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El Pentágono ocultó el papel de las fuerzas especiales de los EUA en la mortal ofensiva en Níger

AFRICOM reconoció por primera vez el miércoles que mantuvo en silencio una ofensiva mortal que sus fuerzas de élite llevaron a cabo el año pasado con soldados nigerinos, destacando la escala de las operaciones especiales estadounidenses en África Occidental e ilustrando claramente los objetivos depredadores que subyacen al despliegue de soldados de élite del Pentágono en la región.

El 6 de diciembre del año pasado Boinas Verdes coordinaron una operación militar con las fuerzas nigerinas y mataron a 11 militantes cerca de la ciudad de Diffa, cerca de la frontera con Nigeria. El anuncio del Pentágono el miércoles marca la primera vez que reconoce su papel en el compromiso de diciembre.

El silencio de AFRICOM con respecto a la operación fue sin duda influido por la protesta internacional provocada por el asesinato el 4 de octubre de cuatro Boinas Verdes durante una emboscada en el noroeste de Níger, que expuso la vasta escala de las operaciones militares estadounidenses en África Occidental.

Las operaciones del Pentágono en Níger son extensas y de gran alcance: el año pasado Estados Unidos terminó la construcción de una base de drones en Agadez, ubicada en el centro de Níger, que según AFRICOM está equipada con la capacidad de realizar vuelos armados de drones en toda la región del Sahel y en el norte de África para llevar a cabo vigilancia y asesinatos.

En declaraciones al New York Times sobre la ofensiva del 6 de diciembre, la portavoz de AFRICOM Samantha Reho declaró que las tropas estadounidenses y nigerinas en una misión en la región de la cuenca del lago Chad fueron atacadas por una “formación de extremistas violentos”. Reho interpretó el evento como un acto de defensa por parte de las tropas estadounidenses y nigerinas después de que militantes islamistas atacaran su guarnición.

“El objetivo de la misión era establecer las condiciones para futuras operaciones dirigidas por socios contra organizaciones extremistas violentas en la región”, dijo. “No había ningún aspecto de esta misión enfocado a perseguir a los militantes enemigos, y la fuerza combinada estaba en posición de responder lo necesario en caso de que se produjera contacto con el enemigo”, afirmó Reho.

Reho agregó, “Dicho esto, nuestras fuerzas operan en áreas inestables y ocasionalmente están expuestas al peligro de las fuerzas enemigas. Cuando ocurre tal situación, nuestro personal está autorizado a responder adecuadamente a las amenazas y la violencia”.

La entrevista realizada en octubre por el ministro de Defensa de Nigeria, Kalla Mountari, en Reuter, viene a refutar las afirmaciones de Reho y deja en claro el carácter predatorio de las operaciones militares de los EUA en Níger. Cuando se le pidió que describiera la misión de las Fuerzas Especiales de los EUA desplegadas en Níger y su relación con las fuerzas nigerianas, Mountari afirmó con total naturalidad: “Los estadounidenses no solo están intercambiando información con nosotros. Están librando una guerra cuando es necesario. Estamos trabajando de la mano. La prueba clara es que los estadounidenses y los nigerinos cayeron en el campo de batalla por la paz y la seguridad de nuestro país”.

Contradiciendo aún más el relato proporcionado por Reho fue la declaración al New York Times de un funcionario anónimo familiarizado con el tiroteo, que sugirió que los comandos de élite estaban llevando a cabo una operación ofensiva con el objetivo de establecer un puesto avanzado.

Según el funcionario, las fuerzas estadounidenses estaban llevando a cabo una operación de varios días con las tropas nigerianas. El funcionario dijo que el objetivo de la operación era despejar el área de las fuerzas hostiles para que se pueda crear un nuevo puesto avanzado, lo que sería muy ventajoso para los objetivos estadounidenses en la región.

La ubicación de la ofensiva cerca de Diffa, una ciudad en el sureste de Níger cerca de la frontera con Nigeria, es una región largamente inflamada por el conflicto entre las fuerzas nigerianas y estadounidenses y la milicia islamista Boko Haram, que ha estado en guerra en el norte de Nigeria, con frecuentes escaramuzas e incursiones transfronterizas.

El carácter criminal de las Fuerzas Especiales de los EUA desplegadas en África Occidental fue subrayado por el arresto de dos Navy Seals [fuerzas de operaciones especiales de la Marina] en Mali por el asesinato de Logan Melgar, un Boina Verde apostado en la embajada de los EUA en Bamako, en junio de 2017. Las tropas de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos fueron desplegadas en la nación de África occidental para llevar a cabo operaciones de inteligencia y entrenamiento contra militantes afiliados a Al Qaeda que libran una guerra contra el gobierno apoyada por Estados Unidos y Francia.

De acuerdo con los oficiales militares que investigan el asesinato, los dos Navy Seals, que también estaban posicionados en la embajada, presuntamente robaban dinero de un fondo de sobornos puesto a disposición por la embajada para pagar a los informantes. Cuando Melgar descubrió la operación de desvío fraudulento de fondos y amenazó con alertar a las autoridades, los dos Navy Seals lo mataron.

Joshua Geltzer, el director de antiterrorismo del Consejo de Seguridad Nacional bajo el entonces presidente Barack Obama, buscó echar la culpa por mantener la guerra en Níger en secreto a la administración Trump y oscurecer así el papel del presidente demócrata que inició la intervención militar en Níger.

“Es decepcionante ver a esta administración mostrar tal falta de respeto por los esfuerzos del Congreso para obtener respuestas públicas a cuestiones legales clave de nuestro tiempo”, dijo Geltzer al New York Times.

Según ha informado el WSWS, Washington ha estado construyendo y expandiendo sus fuerzas militares en el continente africano, comenzando con la administración republicana de George W. Bush y continuando a través de Obama y Trump como parte de la estrategia imperialista de Estados Unidos para África.

El conflicto en curso en Níger y en la región es el resultado del bombardeo de Libia por parte de la OTAN apoyado por Estados Unidos en 2011, en el que la administración Obama utilizó milicias islamistas para llevar a cabo una operación de cambio de régimen que culminó con el asesinato del líder libio Muammar Gaddafi y miles de libios con bombas de la OTAN. La sociedad libia fue completamente destruida, y los combatientes islamistas que Washington armó se extendieron desde Libia a través del Sahel y hacia el oeste de África.

Además, el desarrollo de los puestos militares estadounidenses en todo el continente africano debe verse en el contexto de la creciente influencia económica de China en todo el continente. Washington percibe a Beijing como un rival intolerable para los vastos recursos económicos de África, que incluye importantes reservas de minerales, petróleo, gas y metales preciosos, y está utilizando su enorme poder militar en un esfuerzo por compensar la influencia económica de China.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de marzo de 2018)

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