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Perspectiva

Los demócratas aprueban resolución fraudulenta de Pelosi contra la guerra

La resolución adoptada por la Cámara de Representantes de EE. UU. el jueves por la tardea, “ordenándole” al presidente Trump a no ir a la guerra con Irán sin aprobación legislativa es un fraude político. Tiene dos propósitos políticos: permitir que el Partido Demócrata pretenda oponerse a la guerra sin limitar en lo mínimo las acciones militares del Gobierno de Trump y consolidar los lazos entre los demócratas y amplios sectores del aparato militar y de inteligencia claramente tomados por sorpresa por la decisión de Trump de asesinar al general iraní Qasem Soleimani.

El carácter impotente de la votación de la Cámara de Representantes quedó demostrado por la decisión de la dirección demócrata de introducirla en forma de una “resolución concurrente”, una designación generalmente guardada para formalidades o declaraciones vacías de opinión por parte del Congreso que no pasan a ser promulgadas por el presidente con su firma y, de esta manera, no tienen el peso de la ley.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hizo eco de los comentaristas prodemócratas, declarando que los demócratas obligarían a Trump a obtener una autorización del Congreso antes de emprender una guerra; sin embargo, la resolución no afirma esto. Después de aprobarse en la Cámara de Representantes casi a lo largo de líneas partidarias, con un voto de 224 a 194, pasará al Senado, donde los republicanos cuentan con una mayoría de 53 a 47. Si el Senado la aprueba, la resolución simplemente se publicará como una declaración de los deseos del Congreso. Con razón los republicanos de la Cámara de Representantes se burlaron de la acción como votar un “informe de prensa”.

Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata de California, llega junto a otros congresistas a reunión sobre asesinato del general iraní QasemSoleimani, Capitol Hill, miércoles 8 de enero, 2020 (AP Photo/Jose Luis Magana)

En su rueda de prensa el jueves antes del voto, Pelosi afirmó que, “Hoy, para honrar nuestro deber de mantener al pueblo estadounidense a salvo, la Cámara de Representantes procederá con la Resolución de Poderes de Guerra para limitar las acciones militares del presidente con respeto a Irán”. Intentó presentar el carácter no aplicable de la resolución como una virtud, indicando: “Esta es una declaración del Congreso de EE. UU. y no dejaré que esta declaración pierda valor con la cuestión de si el presidente la vetará o no”.

Las declaraciones de los diputados demócratas durante el debate de tres horas, combinando denuncias del general Soleimani, asesinado por un misil el 3 de enero bajo órdenes de Trump, con exigencias de que el Congreso pueda participar plenamente en tales decisiones homicidas en el futuro. El demócrata Dan Kildee, de Michigan, resumió esta visión: “Ni siquiera es una cuestión de si existía o no una justificación para matar al Sr. Soleimani, porque claramente la había. ¿Pero quién da la justificación, quién autoriza una acción militar en este país?”.

No tuvieron cómo responder a las provocaciones de los oradores republicanos, quienes señalaron que los demócratas no presentaron tales objeciones a las acciones militares unilaterales de los presidentes demócratas, como cuando Barack Obama inició la guerra contra Libia que acabo en el asesinato del líder del país, Muamar Gadafi, o las intervenciones en Siria y Yemen, o los incontables asesinatos con misiles de drones durante los ocho años de su Gobierno.

Mientras que la votación de la Cámara de Representantes estuvo acompañada de mucha retórica por parte de los representantes demócratas en busca de apelar a la oposición masiva a la guerra, el texto de la resolución es una defensa directa de los “intereses nacionales” del imperialismo estadounidense, incluyendo “prevenir que Irán obtenga armas con capacidad nuclear”. Este es un objetivo que solo puede ser logrado destruyendo los cimientos industriales y tecnológicos del país.

La resolución comienza con una diatriba contra Irán, declarando, “El Gobierno de Irán es un patrocinador estatal líder del terrorismo y está involucrado en un conjunto de actividades desestabilizadores en todo Oriente Próximo. El general iraní, Qasem Soleimani, fue el principal arquitecto de gran parte de las actividades desestabilizadoras de Irán en todo el mundo”.

De hecho, es la clase gobernante estadounidense la principal arquitecta en desestabilización y violencia, responsable de las muertes de más de un millón de personas solo en Irak desde la invasión de 2003.

Además del llamado fraudulento a la oposición a la guerra, existe otra razón detrás de la resolución. Fue un gesto de apoyo de los demócratas a secciones del aparato de seguridad nacional que se opusieron a la decisión de asesinar a Soleimani, no por consideraciones morales, sino porque el ejército estadounidense no estaba preparado para una inmediata escalada de hostilidades en la región del golfo Pérsico al nivel de una guerra de plena escala con Irán.

La alianza política entre los demócratas y el aparato militar y de inteligencia ha sido la base para el juicio político contra Trump, no por sus muchos crímenes contra los derechos democráticos, los inmigrantes y la clase obrera en su conjunto, sino por postergar la entrega de ayuda militar estadounidense a Ucrania, lo que puso en cuestión la prolongada operación de Washington para transformar Ucrania en una punta de lanza de sus provocaciones militares contra Rusia.

En cuanto al debate sobre Irán, esta alianza fue puesta de manifiesto por la decisión de Pelosi de elegir a la diputada nueva Elissa Slotkin de Michigan para introducir la resolución de los poderes de guerra. Slotkin es una exoperadora de la CIA que participó en tres tours de servicio en Bagdad, luego encabezó la oficina del Consejo Nacional de Seguridad en Irak durante la Administración de Obama, antes de seguir al Pentágono, donde su registro incluyó facilitar la guerra con drones, el mismo método utilizado para incinerar al general Soleimani y las otras víctimas del ataque del 3 de enero.

Otro veterano del aparato de seguridad nacional y diputado en su primer término, Andy Kim, quien fue asesor del ejército estadounidense en Afganistán y luego trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional de Obama sobre política hacia Irak, estuvo presente en la rueda de prensa de la cúpula de la Cámara de Representantes el miércoles. Se mostró orgullo del hecho de que la resolución de poderes de guerra careciera de un efecto práctico. Refiriéndose al uso de fuerza militar, manifestó, “Hay muchas diferentes vías por las que el presidente puede proceder con diferentes tipos de acción cinética”. Concluyó, “No hay límites firmes que podrán limitar completamente lo que él quiera hacer”.

Hay otro elemento político adicional en la parte de la resolución de poderes de guerra contra Irán: el papel de los “izquierdistas” del Partido Demócrata, particularmente las legisladoras afiliadas con los Socialistas Democráticos de EE. UU. (DSA, por sus siglas en inglés), Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib. Ambas votaron a favor de esta fraudulenta resolución, la cual condena a Irán y declara que el ejército estadounidense “tiene un derecho inherente a la autodefensa contra ataques armados inminentes”, el pretexto avanzado por Trump. Ocasio-Cortez ni siquiera se pronunció en el debate, mientras que Tlaib realizó una breve declaración en apoyo al “Estado de derecho”, sin referirse ni al asesinato de Soleimani, ni a Irán, ni al pueblo iraní.

Esto solo subraya la realidad de que no hay forma de combatir el peligro cada vez mayor de una guerra imperialista por medio de ninguna sección del Partido Demócrata. Esta lucha debe ser librada por la clase obrera por medio de la movilización de los trabajadores y jóvenes en un movimiento independiente y masivo contra la guerra, basado en principios socialistas.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de enero de 2019)

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