El reportero del World Socialist Web Site, Eric London, habló recientemente con el profesor Chris Fradkin sobre su reciente comentario en la revista Frontiers in Pediatrics sobre el estudio del 2017intitulado "El temor a las deportaciones masivas en Estados Unidos: implicaciones sociales en comunidades pediátricas necesitadas".
Fradkin es un becario ganador del premio Fulbright. Divide su tiempo de enseñanza entre California y Brasil. Sus intereses de investigación van desde la internacionalización de las revistas de países emergentes hasta la creación de resiliencia entre los jóvenes vulnerables. Ha publicado en Health Psycology, Academic Pediatrics y Child Abuse & Neglect.
WSWS: En su revisión de la literatura académica existente sobre este tema, señalas que los efectos sociopsicológicos del miedo generalizado a la deportación van más allá de la población inmigrante para impactar a la sociedad de manera más amplia. ¿Puedes explicar a qué te referías con esto?
CF: Cuando un grupo de personas "vive con miedo", se extiende por la sociedad como un contagio. Y en el grupo que "vive en temor", existe la sensación de que la vida y la población en general los ha rechazado. Esto también afecta la carga alostática.
WSWS: ¿Qué es la carga alostática?
CF: Cuando nos sentimos amenazados, nuestro cuerpo entra en modo de luchar o huir. Hay cambios físicos. El cortisol, la hormona del estrés, se libera. Se libera adrenalina. Nuestras respuestas se intensifican para maximizar nuestra respuesta a la amenaza. Cuando la amenaza ha pasado, nuestro cuerpo regresa gradualmente a la línea de base.
Entre las personas con estresores continuos que se superponen entre sí, sus cuerpos no vuelven a la línea de base como en el caso de un solo estresor. La línea de base es necesaria para la salud porque proporciona balance, equilibrio. Por lo tanto, existe un desgaste del cuerpo que lo debilita con el tiempo.
WSWS: Y en los niños, el impacto de dicho estrés tiene efectos a largo plazo. ¿Puedes describir algunos de estos efectos?
CF: Tocando los tres estudios que incluí en mi revisión, hay menos diagnósticos de trastornos relacionados con la ansiedad entre los niños con madres elegibles a DACA [Acción Diferida para los Llegados en la Infancia], en comparación con madres hispanas que no son elegibles a DACA (es decir, que son deportables). También hay más casos de bajo peso al nacer (BPN) entre los bebés nacidos en tiempos de "miedo a las deportaciones". Los efectos a largo plazo del BPN incluyen una mayor probabilidad de diabetes, enfermedad cardíaca y presión arterial alta.
WSWS: ¿Estos efectos acumulativos tendrían un impacto en la esperanza de vida?
CF: Absolutamente. Aunque no tengo las cifras, las consecuencias de BPN que acabo de mencionar (mayor prevalencia de diabetes, presión arterial alta, enfermedad cardíaca) sin duda afectan la esperanza de vida de un individuo.
WSWS: ¿Los ingresos generalmente más bajos de las personas indocumentadas también afectan problemas como el estrés, la diabetes y la presión arterial?
CF: Absolutamente. Esto se llama gradiente social. Describe la relación positiva entre los recursos (financieros, educativos) y la salud. Mirándolo de otra manera, describe una relación inversa entre los recursos y el riesgo para la salud. Y el gradiente social ciertamente entraría en juego.
WSWS: Usted también menciona el trastorno de estrés postraumático.
CF: Sí, esto se relaciona con la carga alostática y la presencia de factores estresantes acumulativos. Para muchos inmigrantes, la pregunta es: ¿cuántas pajas se necesitan para quebrar la espalda de un camello?
WSWS: Y el artículo de Leiner et al que usted cita también habla de cuán cruciales son estos factores estresantes para los niños que atraviesan períodos cruciales de desarrollo cerebral.
CF: Esto regresa a los estresores crónicos. Una atmósfera de "vivir con miedo" y una pesada carga alostática no es propicia para el desarrollo neurológico. No es propicio para el sueño o la dieta adecuada, ni para la asistencia regular a la escuela, ni para chequeos regulares al médico.
Leiner y sus colegas escriben: "Los niños que viven en la pobreza tienen más probabilidades de tener un volumen disminuido de la corteza frontal". La corteza frontal es el "centro ejecutivo" del cerebro, involucrado en la toma de decisiones, la planificación y la memoria a corto plazo. Un volumen reducido sugeriría un funcionamiento reducido en estas áreas cognitivas críticas.
Pero recuerde, Leiner et al asociaron el reducido volumen de la corteza frontal con la pobreza, no con la deportación. Sin embargo, los factores estresantes son iguales y se superponen.
WSWS: ¿Y usted cree que las personas indocumentadas se ven afectadas por la falta de acceso a servicios públicos, educación y atención médica?
CF: Sí, sí, sí.
WSWS: ¿Cómo afecta esta falta de acceso al desarrollo cognitivo? ¿Cree que el aumento en los arrestos arbitrarios a inmigrantes tendrá consecuencias negativas a este respecto?
CF: Para mí, lo profundo es el efecto macro y expansivo causado por la ola de temor y arrestos.
En un mundo perfecto, estos problemas no existirían. Como científicos que se ocupan de la salud infantil, buscamos prevenir lo evitable: aconsejamos a las madres de niveles educativos más bajos que tomen vitaminas prenatales, que no fumen, que no beban. Las alentamos a amamantar, a que los padres participen. Todas estas sugerencias se basan en los hallazgos científicos de que estas medidas protegen al niño y aumentan la probabilidad de que el niño alcance su potencial tanto emocional, físico como cognitivo.
Los recursos que estos niños necesitan son los recursos que todos necesitamos: un lugar seguro donde dormir, comida en la mesa y saber que nuestra familia estará a salvo y esperándonos cuando lleguemos a casa. Esta es la solución, en mi opinión. En cuanto a compensar las consecuencias de los niños inmigrantes que viven con miedo, estos estresores se pueden eliminar al restringir el programa de deportación actual.
Esta es una emergencia de salud nacional. ¿Todavía tiene un pulso nuestro país? En cuanto a los niños inmigrantes, no, al menos no en este punto. Porque muchos miembros de sus familias son reacios a hacer públicos los problemas de sus hijos, por temor a una mayor deportación. Es una crisis de salud nacional, con años de repercusiones, pero aún no ha sido reconocida, por lo menos no por la Administración.
Esta crisis está directamente relacionada con la agresividad del programa de deportación actual. La idea primordial: las familias no deberían dividirse.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de febrero de 2018)