Español

En vísperas de la confrontación fronteriza orquestada por Estados Unidos

La provocación de “ayuda” de Washington presuntamente cobra sus primeras víctimas en Venezuela

Un hombre y su esposa fueron asesinados el viernes por la mañana y una docena más resultaron heridos, según fuentes de la oposición, cuando las tropas venezolanas dispararon contra manifestantes antigubernamentales que intentaron bloquear un convoy militar enviado para reforzar un punto de control cerca de la frontera del país con Brasil.

El Gobierno de Nicolás Maduro no había emitido ninguna declaración sobre el incidente al momento de este escrito.

El incidente ocurrió en la aldea sureña de Kumarakapay, un área habitada por los indígenas pemones y que se encuentra en la arteria principal que une a Venezuela y Brasil. Se llevó a cabo en víspera de la operación orquestada por Estados Unidos el sábado para provocar un enfrentamiento entre las fuerzas de la oposición, encabezadas por el "presidente interino" designado por Washington, Juan Guaidó, y las fuerzas leales al presidente electo, Maduro, con el pretexto de llevar la ayuda humanitaria al país desde Colombia y Brasil.

Los Gobiernos de derechas en ambos países se alinearon detrás del intento de Washington para llevar a cabo un cambio de régimen contra el Gobierno nacionalista-burgués de Maduro.

Frustrado por su incapacidad de separar a los militares venezolanos de Maduro un mes después de dar la luz verde a Guaidó, un poco conocido oficial del partido ultraderechista Voluntad Popular, para declararse "presidente interino", la Administración de Trump busca provocar una confrontación entre los militares venezolanos y los manifestantes de la oposición como justificación para una intervención militar directa.

El incidente del viernes en el sureste de Venezuela podría ser una pequeña muestra de futuros enfrentamientos sangrientos en una o ambas fronteras el sábado que podrían desencadenar una guerra civil en el país, una intervención militar de los vecinos venezolanos y aliados estadounidenses o del mismo EUA, o una combinación de los tres. El imperialismo estadounidense ha creado una crisis explosiva que ha llevado a toda la región al borde de una catástrofe.

El contexto del incidente del viernes es la acumulación de suministros estadounidenses en las ciudades brasileñas y colombianas que están en la frontera de Venezuela y los esfuerzos de la oposición para movilizar a cientos, si no miles de personas, especialmente a lo largo de la frontera con la ciudad colombiana de Cúcuta, para que se enfrenten físicamente con los bloqueos gubernamentales y las tropas para que traigan forzosamente suministros médicos y alimentos a Venezuela bajo los auspicios de la oposición antigubernamental. Guaidó ha dicho que planea movilizar una "avalancha humanitaria" en las fronteras.

Líderes de la oposición se están reuniendo en San Cristóbal, la ciudad más grande de Venezuela cerca de la frontera con Colombia, para supervisar la operación. Planean enviar a voluntarios en autobús a los cuatro puentes internacionales que conectan las ciudades limítrofes con Cúcuta para acompañar la ayuda y traerla a través de la frontera. Los líderes de la oposición dicen que los manifestantes marcharán hacia los cuarteles militares de San Cristóbal con banderas.

En preparación para el sábado, Maduro desplegó tropas en la frontera para imponer un bloqueo de la ayuda, cerró la frontera de Venezuela con Brasil, ordenó detener el tráfico de avionetas privadas en todo el país y bloqueó los viajes aéreos y marítimos entre Venezuela y la cercana isla holandesa de Curazao, donde llegaron suministros de los Estados Unidos temprano el jueves.

El viernes, el New York Times, que, junto con el Partido Demócrata, apoyan plenamente la operación de cambio de régimen de Trump y respaldan la trama fraudulenta de ayuda "humanitaria", citó a Jason Marczak, director del Centro Adrienne Arsht para América Latina del centro de pensamiento en Washington DC, Atlantic Council: “Las fronteras de Venezuela son un barril de pólvora con grandes tensiones, lo que significa que cualquier movimiento errático podría desatar una ola de violencia. La pregunta clave es quién parpadeará primero".

Existen preocupaciones dentro de la élite gobernante estadounidense y los círculos decisorios de política exterior sobre las posibles consecuencias de la política descarada e imprudente llevada a cabo por Trump y su equipo de asesores de extrema derecha, incluyendo el secretario de Estado, Mike Pompeo, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y el hombre designado por Trump en Venezuela, Elliott Abrams. Esto se reflejó en un segmento de noticias en la tarde de PBS en el que se entrevistó a ciudadanos venezolanos que se oponen con vehemencia a la intervención de Estados Unidos y a su títere Guaidó, quien fue cuidadosamente seleccionado por Washington.

Las pretensiones de Washington de tener preocupaciones humanitarias y escrúpulos democráticos son absurdas. La crisis económica que está causando estragos en Venezuela es el resultado de la crisis económica mundial capitalista y la caída de los precios del petróleo, agravada por las sanciones económicas de los Estados Unidos y las políticas procapitalistas del régimen de Maduro, que, a pesar de sus afirmaciones de representar un "socialismo bolivariano", ha continuado pagando sus préstamos a los bancos imperialistas y protegiendo los intereses del capital nacional e internacional.

Estados Unidos ha prometido una miserable suma de ayuda humanitaria al país de $20 millones, mientras que el embargo que impuso el mes pasado a la industria petrolera de la nación le está costando a Venezuela $30 millones en ingresos por día. El Wall Street Journal informó el viernes que las reservas de petróleo en el país se encuentran en los mayores niveles de los últimos cinco años debido a las sanciones impuestas en enero que han reducido el mercado de exportación de Venezuela. Estados Unidos está tratando de hacer que el país muera de hambre para que se doblegue ante un golpe estadounidense.

Estados Unidos pretende derrocar el régimen de Maduro porque quiere apoderarse de la industria petrolera del país, el cual se encuentra sobre los yacimientos de petróleo comprobados más grandes del mundo, así como para destruir la creciente influencia de China y Rusia en el país y la región y establecer una hegemonía irrestricta de los Estados Unidos en toda América Latina.

Recientemente, John Bolton dijo en Fox News: "Haría una gran diferencia económica para los Estados Unidos si pudiéramos hacer que las compañías petroleras estadounidenses inviertan y produzcan las capacidades petroleras en Venezuela".

Trump también ha transformado la eliminación del Gobierno "socialista" en Venezuela en la punta de lanza de un ataque fascistizante contra el socialismo. El lunes pasado, Trump proclamó en una diatriba ante una audiencia de exiliados cubanos y venezolanos de extrema derecha en Miami, "el crepúsculo del socialismo en el hemisferio occidental" y dejó en claro que el cambio de régimen en ese país constituye el preludio de operaciones similares contra Nicaragua y Cuba.

El miércoles, Bolton reiteró esta intención, tuiteando: "Como dijo el lunes el presidente Trump, los días de Ortega están contados y el pueblo nicaragüense pronto será libre".

Bolton y Abrams se involucraron personal e íntimamente en la campaña de Estados Unidos en la década de 1980 para suministrar armas a terroristas como las Contras nicaragüenses y los escuadrones de la muerte salvadoreños bajo la pretensión de "ayuda humanitaria".

Es muy probable que los aviones de carga de la Fuerza Aérea C-17 que Washington está volando hacia Cúcuta contengan armas y municiones junto con alimentos y suministros médicos. El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, que ha denunciado la operación de "ayuda" como "un pretexto conveniente para llevar a cabo una acción militar", acusó a Estados Unidos de desplegar "fuerzas y equipos especiales cerca del territorio venezolano".

La portavoz de la cancillería rusa, Maria Zakharova, dijo a los reporteros el viernes que Estados Unidos está preparando envíos de armas para la oposición. Dijo que las armas, compradas "en un país de Europa oriental", probablemente incluirían "ametralladoras de gran calibre, lanzagranadas, rifles de asalto y sistemas de cohetes antiaéreos portátiles".

Pase lo que pase el sábado, la Administración de Trump se está preparando para intensificar su operación de golpe de Estado en Venezuela. El vicepresidente Mike Pence, quien personalmente dio el visto bueno a Guaidó para que anunciara su “Presidencia interina" el mes pasado, estará en Colombia el lunes para una reunión con el Grupo de Lima, una coalición de países de América Latina, además de Canadá, que respaldaron a Washington en la demanda de expulsar a Maduro. Se le unirá Guaidó en las discusiones para trazar la siguiente etapa del golpe.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de febrero de 2019)

Loading