Un nuevo estudio revela descubrimientos que no sorprenderán a la mayoría de trabajadores estadounidenses: en EE.UU., tu nivel de ingreso define tu acceso al cuidado a la salud, la calidad de cuidado que recibes y si encontrarás una muerte prematura debido a ello. EE.UU. también tiene el nivel de cuidado a la salud más paupérrimo en los países de mayor ingreso.
El estudio “Espejo, espejo 2017: Comparaciones internacionales reflejan fallas y oportunidades para mejorar el cuidado a la salud en EE.UU.” del Commonwealth Fund, que usa data extraída de encuestas para medir y comparar experiencias de pacientes y médicos en 11 países, encuentra que EE.UU. yace mayormente último en otorgar un cuidado a la salud accesible y de buena calidad, sin importar el ingreso.
El reporte compara el rendimiento del sistema de cuidado a la salud en EE.UU. con aquél en los 10 otros países de mayor ingreso, haciendo un ránking de cinco áreas: proceso del cuidado, acceso, eficiencia administrativa, equidad y resultados de sistema a la salud. EE.UU. yace mayormente al final excepto en un área estudiada: proceso del cuidado, en el que sale quinto.
Si EE.UU. fuese una sociedad políticamente saludable, la publicación de este reporte haría sonar las alarmas en la Casa Blanca y el Capitolio. ¿Por qué, en el “país más grande del mundo”, está la ciudad de sus ciudadanos en un estado tan deplorable? ¿Qué puede hacerse para remediar lo que solamente puede describirse como una emergencia gravísima de salud?
En vez de ello, la publicación del estudio vino luego de que se desvelara el jueves la última versión de de los republicanos del Senado de su Acta de Reconciliación por el Mejor Cuidado a la Salud (BCRA, siglas en inglés), el cual propone recortar $772 mil millones del programa Medicaid, que es para los pobres, y la expansión de éste en la Acta de Cuidado a la Salud Asequible. La Oficina Presupuestal del Congreso estimó que una versión más temprana de la acta dejaría a 22 millones más de personas sin seguridad por el 2026 que bajo el actual sistema.
El estudio de Commonwealth indica que los fáctores que contribuyen a este desastroso reporte de la salud en EE.UU. serán empeorados bajo cualquier “reforma” de cuidado a la salud tramada en Washington. La expectative de vida, luego de que mejorara en años recientes, ha sido agraviada por la crisis de opioides. A medida que la generación “baby boom” envejece, más personas en EE.UU. se encuentran viviendo con enfermedades relacionadas con la edad, lo que coloca cada vez más presiones en el sistema de cuidado a la salud.
Estos son problemas que podrían ser confrontados con un adecuado y oportuno sistema de salud, pero estos servicios son lamentablemente inadecuados. En particular, el pobre acceso al cuidado primario ha contribuido a la prevención inadecuada y el control de enfermedades. Y en EE.UU. más que en otro país estudiado, es mucho más probable que personas con menor acceso no puedan acceder al cuidado a la salud aquesible y sufran y mueran debido a ello.
44 por ciento de la población de pocos recursos reportaron barreras financieras al cuidado a la salud, comparadas con el 26 por ciento de aquellos con ingresos más altos. En comparación, en el Reino Unido tan sólo el 7 por ciento de personas con ingresos menores y 4 por ciento con mayores ingresos reportaron que los costos le prevenían obtener cuidado a la salud.
Según el estudio, en la población estadounidense en total el año pasado:
• El 33 por ciento tuvo problemas de obtención por el costo del cuidado médico.
• El 32 por ciento evitó el cuidado dental o los controles debido a los costos.
• Se le negó el 27 por ciento pago de seguro para el cuidado a la salud o no recibió tanto como esperaba.
• El 20 por ciento tuvo serios problemas para pagar o no pudo pagar gastos médicos.
• El 60 por ciento de doctores reportó que sus pacientes usualmente tienen dificultad en pagar medicamentos o costos de desembolso.
• El 54 por ciento de doctores reportó que el tiempo gastado en reclamación de seguro es un problema importante.
• El 54 por ciento de doctores reportó como un problema mayor hacer que sus pacientes necesiten medicamentos o tratamiento debido a las restricciones de cobertura de seguro.
Estos problemas son peores en el segmento de bajos ingresos en la población estadounidense. Por ejemplo, el 44 por ciento de este grupo tenía un problema con respecto a los costos en el cuidado médico y 45 por ciento evadió el cuidado dental o una revisión debido a los costos. También hay una brecha de 24 por ciento entre los grupos de ingreso por encima y por debajo del promedio que evadieron cuidado dental debido a los costos.
El estudio usa ingreso “promedio”, el cual fue alrededor de $75.000 en el 2016, como la línea divisora entre ingreso mayor y menor. Sin embargo, los multimillonarios desfiguran esta medida promedio hacia arriba y debido a la creciente desigualdad de ingresos en EE.UU., los problemas del cuidado a la salud de aquellos que viven en la pobreza en el grupo del “promedio bajo” están en gran parte poco representados.
Algunas de las estadísticas más impactantes presentadas son las de mortalidad de población, en el cual EE.UU. ocupó el último lugar de cada categoría estudiada comparada con los otros países.
• Mortalidad infantil: 6 muertos por 1000 nacimientos, comparado con Suecia que tiene 2,2 (el más bajo).
• Expectativa de vida a la edad 60: 23,5 años en EE.UU., comparado a 25,7 en Francia (el más alto).
El estudio también examina “mortalidad susceptible al cuidado a la salud” o muertas consideradas prevenibles por un cuidado a la salud oportuno y efectivo. EE.UU. tiene 112 muertes por 100.000 personas que podrían haber sido prevenidas por un cuidado a la salud oportuno y efectivo. Esto es más del doble de la tasa en Suiza: 55 por 100.000.
EE.UU. también tuvo un declive mucho más bajo en estas muertes prevenibles en los últimos 10 años: estás fueron reducidas en 16 por ciento en comparación a 34 por ciento en Holanda.
EE.UU. gastó $9364 por persona en cuidado a la salud en el 2016, comparado a $4094 en el Reino Unido, el cual obtuvo el primer lugar en cuidado a la salud. En otras palabras, si bien gasta más por persona, las poblaciones de EE.UU. tienen un cuidado a la salud más pobre que los otros 10 países estudiados.
Tales figuras evocan los reclamos de ambos partidos del gran capital para recortar el gasto. Típicos son los comentarios recientes del Secretario de Servicios de Salud y Humanos de Trump Tom Price quién afirmó que si bien estaba comprometido a luchar contra la epidemia de opioides que mató 60.000 personas el año pasado en EE.UU., “no necesitamos estar tirando dinero”, a la crisis.
Lo que no es mencionado en tales declaraciones es la causa de raíz de la crisis en el cuidado a la salud en EE.UU.: un sistema de salud basada en el lucro capitalista. Las compañías de seguro que buscan el lucro, las farmacéuticas y las gigantescas cadenas de cuidado a la salud no están en el negocio para promover la salud del pueblo estadounidense, sino incrementar sus resultados finales.
Sea cual sea la legislación a la salud aprobada en el Congreso –sea por los republicanos o en un “compromiso” bipartidista con los demócratas– estará basada en este modelo capitalista. Las actas a la salud de los republicanos de la Cámara y del Senado están, en realidad, basadas en Obamacare, el cual incorpora las estructuras establecidas bajo la legislación democrática.
El propósito central de Obamacare fue colocar los costos del gobierno y las corporaciones sobre los hombros de la clase trabajadora, con el cuidado a la salud cada vez más racionado sobre una base clasista. Los descubrimientos de Commonwealth Fund sobre el cuidado a la salud en EE.UU., particularmente aquellos en la mortalidad, son una señal del resultado preliminar de esta estrategia bipartidista.
Detrás de las propuestas del BCRA para destripar Medicaid y otorgar a las aseguradoras privadas aún más espacio para aumentar sus costos por medio de coberturas mezquinas y de alto costo, yace un intento calculado para reducir la expectativa de vida para la clase trabajadora y para muchos de los ancianos, enfermos o discapacitados a una muerta temprana.