Español

Huelga de maestros y trabajadores del sector público en São Paulo contra ataques a las pensiones

Maestros en São Paulo, la ciudad más grande de América, han estado en huelga desde el 4 de febrero —desde el comienzo del año escolar— en oposición a una reforma del sistema de pensiones introducida por el alcalde derechista Bruno Covas del partido PSDB, y aprobada por el consejo municipal a finales de diciembre de 2018.

La reforma fue propuesta inicialmente en 2016, por el alcalde de São Paulo del momento y fallido candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones presidenciales del año pasado: Fernando Haddad. Un año después, su sucesor, el millonario alcalde derechista João Dória (PSDB), extendió los ataques de la reforma de las pensiones de Haddad.

En marzo del 2018, cuando Dória intento presionar la reforma en el consejo municipal, maestros en São Paulo iniciaron una huelga de 20 días, la cual fue capaz de posponer el voto por 120 días. Después de una serie de cambios en la reforma por el alcalde actual, Covas, quien tomó la oficina después de que Dória fuera elegido gobernador de São Paulo, y después de la brutal represión policial contra los profesores, quienes protestaron en diciembre en frente del consejo municipal, la reforma de pensiones fue inicialmente aprobada.

Parte de la manifestación

La reforma de pensiones de Covas incrementó la contribución del 11 al 14 del salario total de los profesores, y estableció una pensión mensual máxima de alrededor de 5.600 reales (1.500 dólares). Aquellos trabajadores del sector público que quieren recibir una pensión completa deben contribuir al plan complementario de pensiones (SAMPAPREV) manejado por fondos privados, los cuales pueden incrementar la contribución al fondo de pensión hasta el 19 por ciento.

Después de que la huelga de los maestros empezara, otras secciones de los trabajadores del sector público también han estado en huelga, incluyendo los empleados de las escuelas, los doctores y las enfermeras. El martes pasado, 19 de febrero, 80.000 trabajadores del sector público se reunieron en frente de la alcaldía municipal, votando para continuar en huelga hasta que el alcalde revoque la reforma de las pensiones. Entonces, los trabajadores del sector público marcharon a través de las calles de São Paulo, donde reporteros de WSWS hablaron con ellos.

Para el fisioterapeuta Marcelo, que trabaja en una sala de partos en un suburbio de São Paulo, “La reforma es una confiscación del salario que incrementa los ingresos de la ciudad para su posterior uso en proyectos políticos [de la clase dominante]”. El también recalcó que, “la contribución al fondo de pensiones ha ido aumentando. En 2005, la contribución era del 5 por ciento, y en ese entonces el alcalde José Serra de PSDB dijo que deberíamos contribuir el 11 por ciento, y que en 10 años podríamos resolver el problema del déficit de pensiones. Eso no ha resuelto el problema, y ahora quieren aumentar la contribución al 14 por ciento, llegando incluso hasta el 19 por ciento”.

Varios manifestantes denunciaron el hecho de que la reforma del sistema de pensiones que fue aprobada beneficia principalmente a los mayores bancos, los cuales manejan SAMPAPREV. Dino, un coordinador pedagógico dijo, “Yo no creo que deberíamos entregar los derechos de los trabajadores a los bancos”.

Carteles denunciando al alcalde de São Paulo y los bancos: “¿Cuánto cuesta un alcalde vendido a los bancos, las pensiones de los trabajadores públicos? Y “El alcalde es Robin Hood en reversa. Él toma los salarios y servicios públicos, y no cobra ni a los bancos ni a las compañías. Cóbrele a Itaú, Unimed, Sãotander”

Gustavo, un empleado escolar, comentó, “Al final, es el trabajador quién pagará las facturas una vez más… ¿Pero dónde está concentrada la riqueza?, no es con nosotros. Hemos visto la lista de los bancos que le deben dinero a la ciudad, ¡hay miles de millones para recaudar!”

Gustavo se refería a la deuda de miles de millones de dólares que los mayores bancos y compañías le deben a la ciudad de São Paulo en impuestos no recaudados, una figura que excede los mil millones de reales (27 mil millones de dólares), lo cual es casi el doble del presupuesto anual de la ciudad. El alegado déficit de las pensiones de 5.6 mil millones de reales (1,5 mil millones de dólares) es disminuido por los atrasos en impuestos de bancos y compañías. Los bancos Itaú y Santander, los mayores deudores en la ciudad, tienen una utilidad neta de 25 mil millones de reales (6,6 mil millones de dólares) y 12 mil millones de reales (3,2 mil millones de dólares) en 2017 y 2018, respectivamente.

Doctores y técnicos farmacéuticos también denunciaron la privatización del sistema de salud pública de São Paulo para servir a los intereses de los grandes bancos y compañías. Lígia, un doctor, dijo, “La salud está siendo privatizada; eso es, la administración, la cual es pública, está siendo entregada a una compañía privada. Y una subcontratada UBS [clínica de salud], administrada por una compañía privada, es mucho más cara, es controlada por los bancos, y hay una gran cantidad de corrupción”.

Doctoras Lis y Ligia, en la izquierda, y técnicos farmacéuticos Carlos y Dênis, en la derecha

Carlos, un técnico farmacéutico, denunció el corte en el número de empleados de salud, los cuales “dañan la población… no tenemos las condiciones de trabajo adecuadas, no tenemos sillas, computadores, contraseñas electrónicas [para acelerar el servicio]… ellos están intercambiando provisiones de mejor calidad por provisiones más baratas, también hay una gran falta de medicinas”.

Lis, una doctora, la cual insistió que “el SUS [sistema de salud pública nacional] debe de ser evaluado. La población necesita estar bien tratada y la salud y la educación no pueden permanecer de la forma en la que están por la falta de inversión. Nosotros los doctores deberíamos hacer una huelga para protestar contra la pobre calidad de atención para la gente, con gente muriendo mientras esperan en línea por la atención médica”.

Adicional a la extensiva subcontratación en el sector de la salud, el cual, de acuerdo al técnico farmacéutico Dênis, afecta al 93 por ciento de empleados de salud hoy, existe la posibilidad de un congelamiento salarial para los años que vienen. “Desde el 2004 hemos tenido un incremento salarial de 0,01 por ciento por año”, dijo Dênis. “En ese año, el salario de un empleado de la salud era seis veces el salario mínimo, y hoy ha disminuido a la mitad de eso. Si continuamos así, estaremos recibiendo el salario mínimo en unos cuantos años”.

Acorde al profesor de historia Marlei, “La huelga está creciendo. Las asambleas y demostraciones empezaron con 35.000 trabajadores del sector público, y en la demostración del 15 de febrero habían dos veces más, los trabajadores en los zoológicos, cementerios y librerías, los trabajadores sociales, psicólogos y empleados culturales también están en huelga”.

A como crece la huelga, sin embargo, el sindicato de profesores, Sinpeem, el más grande entre los trabajadores del sector público y el cual ha congregado las asambleas unificadas de los trabajadores del sector público, está empezando a mostrar que se está preparando para traicionar la protesta.

Gustavo denunció al presidente del sindicato, Claudio Fonseca, quien tiene un largo récord de presidir las traiciones a los maestros, diciendo: "Sinpeem está presidido por alguien que respaldó a [el presidente brasileño fascistizante Jair] Bolsonaro, quien respaldó a [gobernador de São Paulo João] Dória, lo que demuestra que tiene una actitud política que termina confundiendo sus intereses con los de los trabajadores".

La fisioterapeuta Mercel denunció la falta de democracia en la asamblea, porque “solo Claudio Fonseca habló, y durante la asamblea, no dejó a ninguna otra persona presentar otra propuesta”. Él dijo que Fonseca “manipuló la asamblea.”. Según Fonseca, “80.000 profesores y otros trabajadores del sector público decidieron ir a Marginal Ti ê te [la principal avenida de São Paulo] y bloquearla. En la mitad del camino, Fonseca negocio con la policía y decidió no tomar esa ruta. Eso es alarmante. Él estaba aterrorizando a los trabajadores, diciendo que habian cientos de policías [esperándonos], que habría un baño de Sangre, etc.”.

El fisioterapeuta Marcelo añadió, “Es muy complicado que una lucha tan grande como ésta se deje en manos de una persona. Lo que pasó fue primero la traición de una decisión de asamblea. Ahora no es momento para vacilar. Hay una ‘reforma’ de pensiones nacional a punto de ser presentada, y nuestra lucha puede inspirar a todo Brasil”.

Un día después de la demostración de los trabajadores del sector público en São Paulo, el 20 de febrero, el presidente fascistizante de Brasil Jair Bolsonaro presentó al congreso su ‘reforma’ de las pensiones. Entre las principales medidas estaba incrementar la edad mínima de retiro de 65 para hombres, 62 para mujeres, y el periodo de contribución mínima de 20 años para trabajadores del sector privado y 25 años para trabajadores del sector público. La reforma de Bolsonaro también incrementó la edad de retiro de los maestros, desde 50 para mujeres y 55 para hombres hasta 60 para ambos sexos.

Todos aquellos que hablaron al WSWS sintieron que la lucha de los trabajadores del sector público en São Paulo es una anticipación de grandes luchas que ocurrirán a lo largo de todo Brasil. Marlei, una profesora, dijo, “Es importante derogar la reforma de las pensiones aquí en São Paulo, porque si no es derogada, con la reforma pensional nacional, las cosas se pondrán peores”.

“São Paulo es un laboratorio para todo Brasil”, Marcelo dijo. “Nosotros, los trabajadores de São Paulo, tenemos la responsabilidad de empezar la lucha, una vez la reforma empieza aquí, también la resistencia contra la misma.”

La lucha contra la reforma de Bolsonaro de las pensiones, como la lucha de los trabajadores del sector público, sin embargo, no puede permanecer en las manos de los sindicatos.

El mismo día que Bolsonaro anunció la reforma pensional, las principales federaciones de sindicatos brasileños organizaron una “Asamblea Nacional de la clase trabajadora,” que reunió a miles de sindicalistas conectados a la burocracia sindical. En adición a la CUT, la más grande federación brasileña de sindicatos, formando parte de la “asamblea” estaba Conlutas, el cual recientemente renunció a la lucha de los trabajadores de GM en São José dos Campos, y Força Sindical, la derechista federación de sindicatos cuyos líderes tuvieron contacto con la dictadura militar brasileña.

Cuando se preguntó cómo se podía prevenir que los sindicatos y las federaciones de sindicatos traicionaran la lucha de los trabajadores contra la “reforma” de pensiones de Bolsonaro, Marcelo dijo que “lo ideal para los trabajadores sería que tuvieran una autonomía completa y que protestáramos sin importar el peleguismo [uso de rompehuelgas]… de los sindicatos. Uno no puede dejar una lucha en las manos de un liderazgo manipulador y derechista. ¿Cómo salimos de esto? Yo pienso que a través del trabajo de comités de huelga de las bases, hablando con nuestros compañeros y con otros trabajadores”.

(Publicado originalmente en inglés el 25 de febrero de 2019)

Los autores también recomiendan:

Brasil: profesores de São Paulo hacen huelga contra reforma de pensiones
[29 marzo 2018]

Loading