Las intervenciones de los ministros de Defensa y Política Exterior de Alemanie en la conferencia expusieron que el objetivo central del nuevo Gobierno de la gran coalición será acelerar el retorno alemán al militarismo y la política de gran potencia que condujeron el último siglo a dos guerras mundiales y a los crímenes más terribles en la historia humana.
Ya en el 2014, von der Leyen de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) y el predecesor socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán) de Gabriel, Frank-Walter Steinmeier, habían anunciado el fin de la restricción militar en la conferencia de Múnich de ese año.
“Alemania debe estar preparada para participar en la política exterior y de seguridad más pronto, de manera más decisiva y más sustancial”, afirmó Steinmeier en ese momento, y agregó: “Alemania es demasiado grande solo para comentar sobre la política mundial desde el banquillo”.
Von der Leyen ahora viene a implementar esta política.
“Hemos asumido responsabilidad”, se jactó, refiriéndose al papel alemán en Ucrania, el fortalecimiento del flanco oriental de la OTAN y las misiones militares de Alemania en Irak, Siria y Mali. Al mismo tiempo, anunció un amplio programa de rearme que duplicará el gasto militar alemán en unos pocos años.
Von der Leyen indicó su determinación de desplegar las nuevas armas. “Construir capacidades y estructuras es una cosa”, dijo. “La voluntad común de usar realmente la fuerza militar cuando las circunstancias lo requieren es otra”.
Gabriel dio un tono similar. Europa necesita “una proyección conjunta de poder en todo el mundo”, afirmó. No puede prescindir de los medios militares “porque siendo los únicos vegetarianos, la veremos muy difícil en un mundo de carnívoros”.
Advirtió contra el “comienzo de una nueva era asiática” e instó a las figuras militares y políticos reunidos a enfrentar los desafíos de un mundo mucho más incómodo y peligroso”. Luego, presumió que el acuerdo de coalición entre la Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana y el Partido Socialdemócrata prevé “inversiones masivas en política exterior, de seguridad y de desarrollo”, y añadió que, “en el corazón de la política exterior del Gobierno entrante”, habrá “un concepto integral de seguridad interconectada”.
Por encima de la Conferencia de Seguridad de Múnich se ciernen las tensiones cada vez más profundas entre EUA y Europa, junto con las amenazas de guerra contra Corea del Norte, Irán, Rusia y China. Los principales oradores, incluyendo al presidente de la conferencia, Wolfgang Ischinger, y el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtieron que el mundo nunca ha estado tan cerca de un conflicto nuclear desde el final de la Guerra Fría.
La clase dominante de Alemania está reaccionando a esta crisis como lo ha hecho a lo largo de su historia: haciendo sonar sus sables, rearmándose y desarrollando planes de gran poder.
Gabriel declaró que los Estados miembros de la Unión Europea tenían que “desarrollar estrategias e instrumentos” para afirmar sus intereses en África y la región “de Europa del Este a Asia Central”. Amenazó a Rusia, China y Estados Unidos, declarando que “ninguno debería intentar dividir a la UE”.
El Gobierno alemán está recurriendo a una estrecha cooperación con Francia e invocando la unidad europea para enmascarar la verdadera naturaleza de sus grandes planes de poder. Von der Leyen abrió la conferencia con su colega francesa Florence Parly, quien también presentó un programa integral de rearme. Parly dijo: “¡Hemos hecho un movimiento político para crear un 'ejército de europeos'! Alemania y Francia están dispuestas a continuar conjuntamente el proyecto europeo, e invitamos a todos los europeos a colaborar”.
La retórica haciendo un llamamiento a Europa no tiene nada que ver con la unificación del continente en el interés de sus habitantes. Es una expresión del deseo alemán de dominar Europa para actuar como una potencia mundial. Los jefes de Gobierno europeos están tan divididos que algunos se negaron a sentarse juntos en el escenario, lo que generó quejas del presidente del evento, Ischinger.
La Conferencia de Seguridad de Múnich desencadenó un frenesí militarista en los medios y los partidos políticos. Los periódicos alemanes están llenos de informes sobre cuán “descuidado” y “faltante de recursos” está el ejército. Los generales sienten que su poder crece una vez más.
Harald Kujat, ex inspector general del ejército, habló en Deutschlandfunk y criticó duramente a los políticos responsables. Describió el estado del ejército como una “tragedia” y pidió una “corrección de curso”. Al tiempo que señaló que la ministra de Defensa había anunciado “un programa de armas de 130.000 millones de euros para el año 2030”, se quejó de que “desafortunadamente no ha pasado nada hasta ahora”.
Incluso el lenguaje sediento de sangre del pasado está regresando. Cuando el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, exigió en Múnich que Europa “luche por una capacidad política global”, la prensa alemana se apoderó con entusiasmo del término. Un artículo en Die Zeit fue titulado “Más capacidad para la política global, por favor” mientras que el Franfurter Allgemeine Zeitung escribió: “Europa debe ser más capaz en la política global”.
El término viene con un considerable bagaje histórico. La “política global” fue el lema bajo el cual el Imperio alemán, en las dos décadas previas a la Primera Guerra Mundial, emprendió un curso de expansión imperialista, uniendo a terratenientes, capitalistas industriales y la pequeña burguesía detrás de un programa de rearme naval, que inevitablemente condujo a conflictos con Reino Unido y Estados Unidos.
En su obra referente sobre la historia alemana, El largo camino al oeste, Heinrich August Winkler subtituló el capítulo sobre los años 1890 a 1918 con “La política global y la guerra mundial”. Escribió: “Cuando Alemania, cuya fundación del imperio ya le había dado un estatus semihegemónico en el continente europeo, decidió seguir la política global”, cuyas consecuencias solo podrían haber sido “esfuerzos defensivos de las principales potencias afectadas por esto”.
La “política global” también fue dirigida contra el enemigo dentro del país: la clase trabajadora y la socialdemocracia en rápido crecimiento, en ese momento aún marxista. Winkler citó una carta escrita por el Contraalmirante Alfred von Tirpitz en 1895. El autor del programa de armamento naval escribió que Alemania tenía que progresar hacia la política mundial “entre otras cosas porque la gran nueva tarea nacional y el beneficio económico asociado es un fuerte paliativo contra los socialdemócratas educados y sin educación”.
Hoy, es el SPD, en alianza con la CDU y la CSU, que está llevando a cabo la “política global”, con todas las consecuencias que conlleva: un rearme interno y externo, recortes del gasto social, la cooptación de los medios de información por parte del Estado, la censura del Internet y el fortalecimiento de la extrema derecha en la forma de la Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).
No hay resistencia a esto en el Bundestag (Parlamento), incluso de la llamada oposición. El Partido Democrático Libre (FDP, por sus siglas en alemán) y la AfD, cuyos diputados y oficiales incluyen numerosos exoficiales militares y de la reserva, y están totalmente del lado de los militares.
El Partido Verde está atacando a la nueva gran coalición desde la derecha. Tobias Lindner, portavoz de las políticas de Defensa de los verdes, acusó a la ministra de Defensa en Deutschlandfunk de no hacer nada para resolver los problemas del ejército. El ejército carece de sistemas de armas altamente complejos, dijo, y agregó: “¿Qué pasa con los barcos, y los aviones?”.
El partido La Izquierda (Die Linke) apoya la reactivación de la política de gran poder. Stefan Liebich, representante del La Izquierda en la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores, expresó entusiasmo por el discurso de Gabriel. Repensar y reorientar la relación con los EUA ha estado “pendiente desde hace mucho tiempo”, le dijo a la emisora Phoenix. “Somos un país soberano con nuestros propios intereses, que a menudo coinciden con los intereses de Estados Unidos, pero a veces no”, agregó.
Dentro del SPD, los proponentes y opositores de la gran coalición están evitando el problema. Los proponentes no lo están abordando porque no quieren provocar oposición. En su discurso de venta promoviendo la participación del SPD en el Gobierno a los miembros del partido, que actualmente están votando sobre el acuerdo de coalición, el ejecutivo del partido no mencionó ni una sola vez la política exterior ni el ejército. Los oponentes de la gran coalición evitan el tema porque están de acuerdo con Gabriel en esta cuestión.
El Sozialistische Gleichheitspartei (Partido por la Igualdad Socialista, SGP) es la única tendencia política que rechaza la política de gran potencia y el militarismo y busca movilizar a los trabajadores y a los jóvenes que se oponen. Rechazamos la gran coalición y llamamos a nuevas elecciones.
El acuerdo de coalición muestra qué tan monstruosos son los planes que perseguiría una nueva gran coalición. Al mismo tiempo, suscita muchas interrogantes más. Exigimos la publicación de todos los acuerdos y arreglos secretos alcanzados por el SPD, la CDU/CSU y sus asesores de política militar y exterior en el transcurso de los meses de negociaciones de coalición a puertas cerradas. ¿Cómo se financiará la duplicación del presupuesto militar? ¿Alemania planea comprar armas nucleares? ¿Existen acuerdos similares con Francia y la OTAN?
La lucha por nuevas elecciones es el primer paso para contrarrestar la conspiración de la clase dominante que está preparando una catástrofe histórica. El Sozialistische Gleichheitspartei está llevando a cabo una campaña intensiva en la clase obrera y en escuelas y universidades para exponer las maquinaciones de la élite gobernante y construir, junto con sus partidos hermanos en Francia y Reino Unido, un poderoso movimiento socialista contra la guerra, la dictadura y el capitalismo.
¡Participen en nuestros eventos para discutir estas preguntas! ¡Únanse al SGP y a la organización juvenil de la Cuarta Internacional, los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social!
(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de febrero de 2018)