Español
Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)
Las bases históricas e internacionales del Partido Socialista por la Igualdad

El estalinismo en crisis

123. La lucha en el interior de la Cuarta Internacional al mismo tiempo reflejaba y anticipaba cambios en la situación mundial. Incluso durante la escisión, el Kremlin se encontraba asediado por una crisis. Los sangrientos juicios purgadores en Europa Oriental y los infames arrestos de médicos judíos en la Unión Soviética dejaron bien claro, aún entre los acólitos de Stalin, que la furiosa paranoia del dictador obstaculizaba toda política coherente con la cual responder a la crisis que azotó a la sociedad soviética después de la guerra. Cuando Stalin murió repentinamente en marzo de 1953 bajo circunstancias turbias, se creó la oportunidad para cambiar la política. Después de una breve discordia facciosa en el Politburó, Lavrenti Beria, jefe de la policía secreta de Stalin, fue destituido y ejecutado. Con este acto, la burocracia, que debía su poder a que Stalin había destruido todos los cuadros revolucionarios del Partido Bolchevique, expresó el deseo de disfrutar sus privilegios sin el peligro perenne de las purgas, los arrestos y las ejecuciones. Pero el control de la burocracia sobre sus privilegios se topó con un peligro aún mayor: el descontento creciente de la clase trabajadora en la Unión Soviética y en Europa Oriental. En junio de 1953, los trabajadores de Alemania Oriental se levantaron contra la burocracia estalinista, pero fueron suprimidos por las fuerzas militares soviéticas. En febrero de 1956, Nikita Khrushchev, pronunció su “discurso secreto” ante el Vigésimo Congreso del Partido Comunista por medio del cual reveló varios de los crímenes de Stalin, pero intencionalmente excluyó de la lista de víctimas a los lideres trotskistas de la Oposición de Izquierda y a los que fueron condenados a pena de muerte por los Juicios de Moscú. Como líder de la burocracia estalinista, Khrushchev no era capaz de ofrecer una explicación de los orígenes de los crímenes de Stalin y recurrió a una disculpa simplista: los secuaces de Stalin en la burocracia y toda la población soviética se habían convertido en esclavos del “culto a la personalidad”. Ese mismo año, la clase trabajadora húngara se sublevó y estableció concilios obreros, los cuales eran la forma embrionaria de la revolución política. Khrushchev envió tanques a Budapest y la rebelión fue aplastada brutalmente. Esta acción mostró una vez más el carácter completamente contrarrevolucionario del estalinismo. La muerte de Stalin no había cambiado para nada la oposición implacable del estalinismo a todo movimiento revolucionario de la clase trabajadora.

124. La crisis del estalinismo creó una verdadera posibilidad para aclarar cuestiones políticas fundamentales. Los trotskistas británicos, bajo la dirigencia de Gerry Healy, enfatizaron la importancia de clarificar los grandes temas que formaban las bases de la lucha de Trotsky contra el estalinismo. Esto suponía la necesidad de profundizar la lucha contra los pablistas, quienes interpretaban todas las maniobras política estalinistas como ejemplos de “auto reforma” progresista burocrática. Fue precisamente en ese momento, sin embargo, que la dirigencia del SWP comenzó a abandonar la irreconciliable oposición al pablismo por la cual Cannon había abogado tan enérgicamente entre 1953 y 1954. Ya para 1957, Cannon comenzaba a expresar interés en la posibilidad de reunificación con los pablistas basándose en una falsa premisa: que las diferencias entre el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y el Secretariado pablista habían disminuido a través de los años. Este cambio de actitud hacia los pablistas por parte del SWP reflejaba un cambio definitivo hacia la derecha en la línea política general del partido. Hacia finales de los años 1950, el SWP mostró interés en participar en la “reagrupación” de varias tendencias radicales. La vuelta hacia los pablistas expresó un cambio en el eje clasista del SWP, el cual se alejó de su “orientación proletaria” y se movió hacia alianzas con los representantes políticos de capas radicales de la pequeña burguesía.