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Perspectiva

Biden presenta orden ejecutiva al estilo de Trump para eliminar el derecho al asilo

En uno de los mayores ataques a los inmigrantes y refugiados en la historia de Estados Unidos, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva el martes que efectivamente elimina el derecho a solicitar asilo en Estados Unidos. 

El presidente Joe Biden ofrece declaraciones durante una visita a la frontera sur, el jueves 29 de febrero de 2024, en Brownsville, Texas, mientras el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, observa. [AP Photo/Evan Vucci]

De un plumazo, en contravención del derecho nacional e internacional instituido tras el Holocausto, la nueva orden impide que los refugiados soliciten asilo en los Estados Unidos a lo largo de la frontera con México y las costas del sur, a menos que haya una fuerte disminución en los intentos de los migrantes para ingresar al país.

Acompañado por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, así como por los gobernadores demócratas Kathy Hochul (Nueva York) y Michelle Lujan Grisham (Nuevo México), y varios alcaldes, legisladores y alguaciles de Texas, Biden declaró:

Anuncio acciones para prohibir que los migrantes que cruzan ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo. Los migrantes no podrán recibir asilo en nuestra frontera sur a menos que lo soliciten después de ingresar a través de un proceso legal establecido.

Añadió que la “prohibición permanecerá vigente hasta que el número de personas que intentan ingresar ilegalmente se reduzca a un nivel que nuestro sistema pueda administrar de manera efectiva”.

La orden firmada el martes permite al presidente declarar una “emergencia” si los “cruces no autorizados” diarios alcanzan los 2.500. Varios altos funcionarios confirmaron a los periodistas que la orden tal como está constituida actualmente entraría en vigencia de inmediato, implementando efectivamente un sistema de cuotas por primera vez desde la Ley de Inmigración de 1924, que famosamente fue elogiada por Hitler y los nazis.

Biden firmó su orden ejecutiva 85 años después del día en que el MS St. Louis, un barco de pasajeros que transportaba a 937 refugiados judíos, fue bloqueado del puerto de Miami por el Gobierno de Roosevelt en virtud de las disposiciones incluidas en la legislación de 1924. Después de que se le negara el asilo, el barco regresó a Europa y cientos de sus pasajeros fueron asesinados posteriormente en el Holocausto.

Biden, quien hizo campaña en 2020 para proteger los derechos de los inmigrantes y el asilo, ahora está utilizando la misma autoridad presidencial (Sección 212 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad) invocada por el entonces presidente Donald Trump para instituir su “prohibición a musulmanes”. Lejos de ser un “mal menor”, Biden y el Partido Demócrata están implementando las políticas fascistas antiinmigrantes de Trump.

No cabe duda de que el fallo del martes conducirá a más muertes y privaciones a lo largo de la frontera. La orden de Biden forma parte de una campaña racista y xenófoba de la clase dominante estadounidense destinada a impedir que los trabajadores y sus familias, en muchos casos huyendo de países devastados por las guerras imperialistas y las sanciones económicas de Estados Unidos, busquen seguridad en Estados Unidos.

El ataque al derecho de asilo es parte de un asalto más amplio a los derechos democráticos de la clase trabajadora en su conjunto. Durante los últimos dos meses, Biden ha encabezado una campaña salvaje de ataques policiales y arrestos masivos contra estudiantes, profesores y trabajadores universitarios por protestar el genocidio estadounidense/israelí en Gaza. 

De la mano de los fascistas republicanos, Biden ha calumniado las protestas universitarias tildándolas de “antisemitas” a pesar de que han participado decenas de miles de estudiantes judíos. Además, sigue defendiendo y armando las masacres, la destrucción del sistema de salud y la hambruna forzada a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel, que ya ha matado a unos 45.000 palestinos, principalmente mujeres y niños.

Hablando desde la Casa Blanca el martes, Biden culpó a los republicanos de la Cámara de Representantes por obligarlo a tomar esa acción en la frontera, al no aceptar una legislación antiinmigrante que se había negociado en el mismo paquete que un gasto militar suplementario de $95 mil millones.

Cuando buscaba apoyo para aprobar este proyecto de ley para una guerra global, Biden imploró a Trump que “se unieran” para respaldar el proyecto de ley antiinmigrante. Ese proyecto de ley incluía, además de miles de millones de dólares para la Gestapo fronteriza, las disposiciones contra el asilo que Biden acaba de implementar por orden ejecutiva.

La afirmación de Biden de que defiende la democracia contra Trump ha quedado aún más expuesta como un fraude. Lo que impulsa a Biden y al Partido Demócrata es la política de guerra global de la clase dominante, ante todo la escalada imprudente de la guerra contra Rusia, que amenaza con desencadenar un Armagedón nuclear. La implementación de esta política de guerra mundial requiere una ofensiva total contra los derechos democráticos y sociales de la clase trabajadora dentro de los Estados Unidos.

En un comunicado emitido tras el decreto, el candidato presidencial del Partido Socialista por la Igualdad de los Estados Unidos, Joseph Kishore, declaró que, con esta acción,

El Gobierno de Biden confirma una vez más que el ataque a los trabajadores inmigrantes es una política apoyada tanto por los demócratas como por los republicanos. Desenmascara a aquellos, como la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, quien citó el impacto de las políticas de Trump contra los inmigrantes para denunciar cualquier oposición socialista a Biden como “privilegiada”.

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Kishore explicó que no son

Los refugiados desesperados los responsables de la crisis social en los Estados Unidos, sino la oligarquía corporativa y financiera, que saquea los recursos de la sociedad y acumula billones de dólares en riqueza, como producto de la explotación de los trabajadores en todo el mundo.

En oposición a todos los partidos capitalistas, Kishore llamó a la clase trabajadora a “defender el principio de fronteras abiertas: el derecho de los trabajadores a vivir y trabajar en cualquier país que elijan con plenos derechos de ciudadanía”.

La clase dominante hace todo lo posible para dividir a los trabajadores por nacionalidad, etnia, raza y cualquier otra categoría. Lo hace para evitar que entendamos que nuestros intereses son los mismos.

La defensa de los derechos democráticos es inseparable de la lucha contra la guerra imperialista y el genocidio. Esta lucha debe ser dirigida por la clase trabajadora, que debe unirse más allá de todas las fronteras nacionales para poner fin a la causa fundamental de la guerra y el fascismo: el sistema capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de junio de 2024)

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