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La economía europea se derrumba mientras la UE rescata a los superricos

Las cifras económicas de Eurostat para el segundo trimestre de 2020 muestran que Europa experimentó su colapso económico más profundo y repentino de la historia.

Ya antes de la pandemia de COVID-19, Europa se estaba hundiendo hacia una recesión. En el cuarto trimestre de 2019, Alemania estaba estancada, mientras que Francia (-0,1 por ciento) e Italia (-0,4 por ciento) estaban cayendo. El colapso de la confianza empresarial debido a la pandemia y los efectos de las medidas de confinamiento ahora han desencadenado una desintegración económica sin precedentes.

Los trabajadores, los autónomos y las pequeñas empresas están viendo un colapso histórico en los niveles de vida. Eurostat indicó el 31 de julio que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 12,1 por ciento en la zona euro y un 11,9 por ciento en la Unión Europea (UE). En el primer trimestre, la contracción fue de 3,6 por ciento y 3,2 por ciento, respectivamente. En Alemania, la principal potencia económica de Europa, el PIB cayó un 10,1 por ciento; la contracción de abril a julio fue del 10,7 por ciento en Austria y del 12,2 por ciento en Bélgica.

Italia, que fue severamente afectada por la pandemia, vio su economía caer 12,4 por ciento. Jack Allen-Reynolds de Capital Economics dijo: "El PIB italiano de hecho ha caído a su nivel de principios de la década de 1990". En otros lugares, el colapso fue aún más pronunciado. Francia, Portugal y España registraron caídas de 13,8, 14,1 y 18,5 por ciento, respectivamente. Según las proyecciones disponibles actualmente, la economía británica probablemente se contrajo aproximadamente un 15 por ciento en el segundo trimestre.

Si la actividad económica europea se mantiene en niveles similares durante el resto de 2020, Europa verá un colapso económico más severo que cualquier año de la Gran Depresión en la década de 1930s.

Las principales corporaciones europeas han sufrido pérdidas récord en prácticamente todas las ramas de la industria y ahora dependen de rescates financiados por el estado de miles de millones de euros. Entre los principales fabricantes de automóviles de Europa, Volkswagen informó haber perdido 1.400 millones de euros, ya que sus ingresos colapsaron un 23 por ciento, mientras que la alianza Renault-Nissan sufrió una devastadora pérdida de 7.300 millones de euros. La empresa aeroespacial europea Airbus experimentó una pérdida neta de 1.900 millones de euros.

Las principales empresas petroleras europeas quedaron devastadas por el colapso de los precios del petróleo impulsado por la interrupción de los viajes y la actividad industrial durante los cierres. Total y Royal Dutch Shell reportaron pérdidas netas de €7 mil millones y $18.1 mil millones, respectivamente. Las ganancias netas del conglomerado de lujo francés Hermès colapsaron en un 55 por ciento en la primera mitad del año.

Las principales aerolíneas también enfrentan desastres. Air France-KLM publicó su informe de ganancias el jueves, informando un colapso del 83 por ciento en sus ingresos generales. Lufthansa, por su parte, ya había informado una pérdida de €2,1 mil millones en el primer trimestre. El Grupo IAG, propietario de British Airways, así como Aer Lingus e Iberia, reportaron una pérdida neta de €4., mil millones n el primer semestre del año.

Millones de trabajadores ya no han sido empleados durante la pandemia, y las empresas dependían masivamente de fondos estatales para pagar sus salarios a tiempo parcial. Hasta el mes pasado, 9,3 millones de trabajadores dependían de dichos programas en Gran Bretaña, 4,5 millones en Francia (por debajo de 8,8 millones en abril), 6,9 millones en Alemania y 3.7 millones en España. Italia, por su parte, gastó aproximadamente 5.000 millones de euros mensuales en dichos arreglos de trabajo a tiempo parcial.

Se está gestando una explosiva confrontación de clase entre la clase obrera y la aristocracia financiera en Europa e internacionalmente. Habiendo abogado por una política criminal de "inmunidad colectiva" por el COVID-19, llamando a poner fin a los cierres dejando que los trabajadores cojan el virus mortal para tratar de adquirir inmunidad, la élite gobernante ahora procede con tanto desprecio hacia los trabajos de los obreros como por su salud y vida. Mientras obtienen trillones de euros en fondos públicos para los bancos y corporaciones, se están moviendo para recortar salarios y empleos.

Mientras que el Banco Central Europeo (BCE) ha acordado un rescate de €1,25 billones para los bancos europeos, la UE ha acordado un paquete de rescate de €750 mil millones para los estados y las corporaciones europeas. Estas enormes sumas de dinero público se están arrojando a acciones y a los mercados financieros para rescatar a los súper ricos. Sin embargo, las autoridades estatales y las burocracias sindicales no exigen que los inversionistas multimillonarios y las grandes corporaciones que reciben estas sumas masivas en ayuda estatal brinden garantías de que no despedirán a los trabajadores o recorten sus salarios.

En cambio, docenas de corporaciones rescatadas están anunciando despidos masivos, mientras que los gobiernos de Europa y de todo el mundo se mueven para recortar el gasto social y el nivel de vida. Ya en Gran Bretaña, los planes entraron en vigencia para recortar los programas de licencia en octubre, y los pagos en España se reducirán del 70 al 35 por ciento en los salarios de los trabajadores para el otoño. Ayer, el sindicato IG Metall anunció que esperaba que se destruyeran 300.000 empleos metalúrgicos en Alemania.

Este ataque social avanza con la complicidad de los sindicatos europeos, que están ayudando activamente a diseñar estas políticas con los funcionarios estatales y la gestión empresarial. Los sindicatos alemanes y franceses, de hecho, firmaron una declaración conjunta saludando el rescate de la UE diseñado por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron.

La élite gobernante está siguiendo la política más parasita, egoísta e imprudente desde que la aristocracia feudal francesa se negó a pagar impuestos para resolver la crisis fiscal antes de la revolución de 1789.

Lo que se está preparando es una nueva erupción internacional de la lucha de clases fuera del marco corrupto de los sindicatos. La situación más explosiva está surgiendo en Estados Unidos, donde los pagos de apoyo para los trabajadores se suspenden este mes, amenazando a decenas de millones con hambre y desalojo. En Europa, la Comisión de la UE ha estimado que el desempleo alcanzará el 9,5 por ciento en la zona euro, siendo los países del sur de Europa los más afectados. Anticipan que el desempleo supere el 20% en Grecia y España, el 11,8% en Italia y el 10,1% en Francia.

Estas cifras terroríficas significan la pérdida de millones de empleos y la quiebra de miles de pequeñas empresas, con el fin de rescatar a una élite financiera corrupta que está saqueando cantidades masivas de dinero público. Sin embargo, debe agregarse que estas estimaciones son probablemente demasiado optimistas. Dependen de que los empleadores acuerden volver a contratar a decenas de millones de trabajadores pagados actualmente por el estado, debido a una rápida recuperación de la producción económica.

Así, el economista de ING Bert Colijn le dijo a Le Monde: “Esta recesión es como ninguna otra. Nunca hemos visto tales cifras, un colapso tan vertiginoso vinculado a la pandemia y a confinamiento, será seguido inevitablemente por un rápido repunte que veremos en las estadísticas del tercer trimestre".

Sin embargo, este escenario parece cada vez más improbable en un largo plazo. El fin de confinamiento ha producido un colapso de las medidas de distanciamiento social y ahora a un rápido resurgimiento del virus en toda Europa. El número de casos nuevos diarios ha aumentado a 1.000 en Francia y pronto en Alemania, más de 600 en Bélgica y 3.000 en España. Por lo tanto, desde finales de junio, cuando el número diario de casos nuevos estaba en su punto más bajo, justo después del confinamiento, este número ha aumentado por un factor de dos en Francia y Alemania, siete en Bélgica y 10 en España.

Mientras que los estados de la UE insisten en que no impondrán más confinamiento o sólo impondrán cierres regionales, una política que en realidad acelera la propagación de la enfermedad, su tramado puede en última instancia, dejarles sin más remedio que tomar medidas drásticas si el virus explota fuera de control. Dado el fracaso de los gobiernos de la UE para implementar instalaciones adecuadas de prueba y rastreo y aumentar el gasto en atención médica, tal escenario, que implica una nueva y drástica contracción en la actividad económica, es una posibilidad creciente.

El gobierno español ya volvió a imponer un confinamiento "voluntario" en Barcelona, que afecta a más de 4 millones de personas en una región económicamente vital para España.

Los trabajadores no pueden detener este saqueo de la sociedad por parte de la aristocracia financiera a través de protestas de orientación nacional organizadas por los sindicatos, que al mismo tiempo están negociando austeridad con los bancos y gobiernos de la UE. A medida que la pandemia expone la bancarrota del sistema capitalista, es esencial que los trabajadores de toda Europa emprendan una lucha política por el poder del Estado contra la UE. Sus mejores aliados son los trabajadores de todo el mundo que luchan contra la austeridad y las órdenes reaccionarias de regreso al trabajo.

Los billones de euros gastados para rescatar a los ricos deben ir hacia luchar contra el COVID-19, salvaguardar los salarios de los trabajadores y los trabajadores autónomos, mientras que las grandes corporaciones que dependen de fondos públicos de rescate se nacionalicen en toda Europa y más allá, para ser controladas por los trabajadores como servicios públicos. Esto es esencial para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores a pesar del terrible impacto de la pandemia de COVID-19 y el golpe resultante en la economía.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de agosto de 2020)

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