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Candidato de Wall Street gana las elecciones en el Perú con el apoyo de la pseudo-izquierda

En la elección más ajustada de la historia peruana Pedro Pablo Kuczynski (ampliamente conocido como "PPK"), el economista de 77 años de edad, derrotó a Keiko Fujimori –candidato de Fuerza Popular (FP) de derecha-populista— por apenas 41.438 votos.

El resultado fue inesperado. Fujimori –hija de Alberto Fujimori, ex presidente autoritario de Perú, ahora encarcelado por su participación en masacres perpetrados por escuadrones de la muerte, represión y corrupción– lideraba las encuestas desde hace más de un año. En las últimas semanas, un escándalo relacionado con drogas y masivas protestas contra el retorno del fujimorismo socavaron la campaña de Fujimori.

Sin embargo, el mayor apoyo para PKK en términos políticos provino del Frente Amplio de Izquierda (FA), una coalición de la pseudo-izquierda, que decidió apoyar incondicionalmente a Kuczynski con el fin de derrotar a Fujimori.

Aunque Kuczynski logró ser elegido, su partido Peruanos Por el Kambio –un vehículo político personalista y no un verdadero partido— obtuvo sólo 18 escaños en el Congreso. En comparación, el partido de Fujimori, Fuerza Popular, tiene una mayoría abrumadora en la rama legislativa. Setenta y tres de sus candidatos fueron elegidos a la legislatura de 130 miembros.

Nacido en Lima en 1938, de padre alemán-polaco y madre francesa (el director de cine francés Jean Luc Godard es su primo hermano), Kuczynski tiene una educación privilegiada, tanto en Perú como en el extranjero. Recibió una beca para asistir a la Universidad de Oxford y luego otra para estudiar Asuntos Públicos e Internacionales en la Escuela Woodrow Wilson de Princeton donde recibió un doctorado en economía a la edad de 22 años. De vuelta a Perú en 1966, comenzó su carrera pública en el Banco Nacional de Reserva (BNR), bajo los auspicios de Carlos Rodríguez Pastor, que pertenecía a una de las familias más adineradas del país.

En 1968 el ejército, bajo el mando del general Juan Velasco Alvarado, derrocó al gobierno de extrema derecha de Fernando Belaúnde Terry. Luego puso en marcha medidas nacionalistas que incluyeron expropiaciones de empresas extranjeras, como la International Petroleum Company, propiedad de la Standard Oil.

El gobierno de Velasco acusó a Kuczynski y sus colegas de robar US$ 115 millones de la BNR con el fin de darle a la Standard Oil una compensación por la expropiación. Kuczynski escapó a Ecuador escondido en el maletero de un Volkswagen.

Exiliado en los EE.UU., Kuczynski fue recompensado con altos cargos en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI); también obtuvo la ciudadanía estadounidense. A partir de ese período, su hoja de vida muestra el ascenso avaricioso de un ambicioso hombre de negocios. Se convirtió en presidente, socio y fundador de varios bancos (incluyendo First Boston), fondos de capital privado y diversas empresas y multinacionales. De acuerdo con opensecrets.org, hizo donaciones a los partidos Republicano y Democráta.

Volvió al Perú después de la caída de la dictadura militar (1968-1980) y se convirtió en ministro de energía bajo el segundo gobierno de Belaúnde, imponiendo lo que se conoce como "ley de Kuczynski," en virtud de la cual las grandes compañías petroleras extranjeras recibieron recortes de impuestos por valor de US$ 500 millones.

En 2001, después de la caída del gobierno dictatorial de Alberto Fujimori, entró a formar parte del gobierno de su sucesor, Alejandro Toledo, que –como todios los que han llegado al poder desde la caída de Fujimori– continuó y profundizó la medidas de libre empresa respaldadas por Washington que Fujimori había introducido en la década de 1990.

Bajo Toledo, Kuczynski jugó un papel decisivo en la renegociación de un acuerdo que canalizaría el gas natural para la exportación a costa del muy necesitado consumo interno. La empresa que más se benefició del trato fue Hunt Oil, para la cual más tarde él trabajaría. Un cable de WikiLeaks de agosto de 2005 lo define como un "influyente aliado en el gobierno."

En 2006, Kuczynski demuestra su propio racismo personal, declarando ante una reunión anual de los principales hombres de negocios: "Esta cosa del cambio de las reglas [económicas], el cambio de los contratos, nacionalizar [la propiedad] es más o menos una idea de [el pueblo de la cordillera de] los Andes, un lugar donde la altitud obstruye el oxígeno al cerebro; esto es fatal y terrible".

Kuczynski fue se postuló a la presidencia peruana por primera vez en 2011, como favorito de la clase empresarial. En ese entonces para la la segunda vuelta hubo que escojer entre Keiko Fujimori y el actual presidente Ollanta Humala. PPK apoyó a Fujimori.

Al comienzo de las últimas elecciones, no había ninguna razón para sospechar que Kuczynski avanzaría de la tercera o cuarta posición a la los sondeos lo relegaron. Sin embargo, las cosas cambian luego que el Jurado Nacional de Elecciones –el órgano estatal que supervisa el proceso— descalificó de la carrera electoral a dos candidatos: Julio Guzmán y César Acuña. Ambos candidatos, de diferentes maneras, representan el deseo del electorado por opciones fuera de la política tradicional y, en diferentes momentos, ocupan el segundo lugar en las encuestas. Eliminada esa oposición, crece la popularidad de Kuczynski, junto con la de Verónica Mendoza, la candidata del FA, que llegó al tercer lugar.

Kuczynski por lo tanto gana las elecciones gracias a una serie de eventos afortunados. Los analistas políticos han advierten unánimemente que su gobierno tendrá un carácter débil y aislado a menos que establezca alianzas con el fujimorismo, sobre todo en la rama legislativa. Como lo dijo el diario El Comercio: "El nuevo presidente ha quedado con una representación mínima y sin aliados significativos en un Congreso dominado por su adversario, así como sin una verdadera organización partidaria y sin representación real de ningún tipo en las regiones del país. "

Es probable que Kuczynski se atenga a una temprana promesa de campaña de indultar a Alberto Fujimori (o concederle arresto domiciliario) como un gesto para a obtener el apoyo de la Fuerza Popular.

Ni el pasado de Kuczynski como banquero de Wall Street, ni ninguna de las medidas corruptas impuestas bajo gobiernos anteriores fue un impedimento para que FA le preste su apoyo, basándose en la regla de escoger el "mal menor".

En un video visto por 2 millones de personas en Facebook, el candidato presidencial del FA, Verónika Mendoza, miró a la cámara y declaró: "No quiero para mis hijos un país de corrupción, drogas y violencia [en referencia a Fujimori y una relacionada con el escándalo de drogas dañó su campaña] o cuando matar, mentir y robar se convierte en la norma; por eso voy a votar en contra de la señora Fujimori. [...] Lo único que queda es votar por PPK.” Mendoza agregó que emitir un voto en blanco o nulo en protesta por los dos candidatos de la derecha sólo reforzaría a Fujimori en el recuento final de votos.

La decisión del FA para apoyar a Kuczynski es, de hecho, una extensión del objetivo principal de su propia campaña: sostener el capitalismo peruano mediante la subordinación de los trabajadores y la juventud a la política burguesa y reprimir cualquier movimiento independiente de la clase obrera

Mendoza y sus colegas en el FA asumirán la responsabilidad política de los inevitables ataques a la clase trabajadora que ocurrirán bajo Kuczynski, cuya victoria fue aclamada como "más buenas noticias de América Latina" en un editorial del Wall Street Journal titulado, "Perú sigue virando hacia la Derecha."

Los portavoces de Kuczynski declararon el interés del gobierno de establecer alianzas incluso con la "izquierda" FA, que tiene 20 escaños en el Congreso. Pedro Francke, uno de los líderes del FA, declaró que iban a evaluar la participación de su gobierno y que apoyarían cualquier política "buena" que se proponga.

La principal federación sindical del país, la CGTP, y el principal sindicato de maestros, SUTEP, también dieron su apoyo a Kuczynski después de haber firmado una lista de promesas vacías, como el respeto a ciertos beneficios laborales y el aumento de los magros sueldos de los maestros. Esto, de un hombre que cosechó personalmente millones de la destrucción de los niveles de vida de los trabajadores a escala internacional.

Con el apoyo de Mendoza, Kuczynski "fue capaz de entrar en los barrios pobres de Lima y en el sur del país en los que no tendría ninguna fuerza por sí mismo. En primer lugar los datos muestra que él ganó en Lima y en el sur, precisamente gracias a los votos de Mendoza,” indicó un informe del diario español El País.

El escritor de derecha y ex candidato presidencial peruano (que perdió frente al padre de Fujimori en 1990) Mario Vargas Llosa elogió la decisión del FA en su columna semanal en El País. "La izquierda peruana, actuando de manera responsable, salvó la democracia y ha asegurado la continuación de una política que ha dado al país un notable progreso económico", escribió.

La columna de Vargas Llosa ha servido durante mucho tiempo como un vehículo para santificar los gobiernos de derecha que cooperan con las potencias occidentales y las instituciones financieras, mientras que demonizan a otros que los desafían aunque sea en lo más mínimo. Todo esto está envuelto en una pose de "intelectualidad". En sus últimas columnas felicita al presidente de derecha Mauricio Macri de Argentina por sus "valientes" medidas (lease: Impopulares medidas económicas) que atacan a la clase obrera.

Con la "bonanza" China severamente debilitada y la desaparición de grandes inversiones extranjeros en Perú, los círculos gobernantes están presionando para que el próximo gobierno imponga aún más desregulación para las grandes empresas, para que sea más fácil despedir a los trabajadores y acelerar las privatizaciones del agua y el petróleo que ya han comenzado, con el fin de que el país sea más "amigable" a las multinacionales y los inversores extranjeros.

Este será el tema central de la agenda de Kuczynski, que inevitablemente desencadenará un recrudecimiento de la lucha de clases en el Perú.

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