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Guerra, propaganda y difamaciones: una entrevista con el profesor Piers Robinson

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El profesor Piers Robinson es catedrático de política, sociedad y periodismo político en la Universidad de Sheffield. Gran parte de su investigación se centra en la interfaz entre propaganda y guerra.

Su libro The CNN Effect: The Myth of News Media, Foreign Policy and Intervention (El efecto CNN: el mito de los medios noticieros, la política exterior y las intervenciones), publicado en 2002, examinó las noticias en una serie de intervenciones “humanitarias” en Irak, Somalia, Bosnia, Kosovo y Ruanda.

Fue el autor principal de Pockets of Resistance: British News Media, War and Theory in the 2003 Invasion of Iraq (Focos de resistencia: la prensa británica, la guerra y la teoría en la invasión de Irak del 2003) del 2010, un análisis ambicioso y meticuloso de la cobertura televisiva y de prensa durante la invasión.

El libro The Routledge Handbook of Media, Conflict and Security (El manual Routledge sobre prensa, conflictos y seguridad) del 2016, que Robinson escribió junto con Philip Seib y Romy Frohlich, vincula el creciente cuerpo de medios e investigación de conflictos con el campo de los estudios de seguridad.

El profesor Piers Robinson

Como miembros del Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios de Comunicación (WGSPM, por sus siglas en inglés), fundado en 2017, Robinson y otros académicos como el profesor Tim Hayward (teoría política ambiental, Universidad de Edimburgo) han cuestionado la narrativa oficial en relación con el envenenamiento de los Skripal y el papel de los Cascos Blancos en Siria que promueven los medios de comunicación y los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido.

Debido a ello, han sido objeto de una cacería de brujas iniciada por The Guardian y asumida también por el Times el mes pasado, denigrándolos como “apologistas de Asad”. A principios de este mes, el Ayuntamiento de Leeds, de gestión laborista, anunció que cancelaría un evento, Medios de Comunicación en el Banquillo, en el cual Robinson y Hayward tenían previsto hablar. Al evento se le designó otra sede.

El profesor Robinson habló con Julie Hyland para el World Socialist Web Site en una amplia entrevista sobre la guerra, las mentiras y la censura, comenzando con las calumnias del Times.

Piers Robinson: Mi experiencia personal en los últimos dos años, y especialmente en los últimos ocho o nueve meses, es que el ataque no es espontáneo. No comenzó con el Times. Fui atacado por Padraig Reidy de Little Atoms hace dos años después de escribir un artículo para el Guardian sobre la propaganda rusa y occidental y sobre cómo la gente tiene que pensar por sí misma.

Fui atacado por Oliver Kamm [destacado columnista del Times] en Twitter mucho tiempo antes de los artículos del Times. Tim Hayward tuvo muchos altercados con [el periodista del Guardian] George Monbiot en Twitter.

[Las periodistas de investigación] Vanessa Beeley y Eva Bartlett han sido atacadas y ridiculizadas como “teóricas de la conspiración” y como “apologistas pro-Asad” durante mucho tiempo.

Sabíamos que cuando comenzamos a hacer los eventos de Medios de Comunicación en el Banquillo, que fueron muy exitosos, recibimos más atención. En diciembre de 2017, el Guardian publicó un artículo amarillista sobre Vanessa y Eva. Dos días después, George Monbiot tuiteó que Tim Hayward y yo nos habíamos “deshonrado” a nosotros mismos por Siria.

Escribimos una carta abierta que el Guardian no publicaría. Hablamos con periodistas, pero se negaron a publicarlo. Una vez que la hicimos pública, recibimos más ataques en Twitter.

Creamos el Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios de Comunicación y fue entonces cuando Brian Whitaker (anteriormente del Guardian) comenzó a atacarnos. Luego el Times dirigió su atención al Grupo de Trabajo.

Hubo mucha charla, y no fue una charla de bajo nivel. De repente te das cuenta de más y más ataques, y se volvió más intenso. Cuanto más organizados éramos, más intensos se volvían los ataques.

Creo que es ingenuo pensar que todo esto sucede espontáneamente. Se siente como si estuviera siendo conducido. Esa es la única forma en que puedo explicar lógicamente la escala del ataque. Cuatro artículos en el Times, todos en un día. ¿Por qué sucede eso?

Durante todo este tiempo, siempre traté de volver a “¿Cuáles preguntas estamos haciendo?” Estamos haciendo preguntas sobre la propaganda y la guerra en Siria. Para mí, como académico, la explicación obvia es que estamos llegando a un área que algunas personas no quieren que toquemos. Esa es la conclusión. Algunas personas no quieren que hablemos ni investiguemos a los cascos blancos [sirios]. Ciertamente no quieren que investiguemos o hablemos de lo que ha estado sucediendo en Siria con respecto a los ataques con armas químicas.

Julie Hyland: Dijiste que Reino Unido está mucho más involucrado en Siria de lo que muchos se darían cuenta. ¿Puedes ampliar esto?

PR: El último grupo de ataques aéreos que siguió el evento de armas químicas de Duma (Douma), Tony Blair dijo algo como “No hacer nada no es una opción”.

Sabemos que eso no es verdad. ¡No nos hemos quedado haciendo nada! Esa es una profunda incomprensión de la realidad de donde estamos ahora en Siria. Hemos estado interviniendo durante mucho tiempo. Está en el registro público. No está en disputa.

Como dijo el profesor Jeffrey Sachs (Universidad de Columbia) a la MSNBC el 12 de abril: “Tenemos que entender cómo llegamos adonde estamos hoy. Somos la causa de medio millón de muertos”.

Dijo, y estoy parafraseando, que esto fue el resultado de una operación encubierta llamada Timber Sycamore (Madera de sicómoro) entre la CIA y Arabia Saudita para derrocar al Gobierno sirio. Dijo que ha sido encubierta, no aprobada por el Congreso, en contra del derecho internacional y ha llevado a la destrucción de ese país.

La percepción pública es que Siria es un conflicto casi incomprensible de Oriente Próximo y que estamos sentados al margen. Si es posible que Tony Blair diga “la no intervención no es una opción”, eso demuestra de inmediato que las personas tienen una comprensión profundamente errónea de lo que está sucediendo, porque hemos estado interviniendo y durante mucho tiempo.

La coalición Stop the War parece haber hecho eso también, exigiendo que “no intervengamos”. Fui miembro allí y di una charla en Sheffield. Creo que Stop the War no debería hablar de “no intervención” como a veces lo hacen porque ya hay una intervención en marcha. Pensé que había un problema en la forma en que presentan esto, porque mi impresión era que realmente no estaban llegando a la raíz de lo que estaba pasando.

Millones han sido canalizados para apoyar a grupos militantes, algunos de los cuales son extremistas y están vinculados a Al Qaeda. Estos son los grupos que han sido los principales factores impulsando la guerra.

Esa es la brecha más importante en la conciencia pública y la conciencia política. Creo que esa brecha se está reduciendo ahora. Cuando digo por televisión que hemos estado apoyando a grupos militantes y aportando dinero, no parece que haya nadie que esté en desacuerdo conmigo. Ahora sabemos más sobre las operaciones de información y los Cascos Blancos, y hay una mayor conciencia pública sobre este último grupo. En general, creo que hay una gran operación de propaganda en relación con Siria y hay un montón de dinero entrando en eso. Está muy organizado.

En 2016, hubo una primicia del Guardian en la cual Ian Cobain identificó a la compañía, InCoStrat en Turquía, creada como relacionista pública de los grupos militantes. Tienen mucha participación británica, ya sean los llamados Cascos Blancos o InCoStrat. Eso es todo ahora del dominio público.

En términos de aquello en lo que estoy involucrado junto a un doctorando, Jake Mason, y también con el profesor David Miller (Bath), Reino Unido parece estar bastante involucrado en las llamadas “operaciones de información” con respecto a Siria. Entonces, estamos investigando cómo ha estado involucrado Reino Unido en la comprensión del conflicto, incluyendo el tema de quién ha estado llevando a cabo ataques químicos y si ha habido un intento de exagerar los crímenes del Gobierno sirio y restar importancia a los de los grupos militantes.

La gente ha estado hablando durante varios años sobre el ataque químico en Guta (Ghouta) [del 2013]. ¿Es el Gobierno sirio o los grupos militantes? Esta es una de las preguntas que algunos de nosotros estamos viendo.

Respecto a Duma, más recientemente, ha habido muchas preguntas. El secretario de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que fue responsable Yeish al-Islam [una coalición de extremistas islámicos] y hasta dio a entender que la orden vino de los británicos: tal vez Lavrov miente, tal vez no. El mayor general Jonathan Shaw [anteriormente alto comandante en el ejército británico] estuvo en Sky News y parecía estar planteando preguntas sobre por qué el Gobierno de Asad lo haría justo en el momento en que estaba negociando la última transferencia de Yeish al-Islam a Idlib.

Hamish de Bretton-Gordon es una fuente para periodistas. Es un exmilitar británico [y excomandante del Batallón de Reacción Rápida de CBRN de la OTAN] y estableció una compañía, SecureBio, en 2011 [ahora disuelta]. Habla regularmente con los medios y parece que nunca está muy lejos de la línea del Gobierno sobre este tema.

Si Reino Unido está involucrado en la presentación de estos ataques, significa que estamos muy involucrados. Tenemos gran incidencia en dar forma a las percepciones de la guerra y la pregunta es: ¿en qué medida esas percepciones podrían haber sido distorsionadas o manipuladas? ¿Qué tan precisas son?

Continuará

(Publicado originalmente en inglés el 24 de mayo de 2018)

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