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Presentadora de un canal de televisión Iraní nacida en Estados Unidos encarcelada sin cargos

Marzieh Hashemi, presentadora y reportera de Press TV, el canal estatal iraní en lengua inglesa, fue arrestada el domingo en el Aeropuerto Internacional St. Louis Lambert, desde donde la llevaron encadenada y esposada a un centro de detención en Washington, D. C. y desde entonces se la mantiene allí sin cargos ni explicación pública ni del Departamento de Justicia de los Estados Unidos ni de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Hashemi estaba en los Estados Unidos para visitar a su familia, incluido un hermano que padece cáncer, y estaba trabajando en un documental sobre Black Lives Matter.

Marzieh Hashemi

El arresto de Hashemi, una ciudadana estadounidense de 59 años de edad y casada con un iraní, que lleva 25 años trabajando como periodista en Irán, tiene todas las características del tipo de “desapariciones” forzadas ejecutadas por dictaduras fascista-militares. Esta acción se ha llevado a cabo en violación flagrante de los derechos constitucionales de la libertad de prensa y la libertad respecto a la detención arbitraria, así como del derecho básico de habeas corpus.

A Hashemi se le permitió llamar a su familia para informarle de que fue encarcelada solo dos días después de haber sido aprehendida en el aeropuerto. Las autoridades de los Estados Unidos no les han proporcionado información a sus hijos sobre el motivo de su detención y solo dicen que es una testigo importante en una investigación no revelada.

Su hijo, Hossein Hashemi, miembro del grupo de investigadores de la Universidad de Colorado, dijo que él y sus hermanos también fueron citados para comparecer ante un gran jurado en Washington, D.C.

Los hijos de Hashemi han informado de que su madre ha sido sometida a tratos crueles y degradantes por parte de las autoridades estadounidenses. Está esposada, encerrada en una celda en un centro de detención no revelado. Como musulmana, sus carceleros le han negado comida que puede comer y le ofrecieron carne de cerdo en un descarado intento de ridiculizar su religión. Hashemi le dijo a su hijo que solo tenía galletas saladas para comer desde su arresto. Fue despojada de su hijab y solo le dieron una camiseta para ponerse.

Nacida como Melanie Franklin en Nueva Orleans, Hashemi estudió periodismo en la Universidad Estatal de Louisiana en Baton Rouge, donde entró en contacto con estudiantes iraníes que apoyaron la revolución de 1979 contra la dictadura del Shah respaldada por Estados Unidos. Se casó con un iraní, se mudó a Teherán y siguió su carrera periodística, trabajando para la Televisión de la República Islámica de Irán, o IRIB.

Ella es una figura prominente en Press TV, como presentadora de noticias en Inglés para la emisora iraní, conduciendo entrevistas y produciendo documentales.

Su hijo, Hossein, señaló que en su comentario al aire, su madre había sido “crítica de muchas de las políticas internas del gobierno de los Estados Unidos”, así como de “las guerras en el extranjero y las políticas de cambio de régimen que Estados Unidos aplica todo el tiempo y deja atrás grandes presupuestos”.

El arresto de Hashemi ha sido ignorado en gran medida por los medios corporativos, así como por los grupos de pseudoizquierda que orbitan alrededor del Partido Demócrata.

Todos los expertos y juntas editoriales que posaron como defensores de la libertad de prensa frente al asesinato por parte de la monarquía saudí del periodista Jamal Khashoggi, quien fuera una persona con información privilegiada del interior del régimen, han mantenido un pétreo silencio ante este encarcelamiento gravemente injusto de una periodista iraní nacida en Estados Unidos.

Uno solo puede imaginarse su furor si las autoridades iraníes arrastraran a Christiane Amanpour criada en Irán y presentadora de la agencia de noticias conectada con el Estado de Estados Unidos ABC News , la encadenaran y la encarcelaran sin cargos.

Su silencio frente al caso Hashemi no es casual. Su encarcelamiento está en línea con el intento de la clase dominante de los Estados Unidos —con el apoyo total de los medios corporativos— de intimidar, censurar y silenciar a todos los periodistas críticos e independientes, así como a las organizaciones mediáticas de todo el mundo.

El tratamiento aplicado a ella es precisamente lo que las autoridades estadounidenses esperan infligir al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, si pueden sacarlo de la embajada ecuatoriana en Londres, donde tiene un santuario bastante tenue.

El brutal secuestro y detención de Hashemi también está relacionado con la ofensiva imperialista estadounidense contra Irán, cada vez más belicosa y provocadora, que se ha incrementado firmemente desde que el gobierno de Trump anulara el compromiso de Washington con el acuerdo nuclear con Irán de 2015 y comenzara a imponer sanciones cada vez más punitivas destinadas a someter mediante el hambre al pueblo iraní.

El establishment gobernante de los Estados Unidos ha estado conduciendo una aniquilación mutua —por la decisión anunciada del presidente Donald Trump de retirar las tropas de Siria— con los principales funcionarios de la administración, incluido el asesor de seguridad nacional John “Bombardear Irán” Bolton y el secretario de Estado Mike Pompeo echando atrás la promesa de Trump de una retirada rápida y redoblando las amenazas de Estados Unidos contra Irán.

Si Hashemi está siendo retenida como parte de un complot pseudolegal más amplio para desacreditar a Irán y avivar el impulso de guerra, aún está por verse. Tal intento fue realizado bajo la administración de Obama con la fabricación de un caso basado en acusaciones absurdas de supuestos agentes iraníes (uno de ellos un informante de la DEA) que habían intentado contratar a un cártel mexicano de la droga para hacer volar por los aires al embajador saudí en los Estados Unidos en un restaurante en Washington.

En cualquier caso, el encarcelamiento de Hashemi y la violación descarada de sus derechos democráticos básicos constituyen una advertencia extremadamente seria. A medida que avanzan hacia la guerra y son impulsados por el temor creciente de la oposición en desarrollo y la lucha de masas desde abajo de la clase trabajadora, el gobierno de los Estados Unidos y los oligarcas capitalistas que gobiernan a los Estados Unidos se están dirigiendo cada vez más abiertamente hacia formas dictatoriales de gobierno.

El World Socialist Web Site hace un llamamiento a todos los trabajadores, estudiantes y jóvenes de los Estados Unidos y del mundo para que eijan la liberación inmediata e incondicional de Marzieh Hashemi.

(Publicado originalmente en inglés el 18 de enero de 2019)

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