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Estados Unidos intensifica su campaña antirrusa a medida que se acumulan las contradicciones de la trama Skripal

Las contradicciones en las declaraciones del Gobierno británico y el estadounidense sobre el envenenamiento del exagente ruso, Sergei Skripal, y su hija Yulia se siguieron acumulando el jueves. Se reveló que Yulia ha estado consciente durante una semana, y se está recuperando rápidamente, lo que arroja aún más dudas sobre las afirmaciones de que un gas nervioso de "calidad armamentística” estuvo involucrado en su envenenamiento.

El Gobierno ruso también convocó el mismo día una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU, donde su embajador repasó las discrepancias en las alegaciones del Gobierno británico de que Rusia era responsable del envenenamiento y acusó a los servicios de inteligencia británicos y de otros países de estar detrás del incidente.

Con su campaña de mentiras cayéndose a pedazos, tanto la Administración de Trump en Estados Unidos como el Gobierno de May en Reino Unido respondieron intensificando su ofensiva contra Moscú.

Dos altos funcionarios de Washington dijeron a los medios que se esperaba que el Gobierno de de Trump sancionara a "varios" oligarcas rusos vinculados con el presidente ruso, Vladimir Putin, por la supuesta "interferencia" rusa en las elecciones presidenciales del 2016 en Estados Unidos. Los funcionarios dijeron que las sanciones probablemente llegarán más tarde esta semana.

Reuters, citando fuentes que se dice que están familiarizadas con el asunto, dijo que las sanciones serían "potencialmente la movida más agresiva" que Estados Unidos ha emprendido contra los empresarios rusos. El Washington Post dijo que el número final de oligarcas siendo sancionados era "flexible", pero incluiría a aquellos con vínculos con Putin.

Si bien la acción se está tomando formalmente por las acusaciones infundadas de una supuesta intromisión electoral de Rusia, se produce cuando los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido buscan desesperadamente respaldar sus acusaciones que rápidamente se desembrollan sobre el caso Skripal.

La Casa Blanca ya impuso sanciones significativas y expulsó a 60 diplomáticos rusos, pero un editorial del Washington Post insistió en que Trump vaya más allá: "La Administración de Trump debería atacar los cimientos del régimen de Putin: la imposición de congelaciones de activos y la prohibición de visas a la red de oligarcas y funcionarios que ejecutan las campañas agresivas de Rusia contra Occidente... La alternativa es envalentonar aún más a una potencia extranjera que ha dejado claro su objetivo de socavar los cimientos de Occidente".

Ayer, Viktoria Skripal, prima de Yulia, dijo a los medios que Yulia le dijo por teléfono que estaba "bien, que todo es curable" e indicó que su padre también se estaba recuperando.

En una transcripción de la conversación lanzada por el programa "60 Minute" en el canal Rossiya 1, propiedad del estado, Yulia también dijo: "La salud de todos está bien, no hay nada que no se pueda curar. Seré dada de alta pronto. Todo está bien".

En un intento para bloquear nuevas divulgaciones reveladoras, la policía británica emitió una declaración, ostensiblemente en nombre de Yulia: "Estoy segura de que aprecian que todo el episodio es algo desorientador, y espero que respeten mi privacidad y la de mi familia durante el período de mi convalecencia".

En declaraciones anteriores a Sky News, Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico, llamó la atención a la declaración del secretario de Exteriores Boris Johnson el 20 de marzo ante la emisora alemana Deutsche Welle de que "la gente de Porton Down" –la base de armas químicas británica cerca de Salisbury— fue "absolutamente categórica" de que Rusia fue la fuente del agente nervioso usado contra los Skripal.

La declaración de Johnson quedó expuesta el martes, cuando Gary Aitkenhead, director ejecutivo de las instalaciones de Porton Down, le dijo a Sky News que los científicos "no habían verificado la fuente exacta" del material utilizado. Corbyn sugirió: "O el secretario de Asuntos Exteriores tiene información que no está compartiendo con Porton Down o fue un poco exagerado".

En un tuit, Johnson luego intensificó los ataques del Gobierno contra Corbyn, acusándolo de "jugar el juego de Rusia" y de haber "elegido al lado de la máquina política rusa".

El Gobierno británico también intentó cambiar su historia. El Times, propiedad de Rupert Murdoch, citó "fuentes de seguridad" anónimas afirmando que "ministros y funcionarios de seguridad pudieron identificar la fuente" del Novichok supuestamente utilizado contra los Skripal pocos días después del envenenamiento del 4 de marzo. Además, Reino Unido sabía cuál era la instalación donde se fabricaba el Novichok incluso antes del ataque y "creía" que "los rusos realizaban pruebas para ver si el Novichok podía usarse para asesinatos".

No se ofrecieron pruebas para esta última declaración, y se ofreció la advertencia de que "las fuentes de seguridad no aseguran una certeza del 100 por ciento...".

El exdiplomático británico, Craig Murray, comentó ayer: "Todos los medios británicos han sido informados por 'fuentes de seguridad' que Reino Unido tiene una copia de un manual secreto de entrenamiento de asesinos rusos que detalla cómo poner el agente nervioso en las manijas de las puertas... Surgen dos preguntas: cuán creíble es la posesión por parte del Gobierno británico de un manual de entrenamiento secreto ruso para usar agentes Novichok, y cuán creíble es que los Skripal hayan sido envenenados a través de las manijas de sus puertas".

Murray preguntó por qué, si fue utilizado un "agente nervioso de acción instantánea" como Novichok, dejó a los Skripal "con un sistema nervioso central en tan buen estado y con un sistema digestivo tan equilibrado que pudieron sentarse y comerse una comida completa en el restaurante”. Luego preguntó por qué, si el Gobierno británico tiene “un manual ruso sobre la aplicación de un agente nervioso en las manijas de las puertas", no lo presentó a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) ni “lo publica ahora”.

En Londres, el embajador ruso, Alexander Yakovenko, dio una conferencia de prensa de 90 minutos en la que citó la propuesta del Kremlin, presentada en la reunión de la OPAQ del miércoles, para una investigación conjunta de Rusia y Reino Unido sobre el ataque de Salisbury. Dijo que los 15 países que votaron en contra de la propuesta fueron todos países de la OTAN y de la Unión Europea, con abstenciones de los Estados que fueron "presionados".

Yakovenko dijo que Rusia nunca había tenido Novichok, que había comenzado a cerrar su programa de armas químicas en 1992 y completó el proceso el año pasado. Por el contrario, Estados Unidos no promete deshacerse de todas sus armas químicas hasta el 2023.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Rusia, Vasily Nebenzya, declaró: "Dado que las autoridades británicas se atreven a afirmar con un 'alto grado de probabilidad' que Rusia esté detrás del incidente de Salisbury, también, con un 'alto grado de probabilidad' asumimos que las agencias de inteligencia de ciertos países están detrás de esta megaprovocación".

Nebenzya dijo que Reino Unido había admitido que estaba en posesión del agente nervioso. "Novichok no tiene derechos de propiedad intelectual de Rusia a pesar del nombre obviamente ruso. Fue un nombre que se inventó en Occidente para una línea de sustancias tóxicas, que no es nada nueva para expertos y científicos. Fueron desarrollados en muchos países, incluso en Estados Unidos y Reino Unido".

Refiriéndose a las mentiras comprobadas de las "armas de destrucción masiva" utilizadas por los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido para invadir Irak en el 2003, Nebenzya comentó: "Todos sabemos que los méritos de la inteligencia británica se basan en la experiencia de Tony Blair".

En respuesta, los embajadores británicos y estadounidense solo intensificaron sus ataques contra Rusia. Por su parte, la embajadora adjunta estadounidense, Kelley Currie, acusó a Rusia de avanzar teorías conspirativas y reafirmó el apoyo de Washington a Reino Unido. "El hecho de que un miembro permanente de este consejo haya estado detrás de un incidente como este es espantoso", dijo.

Como lo subrayan las últimas sanciones amenazantes de la Administración de Trump, la escalada de la campaña contra Rusia, en la que los medios corporativos están completamente implicados, es parte de un impulso más amplio hacia la guerra con Rusia, la cual ha interrumpido los planes estadounidenses en Siria y es vista como un obstáculo para la hegemonía global de EUA.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 abril de 2018)

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