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PT de Brasil elogia a funcionarios imperialistas y militares brasileños involucrados en operación de cambio de régimen en Venezuela

La gira europea del candidato a las elecciones presidenciales del 2018 del Partido de los Trabajadores Brasileño (PT) Fernando Haddad, en la cual se reunió y elogió a los funcionarios imperialistas en la vanguardia de la operación de cambio de régimen en Venezuela, es otra exposición de las declaraciones falsas del partido de representar una oposición “anti-fascista”, tanto en Brasil como en el extranjero.

Haddad estuvo en Portugal y España en la tercera semana de enero para promover la formación de la llamada Internacional Progresista, anunciada a fines de 2018 por el senador estadounidense Bernie Sanders y el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis.

La fecha del viaje fue diseñada para coincidir con el Foro Económico Mundial en Davos para permitir que Haddad se presente internacionalmente como la alternativa al nuevo presidente fascistoide de Brasil, el ex capitán del ejército Jair Bolsonaro, quién fue invitado a dar el discurso de apertura a la cumbre de los multimillonarios.

Haddad se reunió con funcionarios gubernamentales portugueses y españoles, al mismo tiempo que el gobierno español criticaba públicamente a la Unión Europea por no unirse a la operación de cambio de régimen de EE.UU. en Venezuela –a la que el PT supuestamente se opone– y le presionaba desde la derecha para que lo hiciera. También sostuvo conversaciones con el gobierno de Tsipras en Grecia, que impuso despiadadas medidas de austeridad y gobierna en alianza con el partido de derecha y militarista Griegos Independientes el cual es respaldado por magnates multimillonarios de los embarques griegos.

La decisión de involucrar a Tsipras en el frente "antifascista" representado por el Internacional Progresista también desenmascara las afirmaciones de Varoufakis de que ha roto con SYRIZA después de ayudar a forjar la alianza con los Griegos Independientes, y poner la trampa del fraudulento referéndum de austeridad del 2015, en la que una mayoría clara votó en contra de las medidas de austeridad pero sin ningún efecto ya que Tsipras las implementó de todos modos.

Este intento de presentar a funcionarios de gobiernos que son pilares de la Unión Europea como un baluarte contra el fascismo y la reacción política está alineado con el implacable encubrimiento político del papel del ejército brasileño en el gobierno agobiado por la crisis de Bolsonaro.

Este esfuerzo se concentra cada vez más en presentar al vicepresidente de Bolsonaro, el general Hamilton Mourão, como una alternativa "razonable", "nacionalista", "democrática" e incluso "proaborto" a Bolsonaro, sobre todo alabando la supuesta moderación que él ejerce frente a la crisis venezolana, lo que ha llevado a los elogios a Mourão a un tono febril.

Dicha alabanza se ha expresado principalmente a través del servil portavoz del PT, Brasil247, con una serie de informes inventados de las “batallas” de Mourão contra Bolsonaro y su ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, a quienes Brasil247 denomina con cínica ligereza como un “loco” por hacer eco de la administración Trump en la formulación de la actitud de Brasil hacia Venezuela.

Si uno lee Brasil247, uno está seguro de que Mourão, castigado dos veces por el Alto Mando del Ejército por incitar a los militares contra los presidentes Dilma Rousseff y Michel Temer en 2015 y 2017, lideraría un abnegado y redentor golpe de Estado contra Bolsonaro para librar a Brasil del fascismo y el fanatismo cristiano si solo tuviera suficiente apoyo.

En los primeros días de Mourão en el cargo como presidente interino mientras Bolsonaro estaba en Davos, Brasil247 le elogió: “mientras Bolsonaro se escapa de las conferencias de prensa, Mourão elogia a los medios”. Después del enero, el congresista Jean Wyllys del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) anunció que saldría del país debido a amenazas de muerte de criminales sospechosos de haber ejecutado a la concejal de la ciudad de Río de Janeiro, Marielle Franco, en marzo de 2018, y que tienen conexiones con el mismo Bolsonaro, Brasil247 escribió: "Mourão se enfrenta a Bolsonaro y dice que las amenazas a los parlamentarios son una amenaza para la democracia". El informe fraudulento nunca mencionó que Mourão, en la siguiente oración, dijo:" a pesar de eso, no sabemos lo que estaba haciendo ", sugiriendo que Wyllys podría haber sido atacado debido a que él estaba involucrado con el crimen organizado; la acusación precisa que fue utilizada por la extrema derecha para justificar el asesinato de Franco.

Después de que murió el hermano del encarcelado ex presidente del PT, Luiz Inácio, Lula da Silva, y a Lula se le negó una licencia de la cárcel –en dónde el PT dice que se mantiene como preso político del ejército– para asistir al funeral, Brasil247 escribió: "Mourão dice que Lula debe ir al funeral: es un asunto humanitario".

Luego, el 1 de febrero, después de que Mourão fue entrevistado por el diario brasileño O Globo, Brasil247 informó: "Mourão defiende el aborto: es la decisión de la mujer", y agregó que él estaba "confrontando directamente el bolsonarismo", especialmente su ala fundamentalista" y que la declaración fue "explosivo y debería abrir otra crisis intestinal dentro del gobierno". No se hizo ningún comentario sobre el hecho de que Mourão declaró que era "su posición personal, no en calidad de gobierno", básicamente las mismas declaraciones que Bolsonaro había dado en su campaña, que él piensa que las mujeres deberían tener derecho al aborto, pero nunca tocarían el tema mientras estuviera en el poder, que era precisamente la posición del PT durante sus cuatro gobiernos en el poder.

La mentira más grave, sin embargo, es que Mourão está defendiendo una política "no intervencionista" hacia Venezuela que representa la posición del ejército brasileño, en contraste con el alineamiento de Bolsonaro con la operación de cambio de régimen dirigida por Estados Unidos en Caracas. A lo largo del desarrollo de esta operación, Brasil247 ha ejecutado innumerables informes tomando en cuenta las declaraciones de Mourão de que Brasil no intervendría, y que la intervención fue "la voluntad de Bolsonaro". El miembro del consejo editorial Celso Amorim, el ex ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del PT, escribió el mes pasado, el ejército pudo "salvar la política exterior brasileña". Luego declaró en una entrevista que "Mourão termina siendo el más razonable al rechazar una intervención".

El 3 de febrero, el columnista de Folha de S. Paulo, Igor Gielow, finalmente expuso el contenido real de la "política no intervencionista" de los militares brasileños: estaban en contra del apoyo al Grupo de Lima, que exigía a Brasil cortar los lazos con los militares venezolanos porque esto aislaría a los militares brasileños de "la realidad en el terreno". Lo que no fue reportado por Brasil247 era que Mourão ya había declarado a Folha de S. Paulo el 31 de enero de que creía que la crisis en Venezuela "se resolvería una vez que los militares se dieran cuenta de que el status quo no podía mantenerse " y que "esto estaba cerca". En otras palabras, hubo una divergencia estrictamente táctica dentro del gobierno brasileño sobre la mejor manera de promover los intereses del capital nacional en el extranjero, en los que los militares creen que necesitan mantener sus canales abiertos a sus contrapartes venezolanas para ayudar en la organización de un golpe de estado. Esto fue promovido por el portavoz del PT a una resistencia determinada por parte del ejército brasileño al imperialismo y su agente: Bolsonaro.

La desnudez de esta febril campaña pro-militar por parte de los propagandistas del PT en la prensa, los sindicatos y el mundo académico ya ha resultado en un intento de encubrimiento, con columnistas que fingen sorpresa de que "el vicepresidente parece haberse convertido en un oponente del presidente, ganando así la simpatía de muchas personas de la izquierda", como escribió João Filho en The Intercept. Gustavo Conde, el 2 de febrero, reaccionó con furia en una columna publicada por Brasil247, denunciando el "puritanismo progresista que es un enemigo de la democracia" de los "que dicen que la izquierda coquetea con Mourão". Tales actitudes, escribe, demuestran "que no solo la derecha no puede interpretar un texto". Concluye defendiendo tal apoyo, diciendo que con "un alegre Mourão causando problemas para los incompetentes alrededor de Bolsonaro, la escena política tiende a volverse tóxica para este fascismo subdesarrollado que ha tomado a Brasil. Este es el punto que debe observarse y potencializarse (énfasis agregado)".

Tal postración absoluta ante el creciente dominio del ejército brasileño, se extiende hasta la pseudo-izquierda. Los autodenominados "trotskistas" de Resistência, que operan dentro del PSOL, publicaron en su esquerdaonline.com.br, un artículo de Luis Felipe Miguel que expresa la esperanza de que Mourão sea "capaz de dirigir la nave sin tantas crisis" y que su "un gobierno más razonable podría asentir con la opinión pública interna y externa al cambiar su composición: despedir a un criminal ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, por ejemplo".

Lo que unifica la pseudoizquierda, el PT y Mourão es su posición de clase. El PT y la pseudoizquierda están expresando su odio burgués y de clase media alta hacia la clase trabajadora. Consideran responsable el votar por los "prestigiosos" gobiernos del PT, que fomentaron -no a diferencia de los propios chavistas de Venezuela- las ganancias récord del mercado de valores que ahora temen que se vean amenazadas por el hecho de que Bolsonaro corte los lazos con China y la Unión Europea, por un lado, y provocando un desarrollo explosivo de la lucha de clases, por el otro.

Nadie expresa estas posiciones tan claramente como Eliane Brum, una figura importante de las páginas de opinión de derecha blairista de The Guardian, de derecha, que hicieron campaña por el PT en la segunda ronda de la elección del año pasado. Su odio sin trabas y descarado a la clase trabajadora ha estado en exhibición muchas veces. Declaró que la elección del fascista Bolsonaro fue "la toma de poder por parte del hombre promedio" y, durante la huelga de camioneros del pasado mes de mayo, escribió que cientos de miles de trabajadores estaban en huelga porque veían amenazada su masculinidad por el crecimiento de las personas LGBT y el protagonismo femenino.

El apoyo a Mourão entre estos estratos se explicó en su columna del 30 de enero en El País titulada "Mourão, el moderado". Pensada como una crítica a los elogios para Mourão, terminó escribiendo sobre sí misma, declarando: "incluso aquellos que hicieron campaña en contra de todo lo que Bolsonaro representa querían en ese momento algún asesor hubiera hecho el trabajo para el que le pagan. Porque ahora se trata de Brasil. El bochorno de Brasil es la vergüenza de todos". Una ruptura total con la política de derecha del PT y sus apologistas es la tarea esencial que confronta la clase trabajadora en Brasil para defenderse de la reacción política y los ataques masivos a sus condiciones sociales.

(Publicado originalmente en inglés el 9 de febrero de 2019)

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