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China lanza misiles en el mar de China Meridional en respuesta a las provocaciones de EE.UU.

El miércoles China lanzó por lo menos dos misiles balísticos que describió como "asesinos de portaaviones" durante ejercicios navales en el mar de China Meridional. Las pruebas con esos misiles es una respuesta a las medidas provocadoras militares y de otros tipos desarrolladas en la región por Estados Unidos y sus aliados.

La militarización creciente de la región aumenta significativamente el peligro de una conflagración mundial, que en última instancia es impulsada por el imperialismo estadounidense.

El ejército chino disparó sus misiles DF-21D y DF-26B desde la provincia de Zhejiang en el sureste y la provincia de Qinghai en el noroeste, respectivamente. Ambos misiles cayeron en el mar de China Meridional entre Hainan y las disputadas Islas Paracel. El ejército estadounidense dijo que China disparó por lo menos cuatro misiles.

El DF-21D tiene un alcance de 1.800 kilómetros y es el primer misil balístico antibarcos del mundo, según Beijing. El DF-26B tiene un alcance mayor de 4.000 kilómetros y puede transportar una carga nuclear. China dijo que también es capaz de golpear buques navales, y que podría llegar hasta la base militar estadounidense de Guam. Fue desvelado formalmente a principios de mes y es una variante actualizada de un misil desplegado primero oficialmente en el desfile del Día de la Victoria de 2015 en China, que marcaba el final de la Segunda Guerra Mundial.

Los lanzamientos tuvieron lugar un día después de que Beijing acusara al ejército estadounidense de hacer volar un avión espía U-2 por encima de los ejercicios navales de China en el mar de Bohai, entrando deliberadamente en una zona de prohibición aérea. China empezó a realizar ejercicios con fuego real en ese mar, localizado cerca de Beijing, el lunes pasado y planea continuar hasta el 30 de septiembre.

El Ministerio de Defensa de China demandó que EEUU "parara este tipo de conducta provocadora y que diera pasos de verdad para salvaguardar la paz y la estabilidad de la región". También advirtió de que tales vuelos podrían desencadenar malentendidos o un "incidente inesperado", es decir un intercambio militar.

Como respuesta, Washington admitió que había dirigido el vuelo de un U-2 en la región del Indopacífico, pero desestimó las preocupaciones de Beijing, diciendo "El personal de las Fuerzas Aéreas del Pacífico seguirá volando y operando en cualquier parte donde lo permita el derecho internacional, en el momento y al ritmo que queramos nosotros".

Una fuente cercana al ejército chino le dijo al South China Morning Post: "Esto [los lanzamientos de misiles] es la respuesta de China a los riesgos potenciales acarreados por la llegada cada vez más frecuente de aviones de guerra estadounidenses y buques militares al mar de la China Meridional".

Además de los ejercicios en el mar de la China Meridional y el mar de Bohai, China está haciendo ejercicios en el Mar Amarillo y cerca del estrecho de Taiwán. Los ejercicios en el mar de la China Meridional tuvieron lugar del lunes hasta hoy. Los del Mar Amarillo y de cerca de Taiwán ocurrieron del sábado al miércoles.

Nave de guerra china en un ejercicio con fuego real en 2015 (Fuente: ejército chino)

El Departamento de Defensa estadounidense condenó de manera hipócrita a Beijing en una declaración el jueves, diciendo: "Hacer ejercicios militares en un territorio disputado en el mar de China Meridional es contraproductivo a aliviar las tensiones y mantener la estabilidad".

En las últimas semanas, EEUU ha estado haciendo sus propios ejercicios militares, que implicaron dos portaaviones en el mar de la China Meridional, así como ejercicios en aguas cercanas a la India próximas al estrecho de Malacca y a Japón y Australia en el mar de las Filipinas.

Además, los EEUU ahora están haciendo sus ejercicios bienales Cuenca del Pacífico (RIMPAC) cerca de Hawái junto a nueve otros países —el mayor ejercicio naval del mundo. Va del 17 al 30 de agosto. China había sido invitada antes a participar en 2014 y en 2016, pero se le retiró la invitación en 2018 y este año otra vez está ausente.

Washington también está aplicando presión económica adicional a Beijing. El miércoles, la administración Trump impuso sanciones a 24 empresas chinas, supuestamente por su papel en la construcción de islotes artificiales en el mar de la China Meridional. Se les prohibió comprar bienes estadounidenses. Es la primera vez que se sancionan compañías chinas por su implicación en la disputa territorial.

Por todas sus denuncias de supuestas agresiones chinas, Washington lleva décadas intentando hacer valer su hegemonía en la región del Asia-Pacífico. Ello incluyó el uso de bombas atómicas contra Japón, guerras brutales contra Corea y Vietnam, y el apoyo a dictadores derechistas. A lo largo de la década pasada, los EEUU han encendido viejas pero pequeñas disputas territoriales y han redoblado las tensiones bajo el "eje a Asia" de la administración Obama. Bajo la administración Trump, ahora está trabajando aún más para confrontarse militar y económicamente con China.

Esta agenda está acelerando los intentos de la clase gobernante estadounidense por desviar la ira doméstica creciente por su manejo de la pandemia de COVID-19 y la crisis económica en desarrollo que afecta a millones de trabajadores y jóvenes. La administración Trump ha acusado a Beijing de responsabilidad por la pandemia, absolutamente sin ninguna prueba, al tiempo que presiona a China por peligrosos focos de tensión como Taiwán.

En una entrevista del 23 de agosto, Trump lanzó una amenaza apenas disimulada de que si Beijing intentaba afirmar su control sobre Taiwán, Washington lanzaría un ataque contra China. "Creo que es un lugar inadecuado para hablar de ello, pero China sabe lo que voy a hacer. China lo sabe", afirmó.

Beijing considera a Taiwán una provincia rebelde y los EEUU adhieren formalmente a la política de "una China" que no reconoce a Taiwán como un país independiente.

Sin dejarse superar, el candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, Joe Biden, se está ofreciendo como una opción más beligerante para Wall Street en el trato hacia China.

El más reciente proyecto de ley para gasto militar en EEUU, que fue aprobado tanto por la Cámara como por el Senado, contiene una cláusula que exige que la marina haga paradas en Taiwán con dos buques hospital, el USNS Comfort y el USNS Mercy.

China ha dejado claro que si un buque de guerra estadounidense hiciera una parada en Taiwán, motivaría una respuesta militar. Como tal, la decisión de utilizar buques hospital es un coqueteo peligroso y calculado con esta línea roja.

Las provocaciones de Washington en la región se arriesgan a provocar una guerra desastrosa con China que podría llegar rápidamente a un conflicto nuclear. Los EEUU están intentando eliminar un competidor económico y hacer volver a China a un estado semicolonial.

(Publicado originalmente en inglés el 29 de agosto de 2020)

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