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Conflictos sociales estallan en Perú luego de sangrienta confrontación minera

Luego del arreglo de una huelga contra el mega-proyecto minero Las Bambas, en el que la policía disparó y mató a cuatro trabajadores, más de 200 luchas sociales similares continúan por todo el país, según un informe gubernamental.

La Defensoría del Pueblo, una agencia semiautónoma encargada de la protección de derechos constitucionales y básicos, emitió un reporte que lista a 150 luchas "activas" y otras 64 que están descritas como "latentes".

El más grande número de éstas proviene de dislocaciones sociales y ambientales creadas por las rapaces actividades de grandes corporaciones mineras que disfrutan de la completa colaboración del gobierno del presidente Ollanta Humala.

En octubre, una delegación de alto nivel representando al gobierno peruano alcanzó un acuerdo con manifestantes en contra del proyecto Las Bambas. Los residentes del distrito de Challhuahuacho en la región sureste peruana de Apurímac terminaron su huelga y desmantelaron los bloqueos de carretera antes de las negociaciones. El gobierno peruano posteriormente levantó un estado de emergencia que había impuesto en la región.

Después de llegar a un acuerdo de iniciar operaciones en el primer trimestre del próximo año, el presidente ejecutivo de MMG, operada desde Australia, Andrew Michelmore, declaró a la agencia de prensa Reuters sus temores sobre el éxito de Las Bambas: "… el ajuste de los niveles de producción debido a que los precios de los metales siguen cayendo.” […] “Sostuvo que él no podía descartar nuevos disturbios que potencialmente afecten las operaciones antes de las elecciones del próximo año”.

Alimentando esta última preocupación, a mediados de noviembre se volcó un camión cargado de emulsión asfáltica destinada a Las Bambas. Las autoridades intentaron minimizar el resultante problema ambiental, ya que el derrame cayó sobre la laguna Warmiyoc, afectando la fauna y flora de la región.

Las organizaciones indígenas reaccionaron con indignación y cuestionaron la viabilidad del proyecto ya que sin haber entrado en producción aun, se ha producido un accidente que afecta la fauna y flora de las lagunas andinas en los departamentos de Cuzco y Apurimac.

El 28 de setiembre, dos días después del comienzo de la huelga, una violenta confrontación de seis horas entre mineros y personas de origen indígena que se oponen al proyecto Las Bambas –mayormente de propiedad china— dejó cuatro manifestantes muertos por heridas de disparos, así como 15 manifestantes y 8 policías heridos. Por lo menos 21 personas fueron detenidas.

El día después de la violenta confrontación, el periódico de derecha El Comercio narró cómo la policía inició la violencia: "Ayer 2,000 comuneros [miembros de comunidades campesinas] se reunieron por el puente Challhuahuacho en un encuentro improvisado a favor de continuar las protestas... de repente, la policía comenzó a disparar gas lacrimógeno y los comuneros se dispersaron". El periódico cita a Henry Vásquez, representante de la ONG Cooperación: "Los residentes nunca dijeron que tomarían las instalaciones mineras. Ellos se encontraban en medio de una discusión haciendo una declaración" cuando la policía atacó.

Luego de la confrontación, el número de policías y fuerzas armadas en la zona fue incrementado a 1,750, a los cuales se les unirán 500 más, que están siendo entrenados.

La entera región sureña del país reaccionó con furia ante los asesinatos a manos de la policía. El 6 de Octubre hubo una huelga de 48 horas por todo el departamento de Apurímac. Dos mil personas marcharon en las calles de Abancay, la capital del departamento, deteniendo con éxito la actividad comercial en la ciudad.

La movilización de Abancay estuvo compuesta principalmente de trabajadores de construcción, frentes de defensa, los profesores del sindicato SUTEP, trabajadores administrativos del Gobierno Regional de Apurímac y de la Municipalidad de Abancay, y otros trabajadores del sector público.

Lo que motivó al gobierno a acordar con las demandas de los manifestantes fue el miedo de que el conflicto se expandiese a toda la región sureña, que incluye a un área con 80 de los 150 conflictos mineros en actividad: los departamentos de Cusco (16), Puno (19), Apurímac (22), Ayacucho (12) y Junín (11).

Se necesitó la presencia de varios miembros del gabinete en una reunión con una delegación de los huelguistas para que se calmen las aguas en la lucha más importante, por lo menos hasta ahora, de los sobresalientes 150 conflictos en actividad en Perú

A cambio de levantar los bloqueos de carreteras y dejar la amenaza de ocupar el sitio minero de Las Bambas, la delegación del gobierno, que incluía a varios miembros de gabinetes ministeriales, acordó a las demandas inmediatas de los huelguistas, mientras que se comprometía a un ordenado repliegue de las fuerzas armadas y de la policía antidisturbios.

De acuerdo a El Comercio, los principales puntos del acuerdo incluyen:

  1. Contabambas, en dónde la violencia tomó lugar, será reconocida como una provincia pacífica y el estado de emergencia levantado;
  2.  el Ministerio de Viviendas otorgará casas a las familias de los tres mineros que murieron debido a las balas y el Ministerio de Salud garantizará el cuidado de los heridos.
  3. Además, se organizarán clases para residentes en Quechua, el lenguaje predominante del área, sobre el impacto ambiental de la mina.

De acuerdo a la Defensoría del Pueblo, hubo dos conflictos en marcha por Las Bambas. El primero es la falta de un acuerdo entre MMG, un consorcio chino formado por el gigante metalero Minmetales Corporation y dos firmas de inversiones, que ahora es el propietario mayoritario de Las Bambas, y entre las comunidades indígenas.

El segundo está descrito como un intento por las comunidades de Progreso y Challhuahuacho de invadir la zona porque afirman que su área del Río Challhuahuacho fue contaminada durante la exploración y las etapas de construcción del proyecto. Nada del segundo conflicto fue mencionado durante el actual acuerdo por el gobierno y los líderes de las protestas.

Se reportó que el enojo entre los residentes locales fue incrementado por el recorte de los empleos luego de que la fase de construcción en la mina llegara a su fin.

El proyecto minero de Las Bambas – USD 10 billones – es la inversión extranjera más grande en la historia de Perú. Ha estado en trabajo por 11 años. Según la Defensoría del Pueblo, el primer conflicto violento se remonta a mayo del 2011, cuando el proyecto fue puesto bajo el control del conglomerado internacional minero Glencore, con sede en Suiza.

Hay en la actualidad 15 proyectos paralizados por conflictos sociales por todo el Perú, los cuales en conjunto están valorizados en un estimado de USD 67 billones. En adición a Las Bambas, los más grandes y más visibles desde un punto de vista político que podrían hacer daño a la reputación ya manchada del Perú en los círculos de inversionistas mundiales son:

  • Tía María en Arequipa, valorizado en USD 1.4 billones y de propiedad del Southern Peru del Grupo Mexicano (la tercera compañía de cobre más grande del mundo). Un conflicto de cinco años ocasionó violentas confrontaciones hace dos meses dejando seis muertos.
  • Conga en Cajamarca, valorizado en USD 4.8 billones y propiedad de Newmont de Canadá. Fue detenida por la movilización masiva de la población principalmente rural de Cajamarca.
  • Galeno, valorizado en USD 2.5 billones, en dónde MMG también tiene el control de la participación. Ha sido pospuesto hasta el 2016.
  • Cañariasco, Lambayeque, valorizado en USD 1.8 billones y controlado por el Candente Cooper de Canadá.

El proyecto de Las Bambas es diferente de los otros debido a que 98 por ciento de ésta ya está completada y ha sido programada para que comience operaciones a comienzo del 2016. El proyecto consiste de siete depósitos. Tres comenzarán las operaciones el próximo año y cuatro están en la etapa de exploración. Se espera que tenga un impacto económico equivalente al 1.4 por ciento del PBI de Perú.

Según mining.com: "Las Bambas producirá 400,000 toneladas de cobre por año durante los primeros cinco años de producción colocándolo entre las tres más grandes minas de cobre del mundo". La mina también producirá "plata, oro y molibdeno durante sus 20 años de vida como mina". Dos de las tres más grandes minas de cobre del mundo están localizadas en Perú: Las Bambas y Cerro Verde, esta última de propiedad de la compañía estadounidense Freeport.

Las Bambas tiene un significado en la arena geopolítica debido a que es emblemático de la creciente penetración china de Latinoamérica. MMG, que está operada desde Australia, apunta a convertirse en un productor de metales básicos de rango intermedio, después de comprar el proyecto de cobre Las Bambas, de 7.400 millones de dólares, al gigante de las materias primas Glencore el año pasado.

El gigante asiático ya ha reemplazado a EUA como el principal aliado mercantil en cuatro países de Sudamérica.

El desarrollo de Perú confirma que muchos de los denominados países emergentes de mercados están basados en su antigua dependencia de las exportaciones de materias primas. La minería representa el 12 por ciento del PBI de Perú y el 57 por ciento de sus exportaciones.

Con la reciente caída de la demanda china, la economía peruana ha flaqueado, su tasa de crecimiento fue recortado por la mitad el año pasado. La desaceleración de la economía peruana está acompañada por un inmenso crecimiento de la desigualdad social. Gestión reportó que 50,000 peruanos tienen un valor neto de más de USD 1 millón; una buena parte de ese dinero proviene del sector minero. De acuerdo a cifras oficiales, 7 millones de peruanos se encuentran en la pobreza, 23 por ciento de la población. Las áreas mineras de los Andes se encuentran entre las más pobres del país.

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