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¿Quién estuvo detrás del asesinato del político alemán Walter Lübcke?

La evidencia se acumula de que una red neonazi con vínculos estrechos con el Estado alemán estuvo detrás del asesinato hace tres semanas de Walter Lübcke, el presidente distrital de Kassel en el estado de Hesse.

Tras el arresto del neonazi Stephan Ernst, quien tiene un largo historial criminal, como el principal sospechoso en el caso, los testigos sugirieron que otras personas participaron en el crimen. Un exsoldado del ejército alemán afirmó haber escuchado un disparo durante la noche del asesinato, seguido 20 minutos después por dos autos que conducían "de manera agresiva" a través de la aldea local. Identificó uno de los vehículos como un Volkswagen Caddy. La esposa de Ernst tiene este modelo con permiso de circulación bajo su nombre, pero alega que el vehículo fue utilizado exclusivamente por Ernst.

Si la declaración del testigo es precisa, significa que al menos un perpetrador adicional estuvo directamente involucrado en el asesinato. Walter Lübcke fue ejecutado en la terraza de su casa con un disparo en la cabeza, justo después de la medianoche del 2 de junio.

Otros detalles sobre los vínculos del sospechoso con los círculos neonazis también están saliendo a la luz. Llegan hasta el grupo terrorista de derecha Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU, sigla en alemán), que cometió el noveno de sus diez asesinatos en Kassel en 2006, así como a organizaciones asociadas y la agencia de inteligencia nacional.

Ernst tiene un largo historial criminal. Hay registrado un total de siete fallos judiciales en su contra en Hesse, Schleswig-Holstein y Münster entre 1993 y 2010. La condena más larga impuesta fue en 1995, cuando Ernst fue condenado a seis años de custodia juvenil por atacar una instalación para solicitantes de asilo en Hohenstein-Steckenroth, Hesse, con una bomba casera. También se impusieron multas por robo, daño corporal y lenguaje insultante. Además, se retiraron varios cargos, entre ellos incendio premeditado, homicidio involuntario, lesiones corporales graves y robo, debido a la falta de pruebas.

La última condena contra Ernst fue dictada por el Tribunal de Distrito de Dortmund en 2010. Lo condenó a siete meses de prisión por atacar el mitin del 1 de mayo de 2009 de la Confederación de Sindicatos de Alemania (DGB) en Dortmund con piedras y pedazos de madera, juntos con cientos de otros neonazis. A pesar de su larga lista de condenas anteriores, el tribunal suspendió la sentencia.

Durante este período de tiempo, Ernst fue un miembro activo del violento entorno neonazi de Kassel. NSU-Watch y la plataforma de investigación antifascista Exif han publicado varias fotos que muestran a Ernst en compañía de conocidos neonazis.

A principios de la década de 2000, apareció en varias reuniones del NPN neonazi con Mike S., un miembro del equipo de peleas callejeras de Oidoxie. Este grupo, que lleva el nombre de una banda de rock de derecha, se veía a sí mismo como la sección alemana del grupo terrorista extremista Combat 18. Mantenía estrechos vínculos con la NSU, incluso brindándole apoyo práctico.

En 2006, Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos, dos miembros de la NSU, supuestamente asistieron a una fiesta de cumpleaños en Kassel para Stanley R., un destacado neonazi local. Ernst, quien era cercano a Stanley R., a lo mejor los conoció personalmente en el evento. Poco después, la NSU asesinó a su novena víctima, Halet Yozgat, en un cibercafé en Kassel.

Mientras ocurría el asesinato, Andreas Temme, un empleado de la agencia de inteligencia del estado de Hesse que fue apodado "Pequeño Adolf", también estaba en el café. Sin embargo, afirma que no ha sido testigo de nada extraño, una afirmación que muchos expertos consideran altamente improbable. El verdadero papel de Temme aún no está claro. Aunque Temme compareció en el juicio de la NSU celebrado en Múnich y ante las comisiones de investigación parlamentarias, el exministro del Interior de Hesse y el actual presidente, Volker Bouffier, un amigo personal de Lübcke, se negó a darle a Temme una autorización sin restricciones para testificar.

Después de su dudoso papel en el caso de Yozgat, Temme, quien estaba a cargo de los informantes de la agencia de inteligencia en los grupos de derecha, cambió de puesto de trabajo. Desde entonces, ha trabajado en el presidio de distrito en Kassel, la institución dirigida por Lübcke, ¿una mera coincidencia?

El presunto asesino de Lübcke, Ernst, estaba al menos indirectamente conectado con Temme. Conocía al informante neonazi de la agencia de inteligencia, Benjamin Gärtner, quien habló con Temme por teléfono poco antes del asesinato de Yozgat. Durante el testimonio ante la comisión investigadora sobre la NSU en el Parlamento estatal de Hesse en febrero de 2016, Gärtner confirmó que conocía a Ernst como "NPD Stephan".

En ese momento, la comisión tenía un expediente secreto sobre Ernst. El expediente desapareció posteriormente. La agencia de inteligencia afirma que no se ha eliminado, pero que el acceso a este simplemente se bloqueó porque Ernst no había enfrentado ningún cargo durante diez años. No está claro si esto fue lo que ocurrió realmente.

La afirmación de que Ernst no parecía ser públicamente un extremista de derecha en los últimos diez años carece de toda credibilidad. La pregunta mucho más relevante es si llegó a un acuerdo con la agencia de inteligencia y, por lo tanto, no lo molestaron.

Ciertamente se mantuvo como un extremista de derecha activo. En 2016, donó 150€ para la campaña electoral de Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, una sección especialmente militante del partido. Bajo el seudónimo "Game Over", agitó en YouTube contra los extranjeros y el Gobierno. Advirtió en 2018: "O este Gobierno renuncia pronto o habrá muertes". La policía encontró armas durante un registro de su casa.

Se ha asumido hasta ahora que Walter Lübcke fue asesinado debido a su postura a favor de los refugiados. En 2015, se opuso a los miembros del movimiento Pegida de extrema derecha en una reunión pública sobre la cuestión de proporcionar alojamiento a los refugiados, de la que era responsable como presidente de distrito. Esto llevó a la erupción de una campaña de amenazas de muerte en línea, lo que llevó a la policía a brindar protección personal a Lübcke por un período de tiempo. Sin ninguna razón aparente, esta campaña fue revivida a principios de este año.

Sin embargo, dada la forma profesional en que se llevó a cabo el asesinato y los vínculos estrechos del sospechoso con las redes de extremistas de la derecha relacionadas con el aparato de seguridad del Estado, no se pueden excluir otros motivos para el asesinato. ¿Podría ser que Lübcke sabía demasiado y se había convertido en un obstáculo para las camarillas de extrema derecha?

Ahora está fuera de toda duda que los delincuentes extremistas violentos de derecha pueden actuar en gran medida sin obstáculos por parte del Estado, ya que mantienen relaciones estrechas con las redes relevantes dentro del aparato estatal.

La agencia de inteligencia nacional federal contó 24,000 neonazis en Alemania en 2017, de los cuales 12,700 se consideraron preparados para cometer actos de violencia. Estas cifras ni siquiera incluyen a la AfD, Pegida y sus asociados de extrema derecha, porque la agencia de inteligencia no considera a estas organizaciones como extremistas de derecha. La Agencia Federal de Policía Criminal registró 838 casos de lesiones causadas por violencia derechista el año pasado. A pesar de esto, la agencia de inteligencia clasificó solo a 38 de los 12,700 neonazis preparados para cometer violencia como amenazas.

Las víctimas de violencia y amenazas extremistas de derecha señalan repetidamente que no recibieron apoyo de la policía. Los periodistas y políticos locales y estatales han recibido miles de amenazas de derecha por correo electrónico sin que la policía haga nada al respecto. La candidata a alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, y el alcalde de Altena, Andreas Hollstein, solo sobrevivieron por poco a los ataques de los extremistas de derecha. Otros, como el político del partido La Izquierda de Berlín, Philipp Wohlfeil, sufrieron heridas severas a manos de matones extremistas de derecha y están en listas negras mantenidas por la extrema derecha.

Tras la exposición del extremista de derecha y oficial del ejército, Franco A., quien se había registrado fraudulentamente como refugiado, las investigaciones sobre la llamada "escena preparacionista" y las cartas amenazadoras enviadas a la abogada Seda Başay-Yıldız, numerosas redes extremistas de derecha en el ejército y la policía han salido a la luz. Pero no ha habido casi ninguna consecuencia.

Aunque hace dos años se reveló información detallada sobre una red preparacionista nacional, que acumulaba armas y mantenía listas para asesinatos de opositores de izquierda, durante una serie de redadas policiales en Mecklemburgo-Pomerania hace dos años, los miembros del grupo se mantuvieron en secreto y algunos incluso se les permitió continuar trabajando como policías.

Recientemente, el 12 de junio, cuatro policías de élite fueron arrestados. Se las habían arreglado para desviar y acumular municiones, incluidas 10.000 balas.

¿Fue una mera coincidencia que esos arrestos ocurrieron solo diez días después del asesinato de Lübcke y tres días antes del arresto del sospechoso neonazi? ¿O se arrepintieron ciertas secciones del aparato estatal?

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de junio de 2019)

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