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Exigen defensa de “derechos humanos innegociables”

Trabajadores de GM en México llaman a lucha internacional para mantener fábricas cerradas durante la pandemia

General Motors les ha ordenado a los trabajadores en México prepararse para regresar a trabajar el 18 de mayo, el mismo día que en Estados Unidos y Canadá. A medida que la pandemia sigue propagándose sin control en los tres países, incluyendo hospitales mexicanos abrumados que registran un ritmo acelerado de muertes, la reapertura prematura constituye una sentencia de muerte para muchos en las plantas, sus familias y comunidades.

Los trabajadores del Complejo Silao, una de las cuatro plantas de GM en México, hicieron un llamado urgente a organizar una lucha internacional para mantener las plantas cerradas. Un grupo de base llamado Generando Movimiento emitió un comunicado el sábado intitulado “Un llamado internacional a la solidaridad y acción en apoyo a la lucha obrera en General Motors”. La declaración está dirigida a las autoridades gubernamentales, organizaciones obreras, grupos defensores de derechos y los medios de comunicación.

Durante la huelga nacional estadounidense de los trabajadores de GM el año pasado, el grupo Generando Movimiento, el cual fue organizado por los trabajadores para oponerse al sindicato patronal afiliado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) de gánsteres, decidió oponerse a las demandas de la gerencia de acelerar la producción e implementar horas extras para socavar los efectos de la huelga estadounidense. Después de despedir a una docena de trabajadores de Silao, GM se vio obligada a cerrar la planta durante la huelga para contener la rebelión.

Instrucciones de General Motors Medical para estornudar

El documento advierte del “el crimen que están por cometer los dueños y directivos de la empresa General Motors obligando a nuestros compañeros a regresar a laborar el próximo 18 de mayo, en medio del pico de la pandemia del coronavirus (SARS-COV-2), y el 30 de mayo a las y los compañeros más vulnerables”. Rechaza como ineficaces las medidas de seguridad de la empresa, y añade: “como ha ocurrido en otras empresas maquiladores en el norte de México, como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, entre otras”.

En Tijuana, donde el 68 por ciento de las plantas manufactureras permanecían abiertas a finales de abril, el número de muertes oficiales por COVID-19 es el doble que en cualquier otro municipio del país, con 255 víctimas mortales al momento de redacción. El brote colmó los hospitales y los médicos han denunciado a la prensa que muchos infectados están llegando muertos o mueren en sus casas, lo que significa que el número real de muertes es mucho mayor.

En dos plantas operadas por la autopartista Lear, con sede en Michigan, en Ciudad Juárez, al otro lado del Río Grande de El Paso, Texas, han muerto hasta 20 trabajadores. Lear emplea a 20.000 trabajadores en Ciudad Juárez donde ha habido 112 muertes y 474 casos confirmados.

La lista de demandas de los trabajadores de Silao incluye: no reabrir hasta que esté “totalmente libre de peligro”, el pago completo de los salarios, un alto a los despidos masivos en curso y la reinstalación de los trabajadores victimizados y despedidos desde el año pasado. También han pedido elecciones libres para expulsar al sindicato de la CTM, el fin de las medidas represivas, un descanso de una hora para el almuerzo y los vales de despensa completos para los trabajadores incapacitados.

“Exigimos se priorice la vida de todos nosotros como empleados, trabajadores con plenos derechos laborales y como ciudadanos con derechos humanos innegociables”, remata el documento.

Marcas fuera de la línea de ensamble de transmisiones 8 velocidades

El llamado es un importante avance hacia la organización de una resistencia internacional de la clase obrera contra el prematuro retorno al trabajo que se está imponiendo en todo el mundo. Sin embargo, cabe subrayar que las bases obreras deben seguir tomando su propia iniciativa independiente y apelar a acciones comunes entre los más amplios sectores de la clase obrera en todo México y en los Estados Unidos y Canadá. Si bien deben exigir que las empresas y el Gobierno tomen medidas inmediatas para proteger su salud y seguridad, sería fatal confiar en el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su partido Morena. Tampoco deberían mirar a ninguna sección de los sindicatos, incluyendo aquellos alineados con Morena y con los sindicatos estadounidenses de la AFL-CIO.

Todas estas instituciones están sometidas a las transnacionales y el sistema capitalista, que subordina cada aspecto de la vida, incluyendo la vida misma, al incesante afán de lucro y a la competencia entre grupos rivales de capitalistas con base en divisiones nacionales por el dominio de los mercados.

Se necesitan organizar comités de seguridad de las propias bases independientemente de los sindicatos para garantizar que la vida y la salud de los trabajadores y sus familias tengan prioridad sobre el lucro y que esta lucha se coordine a través de las fronteras para poder enfrentar a las empresas transnacionales, que cuentan con el respaldo de las agencias del imperialismo estadounidense. Esta lucha debe estar guiada por una perspectiva socialista internacional, que incluya la transformación de las empresas y los bancos en empresas públicas controladas por los trabajadores y utilizadas para satisfacer las necesidades humanas, no obtener ganancias privadas.

GM está particularmente ansioso por reiniciar las operaciones en Silao, donde los trabajadores construyen sus camionetas Silverado y Sierra, las más vendidas y altamente rentables. Con las ventas cayendo en picada y GM vendiendo 4.000 millones de dólares en bonos para cubrir gastos, la empresa y sus inversores de Wall Street quieren aumentar la producción con la esperanza de que el Gobierno subvencione la venta de nuevos vehículos y organice otro rescate corporativo.

El viernes, General Motors le declaró a Reuters, “No hay una fecha confirmada todavía y no empezaremos hasta que la Secretaría de Hacienda confirme la fecha en que podamos volver al trabajo”.

Cafetería en el Complejo Silao

Una trabajadora de ensamble, sin embargo, le compartió al WSWS un mensaje de texto enviado por un supervisor, que dice: “Les paso la información que hay hasta el momento, el arranque se movió al día 18 de mayo”. Esto fue acompañado por varias imágenes de “General Motors Medical” sobre cómo estornudar, no tocarse la cara, usar mascarillas y mantener el distanciamiento social, mientras que se distribuyeron imágenes de marcas en el suelo para filas en la cafetería y al entrar en la planta.

Según Reuters, el Gobierno está solicitando que las empresas automotrices llenen una “autoevaluación” para decidir si las plantas pueden reabrir de manera “segura”. Además de omitir cualquier aportación de los más afectados por la reapertura, el Gobierno les está dando la última palabra a corporaciones como GM que han sacrificado durante mucho tiempo vidas por lucro, incluso encubriendo defectos de seguridad en los autos que han provocado muertes.

Días después de que comenzaran las presiones desde Washington para reabrir las plantas proveedoras a EE.UU., el Gobierno de AMLO declaró que estaba preparando una reapertura gradual a partir del 16 o 18 de mayo. El anuncio oficial se espera para hoy. Como lo demuestran las órdenes enviadas a los trabajadores, la gerencia de GM confía en que será capaz de abrir oficialmente o a través de alguna excepción legal.

El decreto de AMLO del 30 de marzo ordenó que todas las actividades no esenciales se suspendan con el pago completo de los salarios hasta el 30 de mayo. Al ni siquiera intentar hacer valer estas medidas, cientos de plantas manufactureras permanecieron abiertas en todo el país, pero General Motors cerró sus plantas mexicanas el 23 de marzo. Junto con las otras automotoras con sede en los Estados Unidos, GM se vio obligado a cerrar antes por temor a que una ola de huelgas salvajes en toda Europa y los Estados Unidos se extendiera a México y encontrara una expresión internacionalmente unida.

El 21 de marzo, el World Socialist We b Site publicó un llama do anterior de los trabajadores de Silao a sus compañeros en Estados Unidos y Canadá para una lucha conjunta por el cierre de las plantas de México y la protección de vidas contra la pandemia.

Sin embargo, el Gobierno de AMLO ha dejado claro que permitirá que las empresas impongan su voluntad. GM ya ha utilizado una laguna legal deliberadamente proporcionada por AMLO y aprobada por los sindicatos para no pagar los salarios completos durante el cierre.

“El sindicato de la CTM no da ningún apoyo para nosotros, los obreros, desde que inició el paro técnico por la pandemia del COVID informaron que se pagaría al 55 por ciento”, le explicó un trabajador de GM en Silao al WSWS. “Es como presión económica ante esta contingencia, que es un riesgo total para todos”.

Una trabajadora añadió: “El sindicato jamás interviene por nosotros, y siguen descontando la cuota sindical. Realmente, el 55 [por ciento] de sueldo no es real. Llega mucho menos. En estos y todos los tiempos somos víctimas de explotación de mano de obra... Realmente es urgente [luchar], pero la gente en México está económicamente ahorcada para afrontar las consecuencias de la rebeldía, o más bien del derecho a exigir lo justo. Y más para los que tienen muchos descuentos y prácticamente sus nóminas salen en ceros. Por eso es que [los gerentes] preguntan si alguien quiere vacaciones para que les salga algo de efectivo”.

Cuando se le preguntó cómo deberían responder los trabajadores de América del Norte, el primer trabajador dijo: “En una manifestación de huelga para reabrir hasta que sea seguro, que el virus sea erradicado”.

Las acciones de GM han aumentado un 15 por ciento desde el 1 de mayo, en gran parte después de su anuncio de la reapertura de las plantas en los EE.UU. y Canadá. GM también registró ganancias de 294 millones de dólares durante el primer trimestre de 2020 a pesar de la pandemia.

Esto sigue a un informe de finales de marzo de que GM había acumulado unos 32.000 millones de dólares en efectivo. “Estamos aplicando agresivamente medidas de austeridad para preservar el efectivo”, presumió la directora ejecutiva Mary Barra en ese momento, en una indicación de los recortes de empleo y salarios por venir.

Ese dinero podría proporcionar 195.122 de dólares (4,67 millones de pesos) a los 164.000 empleados de GM en todo el mundo para más que capear la pandemia. Los 21,63 millones de dólares entregados a Barra el año pasado como compensación cubrirían por sí solos el salario promedio completo de los 6.000 trabajadores del Complejo Silao durante todo un año.

Sin embargo, GM no está acumulando dinero para proteger a su fuerza laboral sino las ganancias del puñado de mayores inversionistas, esperando el momento adecuado para alzar el precio de sus acciones a través de transferencias como recompras y dividendos.

Sin embargo, esta es solo parte de la razón por la que las acciones han subido. Los inversores esperan claramente que la crisis de la pandemia y la consiguiente desesperación económica se utilicen para intensificar su actual reestructuración de reducción de costos. En México, esto ha incluido despidos de trabajadores con más antigüedad y lesionados, aceleraciones y tiempo extra obligatorio. El mes pasado, GM comenzó un programa de despidos masivos y recortes salariales de hasta un 25 por ciento en Brasil, en connivencia con los sindicatos.

“Merecemos [ese dinero] ya que hemos contribuido a esas ganancias dando nuestra vida en las líneas de trabajo, con las jornadas excesivas que laboramos”, comentó la trabajadora de Silao.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de mayo de 2020)

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