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La tecnología de reconocimiento facial y el aparato de inteligencia militar estadounidense

El martes, el Comité de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Oakland aprobó unánimemente una resolución que prohíbe el uso de la tecnología del reconocimiento facial (RF) por la ciudad, el departamento de policía incluido. Una votación completa está planeada para el 16 de julio.

Si la ciudad entera adopta la prohibición, Oakland llegaría a ser la segunda ciudad estadounidense para hacerlo, con el primer San Francisco, que aprobó una resolución prohibiendo RF el 14 de mayo. La resolución de Oakland enmendaría la ordenanza municipal de vigilancia, detendría el uso planeado de la tecnología RF por los departamentos locales, así como bloquearía el uso de cualquier información acumulada con ella. El Ayuntamiento de Berkeley también planea una votación sobre el reconocimiento facial para el 9 de julio.

Al presentar la resolución de seguridad pública, la presidenta del Ayuntamiento de Oakland Rebecca Kaplan, una Demócrata, presentó la cuestión como una primariamente de discriminación racial. “Ha aclarado más y más que hay un problema serio y continuo de inequidad racial con la implementación de la tecnología del reconocimiento facial”, dijo Kaplan.

Aunque la resolución de San Francisco–que fue aprobada por una votación de 8 contra 1–planteó la amenaza que FR representa contra los derechos constitucionales protegidos por la Primera, Cuarta, y Decimocuarta Enmiendas así como unas secciones claves de la Constitución de California, ésa también incluyó un guiño a la política de identidad, diciendo, “Mientras la tecnología de vigilancia amenace la privacidad de todos nosotros, los intentos de vigilancia históricamente han sido usados para intimidar y oprimir a ciertos comunidades y grupos más que a otros, incluyendo los definidos por una raza, etnia, religión, origen nacional, nivel de ingresos, orientación sexual, o perspectiva política común”.

Imagen del Gobierno estadounidense promoviendo los avances en la tecnología del reconocimiento facial

El hecho de que gobiernos locales estadounidenses estén prohibiendo la tecnología del RF–mientras simultáneamente intentan ocultar las implicaciones de clase explosivas de su uso bajo la tontería de la política de raza, etnia, y género–indica que el nivel de vigilancia estatal que ya existe con estos medios es vasto, y una amenaza enorme a los derechos democráticos de todos que viven en los Estados Unidos.

Generalmente se identifica al reconocimiento facial con la tecnología de smartphones y computadoras personales, como el Face ID de Apple, y el identificar automático de miembros de familia y amigos en la galería personal. Sin embargo, estas implementaciones del RF en el nivel de los consumidores emplean solo las capacidades más rudimentarias de esta tecnología siempre presente.

La tecnología del reconocimiento facial es un tipo de la biometría, la medición de las características distintas usadas para identificar y describir a individuos, como las huellas digitales y el ADN. Estos sistemas integran los principios básicos del reconocimiento facial–la medición de la posición, tamaño, y figura relativos de los ojos, la nariz, los pómulos y la mandíbula, por ejemplo–con la caracterización de la textura de piel en tres dimensiones, vídeo en movimiento, y la analítica del comportamiento humano.

El desarrollo y la implementación avanzados de RF están siendo dirigidos, sobre todo, por las necesidades del aparato de inteligencia nacional, y están conectados con la maquinaria de guerra del Pentágono, y las operaciones de vigilancia doméstica masivas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el Departamento de Seguridad Doméstica (DHS).

Ahora, por ejemplo, el Departamento de Estado estadounidense mantiene un base de datos de reconocimiento facial de 117 millones de adultos estadounidenses, la mayoría derivada de fotos de licencias de conducir. El FBI también ha implementado Identificación de Nueva Generación–desarrollada por el contratista en materia de defensa Lockheed Martin–que incluye reconocimiento facial junto a huellas digitales en sus bases de datos criminales y civiles.

Según reportes de los medios, en 2017 DHS empezó a fotografiar a cada pasajero antes de abordar un avión, y ha comenzado con el proceso en 15 aeropuertos norteamericanos desde 2018. Este programa, llamado “Salida biométrica” está dirigido por las Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y se usa para remitir de las imágenes de pasajeros que salen a fotos de las solicitudes de visas y pasaportes.

En marzo de 2017, presidente Trump emitió un decreto que aceleró el uso del reconocimiento facial por “100 por ciento de todos los pasajeros internacionales” en los aeropuertos principales para 2021. Desde entonces, DHS ha estado apresurando a ajustar los sistemas para escanear los rostros de pasajeros de 16.300 vuelos a la semana, o aproximadamente 100 millones de viajantes saliendo de los Estados Unidos cada año–obviamente, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses.

Como explica el reporte publicado por el ACLU el 17 de junio llamado “El amanecer de la inteligencia robótica”, la infraestructura de cámaras de vigilancia construida durante muchas décadas y que ha estado capturando vídeos de la pública 24 horas al día, ahora está casada con los sistemas de inteligencia artificial poderosos. El contenido de vídeo que se captura por las decenas de millones es procesado por software de “la analítica de vídeos” que más y más es capaz de aprender sofisticadamente y está conectado con otras formas de vigilancia electrónica.

Según el reporte del ACLU, el software de analítica que ahora existe afirma tener “la habilidad de detectar a remisos, a personas moviéndose en la dirección equivocada o inmiscuyéndose en áreas prohibidas, y el abandono y el traslado de objetos. Afirman tener la habilidad de notar información demográfica sobre la gente, como el género, la raza, la edad, y de colectar información como la ropa que llevan”.

Estos denominados sistemas de “aprendizaje profundo” y “red neuronal” de inteligencia artificial están siendo preparados–con la ayuda de los monopolos de tecnología como Google y Amazon– a procesar y reconocer la acción y actividad de humanos, su lenguaje corporal, emoción, y movimiento de ojos en vivo. El ACLU dice, “El resultado es progreso rápido en el análisis de vídeo automatizado–progreso que ha llevado las computadoras a un punto donde están por llegar a ser guardias de seguridad virtuales en todo el mundo”.

Mientras el reporte del ACLU se concentró primariamente en el uso del RF y inteligencia artificial (IA) para operaciones policiales domésticas, las fuerzas armadas estadounidenses están desarrollando sistemas similares para fines de guerra. DARPA (las siglas en inglés de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) del Departamento de Defensa ha estado desarrollando tecnologías de reconocimiento facial para fines de aire y campo de batalla con un presupuesto de $2 mil millones para hacerlo.

Aunque las fuerzas armadas tienen cuidado y afirman que las tecnologías que usan “no capturen la información identificable personal”–especialmente después de la protesta de empleados de Google contra Proyecto Maven–el uso de análisis de vídeo para vigilancia basada en drones está bien desarrollado. El propósito de Proyecto Maven es automatizar el análisis de metraje de drones para encontrar amenazas ostensibles y objetos sin analistas humanos.

Para el Pentágono, reconocimiento facial es un método “sin contacto” de identificar a individuos, busca y verificación. Con la ayuda de cámaras de exposición térmica y alta resolución, especialmente en condiciones de luz baja, las fuerzas armadas pueden detectar la presencia de personas y también reconocer rostros desde distancias largas. La combinación de IA y RF es también un aspecto central de sistemas de seguridad en bases militares en todo el mundo.

Muchas de las críticas de sistemas de reconocimiento facial están basadas en el argumento de que son imprecisos y cometen demasiados errores. Tales objeciones a menudo se combinan con una aceptación acrítica de las justificaciones hechas por el estado de vigilancia para el uso de FR, mientras se ignoran, o se convierten en primordiales para, el acumular de un base de datos de reconocimiento facial de toda la población, que es un ataque directo contra los derechos democráticos más básicos.

Estos argumentos son similares a los avanzados contra la rendición de CIA, detención indefinida y programas de tortura con base en que son métodos “ineficaces” de interrogación. Por un lado, aceptan las mentiras del establecimiento de inteligencia militar sobre que están haciendo y, por otro lado, los métodos criminales que continúan a utilizar de todos modos.

Muchas de las críticas de que el reconocimiento facilita caracterización racial por la policía y otras agencias policíacas están basadas en la investigación de científicos en el MIT Media Lab, publicada en 2018. Basado en un conjunto de datos de 1.270 caras, la investigación mostró que el software de RF de Microsoft, IBM, y Megvii de China, era preciso 99 por ciento del tiempo al identificar el género de hombres blancos, e impreciso 35 por ciento al identificar el género de “mujeres de piel más oscura”.

El argumento esencial de la investigación es que las tecnologías de FR refuerzan los sesgos que existen dentro de la sociedad. El problema con este enfoque–que es un argumento divisivo que distrae de las cuestiones esenciales–es que las compañías de software simplemente respondieron por avanzar inmediatamente su tecnología para mejorar la precisión de sus sistemas por diez veces para identificar a “mujeres de piel más oscura”.

El aumento de bases de datos enormes de datos faciales y biométricos de la población entera de EUA y otros países es parte de las preparaciones para crímenes más graves contra la humanidad en el extranjero que los ya cometidos durante el último cuarto del siglo de guerra en el Oriente Medio y el norte de África y la supresión de la creciente oposición doméstica a la guerra y la desigualdad social.

No se puede luchar contra estas amenazas basado en la apelación del detener de métodos inexactos o las políticas identitarias, que sirven para desunir a la clase obrera por líneas raciales, étnicas, y lingüísticas. La clase obrera sólo se puede preparar para las batallas que vienen en defensa de los derechos democráticos más básicos por organizar su fuerza revolucionaria enorme bajo la bandera del internacionalismo socialista.

(Publicado originalmente en inglés el 27 de junio de 2019)

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