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Perspectiva

Los demócratas combinan juicio político y colaboración con Trump

El martes 10 de diciembre, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se presentó junto a seis miembros demócratas de la comisión sobre asuntos judiciales para presentar el texto de dos artículos de juicio político contra el presidente Donald Trump. Una hora después, Pelosi apareció con un grupo distinto de representantes demócratas para anunciar su acuerdo con el Gobierno de Trump en cuanto al Tratado Comercial México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), el reemplazo de Trump para el TLCAN.

El miércoles, la comisión de asuntos judiciales comenzó su debate sobre los artículos de juicio político, mientras la Cámara de Representantes completa aprobaba por un enorme margen bipartidista de 377-48 la Ley de Autorización para la Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés). Ésta provee al Gobierno de Trump un financiamiento récord para el ejército de unos $738 mil millones. La legislación elimina la mayoría de las disposiciones opuestas por la Casa Blanca, incluyendo aquellas que bloqueaban la asistencia militar estadounidense a la guerra saudita en Yemen y el despliegue de un misil de medio rango para submarinos que violaría el tratado INF, así como otra que obligaba a Trump a solicitar aprobación del Congreso para realizar ataques militares contra Irán. También eliminó el lenguaje que le prohibía a Trump transferir fondos del presupuesto del Pentágono para construir su muro fronterizo, como lo hizo más temprano este año.

Donald Trump con Nancy Pelosi. Crédito: WikiMedia

El jueves, según continuaba el debate en la comisión de asuntos judiciales sobre el juicio político, culminando con una votación divida por líneas partidarias la próxima mañana, un grupo bipartidista de negociadores de la Cámara de Representantes y el Senado anunció un acuerdo sobre la provisión de $1,37 billones para financiar los 12 departamentos federales por el resto del año fiscal, hasta el 30 de septiembre de 2020. Sobre el tema clave del muro fronterizo, los demócratas se volvieron a doblegar, abandonando cualquier esfuerzo para utilizar dicha legislación de aprobación necesaria para bloquear las órdenes de Trump de transferir fondos del Pentágono al muro.

La próxima semana llevará esta extraordinaria intersección entre el juicio político y la colaboración política a su clímax. El martes, la Cámara de Representantes y el Senado discutirán y aprobarán la ley de gasto, quizás por medio de un conjunto de proyectos de ley más pequeños, después de que los detalles se finalicen el fin de semana. El miércoles, la Cámara de Representantes votará sobre procesar a Trump. El jueves, la Cámara de Representantes votará para aprobar el T-MEC, la principal prioridad de Trump para la sesión actual del Congreso.

¿Qué significa la combinación de los demócratas de amenazar con deponer al presidente y colaborar con él en sus prioridades políticas, incluyendo la guerra comercial, los ataques contra los inmigrantes y la masiva acumulación militar? Al tiempo en que procesan políticamente a Trump, los demócratas están demostrando que están en acuerdo fundamental con él.

La colaboración con Trump en el Congreso hace un disparate de la retórica apocalíptica empleada por los arquitectos demócratas del juicio político. El presidente de la comisión de asuntos judiciales, Jerrold Nadler, declaró en el programa “This Week” de ABC el domingo en la mañana que el juicio político era necesario porque Trump presenta una amenaza “para nuestro sistema democrático. No podemos permitir que continúe”.

“Este es un crimen en marcha contra la Constitución y contra la democracia estadounidense”, añadió. “No podemos aceptar el riesgo de que la próxima elección se vea corrompida por una interferencia extranjera solicitada por el presidente, algo que claramente intenta hacer. Va a al corazón de nuestra democracia”.

Es perfectamente cierto que el Gobierno de Trump está involucrado en una guerra contra los derechos democráticos del pueblo estadounidense. Pero esa no es la razón por la cual los demócratas lo buscan someter a un juicio político. No mencionan en sus artículos de juicio político la separación niños inmigrantes de sus padres, la construcción inconstitucional del muro fronterizo, el veto ilegal de Trump contra los visitantes musulmanes ni su agitación de fuerzas racistas y fascistas utilizadas contra los inmigrantes y la clase obrera en su conjunto.

El único contenido en la campaña de juicio político es que Trump presuntamente socavó los intereses de “seguridad nacional” del imperialismo estadounidense retrasando la entrega de ayuda militar siendo utilizada para armar a Ucrania en su conflicto con Rusia. Sus acciones amenazaban la antigua operación de la CIA y el Departamento de Estado que conllevó el derrocamiento de un presidente electo prorruso y la instalación del régimen actual, el cual es respaldado por elementos fascistas y neonazis.

Los demócratas alegan que la presión de Trump al Gobierno ucraniano para anunciar una investigación sobre Hunter Biden, el hijo del exvicepresidente y actual candidato para la nominación presidencial demócrata, es un grave ataque contra las elecciones de 2020. Esto solo representa una escalada, en una forma particularmente histérica, de la “gran mentira” de que Rusia intervino masivamente en las elecciones de 2016 y garantizó la victoria electoral de Trump.

La realidad es que fue el historial del Gobierno de Obama—sus ataques a los niveles de vida y empleos y la continuación de las guerras imperialistas—, y la promesa de Hillary Clinton de continuar estas políticas lo que llevó a millones de trabajadores a votar por Trump o no votar del todo. Si Trump gana nuevamente en 2020, no será por Rusia, Ucrania o cualquier agente extranjero, sino porque el Partido Demócrata está igual de comprometido con la defensa de Wall Street y el imperialismo estadounidense que el Partido Republicano, mientras que su foco en la política de identidades raciales y géneros enajena más que atrae el apoyo de la clase obrera.

Más allá, como lo deja claro el reporte publicado la semana pasada del inspector general sobre el FBI, el Partido Demócrata está aliado con fuerzas en el aparato militar y de inteligencia que no son menos peligrosas para los derechos democráticos del pueblo estadounidense que el propio Trump.

No es un accidente que una de las principales conclusiones de los demócratas sea que es necesario censurar el internet y suprimir las “noticias falsas”, por lo que se refieren a cualquier crítica izquierdista del capitalismo estadounidense. Los demócratas están promoviendo la afirmación mccarthista de que cualquiera que señale las profundas divisiones socioeconómicas y las injusticias de clase en EE. UU. lo hace en servicio a Moscú. No hay ni puede haber ningún contenido democrático en el conflicto entre los demócratas, quienes cuentan con el respaldo de la CIA, y Trump. La clase obrera debe rechazar ambos bandos en este conflicto dentro de la élite gobernante e intervenir independientemente en la crisis política, avanzando sus propios intereses de clase por medio de la construcción de un nuevo partido político de masas de la clase obrera basado en un programa socialista y antiguerra.

El autor recomienda:

¡No al fascismo estadounidense! ¡Construyan un movimiento de masas para deponer a Trump! [15 octubre 2019]

(Publicado originalmente en inglés el 16 de diciembre de 2019)

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