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Despidos en la industria automotriz mundial azotan a México, India, China y los EUA

Una ola de despidos en la industria automotriz mundial está afectando a los trabajadores en prácticamente todos los continentes. Un repaso a titulares recientes de la industria automotriz y otras publicaciones de noticias arroja una imagen sombría del incesante recorte de empleos.

Decenas de miles de personas pierden su empleo a medida que la crisis automotriz de la India se profundiza”, escribe Reuters, informando sobre 350.000 puestos de trabajo de ensamblaje y piezas de automóviles que han sido recortados en los últimos meses durante la peor recesión de ventas de India en una década. Maruti Suzuki ha reducido a la mitad sus objetivos de producción y está despidiendo al seis por ciento de su fuerza laboral temporal, y los analistas predicen que hasta un tercio de los tres millones de trabajadores empleados en la industria en todo el país serán despedidos.

La reducción del mercado automotor chino genera temores sobre el futuro de los grupos extranjeros”, informa el Financial Times, señalando que las plantas chinas propiedad de Ford y PSA están funcionando al 11% y 1% de su capacidad, respectivamente, y unos 220.000 trabajadores han perdido sus empleos en el primer descenso de ventas en tres décadas en China.

Bosch ve un estancamiento de las ventas, la pérdida de empleos a medida que la industria automotriz se desacelera”, declara un artículo de Automotive News Europe, citando a un ejecutivo del conglomerado de autopartes con sede en Alemania, quien dice: “Nuestros planes prevén un estancamiento en la producción de vehículos en los próximos años ... el viento de cola se ha ido”. Volkswagen ya anunció 7.000 recortes de empleos de cuello blanco, y se espera que Daimler, Siemens y otros hagan lo mismo.

La industria automotriz del Reino Unido se enfrenta a una muerte lenta”, informa CNN, comentando que la industria enfrenta su peor crisis desde la década de 1970, con una caída de la producción de un quinto en la primera mitad del año y una caída de la inversión del 70 por ciento.

Un artículo de Reuters titulado “Luz intermitente de advertencia para la industria automotriz de Eslovaquia”describe el destino de 3.000 trabajadores despedidos en la planta de Volkswagen en Bratislava, que “ha enviado ondas de choque a través de Eslovaquia, el mayor productor de automóviles per cápita del mundo”.

Paro de un día por parte de los trabajadores de la BMW en el Reino Unido

En los EUA, GM cerró la planta de 78 años de Warren Transmission en los suburbios de Detroit la semana pasada, luego del cierre de la planta de ensamblaje de Lordstown, Ohio y la planta de transmisión de Baltimore. La planta de Oshawa, Ontario, se cerrará a finales de año, y la planta de ensamblaje de Detroit-Hamtramck se cerrará en enero de 2020.

En México, al menos 650 de los 1.800 trabajadores en la planta de ensamblaje de General Motors en San Luis Potosí, a 250 millas al noroeste de Ciudad de México, perderán su empleo el 12 de agosto cuando la compañía reduzca el número de turnos de tres a dos, según la información citada recientemente por el sindicato Unifor en Canadá.

Antonio, un trabajador de la planta de GM en Silao, México, le dijo al Boletín del Trabajador Automotor del WSWS: “He estado investigando aquí en Silao, pero no hay información sobre los despidos en SLP (San Luis Potosí). Hay un silencio total del sindicato. Los despidos son otro ataque a los trabajadores: los accionistas siempre cuidan su capital. Necesitamos luchar juntos para tener más fuerza”.

Otro trabajador de Silao, que prefirió permanecer en el anonimato, dijo que la presión de la administración y la aceleración de GM han aumentado recientemente. “El otro detalle es acerca de cuán pequeños han sido nuestros bonos”, agregó, y explicó que esto ha llevado a “varios trabajadores a renunciar”.

El primero de agosto, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación de México (Canacintra) informó que Volkswagen había despedido a 2.000 trabajadores en los últimos 30 días como resultado de la finalización de la producción de un modelo. La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles anunció el 31 de julio que Nissan México estaba llevando a cabo una “reestructuración profunda” en respuesta a una caída en las ventas del 15 por ciento en el primer semestre de 2019. En enero, la compañía realizó 1.000 despidos en plantas de ensamblaje en Aguascalientes y Morelos. La economía mexicana está casi en recesión, con la creación de empleo durante el primer semestre de 2019 en el punto más bajo en una década.

El crossover Chevrolet Equinox producido en la fábrica de San Luis Potosí también es construido por trabajadores canadienses en la planta CAMI de GM en Ingersoll, Ontario. Los 2.800 trabajadores también estarán siendo afectados por despidos la semana del 30 de septiembre, y más están programados para el último trimestre de 2019.

Con el típico nacionalismo terco de la burocracia sindical, Mike Van Boekel, presidente de Unifor en la planta de Ingersoll, se jactó de que GM Canada le había dicho que los despidos en Canadá serían temporales, mientras que la eliminación del turno en San Luis Potosí sería permanente. “Desafortunadamente para la planta de México, pero es una buena noticia para nosotros al menos que no estamos perdiendo el turno”, dijo a una estación de radio local.

A fines de 2017, los trabajadores de la planta de CAMI libraron una huelga dura de un mes contra las demandas de GM de mayores concesiones salariales y de beneficios. El día después de que GM amenazara con trasladar la producción del Equinox a México, Unifor cerró la huelga y firmó un contrato totalmente claudicante. En oposición a una lucha común de los trabajadores del automóvil en América del Norte, Unifor respondió al anuncio de GM de que cerraría la planta de ensamblaje de Oshawa lanzando una campaña racista que llama a un boicot a los “automóviles mexicanos”.

No existe el automóvil “mexicano”, como tampoco un automóvil “canadiense”, “estadounidense” o “chino”. La industria automotriz mundial es una totalidad interconectada, que involucra el trabajo de decenas de millones de trabajadores de producción, ingenieros y técnicos de todo el mundo, además de los trabajadores que extraen las materias primas, todos los cuales contribuyen a la construcción de lo que son, de hecho, productos mundiales.

GM cerró su planta Warren Transmission la semana pasada

Es imposible combatir el ataque global de las corporaciones transnacionales sobre la base del estrecho programa nacionalista de Unifor, United Auto Workers, IG Metall en Alemania, la CTM en México o cualquier otro sindicato. En oposición a la estrategia global de las corporaciones, los trabajadores del automóvil deben desarrollar una respuesta coordinada internacionalmente para defender los empleos, las condiciones laborales y el nivel de vida de los trabajadores de todo el mundo.

Bajo el azote de los mercados financieros, los fabricantes mundiales de automóviles se están embarcando en otra ola de fusiones y adquisiciones para impulsar las ganancias de sus accionistas más ricos. Mediante el aumento de los acuerdos entre compañías, incluido el de Ford-VW y las conversaciones renovadas de una fusión Renault-Fiat Chrysler, las corporaciones esperan contrarrestar la disminución de las ventas expandiéndose a los mercados de sus antiguos rivales y creando economías de escala para cerrar fábricas “superfluas” y compartir los inmensos costos involucrados en la brutal lucha por dominar las nuevas tecnologías, incluidos los vehículos eléctricos y autónomos.

Si bien los vehículos eléctricos (VE) representan solo una pequeña porción de las ventas mundiales actuales, alrededor del 1 por ciento en los EUA, los analistas dicen que estos aumentarán a aproximadamente el 10 por ciento a mediados de 2020 y más del 50 por ciento para 2040. A partir de enero de 2019, Los fabricantes mundiales de automóviles habían comprometido más de $300 mil millones para la electrificación, según un informe reciente del sindicato United Auto Workers.

Debido a la complejidad mecánica muy reducida de los vehículos eléctricos —la transmisión eléctrica del Chevy Bolt, por ejemplo, tiene un 80 por ciento menos de piezas móviles que una transmisión de motor de combustión interna tradicional—, Ford está diciendo a los inversores que los vehículos eléctricos podrían conducir a una reducción del 30 por ciento en horas de trabajo por unidad. Esto podría llevar a la eliminación de 35.000 trabajadores del tren de potencia en los EUA, en los próximos años, según la UAW, y los fabricantes de automóviles tradicionales podrían externalizar la producción de baterías de litio, motores eléctricos, electrónica automotriz, sistemas de frenado avanzados y otras nuevas tecnologías a fabricantes que pagan bajos salarios dentro o fuera de los Estados Unidos.

El UAW ha respondido previsiblemente a esta amenaza ofreciéndose a trabajar con las corporaciones y el gobierno de los EUA para crear una “nueva política industrial” para derrotar a China, que, según el sindicato, “se espera que albergue el 62 por ciento de la capacidad manufacturera global de baterías de iones de litio para 2023”. Esto incluye una política de guerra comercial que trata la tecnología avanzada de vehículos como un “sector estratégico para ser protegido y construido en los Estados Unidos”.

Esta política, que es idéntica a la de Trump, divide a la clase obrera internacional, alienta una carrera fratricida hacia el fondo y arrastra a los trabajadores detrás de sus “propios” capitalistas mientras las élites gobernantes rivales con base nacional se preparan para arrastrar a la humanidad a otra guerra mundial, esta vez produciendo un holocausto termonuclear.

La última década ha visto una ola creciente de luchas por parte de los trabajadores automotores. Esta incluye a los trabajadores de Toyota y Honda en China (2010); trabajadores de Maruti Suzuki en la India (2011-12); trabajadores de Hyundai y Kia en Corea del Sur (2013); trabajadores de Renault en Turquía, trabajadores de Mercedes-Benz y otras compañías en Brasil, y trabajadores de Fiat Chrysler, GM y Ford en Estados Unidos (2015); trabajadores de BMW en Gran Bretaña y trabajadores de Ford en Rumanía (2017); trabajadores de VW y Daimler en Alemania (2018); trabajadores de VW en Hungría y trabajadores de autopartes en Matamoros, México (2019).

Estas luchas crecientes deben ser coordinadas y guiadas por una estrategia internacional dirigida a unir a cada batallón de la clase trabajadora contra las corporaciones transnacionales y reemplazar el sistema capitalista con una sociedad socialista mundial planificada científica y democráticamente.

(Publicado originalmente en inglés el 7 de agosto de 2019)

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