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Perspectiva

Socialismo contra capitalismo y guerra

El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) y los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (IYSSE, por sus siglas en inglés) realizarán una conferencia el 5 de noviembre, en la Universidad Estatal Wayne en Detroit, Michigan, “Socialismo contra capitalismo y guerra”. El propósito de esta conferencia es movilizar políticamente a trabajadores y jóvenes en todo el país e internacionalmente en contra de las políticas de guerra de EE.UU. y el imperialismo mundial, que amenazan con provocar el inicio de una tercera guerra mundial nuclear.

El mayor peligro que enfrenta la clase obrera internacional es la decisión potencialmente catastrófica que se está tomando a sus espaldas, con preparaciones de guerra que van mucho más allá de la conciencia popular.

Hace un poco más de cien años la Primera Guerra Mundial fue lanzada sobre la población mundial como resultado de la decisión conspirativa de ministros, monarcas y líderes empresariales de arriesgarlo todo por una victoria militar. Apenas veintiún años después del final de esa guerra veintiún años, estalla la Segunda Guerra Mundial, acompañada por los horrores del fascismo y el Holocausto. El saldo de ambas conflagraciones mundiales fue100 millones de vidas y la destrucción de enormes extensiones del planeta.

Hoy en día, el peligro de una guerra mundial es mayor que en cualquier otro momento desde el verano de 1939. En Washington, Berlín, Londres y otras capitales del mundo, los políticos y generales están considerando “lo impensable,” incluyendo una guerra combatida con armas nucleares.

Veinticinco años después de la disolución de la Unión Soviética y 15 años después del comienzo de la “guerra contra el terrorismo”, los conflictos interminables iniciados por Estados Unidos en Oriente Medio y Asia Central han evolucionado en una confrontación a nivel global. Las principales potencias opositoras al imperialismo americano, particularmente Rusia y China, poseen armas nucleares.

Bajo estas condiciones, la conferencia “Socialismo contra capitalismo y guerra” del 5 de noviembre es un acontecimiento político de vital importancia. Se va a llevar a cabo en los últimos días antes de las elecciones nacionales en EE.UU., en las cuales los candidatos de los principales partidos capitalistas, Hillary Clinton y Donald Trump, son defensores despiadados de los intereses del imperialismo norteamericano.

Independientemente de cuál de estos candidatos gane las elecciones, se intensificarán drásticamente las operaciones militares en los próximos meses. El tema de la guerra, sin embargo, ha sido prácticamente excluido de la campaña electoral. Con la complicidad de los medios de comunicación, Trump y Clinton hablan lo menos posible sobre sus planes militares.

La conferencia del 5 de noviembre del PSI y la IYSSE en Detroit es el único encuentro en el que serán discutidos y el peligro de una guerra mundial y la realidad de una expansión global de conflictos para construir un rechazo mundial en contra de estos. Está siendo organizada sobre la base del programa del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, la cual elaboró las bases políticas necesarias para un movimiento en contra de la guerra en su declaración del 3 de marzo.

1) La lucha contra la guerra debe basarse en la clase obrera, la gran fuerza revolucionaria en la sociedad, uniendo tras ella todos los elementos progresistas de la población.

La misma crisis del capitalismo que conlleva a la guerra también sienta las bases para acabar con ella en la forma de crecientes luchas contra la desigualdad, la pobreza y los ataques a salarios, empleos, salud, educación y todos los derechos sociales de la clase obrera.

El costo de la guerra es por sí solo un factor importante en el deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. Un informe publicado por la Universidad de Brown a principios de septiembre estimó que los costos de las guerras en Afganistán, Irak, Libia y Siria desde el 2001 alcanzaron alrededor de $5 billones, sin incluir los $ 6,8 billones del presupuesto base del Pentágono. El total combinado, equivale a $37.000 por cada hombre, mujer y niño en Estados Unidos.

Las escuelas se encuentran sin fondos, la infraestructura social se está desmoronando y los pretextos de que no hay dinero para gastar en salud, pensiones y salarios decentes son interminables. Sin embargo, el aparato militar cuenta con fondos ilimitados, incluyendo un programa de “modernización” de armas nucleares de $1 billón iniciado por el gobierno de Obama.

2) El nuevo movimiento contra la guerra debe ser anticapitalista y socialista, ya que no puede existir una lucha seria contra la guerra excepto que en la lucha para poner fin a la dictadura del capital financiero y sistema económico que es la causa fundamental del militarismo y la guerra.

El imperialismo surge a partir del crecimiento y las contradicciones del sistema capitalista mundial. La crisis sistémica del capitalismo mundial estimula la campaña hacia la guerra, conforme los intereses corporativos rivales que controlan los gobiernos nacionales intentan obligar a sus competidores a incurrir los mayores costos de la crisis tomando control de los mercados y fuentes de materias primas más importantes. La respuesta de la clase dominante a la contradicción incrustada en el sistema capitalista entre la economía mundial y el sistema de Estado nación son guerras y saqueos imperialistas.

Dicha clase dominante que conspira para librar guerras es la oligarquía financiera, la cual ha acumulado riquezas inmensas a través del fraude y la especulación. Después de la recesión del 2008, el gobierno de Obama canalizó billones de dólares hacia los bancos en forma de rescates financieros y “flexibilización cuantitativa”. Nuevas burbujas especulativas amenazan con estallar en cualquier momento, sumergiendo a la economía mundial en una crisis aún mayor.

3) El nuevo movimiento contra la guerra, por necesidad, debe ser inequívocamente y totalmente independiente de y hostil hacia todos los partidos políticos y organizaciones de la clase capitalista.

Las elecciones estadounidenses del 2016 demuestran que es imposible luchar contra la guerra sin una ruptura completa de todos los partidos capitalistas.

El programa “Fortaleza América” ( Fortress America) de Trump combina un nacionalismo insidioso y un chovinismo antiinmigrante con una expansión enorme de las fuerzas armadas y una eliminación de todas las restricciones del gasto militar. La campaña del Partido Demócrata de Hillary Clinton, mientras tanto, critica a Trump desde la derecha política, alegando que, por ser un agente del presidente ruso, Vladimir Putin, Trump no está suficientemente comprometido con los intereses estratégicos del imperialismo norteamericano. Clinton pretende transformar la enorme hostilidad social hacia Trump en un mandato de agresión contra Rusia, una vez terminada la elección.

En las elecciones primarias del Partido Demócrata, millones de trabajadores y jóvenes apoyaron la campaña de Bernie Sanders debido a sus denuncias retóricas la “clase millonaria”. Sin embargo, la prueba más clara del fraude del “socialismo” de Sanders fue su apoyo a las políticas de guerra del gobierno de Obama. Al dar su respaldo Clinton, ha aclamado la campaña de derecha y militarista de su ex contrincante como la continuación de la “revolución política”.

En cuanto a las organizaciones de clase media que orbitan alrededor del Partido Demócrata, han pasado de criticar las políticas de guerra de Bush a dar su apoyo completo a la intervención imperialista de EE.UU. en Oriente Medio y contra Rusia y China. Bajo la insignia de “derechos humanos”, están dispuestos a apoyar los crímenes más atroces.

4) Sobre todo, un nuevo movimiento contra la guerra debe ser internacional, movilizando el gran poder de la clase trabajadora en una lucha global unificada contra el imperialismo.

El peligro de una guerra mundial surge de las contradicciones del sistema capitalista mundial. Sólo se puede evitar a través de la movilización de la clase obrera a nivel global. Ninguna parte del mundo puede evitar verse afectada por una nueva guerra mundial, y tampoco hay una sección de la clase obrera que tiene el interés de participar en la planificación de la guerra de las élites capitalistas.

Mientras que Estados Unidos está a la cabeza de la amenaza imperialista, no está solo. Alemania, la cual combatió contra Estados Unidos en ambas guerras mundiales del siglo XX, está regresando a sus ambiciones imperialistas, con figuras políticas y medios de comunicación declarando el fin de un “mundo unipolar”. Japón se está remilitarizando, intentando abolir los frenos constitucionales sobre armamento impuestos en la posguerra. Las clases dominantes de Gran Bretaña, Francia, Canadá y Australia, por mientras, calculan cómo defender sus intereses en un conflicto global.

A partir de la crisis capitalista, sólo puede haber dos resultados: el de una guerra imperialista, dictadura y barbarie; o el camino de la revolución socialista. El peligro de una guerra mundial no es una amenaza futura, sino una realidad presente. Ha muerto más de un millón de personas y han sido destruidas sociedades enteras por las guerras imperialistas en Oriente Medio y Asia Central. Millones, incluso miles de millones de vidas más serían sacrificadas en una tercera guerra mundial.

Se tiene que construir un liderazgo político internacional y socialista, y no hay tiempo que perder. El Partido Socialista por la Igualdad y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional lo están haciendo. Llamamos a todos nuestros lectores a adoptar esta lucha.

La conferencia del 5 de noviembre en Detroit representa un paso crítico de esta lucha. Intervendrán Jerry White y Niles Niemuth, los candidatos del PSI para presidente y vicepresidente; David North, el presidente de la Junta Editorial Internacional del WSWS y presidente nacional del PSI; Joseph Kishore, el secretario nacional del PSI; Andre Damon, el secretario nacional de la IYSSE; y Naomi Spencer, la candidata del PSI para la Cámara de Delegados de Virginia Occidental. También participarán varios líderes de los partidos hermanos del PSI en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

Hagan planes para asistir y regístrense hoy en sep2016.com/Conference.

  • ¡Por una estrategia socialista contra la guerra imperialista!
  • ¡Unamos a la clase obrera internacional!
  • ¡Proveamos a las escuelas, a la salud y a puestos de trabajo, no al Pentágono ni a la CIA!
  • ¡Retiremos todas las fuerzas armadas estadounidenses de Oriente Medio y Asia Central!
  • ¡Detengamos las confrontaciones con Rusia y China! ¡No a una tercera guerra mundial!
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