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Macron gana las elecciones presidenciales francesas

Emmanuel Macron, el ex banquero de Rothschild y ministro de economía del saliente gobierno del Partido Socialista de Francia, fue elegido presidente el domingo. Recibió 65 por ciento del voto contra Marine Le Pen, la candidata del neo-fascista Frente Nacional (FN).

Ambos candidatos son profundamente impopulares. La abstención en la segunda vuelta del domingo alcanzó el 26 por ciento, la más alta en una elección presidencial francesa desde 1969. Un completo 12 por ciento de votantes, un histórico 4.2 millones de personas, votaron en blanco o viciaron su voto para expresar su hostilidad a ambos candidatos presentados por el establishment político francés. Treinta y cuatro por ciento de votantes entre 18 y 24, 32 por ciento de votantes entre 25 y 34, 35 por ciento de los desempleados y 32 por ciento de trabajadores manuales se abstuvieron.

Los votantes de Macron abrumadoramente le seleccionaron no porque apoyen su programa de austeridad, militarismo y políticas de ley y orden sino para mantener al FN fuera del poder. Una encuesta de Ipsos descubrió que 61 por ciento de franceses desconfía tanto de la agenda de recortes sociales y guerra de Macron que no quieren que tenga una mayoría en la Asamblea Nacional después de las elecciones legislativas en Junio.

En cuanto al FN, su amplia impopularidad es resaltada por el hecho de que el número combinado de votantes que se abstuvieron, o votaron en blanco o viciaron su voto fue mucho más grande que el número de personas que votaron por Le Pen.

Sin embargo, en un y perfunctorio discurso de victoria, Macron hizo un llamado al partido de Le Pen y a sus votantes, ignorando a la amplia mayoría del electorado francés que le había apoyado o se ausentó. Macron emitió un “saludo republicano” a Le Pen, prometiendo prestar atención al “enojo, ansiedad y dudas” que han llevado a millones de personas a votar por la candidata neo-fascista.

Macron, un partidario del estado de emergencia del gobierno del PS, el cual suspende los derechos democráticos básicos, prometió escalar las políticas de ley y orden del estado Frances. En declaraciones que dejaron claro que él trabajaría sobre la base del amplio despliegue policial y militar que el PS ordenó desde la imposición del estado de emergencia hace dos años, Macron prometió “asegurar en una manera implacable y segura tu seguridad y la unidad de la nación”.

En tonos militaristas, declaró que se enfocaría en la “guerra contra el terror” y la defensa de la Unión Europea, así como en “levantar moralmente nuestra vida pública”.

Marine Le Pen habló ante una audiencia de funcionarios del FN. “El pueblo francés ha escogido a un nuevo presidente de la República y votó por la continuidad”, declaró, añadiendo que ella contactó a Macron para “darle mis mejores deseos en que tenga éxitos ante los enormes desafíos que Francia confronta”.

Ella señaló al apoyo otorgado por el PS y sus aliados políticos a la campaña de Macron para presentar a su partido ultraderechista como la única oposición al nuevo presidente, declarando que el FN y sus aliados serían “la fuerza líder en la oposición al nuevo programa del presidente”. Ella continuó: “Las fuerzas que han apoyado a Macron se han desacreditado a sí mismas y no pueden decir que representan a una fuerza que podría crear a un gobierno alternativo, o incluso a una oposición política”.

Le Pen prometió iniciar una “profunda transformación” del FN para renovar su imagen y convertirlo en un partido más grande que pueda aspirar a obtener una mayoría del electorado y tomar el poder. Ella agradeció a Nicolas Dupont-Aignan, el líder del partido de derecha Levántate Francia (DLF, siglas en francés) por su apoyo y predijo que más partidos de derecha se alinearían al neo-fascismo en el período que viene.

La elección de Macron no resuelve nada. Solamente crea las condiciones para más crisis políticas explosivas y conflictos de clases en los meses venideros. Él llega al poder en medio de un colapso histórico del sistema bipartidista que ha gobernado a Francia desde la huelga general de Mayo-Junio de 1968, el cual consistía del PS y el partido gaullista, llamado ahora Los Republicanos (LR).

El candidato del PS Benoît Hamon y del LR François Fillon fueron eliminados en la primera vuelta de las elecciones, luego de haberse desacreditados por sus décadas de austeridad y guerra. La abierta propagación de sentimientos por la ley y el orden y anti musulmanes –primero por el presidente derechista Nicolás Sarkozy y, en particular, por el estado de emergencia del presidente del PS François Hollande– aceleraron la emergencia del FN como una fuerza importante en la corriente principal política de Francia.

Las repetidas invitaciones de Hollande a Marine Le Pen al palacio presidencial del Eliseo durante su presidencia juega el mismo papel que el llamado que hizo Macron la noche pasada al FN en nombre de la unidad nacional: mostrar que el PS y Macron ven al FN como partidos políticos legítimos.

Al igual que Hollande, Macron parece querer cultivar al FN como una base política para su profundamente impopular programa. Él ha prometido usar la anti-democrática ley laboral del PS para destruir contratos y el gasto social por decreto, escalar gastos de defensa y restablecer el reclutamiento para la preparación de una era de guerras mayores.

La respuesta de Macron al resultado de elecciones remarca la exactitud del llamado del Parti de l'égalité socialiste’s (PES) por un boycott activo de la segunda vuelta de las elecciones. El PES rechazó las afirmaciones que Macron podría ser confiado como un mal menor que defendería los derechos sociales y democráticos, bloquear la influencia creciente del FN y presentar una alternativa política genuina. En vez de eso, el PES explicó que la tarea centra era preparar políticamente a la clase trabajadora en las luchas que estallaran contra el nuevo presidente, sin importar que fuese Le Pen o Macron.

Esta perspectiva revolucionaria contrastó duramente con las ambiciones parlamentarias y el apoyo apenas fingido a Macron por parte de varios aliados del PS, como el movimiento Francia Insumisa (UF, siglas en inglés) de Jean-Luc Mélenchon y el Nuevo Partido Anti-capitalista. Mientras que Mélenchon declinaba llamar a votar abiertamente por Macron, él no hizo secreto de su apoyo por Macron, al punto que se ofreció ser su primer ministro, una posición en la que tomaría responsabilidad por la agresiva política militar y extranjera de Macron.

Mélenchon hizo un llamado anoche a los votantes para que dieran al UF una fuerte delegación en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas de Junio, lo cual fortalecería su interés de volverse el primer ministro de Macron.

Con Macron postulando sobre una campaña derechista y tanto el PS y los Gaullistas apoyando a Macron contra Le Pen, el FN fue capaz de ganar un histórico 11 millones de votos, posando demagógicamente como una alternativa populista a Macron. Le Pen perdió por un margen decisivo de 30 por ciento. Sin embargo, ella duplicó su voto que el FN recibiera la única otra vez que compitió en la segunda vuelta de una elección presidencial. En el 2002, su padre Jean-Marie Le Pen ganó 17.79 por ciento del voto contra el gaullista Jacques Chiraq.

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