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Sindicato traiciona huelga en Walmart Chile

La mayor huelga en el sector privado de la historia chilena fue traicionada el martes en la noche detrás de las espaldas de 17.000 trabajadores de Walmart por parte del Sindicato Interempresa Líder (SIL), el cual pertenece a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) controlada por el estalinista Partido Comunista.

El SIL acordó un reajuste salarial de 3,5 por ciento, a diferencia del 4 por ciento demandado inicialmente, una capacitación administrada por el sindicato, el bono para los costos de transporte existente y un bono de firma del contrato de 450.000 pesos (US$660) comparado con los 760.000 exigidos inicialmente. El contrato tomó efecto al aceptarse sin un voto de la membresía.

El establecimiento de un fondo de capacitación financiado por la corporación y administrado por el sindicato es particularmente ominoso. Tales esquemas son utilizados por todo el mundo como conductos para sobornos para la burocracia sindical, más famosamente ejemplificado por los “centros de capacitación” operados conjuntamente por las empresas automotrices y el sindicato UAW en Estados Unidos.

El secretario general de SIL, Juan Francisco La Regla dijo a reporteros que, “más que conformes, quedamos satisfechos con la oferta lograda…”. El presidente del sindicato, Juan Moreno añadió, “Los llamamos a estar tranquilos, sabemos que no fue fácil esta negociación, y a pesar de todas las prácticas antisindicales hoy hemos salido triunfantes porque se puso en el tapete la transformación y el trabajo del futuro”. Walmart señaló en una declaración que la negociación fue “satisfactoria”.

Mónica Tobar, la gerente de recursos humanos de Walmart Chile, en una declaración reciente elogió efusivamente al sindicato. “Esta relación es como un matrimonio que no podemos disolver, ya que tenemos que trabajar juntos siempre… gracias a la relación que estableció con SIL, el sindicato más grande de Chile”. Además, aprovechó la ocasión para anunciar su promoción a vicepresidenta de recursos humanos para Walmart International.

Juan, un trabajador de Walmart en Valparaíso, le comentó al World Socialist Web Site: “cinco días perdidos y la empresa nos ha pisoteado si piedad. Ha impuesto todos sus requerimientos y la verdad no tengo ninguna explicación clara de por qué el sindicato aceptó dejar la huelga. Por lo general, hay un malestar en contra del directorio del SIL por dejar nuestros logros de negociaciones anteriores como el bono por termino de conflicto rebajado 35 pro ciento, que es algo importante para la economía de los trabajadores”.

“Lo que pensamos es unir a los trabajadores para pedir explicaciones, primero al sindicato y luego a la empresa, buscaremos los conductos… y luego nos organizaremos y dependiendo de los resultados definiremos acciones a seguir. Por ahora estamos recopilando información”, añadió Juan.

Anthony, un trabajador de Walmart de Lautaro en la provincia sureña de Cautín, contactó al WSWS minutos después de los anuncios. “Los trabajadores pidieron retomar la negociación y no tener más descuentos [de salario], pero algo pasó ahí. Los dirigentes saben que todos los trabajadores estaban de acuerdo”, pero el sindicato optó por “la solución que resolvió Walmart. Y aceptaron”. Adicionó, “Vamos a reunirnos y conversar este tema junto con mis compañeros y compañeras”.

La traición de SIL/CUT expone a estas organizaciones como instrumentos de los gerentes cuya función es hacer valer la intensificada explotación que dicta la aristocracia financiera.

SIL ignoró una votación a favor de hacer huelga en 2017, acordando a un aumento salarial miserable de 7 por ciento por dos años. Este año, originalmente intentó otra vez hacer caso omiso a la mayoría de 91,75 por ciento que votó a favor de una huelga el 25-27 de junio.

Dos mil trabajadores ya fueron despedidos este año y se anunciaron miles de despidos más según se implementan los cajeros automáticos y otro equipo para reducir trabajo. Con un hacha colgando sobre los empleos y la amenaza de más puestos a tiempo parcial, la gerencia ha obligado a los trabajadores a cubrir numerosas tareas y les ha exigido mayor productividad.

Los trabajadores demandaban un aumento salarial importante “que permita trabajar tranquilo”, bonos de transporte, asistencia, antigüedad. También pidieron que se detuvieran los despidos y se reinstalara a los despedidos.

El salario medio en el sector comercial en Chile es de 300.000 pesos (US$437) por mes. Los trabajadores de Walmart se encuentran entre los peor pagados en este segmento, con salarios base de 260.000 pesos ($380), muy por debajo de la línea oficial de pobreza de 368.000 pesos ($536).

La huelga de Walmart se produce en el contexto de una ola de huelgas expansiva por todo Chile, demostrando el potencial de una lucha más amplia que una a los trabajadores de Walmart con las otras secciones de la clase obrera.

El Gobierno derechista de Sebastián Piñera respondió a la ola huelguística con violencia estatal, incluyendo el uso de cañones de agua, porras y gases lacrimógenos contra los manifestantes, el despliegue de Carabineros a las escuelas y las tiendas de Walmart para intimidar a los huelguistas, docenas de arrestos y registros sin ropa de maestras.

Ante el temor de que el descontento se salga de su control y se desarrolle como un movimiento político independiente, los sindicatos han hecho todo lo posible para aislar y replegar la ola huelguística.

El paro en Walmart comenzó después de una huelga de miles de mineros en Chuquicamata, la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo, en oposición a despidos masivos en marcha. Aproximadamente 1.700 fueron despedidos el año pasado, según transforman las operaciones a una mina subterránea y asumen una mayor automatización.

La CUT acabó con la huelga de los mineros el 27 de junio, el último día del voto de la huelga en Walmart, imponiendo el mismo contrato que los trabajadores ya habían rechazado una semana antes y poniendo fin a la huelga.

Los mineros denunciaron a los sindicatos en línea por “venderse” y declararon que “ya no hay confianza en la dirigencia”.

Más de 80.000 docentes a nivel nacional siguen en huelga exigiendo importantes mejoras en infraestructura, pagos y materiales, y la reintroducción de historia, educación física y artes en los currículos de secundaria.

El Colegio de Profesores (CdP), el cual también pertenece a la CUT y es encabezado por Mario Aguilar del pseudoizquierdista Frente Amplio, también intentó finalizar, pero sin éxito, la huelga cuando los trabajadores de Walmart se preparaban para entrar en paro. El mismo día que inició la huelga en Walmart, el CdP hizo que los docentes votaran el mismo acuerdo que ya habían rechazado, con Aguilar llamando abiertamente a “terminar la huelga”.

La votación fue a favor de continuar la huelga mientras inician las vacaciones de invierno, pero el CdP sigue intentando sembrar desmoralización y confusión al generar dudas sobre la validez del voto. “Es más tiempo del que teníamos previsto originalmente”, declaró Aguilar ante una asamblea del sindicato el miércoles por la mañana. “Debemos ver los logros intangibles que no son tan evidentes y que no responden al petitorio”.

Aguilar intentó intimidar a los maestros alegando que prolongar la huelga enajenaría a la población, cuyo apoyo amplio describió cínicamente como “un tesoro que no podemos desperdiciar”. Un docente viendo el discurso en vivo en Facebook comentó, “Lo intangible no vale en este caso. ¡No te arrugues [acobardes]!”. Otro escribió: “Decepcionante, hay que luchar por lo solicitado”.

Las encuestas indican que el apoyo por los maestros se mantuvo constante durante las siete semanas de huelga. De hecho, varias encuestas también han indicado que el apoyo al Gobierno de Piñera ha colapsado en semanas recientes, con los encuestados citando la “mala gestión en materia de educación” y “no acoger las demandas sociales” como factores importantes que están alimentando la oposición.

Las condiciones también existen para conectar las luchas de los trabajadores chilenos con las de sus hermanos y hermanas internacionalmente. Este mes, 71.000 trabajadores de varias cadenas de supermercados en el sur de California votaron a favor de hacer huelga contra sus salarios de pobreza, mientras que, en Vancouver, Canadá, 25.000 trabajadores de supermercado tienen programada un voto de autorización de huelga el 29-31 de julio.

Los trabajadores en Chile e internacionalmente necesitan tomar conclusiones sobre estas experiencias cruciales. Las traiciones y el aislamiento impuestos por los sindicatos demuestran que su papel como aplicadores industriales de los dictados de la clase gobernante, estas organizaciones no pueden reformarse ni “recuperarse”, sino que son hostiles a la lucha de clases.

Para derrotar el capital financiero globalizado y los ataques contra los derechos democráticos y sociales de la clase obrera, los trabajadores necesitan construir nuevas organizaciones democráticas y de base, así como una dirección revolucionaria armada con un programa socialista para librar una contraofensiva global de toda la clase trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de julio de 2019)

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