entre EE.UU.-OTAN contra Rusia en Ucrania. En cambio, se refiere a las falsas afirmaciones de que el “crimen migrante” está barriendo América, aunque muchos menos inmigrantes en términos porcentuales enfrentan cargos criminales que los ciudadanos estadounidenses.
La respuesta del Partido Demócrata al enfoque obsesivo de Trump de demonizar a los migrantes ha sido seguir su ejemplo, aunque con un volumen más bajo y con una retórica menos abiertamente provocativa.
La congresista demócrata de Grand Rapids, Hillary Scholten, dijo que Trump estaba expresando temores públicos legítimos. “Cuando ves a alguien que es asesinado en nuestra comunidad y te das cuenta de que había una persona aquí que hizo eso que no debería haber estado aquí, tienes derecho a cuestionar nuestro sistema para mantener seguros a los estadounidenses”, dijo.
La senadora demócrata Debbie Stabenow repitió la línea de la Casa Blanca de Biden y del líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, quienes han denunciado a Trump por presionar a los republicanos del Congreso para que bloqueen un proyecto de ley antiinmigrante que inicialmente fue aprobado en el Senado por voto bipartidista.
“Hay preocupaciones de seguridad muy reales en la frontera, y el 7 de febrero de este año, los republicanos del Senado tuvieron la oportunidad de votar por un proyecto de ley duro, efectivo y bipartidista para abordar esos desafíos”, dijo. “Cincuenta y cinco días después, todavía estamos esperando que se apruebe ese proyecto de ley”, añadiendo que Trump “les dijo que detuvieran el proyecto de ley”.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 04 de abril de 2024)