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Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

El final de la guerra y los “estados tapones”

95. La guerra devastó la economía capitalista en el continente europeo. Amplias capas de la burguesía habían quedado desacreditadas por haber apoyado al fascismo. En esa situación, el régimen soviético y su red de partidos estalinistas a través de Europa jugaron el papel decisivo en evitar que la clase trabajadora tomase el poder. Los estalinistas se apoyaron en su autoridad política —la cual había ganado fuerzas por medio de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi— para desviar las luchas de masas que estallaron durante las últimas etapas de la guerra y seguidamente después. En Francia, Italia y Alemania, el Kremlin instruyó a sus partidos comunistas locales que apoyaran a los gobiernos burgueses, desarmaran a los luchadores de la resistencia y suprimieran toda iniciativa independiente de la clase trabajadora. Luego, en Grecia, la burocracia Soviética privó a las fuerzas insurgentes de ayuda crítica y garantizó la victoria de la burguesía en la guerra civil.

96. En Europa Oriental, donde el Kremlin concluyó que, por razones de defensa militar, no podía tolerar el establecimiento de regímenes títeres burgueses controlados por los Estados Unidos, la Unión Soviética estableció, bajo su propio control, varios “estados tapones” (Alemania Oriental, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria y Rumania). Pero la imposición de la propiedad estatal en estas naciones (en algunos casos, este proceso tardó varios años) tomó lugar al mismo que sistemáticamente se le privaba a la clase trabajadora de sus derechos civiles. El establecimiento de regímenes policíacos tipo estalinistas no representó ninguna expansión de la revolución socialista. Más bien fue un acuerdo provisional y peculiar que a fin de cuentas servía los fines conservadores de reestabilizar políticamente a la Europa de pos guerra. En Yugoslavia, la nacionalización sucedió de forma diferente a la de los estados tapones. Los partisanos, bajo la dirección del Partido Comunista con Tito a la cabeza, llegaron al poder después de la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, aunque el heroísmo de su participación en la guerra le daba a Tito cierta legitimidad y popularidad, desconocidas en los otros estados controlados por los estalinistas, a la clase trabajadora se le prohibió crear sus propias instituciones al estilo soviético por medio de las cuales podía ejercer el poder político. El régimen de Tito pronto se degeneró en un estado policiaco en el que el propio Tito asumió el papel de árbitro entre las facciones conflictivas de una burocracia constituida por varios grupos nacionales y étnicos. La índole nada envidiable de este arreglo apareció inmediatamente después de Tito fallecer en 1980.