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Amazon y la CIA: una pareja hecha en el infierno

Segunda Parte: Amazon, la propaganda de guerra y la supresión de la libertad de expresión

Esta es la segunda parte de una serie en dos partes, lee la primera parte aquí.

Antes de y durante el proceso de negociaciones para el contrato del C2S, Amazon demostró su disposición a colaborar con la IC para acallar la oposición creciente al imperialismo estadounidense y sus agencias de espionaje. En noviembre de 2010, los AWS deliberadamente produjeron fallos en el sitio web de WikiLeaks después de que esta organización empezara a publicar los documentos del Cablegate.

Después de que WikiLeaks ya hubiera publicado las Bitácoras de la Guerra de Afganistán y de Irak, varios políticos habían denunciado a la organización, y algunos incluso exigieron que Assange fuera ejecutado. El senador Demócrata derechista Joe Lieberman, que fue fundamental en la formación del Departamento de Seguridad Nacional y fue director del Comité de Seguridad Nacional del Senado de 2007 a 2013, pidió públicamente a Amazon y a otras compañías que rompieran relaciones con WikiLeaks, declarando, "Ninguna compañía responsable, estadounidense o extranjera, tiene que ayudar a WikiLeaks en sus esfuerzos por divulgar esos materiales robados". Amazon acató responsablemente, interrumpiendo el acceso del público a la página web de WikiLeaks.

Julian Assange, el fundador de WikiLeaks

Como respuesta, WikiLeaks tuiteó: "Expulsados de Amazon los servidores de WikiLeaks. Libertad de expresión la tierra de los libres —bien, nuestros $ se gastan ahora en emplear gente en Europa".

El sabotaje de WikiLeaks por parte de Amazon obligó a la organización a buscarse un nuevo proveedor de servidores, y demostró el grado de disposición de Amazon por acabar con los que se opongan a los crímenes del gobierno. Este uso nefasto de su poder para controlar las comunicaciones por Internet sin duda despertaron el interés de la CIA, que dos años después incluiría a los AWS como licitador para su contrato para la nube privada.

En el verano de 2013, dos meses después de las primeras revelaciones de Snowden sobre el espionaje masivo por parte del gobierno estadounidense, el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, compró el muy influyente diario Washington Post por 250 millones de dólares.

Después de ganar el Premio Pulitzer por Servicio Público en 2014 por su cobertura de las filtraciones de Snowden, en 2016 el Post se convirtió en el primer diario en exigir el enjuiciamiento criminal de su propia fuente. En un artículo que llevaba el titular "No indultar a Edward Snowden", la Junta Editorial del Post denunciaba a los que exigían el indulto para Snowden y demandaron que se lo enjuiciara por espionaje.

Durante la campaña electoral de 2016, el Post apoyó a Hillary Clinton, la candidata favorita de la comunidad militar y de inteligencia. Desde la elección de Trump, el Post ha sido uno de los principales medios comprometidos en una campaña histérica de propaganda antirrusa, que tiene la intención de obligar a la administración de Trump a cambiar su orientación en política exterior hacia continuar el avance hacia la guerra con Rusia comenzada bajo Obama. Sirvieron como canal directo para la CIA y otras agencias de inteligencia, publicando repetidamente "noticias de última hora" sensacionalistas citando oficiales de inteligencia anónimos, en un intento por arrear a la opinión pública hacia la campaña derechista contra Trump.

El artículo contra Rusia del Washington Post del 24 de noviembre de 2016 que fue ampliamente criticado como periodismo chapucero

Sin duda, el que los AWS socavaran a WikiLeaks, combinado con la compra del Post por parte de Bezos y el dominio creciente de Amazon como una corporación multinacional, influyó la decisión de la CIA de conceder el contrato para la C2S a la compañía. La compañía fue reconocida como un aliado dispuesto y competente en la lucha para suprimir la libertad de expresión y los derechos democráticos.

Consolidando los lazos entre Amazon y los militares

En septiembre de 2013, mientras la Corte Federal Económico-Administrativa estaba determinando si la CIA necesitaría reabrir la competencia por la licitación entre Amazon e IBM, los AWS siguieron adelante y publicaron más de 100 bolsas de trabajo para ingenieros que poseyeran la mayor autorización de seguridad ofrecida por el gobierno estadounidense, "Información Compartimentada de Alto Secreto/Altamente Sensible".

Eran empleados para un centro de los AWS en Herndon, Virginia, a 20 minutos en coche desde la sede de la CIA. El mes pasado, Amazon anunció que iba a ubicar el nuevo campus corporativo Costa Este de los AWS en la Torre One Dulles en Herndon, y esperaba emplear hasta 1500 trabajadores del ámbito de la tecnología en el campus. La compañía ubica la mayoría de sus centros de datos en el área norte de Virginia, a través del cual fluye un 70 por ciento estimado del trafico mundial de Internet.

Desarrollando aún más sus conexiones con el Estado, en 2015 Amazon se asoció con el Departamento de Defensa (DoD) para crear un programa llamado "Beca Militar AWS", en el que personal militar en servicio activo pasa su tiempo trabajando para Amazon. La compañía actualmente tiene por lo menos a tres soldados trabajando en los AWS.

En su declaración anunciando el programa, Amazon escribió que está destinado a "construir un cuadro único de oficiales que entiendan no solamente la profesión de las armas, sino también la naturaleza de los problemas estratégicos a los que se enfrenta el DoD, y las oportunidades organizativas y operativas hechas posibles por cambios revolucionarios en tecnologías de la información y otras. Estos oficiales estarán a la vanguardia de la transformación de la estrategia de defensa, de las fuerzas militares, y de la infraestructura de apoyo".

En marzo de 2016, el Secretario de Defensa Ashton Carter visitó la sede de Amazon en Seattle, "como parte de un giro en la Costa Oeste con el objetivo de fortalecer los lazos entre el Departamento de Defensa (DoD) y la comunidad tecnológica", según una entrada en el blog de Amazon sobre la visita de Carter.

Carter primero se entrevistó con los empleados de la Beca Militar AWS, y luego se reunió con Jeff Bezos y otras figuras clave en la dirección de los AWS, "para discutir temas de innovación y maneras de fortalecer programas de intercambio militar y asociaciones con la industria tecnológica", señala el informe. Reportes también sugieren que hubo discusiones acerca de expandir el uso por parte del Pentágono de las tecnologías de computación en la nube de los AWS.

Durante su gira por la Costa Oeste, Carter también anunció la formación de la Junta Consejera de Innovación en Defensa, que estaría dirigida por Carter y Eric Schmidt, el director ejecutivo de Alphabet, la empresa matriz de Google. En julio de 2016, Bezos fue invitado a unirse a la junta, cuyo propósito es integrar más a figuras prominentes del sector tecnológico con el ejército. Es un componente de la más amplia "Tercera Estrategia de Compensación", que persigue mantener la supremacía del ejército estadounidense por encima de rivales potenciales, particularmente Rusia y China.

Anunciando el programa, Carter declaró que la junta está "encargada de mantener al DoD empapado de una cultura de innovación en gente, organizaciones, operaciones y teconología ... y también para asegurar que siempre estemos haciendo todo lo posible por llevar la delantera a adversarios potenciales".

A lo largo del año pasado, la junta se reunió con figuras prominentes del ejército, incluso en la sede del Comando Central de EEUU y del Comando de Operaciones Especiales de EEUU en Tampa, Florida. A principios de enero, la junta votó aprobar 11 recomendaciones para mejorar el ejército en áreas que abarcan desde el fortalecimiento de la ciberseguridad para armas avanzadas hasta aumentar los fondos para la investigación en inteligencia artificial.

Jeff Bezos (en el extremo de la izquierda) reunido con Donald Trump y otros ejecutivos de la tecnología

Durante la campaña electoral de 2016, Bezos hizo suaves críticas a Trump, que acusó al Post de ser un medio de "noticias falsas". Desde la asunción de Trump, sin embargo, los dos se han reconciliado, y Trump nombró a Bezos para el Consejo de Tecnología Estadounidense que formó en mayo. Bezos y los otros 18 ejecutivos de la tecnología en el consejo se reunieron cordialmente con Trump en junio.

La lucha contra Amazon requiere una lucha contra el imperialismo

La integración de Amazon con el Estado y sus agencias de espionaje tipifica una tendencia más amplia del capitalismo moderno, en el que todas las corporaciones más importantes colaboran estrechamente con sus respectivos gobiernos y facilitan la guerra imperialista en el extranjero. Este es uno de los rasgos definitorios del imperialismo.

Bajo la justificación comodín de proteger la "seguridad nacional", un eufemismo que significa defender los intereses globales de la clase capitalista estadounidense, el aparato militar y de inteligencia ha llevado a cabo atrocidades implacables en el extranjero y erigió la infraestructura de un Estado policíaco en los Estados Unidos. Desde su contrato con la IC en 2013, Amazon facilitó directamente estas maquinaciones entre bastidores.

Centro de operaciones de Amazon en San Fernando de Henares, España

Como observó Lenin en el Prefacio de su obra El Estado y la revolución de 1917, escrito durante la Primera Guerra Mundial y en medio de la Revolución Rusa, "La guerra imperialista ha acelerado y agudizado extraordinariamente el proceso de transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado. La opresión monstruosa de las masas trabajadoras por el Estado, que se va fundiendo cada vez más estrechamente con las asociaciones omnipotentes de los capitalistas, cobra proporciones cada vez mas monstruosas. Los países adelantados se convierten —y al decir esto nos referimos a su «retaguardia»— en presidios militares para los obreros".

Amazon ejemplifica esas características descritas por Lenin. Mientras colabora con las agencias de espionaje para hacer la guerra en el extranjero, Amazon somete a sus trabajadores en los Estados Unidos y en todo el mundo a brutales condiciones de trabajo típicas de talleres clandestinos.

Como la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon (IAWV) ha reportado, la compañía lleva a sus trabajadores a sus límites extremos, causando accidentes laborales generalizados e incluso fallecimientos. Rastrea los movimientos de los empleados y hace cumplir requisitos de productividad cada vez más altos, creando condiciones en los almacenes de Amazon que se parecen cada vez más a los "presidios militares para los obreros" a los que se refería Lenin.

La lucha por dar fin a la explotación de clase y a la guerra están inseparablemente conectadas. No puede haber lucha contra la guerra sin una lucha contra su causa raíz, el capitalismo y la división del mundo en Estados-nación rivales. La clase trabajadora debe apoderarse de los recursos despilfarrados en la guerra imperialista y las agencias de espionaje, y de la inmensa riqueza acumulada por personajes como Bezos, y estos tienen que ser redirigidos a satisfacer necesidades sociales, no la ganancia privada o la destrucción de países extranjeros.

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