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Docentes polacos lanzan una huelga nacional

Como parte de una rebelión internacional de los docentes, el lunes 8 de abril más del 80 por ciento de los 400.000 docentes de Polonia se unieron a una huelga nacional indefinida. Esta es la primera huelga nacional por parte de los docentes en el país en 25 años, y una de las huelgas más grandes en Polonia a lo largo de las últimas décadas.

La huelga fue convocada por el sindicato ZNP (Związek Nauczycielstwa Polskiego, Sindicato de Docentes Polacos) después de que se rompieran las negociaciones que llevaban meses con el gobierno ultraderechista del Partido Ley y Justicia (PiS) el domingo. El otro sindicato docente, Solidaridad, ha aceptado una oferta del gobierno el domingo para un aumento salarial gradual del 15 por ciento, y pidió a sus miembros que no participaran en la huelga nacional. El sindicato firmó el acuerdo con el gobierno sin consultar en absoluto a los miembros y todavía no ha revelado su contenido exacto.

Indignados por el trato del sindicato con el gobierno, docentes del sindicato Solidaridad se unieron a la huelga en varias partes del país. Muchos docentes no sindicatos también se unieron a la huelga.

Según el ZNP, participó más del 86 por ciento de los docentes polacos. Las noticias de los medios polacos sugieren que incluso esas cifras podrían quedarse cortas. Como señaló un diario, “el silencio en las aulas” reinó en la mayoría de las escuelas del país.

La huelga ya ha sacudido severamente al gobierno del PiS en vistas a las elecciones europeas de mayo, y las elecciones parlamentarias polacas en el otoño. Por primera vez desde 2015, cuando el PiS recibió la mayoría de los votos en las elecciones parlamentarias, existe la posibilidad real de que pierda su mayoría en el parlamento del país y que sufra grandes pérdidas en las elecciones europeas.

Tras la huelga hay una enorme ira social y política. Treinta años después de la restauración del capitalismo en Polonia, los docentes y sus familias se ven forzados a vivir con salarios de pobreza. El salario inicial de un docente en Polonia es de 2.538 Zloty ($666), y el salario máximo es de alrededor de 5.603 Zloty (US$1471). Mientras tanto, los precios en Polonia de la ropa y alimentos básicos son comparables a los de los países europeos occidentales.

Los años pasados también han visto una reducción masiva de la fuerza de trabajo docente. Hace apenas unos pocos años, había 670.000 docentes en Polonia; ahora ascienden a apenas unos 400.000.

También hay una ira generalizada por las políticas educativas y las reformas del PiS. Los docentes están bajo una enorme presión para acatar la agenda histórica revisionista y nacionalista del gobierno, que incluye encubrir los crímenes de los nacionalistas polacos contra la población judía del país. Cualquier mención de esto último fue prohibida por ley el año pasado (ver: “Se reparte propaganda antisemita en el parlamento polaco mientras el gobierno realiza una caza de brujas contra historiadores del Holocausto” [en inglés]).

En los meses recientes, ha habido numerosas señales de que la ira de los docentes está llegando a su punto de ebullición: en diciembre, unos 10.000 docentes pidieron la baja médica para protestar por sus bajos salarios; en marzo, docentes de Cracovia ocuparon el edificio del consejo escolar y fueron a la huelga durante semanas.

Aunque la huelga nacional tiene lugar a apenas días de los exámenes de los institutos de secundaria, goza del amplio apoyo de la población. En ciudades como Lublin, en el este de Polonia, estudiantes de secundaria han anunciado protestas en apoyo de sus profesores. Protestas y manifestaciones tienen lugar también en instituciones de educación superior, incluso en la Universidad de Varsovia.

Estudiantes y trabajadores de toda Polonia y del mundo han declarado en las redes sociales su solidaridad con los docentes. De este modo, un usuario de Twitter escribió, “Estoy orgulloso de mi madre —hoy ella está protestando junto a otros docentes polacos por los bajos salarios y asuntos de financiación en el sector educativo. Los docentes son la columna vertebral de la sociedad y se merecen nuestro respeto y una paga mejor”. Un habitante de Varsovia tuiteó, “He visto a demasiados docentes entre mis amigos y familiares aceptando un segundo empleo, extenuándose, renunciando, o las tres cosas. La enseñanza es muy importante y los docentes no se merecen salarios de pobreza. Así que es bueno saber que el 80 por ciento de las escuelas cerraron en Varsovia, y el 90 por ciento en algunas otras partes”.

Un docente desde Connecticut escribió en Twitter, “Jesteśmy z wami! [¡Estamos con vosotros!] ¡Al fin y al cabo, todos vosotros siempre nos habéis apoyado!: Solidaridad de un profesor de CT, EUA. ¡Abajo la austeridad, arriba los trabajadores!!”.

La huelga de los docentes polacos es parte de un recrudecimiento global de la lucha de clases, que encontró una expresión particularmente aguda entre los docentes y educadores. A lo largo del año pasado, cientos de miles de docentes y educadores estadounidenses fueron a la huelga en varios Estados; educadores han ido a la huelga en el Reino Unido, México, Brasil y muchos países de Europa, África y América Latina. La mayoría de estas huelgas fueron organizadas desafiando a los sindicatos. Cuando los sindicatos recuperaban el control del movimiento de los trabajadores, traicionaban las huelgas y las desconvocaban lo más pronto posible.

Los sindicatos polacos no son diferentes, y los docentes polacos no tienen que confiar en el ZNP. En conversaciones con el gobierno, el ZNP ya ha hecho numerosas concesiones, reduciendo su demanda inicial de un aumento salarial de 1.000 Zloty en todas partes a un aumento salarial del 30 por ciento. Durante las conversaciones, el ZNP aplicó la estrategia reaccionaria de demandar que se destripen los programas sociales para financiar los incrementos salariales de los docentes. Al momento de escribir estas líneas, el ZNP no había declarado si iba a aceptar o no la oferta del gobierno de reanudar las negociaciones en cuanto termine la huelga.

En conversaciones con el ZNP, el gobierno permaneció intransigente, argumentando que “no hay dinero” y ofreciendo un insultante aumento salarial máximo del 15 por ciento. La principal motivación para esta línea de “compromiso cero” ha sido el temor del gobierno a que cualquier concesión a los docentes pudiera desencadenar inquietud en amplios sectores de la clase trabajadora.

El argumento de que “no hay dinero” es una mentira insolente. Trabajando en estrecha alianza con los planificadores de guerras imperialistas de Washington y la OTAN, el gobierno del PiS ha estado persiguiendo un fortalecimiento militar masivo contra Rusia. En marzo, el gobierno polaco anunció que gastaría $48 mil millones hacia 2026 para expandir y equipar sus fuerzas armadas. Para 2030, el gobierno está planificando elevar el gasto militar al 2,5 por ciento del PIB. Hace apenas unas semanas, Polonia encargó 20 misiles móviles de los EUA, por valor de $411 millones. En marzo de 2018, el gobierno encargó un sistema de defensa de misiles Patriot estadounidenses por valor de $4,7 mil millones.

Aunque alberga diferencias de naturaleza táctica con el PiS acerca de las alianzas de política externa, el principal partido burgués de la oposición, “Plataforma Cívica” (PO), de la misma manera ha seguido una política de austeridad cuando estuvo en el poder. A lo largo de la década pasada, el PO ha apoyado el fortalecimiento militar dirigido por los EUA contra Rusia y ha ayudado a transformar a Polonia en un posible escenario para una Tercera Guerra Mundial.

Los docentes huelguistas se enfrentan a importantes asuntos políticos. La lucha para defender la educación pública y luchar por salarios decentes es inseparable de la lucha contra el peligro creciente de una guerra, y los ataques a los derechos democráticos. Para llevar adelante esta lucha, los docentes deben romper con los sindicatos nacionalistas y procapitalistas, formar comités de base y atraer el apoyo más amplio posible de la clase trabajadora en Polonia y en el mundo. Esta estrategia requiere un programa socialista e internacionalista, y la construcción de una dirección revolucionaria en la clase trabajadora. Instamos a los docentes de Polonia que estén dispuestos a discutir estos temas a contactar el Boletín Docente del WSWS hoy.

(Publicado originalmente en inglés el 9 de abril de 2019)

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