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Acusado por Trump de tergiversar resultados de búsquedas, Google niega manipulaciones políticas

El martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó al monopolista tecnológico Google de manipular los resultados de búsqueda para reprimir las fuentes derechistas de noticias:

“Cuando uno busca ‘noticias de Trump’ en Google sólo aparecen los medios de difusión de noticias falsas (fake news)”, tuiteó Trump. “En otras palabras, lo tienen amañado contra mi persona y contra otros para que casi todas las historias y noticias sean falsas. El que aparece más es ese CNN fraudulento”, agregó Trump. Google y otros medios de difusión están suprimiendo las voces de los conservadores y ocultandos información y noticias que son genuinas. Determinan lo que podemos y no podemos ver”.

Un poco después, Trump les advirtió a los periodistas que al participar en la censura, Facebook, Google y Twitter "están realmente pisando territorio muy, muy problemático y tienen que tener cuidado".

Trump estaba reaccionando a la política de los gigantes de Internet que le da prioridad a publicaciones alineadas los enemigos de Trump, dentro la clase de poder burguesa, tales como CNN, New York Times y Washington Post. Facebook y Twitter también tomaron medidas en recientes semanas contra Alex Jones, uno de los protagonistas fascistizante de las redes sociales.

Contrariamente a las afirmaciones de Trump, el objetivo principal de las medidas de censura adoptadas por las compañías de Internet no son las publicaciones derechistas, sino de las de izquierda, socialistas y antiguerra. En agosto de 2017, el World Socialist Web Site (wsws.org) reveló que los cambios en el algoritmo de búsqueda que Google había pregonado en abril de ese año, redujeron drásticamente la presencia de sitios de izquierda en las búsquedas. Las búsquedas dirigidas al wsws.org se redujeron en setenta y cinco por ciento.

El 25 de agosto de 2017, wsws.org publicó una carta abierta a Google exigiendo que la compañía dejara de censurar al Internet. Google nunca respondió.

El martes 27 de agosto Google respondió a la crítica de Trump declarando que su servicio de búsquedas "no es para establecer una agenda política y no restringimos nuestros resultados contra ninguna ideología política".

La compañía agrega: "Cada año, creamos cientos de mejoras a nuestros algoritmos para asegurar que las consultas de nuestros usuarios resulten en información de alta calidad... Trabajamos continuamente para mejorar la Búsqueda de Google y nunca clasificamos los resultados de búsqueda para manipular el sentimiento político".

Estas declaraciones son falsas. En una declaración escrita fechada el 25 de abril de 2017, el vicepresidente de ingeniería de Google, Ben Gomes, informó que la compañía había "hecho actualizaciones algorítmicas para generar contenido de mayor autoridad". En la práctica, explicó Gomes, esto involucra un equipo de evaluadores remunerados que revisan las búsquedas de Google y degradan "puntos de vista alternativos ... a menos que la consulta indique que el usuario sí está buscando un punto de vista alternativo".

Las calificaciones de estos evaluadores ingresan en los sistemas electrónicos de “aprendizaje profundo” de Google para modificar los rankings de búsqueda. El efecto de estos cambios ha sido enterrar los puntos de vista políticos de izquierda en los resultados de búsqueda. Por ejemplo, la página del World Socialist Web Site no aparece en los resultados de búsqueda de "socialismo"; mientras que las críticas derechistas al socialismo están desproporcionadamente representadas. Antes de los cambios, el WSWS aparecía prominentemente en búsquedas relacionadas con el socialismo, la desigualdad y la oposición a la guerra.

Por su parte, Facebook ha tomado medidas similares. En enero, Mark Zuckerberg, el gerente principal de Facebook, publicó un aviso que decía que la compañía había tomado medidas para fomentar "fuentes de gran confianza y alta calidad" como "The Wall Street Journal y The New York Times", mientras disminuía la presencia de "páginas que atraen intensamente a sus seguidores, sin ser enteramente confiables, más allá de su público principal".

En lugar de utilizar los tuits de Trump para evaluar críticamente sus afirmaciones de que Google, Facebook y otras compañías están censurando, los medios de difusión de los grupos de poder apoyan a los gigantes de Internet, defendiendo sus acciones y criticando las declaraciones de Trump por ser éstas un ejemplo de "noticias falsas".

Liderando esa manada está CNN, cuyo artículo, "Trump acusa a Google de búsqeudas 'manipuladas', pero no lo están" fue el elemento principal en el popular agregador de noticias de Google. CNN declara: "Los artículos en que se basan los reclamos de Trump ignoran que el interés más fundamental de Google es darle a sus usuarios resultados de búsqueda que ellos encuentren útiles; es así como ellos regresan. Lo hace, en parte, dando prioridad a los medios de comunicación que gozan la confianza de gran parte del público".

En verdad, Facebook, al anunciar que seguiría el ejemplo de Google en la promoción de fuentes de noticias "confiables", reconoció que los cambios reducirían el tiempo que los usuarios pasan en esa red social. Cuando Facebook anunció a principios de este año que efectivamente el resultado había sido una fuga de usuarios, el precio de las acciones de la compañía cayó en un 20 por ciento.

Trump presenta la cuestión de la censura como un arma contra sus oponentes políticos; se aprovecha de que la campaña del Partido Demócrata contra las "noticias falsas" y la "intromisión rusa" en la política estadounidense ha sido, desde el comienzo, parte de la lucha entre las fracciones la élite gobernante sobre la política exterior.

El presidente y sus aliados políticos en la extrema derecha sólo pueden hacerse pasar por opositores a la censura debido al papel principal del Partido Demócrata en la campaña a favor de censurar el Internet, y al silencio total sobre la censura por parte de la izquierda de clase media, que se ha sumado en gran medida a la caza de brujas antirrusa del Partido Demócrata.

La administración Trump ha tomado medidas para fortalecer el control que las corporaciones gigantes ejercen sobre el Internet. En junio, la administración puso fin a la política de neutralidad de la red, otorgando a los proveedores de servicios de Internet amplios poderes de censura, incluyendo ese sector que los monopolios de las redes sociales no controlan.

Más de un año después de la publicación de la carta abierta del WSWS a Google, es más urgente que nunca desarrollar la lucha contra la censura de Internet y enraizarla en la clase trabajadora, la única fuerza social capaz de defender los derechos democráticos y la libertad de expresión.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de agosto de 2018)

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