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Pence amenaza con la guerra a Venezuela en la cumbre de Colombia: “No hay vuelta atrás”

El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, pronunció un discurso belicoso ante representantes de 14 países latinoamericanos en una reunión del Grupo de Lima en Bogotá, Colombia, ayer. Los comentarios se programaron para coincidir con las provocaciones orquestadas por Estados Unidos en la frontera con Venezuela durante el fin de semana, lo que resultó en enfrentamientos que causaron la muerte de varias personas.

Pence recitó frases plagiadas de los discursos pronunciados por George W. Bush en el período previo a las guerras en Afganistán e Irak, combinándolos con denuncias del socialismo.

“No hay vuelta atrás”, dijo Pence. “Todas las opciones están sobre la mesa”.

“Se acerca un nuevo día en América Latina”, continuó. “En Venezuela y en todo el hemisferio occidental, el socialismo se está muriendo y la libertad, la prosperidad y la democracia están volviendo a nacer delante de nuestros ojos”. Pence emitió un ultimátum al ejército venezolano, amenazando con que si no derrocaba a Maduro, “No encontrarán ningún puerto seguro, ni salida fácil, ni escape. Perderán todo”.

Pence anunció que los EUA impondrían sanciones adicionales a los funcionarios del gobierno venezolano y pidió a los gobiernos de derechas de América Latina que “transfieran la propiedad de los activos venezolanos en su país” al gobierno del títere estadounidense Juan Guaidó.

Dicho de otra manera, los Estados Unidos están llevando a cabo una estafa a través del hemisferio.

En su discurso, Pence dio varias justificaciones para intensificar las amenazas de guerra de Estados Unidos contra Venezuela. Venezuela explota tribus indígenas, daña el medio ambiente a través de la exploración petrolera y empobrece a su población, dijo Pence.

Estas afirmaciones serían ridículas si no fuera por la gravedad de las amenazas. Estados Unidos es el peor criminal del mundo en cada uno de estos ámbitos.

Particularmente repugnante fue el ataque de Pence a Venezuela por negarse a “dar refugio a los desplazados” inmigrantes a lo largo de su frontera.

El Washington Post escribió que Pence “abrazó a un anciano sollozando”, un inmigrante esperando su entrada a Venezuela. Los reporteros del Post, con lágrimas en los ojos, escribieron que Pence “le dijo al hombre en inglés: ‘Estamos contigo’”.

El informe del Post no mencionó nada sobre los miles de inmigrantes que actualmente duermen en las calles de las ciudades mexicanas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México después de que Estados Unidos les prohibiera entrar al país para solicitar asilo.

Simultáneamente con el plan hecho este fin de semana para un enfrentamiento, el ejército estadounidense intensificó sus planes de guerra. La CNN informó que “los militares de EUA han realizado un mayor número de vuelos de reconocimiento en el espacio aéreo internacional frente a las costas de Venezuela durante los últimos días para reunir información confidencial” en una posible preparación para una intervención militar.

El sábado, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, informó que el ejército venezolano amenazó con “abrir fuego” a un barco estadounidense que entraba en las aguas territoriales de Venezuela sin permiso. Aunque el barco estaba registrado en Vanuatú, ondeaba la bandera estadounidense, en violación de la ley marítima internacional. Los funcionarios estadounidenses afirman que el barco llevaba 200 toneladas de “ayuda humanitaria”.

Funcionarios venezolanos alegan que la “ayuda humanitaria” de Estados Unidos incluye envíos de armas a Colombia. El miércoles pasado, el dirigente de las fuerzas armadas colombianas, el mayor general Luis Navarro Jiménez, viajó a Florida, donde se reunió con líderes del Comando Sur de los Estados Unidos.

El Washington Post escribió ayer que tras bambalinas en Bogotá, Guaidó “buscó garantías de que Estados Unidos podría usar la fuerza si fuera necesario”. El líder de la oposición venezolana de derechas Julio Borges tuiteó el domingo que la oposición “instará a una intensificación de la presión diplomática y el uso de fuerza contra la dictadura de Nicolás Maduro”.

El presidente Trump ha estado expresando durante mucho tiempo en privado su interés en librar una guerra en Venezuela. En su libro recientemente publicado, el ex director del FBI, Andrew McCabe, informa que Trump una vez mencionó a Venezuela en su presencia y dijo: “Ese es el país con el que deberíamos ir a la guerra. Tienen todo ese petróleo y están justo en nuestra puerta trasera”.

El humor belicoso en Washington se ejemplificó en un artículo de opinión imprudente del Washington Post publicado ayer por Francisco Toro, quien lidera el grupo de expertos “Grupo de los 50”, fundado por un exfuncionario del Banco Mundial con el respaldo de la imperialista Fundación Carnegie para la paz internacional.

A pesar del título del artículo, “Con la acción militar de los Estados Unidos, Venezuela podría convertirse en la Libia del Caribe”, Toro defiende llevar a la región al borde de la guerra. La confrontación fronteriza del fin de semana pasado “desplazó la acción militar para desalojar al régimen venezolano de ser una especulación marginal a ser una seria discusión política”, escribe Toro.

El ejército venezolano, continúa, es “improbable que se rebele contra Maduro a menos que calcule que la acción militar de los Estados Unidos sea realmente inminente ... La mejor solución ahora, entonces, es una estrategia diseñada para convencer a los generales de Venezuela de que, a menos que derroquen a Maduro en poco tiempo, será aniquiliado a bombardeos —un mensaje que debe ser entregado por personas que entiendan que aniquilarlo a bombas sería un desastre. Lo que Estados Unidos debe hacer, entonces, es blofear, tomando medidas adicionales que aumentan la percepción de una amenaza en los generales venezolanos”.

El artículo concluye: “Dios nos ayude a todos”.

Esta estrategia incendiaria tiene el apoyo bipartidista del establishment político de Estados Unidos. Como el exfuncionario de la administración Bush, José Cárdenas, escribió en Foreign Policy :

“La política de Estados Unidos hacia Venezuela ha estado disfrutando de un consenso bipartidista en el Congreso a lo largo de administraciones sucesivas. Demócratas como el senador Bob Menéndez, miembro destacado del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y el representante Eliot Engel, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, han sido críticos activos del deterioro de la democracia venezolana a lo largo de los años”.

Sin embargo, no es seguro que Estados Unidos pueda alinear a sus aliados detrás de sus amenazas de intervención militar. Las crecientes amenazas de guerra han profundizado las divisiones entre Washington y sus aliados en la región y en Europa.

Si bien la declaración del Grupo de Lima exigía la renuncia inmediata de Maduro, también señalaba que “la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente ... por medios políticos y diplomáticos, sin el uso de la fuerza”.

El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, dijo el lunes desde Bogotá que “una opción militar nunca fue una opción” para Brasil, y que “no abogamos por ninguna intervención. Hemos advertido claramente que no apoyaríamos, y condenaríamos de manera rotunda, cualquier intervención militar extranjera”.

A pesar del apoyo de los gobiernos de la región y de Europa para la operación de cambio de régimen por parte de los EUA, estas declaraciones reflejan preocupaciones de que los EUA estén actuando con un grado de imprudencia que corre el riesgo de llevar a todo el hemisferio a un nivel de caos sin precedentes.

La administración de Trump convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que ahora está programado para el martes. Es probable que los EUA aprovechen la oportunidad para denunciar a Rusia y China, que probablemente ejerzan su poder de veto como miembros permanentes para bloquear una hoja de parra internacional pseudolegal a las maquinaciones del imperialismo estadounidense en América del Sur.

(Publicado originalmente en inglés el 26 de febrero de 2019)

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