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Perspectiva

¡Liberen a Chelsea Manning!

El viernes, un juez federal ordenó el encarcelamiento de la valiente denunciante, Chelsea Manning, por rehusarse a rendir testimonio frente a un gran jurado secreto que está fabricando cargos contra el editor de WikiLeaks, Julian Assange, a instancias del Gobierno de Trump. En una acción despiadada, el juez sentenció que Manning permanecería en prisión hasta que se depurara de su desacato a la corte y concediera un testimonio o hasta que se expire el término del gran jurado, es decir, por un tiempo indefinido.

A pesar de que le ofrecieron inmunidad, Manning asumió una postura valiente y de principios rehusándose a prestar declaración en el proceso en la Cámara estrellada contra Assange, quien permanece efectivamente encarcelado en la embajada ecuatoriana mientras Estados Unidos y Reino Unido complotan para desalojarlo y extraditarlo a EUA para enfrentarse a cargos de espionaje y/o conspiración que podrían resultar en su ejecución. Al rehusarse a cooperar con esta farsa pseudolegal, Manning fue inmediatamente apresada.

Su encarcelamiento es cruel, criminal y totalmente injustificable. La Casa Blanca quiere establecer el precedente de encarcelar a denunciantes y periodistas que publiquen información crítica del ejército y el aparato estatal.

En 2010, Manning hizo público, por medio de WikiLeaks, el video “Asesinato colateral” del 12 de julio, grabado desde una cabina de piloto de un helicóptero estadounidense cuando realizaba un ataque aéreo en Bagdad que mató en sangre fría a 16 civiles desarmados, incluyendo a dos periodistas de Reuters.

Nueve años desde el comienzo de la guerra en Afganistán y seis años después de la invasión de Irak, Manning tomó valientemente la decisión de exponer al público estos y otros crímenes de guerra encubiertos por los Gobiernos de Bush y Obama con la ayuda de la prensa corporativa.

Como analista de inteligencia en Irak, Manning pudo obtener información que documentaba innumerables crímenes y conspiraciones, incluyendo una grabación de un ataque aéreo del 4 de mayo de 2009 en Granai, Afganistán, que cobró la vida de hasta 147 civiles afganos.

WikiLeaks trabajó con medios de comunicación como el New York Times, el Guardian y Der Spiegel para publicar una serie de documentos filtrados por Manning, luego calificados como los diarios de la Guerra de Afganistán, los diarios de la Guerra de Irak y cientos de miles de cables del Departamento de Estado. Los diarios de la Guerra de Irak muestran que, de 109.000 muertes registradas durante la guerra, 66.081 eran civiles. Los cables diplomáticos expusieron las intrigas imperialistas estadounidenses y conspiraciones en docenas de países.

Ninguna persona involucrada en el planeamiento o ejecución de tal asesinato en masa y criminalidad ha sido enjuiciada, para no hablar de sentenciada y encarcelada. Pero, Manning, en ese entonces un soldado raso del Ejército que sintió la obligación moral de informar al mundo sobre estos crímenes, se encuentra nuevamente tras las rejas.

Las fuerzas armadas, bajo Obama, arrestaron a Manning en 2010. Después de años en confinamiento solitario, recibió una sentencia de 35 años en prisión, de los cuales sirvió aproximadamente siete años. Fue sometida a medidas punitivas que las Naciones Unidas calificó de tortura, empujándola a intentar suicidarse en dos ocasiones.

El aprisionamiento de Chelsea Manning y la persecución de Julian Assange teñirán por siempre la Presidencia de Barack Obama, quien había hecho campaña bajo la consigna de “la esperanza y el cambio”, pero presidió ocho años de guerras, asesinatos y espionaje interno. El Partido Demócrata ha utilizado la acusación infundada y rechazada tanto por Moscú como por Assange de que WikiLeaks colaboró con el Gobierno ruso para publicar correos electrónicos filtrados del Comité Nacional Demócrata y la campaña presidencial de Hillary Clinton como su justificación central para promover la censura del Internet.

Las organizaciones pseudoizquierdistas que orbitan el Partido Demócrata han abrazado la persecución de WikiLeaks. A pesar de que utilizaron insidiosas acusaciones de violación contra Assange como pretexto —acusaciones descartadas en 2017 por las autoridades suecas—, la verdadera razón es su apoyo al imperialismo estadounidense, incluyendo sus sanguinarias operaciones de cambio de régimen en Libia y Siria.

Cabe notar que ni la revista Jacobin, vinculada con los Socialistas Democráticos de los Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés), ni Socialist Worker, la publicación de la Organización Internacional Socialista (ISO, por sus siglas en inglés), han reportado el encarcelamiento de Manning. Tampoco se han pronunciado ni una palabra de apoyo a ella el senador Bernie Sanders ni las diputadas Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib y Ilhan Omar.

Mientras que las organizaciones de las capas adineradas de la clase media-alta ya han demostrado su indiferencia a los principios democráticos fundamentales, la verdadera fuerza capaz de defender a Chelsea Manning y Julian Assange es la clase obrera internacional.

Los documentos entregados por Manning a WikiLeaks, que incluían más de 250.000 cables del Departamento de Estado, ayudaron a desatar una serie de levantamientos de la clase obrera por todo el mundo, comenzando por el levantamiento de 2010-2011 en Túnez.

Estas protestas se propagaron por todo el mundo árabe, tumbando los regímenes del caudillo tunecino, Ben Ali, y el dictador egipcio, Mubarak. En Estados Unidos, los maestros y trabajadores del sector público que protestaban recortes a la educación y ataques a las pensiones cargaron pancartas con la consigna “Camina como un egipcio” [Walk Like an Egyptian].

Individuos heroicos como Chelsea Manning, Julian Assange y Edward Snowden no pueden enfrentarse al Estado, con su enorme aparato de represión, por sí solos. Sus luchas dependen del desarrollo de un movimiento social de la clase obrera que entienda que su lucha por la igualdad social es inseparable de la defensa de los derechos democráticos.

Julian Assange y Chelsea Manning son prisioneros de la guerra de clases. Están en prisión porque los oligarcas financieros que dominan Estados Unidos y el mundo ven los esfuerzos para informar al público sobre los crímenes y las conspiraciones del Estado como una amenaza existencial a la prolongación de su dominio.

La encarcelación de Manning ha despertado indignación entre los trabajadores y jóvenes de todo mundo.

El fin de semana pasado, cientos de personas tendieron un mitin en Melbourne, Australia, organizado por el Partido Socialista por la Igualdad (PSI; SEP en inglés) para exigir la liberación de Manning y Assange. Miles más en todo el mundo vieron el evento en vivo por Internet. Esto fue seguido por el mitin del PSI el fin de semana previo en Sídney que también movilizó a una audiencia sustancial e incluyó discursos de periodistas renombrados como John Pilger y Joe Lauria, así como el líder defensor de los derechos civiles, Stuart Rees.

El secretario nacional del PSI, James Cogan advirtió en su discurso en Sídney que la persecución de Assange por parte del Gobierno de Trump constituye un componente esencial tanto del ataque internacional contra los derechos democráticos como de los pasos hacia la dictadura de las clases gobernantes capitalistas en todo el mundo. Esto se vio confirmada pocos días después con el encarcelamiento de Manning.

Estas protestas fueron organizadas con base en la perspectiva de que la lucha por defender los derechos democráticos debe estar basada en la movilización de la clase obrera. En la manifestación en Melbourne, se leyó una declaración de apoyo de los docentes en Oakland, California.

En medio de una ola expansiva de huelgas a nivel global, abarcando Estados Unidos, América Latina, Europa, el norte de África y Asia, los trabajadores deben avanzar la defensa de los derechos democráticos, incluyendo centralmente la demanda de liberar a Chelsea Manning, Julian Assange y otros prisioneros de la guerra de clases.

Esta batalla debe estar conectada con la lucha contra la guerra, la desigualdad social y su fuente, el sistema capitalista.

El Partido Socialista por la Igualdad (Estados Unidos) está encabezando la organización de la oposición al encarcelamiento de Chelsea Manning, lo cual está inextricablemente entrelazado con la lucha por defender a Julian Assange. Hoy, estamos anunciando reuniones públicas y mítines por todo Estados Unidos para exigir su libertad.

Urgimos a todos nuestros lectores en EUA: ¡únete a la lucha por liberar a Chelsea Manning y Julian Assange participando en una reunión o mitin en tu área!

(Publicado originalmente en inglés el 11 de marzo de 2019)

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