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Cincuenta años de la Ofensiva del Tet

El 30–31 de enero marcó el 50 aniversario de la puesta en marcha de la Ofensiva del Tet, el levantamiento militar del Frente Nacional de Liberación en Vietnam del Sur que sorprendió al gobierno estadounidense del presidente Lyndon Johnson y fue un punto de inflexión en la lucha prolongada contra el imperialismo —japonés, francés y finalmente estadounidense— de los trabajadores y campesinos vietnamitas.

La ofensiva involucró a unos 80.000 soldados, algunos de ellos regulares del Ejército de Vietnam del Norte (EVN), la mayoría cuadros del Frente Nacional de Liberación (FNL), apodado “Viet Cong” por el ejército de los EUA y el régimen títere de Saigón. Atacaron en todo Vietnam del Sur, con una primera ola de ataques, limitada a las Tierras Altas Centrales, en las primeras horas de la mañana del 30 de enero de 1968, cuando la población estaba celebrando el Año Nuevo Lunar vietnamita, o Tet, y con el despliegue de una ofensiva general 24 horas después.

Cadáveres de guerrilleros del Vietcong asesinados

El ataque logró una sorpresa táctica y estratégica. El ejército de los EUA no estaba preparado para la escala e intensidad del ataque, y la mayoría de los soldados del ERVN (Ejército de la República de Vietnam, el nombre oficial del ejército de Vietnam del Sur) estaba fuera de servicio por las fiestas, observadas como un período no oficial de tregua durante los años anteriores de la guerra.

Un gran número de combatientes por la liberación se infiltraron en áreas urbanas sin ser denunciados al ARVN o los estadounidenses tanto por los campesinos cuyas aldeas atravesaron como por los residentes urbanos cuyos barrios se convirtieron de golpe en fortalezas armadas de un movimiento de guerrilla que había operado casi exclusivamente en las áreas rurales.

Ataques simultáneos golpearon a Saigón, Hue, Da Nang y otras ciudades importantes, incluyendo a 33 de las 44 capitales provinciales y 64 de las 242 capitales de distrito. Hubo ataques directos en centros del ejército de los EUA como Bien Hoa, la principal base aérea cerca de Saigón, y la masiva fortaleza costera en la Bahía Cam Ranh. Fue atacado incluso el cuartel central del comandante de los EUA en Vietnam del Sur, el general William Westmoreland, así como el palacio presidencial del general Nguyen Thieu (quien no se encontraba en el lugar al haber ido a My Tho, hogar de la familia de su esposa, por las fiestas).

A diferencia de los ataques previos de las fuerzas de liberación, el FNL no surgió, atacó y luego desapareció. Sus combatientes tomaron posiciones militares y gubernamentales y lucharon para conservarlas, convocando a la población local a sublevarse y unirse a la lucha revolucionaria contra los ocupantes estadounidenses y sus fuerzas títere.

El ejército de los EUA y sus aliados de Saigón se reagruparon y contraatacaron, recapturando todas las ciudades y pueblos ocupados en el ataque inicial, infligiendo bajas masivas tanto a la población civil como a los combatientes que siguieron resistiendo. Los duros combates en distritos urbanos continuaron por casi un mes —un cambio brusco en una guerra limitada en gran medida a las junglas y montañas en los siete años anteriores—.

El ataque más espectacular del Tet involucró a una unidad de 19 soldados que atacó la Embajada de los EUA en Saigón y la ocupó durante varias horas contra una fuerza masiva de los EUA y Vietnam del Sur. Casi todos los atacantes de la embajada fueron asesinados.

Soldados estadounidenses defendiendo la embajada en Saigón junto a otros ya baleados

Más de 4.000 guerrilleros del Vietcong participaron en ataques de unidades pequeñas a lo largo de Saigón. Las represalias en la capital fueron brutales. Una foto que circuló en todo el mundo resumió la crueldad del régimen de Thieu. El jefe de la Policía Nacional de Vietnam del Sur, Nguyen Loan, ejecutó de un tiro en la cabeza a un prisionero esposado del Vietcong, mientras miraban soldados, periodistas y transeúntes horrorizados.

Unos 7.500 soldados del FNL y EVN capturaron la ex capital imperial Hue, no lejos de la zona desmilitarizada entre Vietnam del Norte y del Sur. Ocuparon la ciudad durante 27 días, peleando en cada manzana ante bombardeos de saturación, ataques de artillería y una fuerza de 30.000 marines.

En un incidente particularmente notorio, a principios de febrero, la capital provincial de Ben Tre, en el Delta del Mekong, fue arrasada por el bombardeo de los EUA, con una indiferencia total por las bajas civiles resultantes en una ciudad de varias decenas de miles de personas. Un oficial estadounidense involucrado en el ataque le dijo al periodista Peter Arnett: “Era necesario destruir la ciudad para salvarla”.

El salvajismo del contraataque de los EUA fue revelado completamente apenas unos 18 meses después, cuando el periodista Seymour Hersh publicó su reportaje de la masacre de los EUA en la aldea de My Lai, ocurrida el 16 de marzo de 1968 como parte de las operaciones finales de limpieza luego de la Ofensiva del Tet.

El comando estadounidense atacó la aldea en una operación de búsqueda y destrucción, con inteligencia militar declarando que fuerzas del Viet Cong involucradas en el Tet se habían refugiado ahí. Soldados estadounidenses de la Compañía C, 1er Batallón de la División de Infantería, bajo el comando del teniente William Calley Jr., mataron a más de 500 civiles vietnamitas, sobre todo mujeres, ancianos y niños. Los soldados violaron a docenas de mujeres antes de asesinarlas.

El baño de sangre fue típico de la guerra de los EUA en Vietnam, con la diferencia de que varios soldados estadounidenses trataron de pararlo y sus objeciones finalmente llegaron a la prensa, con el resultado de que la atrocidad se hizo pública en noviembre de 1969.

Planes y errores de cálculo

La Ofensiva del Tet fue preparada y planeada durante muchos meses, comenzando con una decisión de la dirección política del Partido Comunista de Vietnam (PCV), tomada en una reunión del Politburó en Hanoi, de que 1968 debía ser el año de una insurrección general contra el régimen de Saigón y sus patrocinadores de los EUA.

Varios factores influyeron en esta decisión, incluyendo el reconocimiento de que, como año de elección presidencial, 1968 daba la mejor oportunidad de impactar al gobierno de Johnson, que había intensificado constantemente la intervención militar de los EUA en Vietnam en los cuatro años anteriores. De 17.000 entrenadores y “asesores” en 1964, las fuerzas de los EUA aumentaron a más de 500.000 soldados, muchos de ellos suplantando a soldados del ERVN en operaciones de combate, particularmente en las provincias del norte cercanas a la zona desmilitarizada y en el Delta del Mekong en el sur, las dos áreas donde las fuerzas del FNL eran más fuertes.

Pelotón de Hue en Vietnam, Fuente: AP

Hubo divisiones significativas en la dirección vietnamita, no tanto sobre la necesidad de la ofensiva o su fecha, sino sobre las tácticas exactas a emplear. Según informes, el general Vo Nguyen Giap, el comandante militar durante la guerra contra los franceses y el vencedor en Dien Bien Phu, se opuso al reemplazo de las tácticas de guerrilla por el levantamiento y la lucha para mantener posiciones fijas, una decisión que causó bajas severas al FNL cuando se desató el fuego estadounidense, sobre todo los bombardeos, en ciudades de Vietnam del Sur.

Fundamentalmente, está claro, en retrospectiva, que los líderes vietnamitas malinterpretaron extremadamente la situación política en las ciudades. Cuando combatientes del FNL ocuparon edificios del gobierno y pidieron a la población que se sublevara, hubo poca respuesta, relativamente. Las unidades del ERVN huyeron de los ataques iniciales, pero fueron reagrupadas por sus oficiales, bajo la dirección estadounidense, y se unieron a los contraataques. Hubo deserciones masivas, pero no motines significativos.

Este error de cálculo político estuvo ligado a la orientación estalinista del PCV bajo Ho Chi Minh y su sucesor, Le Duan, quien ya tenía el control efectivo del partido en el momento de Tet, dos años antes de la muerte de Ho. Siguiendo el ejemplo del Partido Comunista de China bajo Mao Zedong, el movimiento Viet Minh construido por Ho tenía su base en el campesinado, en las áreas rurales, no en la clase obrera urbana. Su perspectiva no fue la revolución proletaria, sino una larga guerra campesina combinada con negociaciones con los imperialistas.

El Viet Minh fue particularmente débil entre los trabajadores del sur, donde Saigón era, por lejos, la ciudad más grande del país. El Viet Minh había alienado a los sectores más políticamente conscientes de la clase obrera en 1945–46 con su represión salvaje de los trotskistas vietnamitas, que tenían una base fuerte en Saigón porque se opusieron a los intentos de Ho en ese momento para maniobrar con las potencias coloniales francesas y británicas. Esto desembocó en el asesinato del líder trotskista Ta Thu Tau.

Como hemos explicado previamente:

La represión de los trotskistas vietnamitas y el asesinato de Ta Thu Tau fue un crimen abominable cometido por la dirección del Viet Minh. Fue un golpe duro contra la clase trabajadora, especialmente en la región de Saigón, donde el Viet Minh era mucho más débil que en Hanoi, y socavó la lucha con el imperialismo francés… Saigón sería controlado por el imperialismo y sus títeres durante casi treinta años (Vietnam y la Revolución Mundial, 1985, p. 16).

Si el estalinista FNL sobreestimó la posible respuesta en las ciudades a su llamado a rebelarse, los ocupantes estadounidenses y su régimen títere estuvieron completamente ciegos ante el peligro de una ofensiva nacional. A fines de 1967, Westmoreland, el Estado Mayor Conjunto y el gobierno de Johnson aseguraban al público estadounidense que la guerra casi se había ganado y que el Viet Cong estaba casi derrotado (según un relato, la mitad de las unidades del FNL que participaron en Tet fueron clasificadas por los informes del ejército de EUA durante el año anterior como “destruidas”). Había, según una frase que se hizo infame, “luz al final del túnel”.

El general survietnamita Nguyen Ngoc Loan, jefe de la policía nacional, ejecuta de un disparo a la cabeza al oficial Nguyen Van Lem (también conocido como Bay Lop), sospechoso de ser del Vietcong, en Saigón el 1 de febrero de 1968, a principios de la Ofensiva del Tet. Fuente: AP/Eddie Adams

El comando militar estadounidense estaba tan convencido de su éxito en la guerra de desgaste contra el FNL que ignoró señales claras de la inminente ofensiva. Un crítico del ejército de los EUA en Vietnam escribió:

Se descartaron como increíbles documentos capturados que indicaban que se produciría un ataque nacional. Como dijo un oficial de inteligencia del ejército de los EUA: “Si hubiésemos conseguido todo el plan de batalla, no hubiese sido creíble para nosotros. Un importante folleto dirigido a los cuadros políticos y militares del Vietcong se titulaba “Para el Entendimiento de la Nueva Situación y las Nuevas Tareas”. Delineó una misión triple para atacar instalaciones militares importantes de EUA, para tratar de que el ERVN colapsara y generar un apoyo popular para la sublevación general. La inteligencia de Estados Unidos recibió este panfleto el 25 de noviembre de 1967 (La Guerra Perfecta:Tecnoguerra en Vietnam, 1986, de James William Gibson).

Los dirigentes vietnamitas maximizaron el efecto sorpresa de la Ofensiva del Tet con una maniobra militar deliberada, el sitio de Khe Sanh, una base del Cuerpo de Marines en el rincón más aislado del noroeste de Vietnam del Sur, una región montañosa que sólo se podía abastecer por aire.

El sitio comenzó el 21 de enero de 1968, diez días antes del Tet, y Westmoreland lo percibió inmediatamente como el intento de los vietnamitas de volver a escenificar la victoria histórica en Dien Bien Phu, cuando combatientes de Viet Minh rodearon una base militar francesa aislada en las montañas y acorralaron a miles de soldados franceses, forzando una rendición humillante en 1954.

Westmoreland y Lyndon Johnson se preocuparon con el sitio de Khe Sanh, que duró 77 días, con casi 6.000 Marines defendiendo tres colinas pequeñas de una fuerza del EVN de 40.000. Westmoreland incluso desestimó la Ofensiva del Tet como un esfuerzo para alejar a las tropas de EUA de Khe Sanh, aunque la lógica militar fue en realidad la contraria —los vietnamitas alejaron con éxito a la reserva de combate de los EUA de Saigón, Hue y otras ciudades, contribuyendo a los éxitos iniciales de la sublevación—.

En definitiva, la futilidad de la intervención de los EUA en Vietnam fue subrayada por el destino de Khe Sanh. Después de que el sitio de casi tres meses fuera levantado, y las tropas del EVN se replegaran en las montañas y a lo largo de la zona desmilitarizada, los Marines mantuvieron el puesto durante otros dos meses sin incidentes, y luego evacuaron la remota área por la que se había derramado tanta sangre.

Las consecuencias políticas del Tet

Antes del inicio de la ofensiva, el gobierno de Johnson estaba en una crisis política cada vez más profunda. Robert McNamara, secretario de Defensa, al llegar a la conclusión de que la guerra era inútil y no se podía ganar, presentó su renuncia a Johnson, quien la aceptó en noviembre de 1967, nombrando a un veterano abogado de Washington e influyente demócrata, Clark Clifford, para tomar el lugar de McNamara. Como resultado, cuando se lanzó la Ofensiva del Tet, el Pentágono estaba en manos de un líder civil inepto, mientras su reemplazo, anunciado públicamente unas semanas antes, no asumiría el cargo oficialmente hasta el 1 de marzo de 1968.

El presidente Johnson y McNamara reaccionando a noticias de la Guerra de Vietnam

También en noviembre de 1967, Eugene McCarthy, senador de Minnesota, anunció que desafiaría a Johnson por la candidatura presidencial demócrata, apelando a votantes pacifistas y tratando de prevenir el surgimiento de un movimiento político a la izquierda del Partido Demócrata. Dijo en su discurso de anuncio que se opondría a cualquier esfuerzo “de hacer amenaza de apoyo a terceros o cuartos partidos u otros movimientos políticos irregulares”.

La Ofensiva del Tet (y el sitio de Khe Sanh) tuvo un impacto enorme sobre la opinión pública en Estados Unidos. En el mes de febrero las pantallas de televisión de los EUA estuvieron llenas de imágenes de combates casa a casa en las ciudades y pueblos de Vietnam que estaban supuestamente seguros. Las bajas de los EUA crecieron (1968 fue por lejos el año más sangriento de la guerra, con casi 15.000 muertes estadounidenses).

El mes de marzo de 1968 llevó las consecuencias políticas del desastre de Vietnam a su clímax. Inicialmente más agresivo que McNamara, Clifford descubrió que los generales no podían proporcionar una estimación razonable de los recursos requeridos para ganar la guerra. El 4 de marzo le informó a Johnson que “no hay razón para creer” que se podía derrotar al FNL con “otros doscientos mil soldados estadounidenses, o el doble o el triple de esa cantidad”.

El 12 de marzo llegaron las primarias de New Hampshire. McCarthy estuvo a unos pocos cientos de votos de derrotar a un presidente en funciones. Cuatro días después, el senador Robert F. Kennedy anunció que también desafiaría a Johnson, apelando tanto a votantes pacifistas como a antiguos partidarios de su hermano, asesinado en 1963.

Quizás el episodio más crucial tuvo que ver con el “voto” de un sector mucho más pequeño: un grupo de antiguos y altos funcionarios de seguridad nacional, encabezado por Dean Acheson, ex secretario de Estado, apodado los “hombres sabios” en relatos contemporáneos. Este grupo había sido ensamblado el otoño anterior y generalmente respaldó las políticas de Johnson en Vietnam. Clifford los convocó por segunda vez el 25 de marzo, y ellos escucharon los informes de altos funcionarios del Pentágono.

El secretario de Defensa Clark Clifford

Al día siguiente se reunieron con Johnson y sus dos generales superiores, Earle Wheeler, presidente del Estado Mayor Conjunto, y Creighton Abrams, quien estaba por reemplazar a Westmoreland como el comandante en Vietnam. Los “sabios” votaron 6-4 en favor de una retirada de Vietnam, comenzando con una pausa en el bombardeo de Vietnam del Norte para convencer a Hanoi de entablar negociaciones. Johnson escribió luego que “los bastardos del sistema se echaron para atrás”.

El 31 de marzo Johnson dio un discurso televisivo en cadena nacional sobre Vietnam anunciando una detención parcial del bombardeo del norte —se respetaría todo al norte del paralelo 20°— como un gesto para demostrar el interés de los EUA en una solución negociada. Concluyó con el sorprendente anuncio de que no se presentaría como candidato presidencial demócrata y que dedicaría los meses que le quedaban en el cargo a buscar el fin de la guerra.

Johnson rechazó el consejo de intensificar aún más, dado por algunos de sus consejeros más belicistas, como el strangeloviano Walt Rostow, quien pidió la invasión de Cambodia, Laos y Vietnam del Norte y el uso de armas nucleares, así como el jefe del Estado Mayor Conjunto y Westmoreland, quienes presionaron por el envío de otros 200.000 soldados. Westmoreland también pidió el uso de armas nucleares tácticas alrededor de Khe Sanh.

El presidente de los EUA se vio obligado a cambiar el rumbo en gran medida porque la guerra de Vietnam intensificó los conflictos internos del capitalismo estadounidense, que estaban en su punto álgido. El año 1967 estuvo marcado por los mayores disturbios urbanos en la historia norteamericana, incluyendo una revuelta en Detroit, que llevó a Johnson a enviar tropas de las divisiones aéreas 82 y 101, recién salidas de los campos de muerte de Vietnam, a abatir a trabajadores y jóvenes estadounidenses.

El costo financiero de la guerra ya había obligado al gobierno de Johnson a reducir drásticamente los esfuerzos de reforma social asociados con los programas anti-pobreza de su “Gran Sociedad”. Significativamente, las revisiones internas del gobierno incluyeron al secretario del Tesoro, Henry Fowler, quien sostuvo que se necesitaría un aumento de impuestos para pagar la guerra y estabilizar las finanzas del gobierno de los EUA.

El Tesoro estaba preocupado por la creciente crisis financiera internacional, disparada por la devaluación de la libra británica en noviembre de 1967, que llevó a una mayor presión sobre el dólar, que el Tesoro de los EUA se comprometió a intercambiar por oro a una tasa fija de 35 dólares la onza.

La deteriorada balanza de pagos de los EUA finalmente provocó una corrida del dólar en marzo de 1968, tras la Ofensiva del Tet. El 15 de marzo el gobierno británico cerró bancos y mercados financieros por un día, a pedido de los EUA, y el Tesoro introdujo un sistema de dos niveles, en el que sólo otros gobiernos podían cambiar sus dólares por oro a la tasa oficial, mientras los tenedores privados del dólar tenían que comprar oro en el mercado abierto. En esta “flotación parcial”, el valor del dólar en tales transacciones privadas se desplomó rápidamente.

El 1 de marzo, cuando Clifford reemplazó a McNamara como Secretario de Defensa, un memorándum redactado para su revisión resumió la crisis advirtiendo que el costo de la guerra, tanto en vidas como en dólares, “corre grandes riesgos de provocar una crisis doméstica de proporciones sin precedentes”.

La confluencia de estos eventos —guerra, turbulencia financiera y agitación política— a inicios de 1968 fue el presagio de un año de profunda crisis para el capitalismo mundial en su conjunto. Tet fue sólo el primero en una serie de grandes golpes en 1968, seguido por el asesinato de Martin Luther King, que provocó disturbios urbanos generalizados, la huelga general de mayo-junio en Francia, el asesinato de Robert F. Kennedy, la Primavera de Praga y subsecuente invasión soviética de Checoslovaquia, y la represión policial en las calles de Chicago durante la Convención Nacional Demócrata.

El autor también recomienda:

The contradictions of Ken Burns and Lynn Novick ’s The Vietnam War
[2 de octubre de 2017]

(Artículo publicado originalmente en inglés el 31 de enero de 2018)

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