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Ante contagios en las plantas automotrices, los trabajadores de EE.UU. llaman a tomar medidas de emergencia para salvar vidas

Con el aumento de casos de COVID-19 en los EE. UU. y los niveles récord de infecciones, crece la demanda entre los trabajadores automotores de cerrar las plantas, las cuales se han convertido en importantes vectores de transmisión. La gravedad de la situación se pone de relieve por los acontecimientos en el área de Detroit, donde se han informado brotes significativos en las plantas de Fiat Chrysler en el suburbio norte de Sterling Heights.

El lunes, se informaron más de 8,000 casos nuevos en Michigan, mientras que Illinois tuvo más de 11,000 y Ohio 5,700. En todo el país, EE. UU. está reportando casi 150.000 nuevos casos diarios, mientras que hubo más de 8.000 muertes en la última semana, lo que eleva el total de muertes a más de un cuarto de millón.

El sábado, el Comité de Seguridad de Base de la planta de ensamble en Sterling Heights emitió una declaración llamando a un paro laboral para detener la producción, salvar vidas y exigir una compensación completa para los trabajadores. Informó que todos los delegados del local 1700 del sindicato United Auto Workers (UAW) en la planta han sido enviados a casa para mantenerse en cuarentena y al menos un trabajador, Mark Bianchi, ya está muerto. Muchos supervisores han salido con COVID-19, incluidos los tres supervisores de oficios calificados. Un trabajador le dijo al Boletín de los Trabajadores Automotores del World Socialist Web Site que 25 personas en el departamento de pintura fueron enviadas a casa solo el viernes debido a la exposición.

Trabajadora de la planta de camionetas en Dearborn (Fuente: Ford Media) [Photo by Ford]

En la vecina planta de estampado Sterling Stamping, se han reportado al menos 30 casos. El UAW ha cerrado su sala sindical y varios delegados y representantes locales han sido enviados a casa mientras el sindicato insiste en que los trabajadores continúen la producción.

En la planta de ensamblaje de Jefferson North (JNAP) en Detroit, un miembro del Comité de Seguridad de Base de JNAP informó que un equipo completo en la línea de motores de la tripulación “B” fue enviado a casa después de que un trabajador diera positivo al COVID-19. El mes pasado, el UAW admitió que al menos 59 trabajadores de JNAP habían sido infectados y dos murieron desde mayo.

Los trabajadores dicen que las medidas de seguridad básicas, como la política de mascarillas, no se están aplicando estrictamente. El monitoreo es superficial y al azar. Los trabajadores no pueden mantener un distanciamiento social adecuado con los trabajadores apiñados en las salidas.

Incluso a los trabajadores que presentan síntomas de COVID-19 a veces no se les hace la prueba. Los trabajadores no están siendo informados de los casos de COVID-19 en sus departamentos o incluso de las muertes por COVID-19. La gerencia hace que sea tan difícil cobrar el salario cuando los trabajadores están infectados que algunos prefieren no hacerse la prueba y continuar reportándose al trabajo. Las quejas presentadas ante la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional de Michigan se ignoran habitualmente.

Un trabajador de otra planta automotriz del área de Detroit, la planta de estampado de Fiat Chrysler en Warren, dijo: “Dos dirigentes sindicales murieron y también un líder de equipo en los primeros meses de la pandemia. Un área fue bloqueada por un posible caso (resultados de pruebas pendientes) de un supervisor que mostró síntomas el jueves. La gente ha estado trabajando en esa zona todo el día y la empresa acaba de tomar precauciones. Además, hoy un contratista que trabaja en otra área dio positivo. Enviaron a todo el personal que trabajaba en esa área a casa, la bloquearon y no se le notificó a ninguno de los empleados que trabajan a 4,5 metros del área afectada.

“Se llamó a una empresa de desinfección, pero no pudo hacerlo de manera oportuna porque estaban ocupados desinfectando otros dos posibles casos en la planta de camionetas en Warren en ese momento.

“No exageraría si dijera que ha ocurrido al menos un caso por semana, y algunas semanas dos casos, desde principios de mayo. Eso es al menos 24 casos de los que tenemos conocimiento. No se les está informando a las bases sobre los incidentes hasta al menos el día siguiente, a menos que presenciemos la desinfección nosotros mismos y difundamos la noticia a otros. Los trabajadores de base se ven obligados a trabajar a una distancia de 1,8 metros entre sí. Y las personas que trabajan cerca de los empleados positivos de COVID simplemente son envidos a otras partes de la planta para trabajar con otros empleados mientras la empresa desinfecta el área afectada, posiblemente contagiando a otros”.

El lunes, el presidente electo Joe Biden sostuvo una reunión virtual con los jefes de los principales sindicatos y con los ejecutivos de las principales empresas minoristas, automotrices y tecnológicas. Entre los asistentes se encontraban el presidente de la confederación sindical AFL-CIO, Richard Trumka, el presidente del UAW, Rory Gamble, y los líderes de United Food and Commercial Workers (UFCW) y otros sindicatos. Los representantes corporativos incluyeron a la CEO de General Motors, Mary Barra, la presidenta y CEO de Microsoft, Satya Nadella, el presidente y CEO de Target, Brian Cornell, y Sonia Syngal, CEO de Gap.

Según los comentarios publicados por la AFL-CIO, Trumka dijo: “Necesitamos asegurarnos de que todos los casos de COVID-19 se cuenten y se informen para que sepamos dónde están los brotes principales antes de que empeoren”. El hecho es que la AFL-CIO, el UAW, el UFCW y los otros sindicatos son los principales responsables de ocultar información sobre brotes porque saben que los trabajadores tomarán el asunto en sus propias manos y detendrán la producción.

Biden anunció que su Administración dependería más de los sindicatos para reprimir la lucha de clases. “Los sindicatos van a tener un mayor poder [en una Administración de Biden]”, dijo. Los informes dijeron que los directores ejecutivos corporativos asintieron en respuesta.

Aunque admitió que “tenemos un invierno oscuro por delante”, Biden dejó en claro que no está proponiendo tomar medidas serias para detener la propagación de la pandemia. Esto fue subrayado en una conferencia de prensa más tarde ese mismo día en la que Biden se negó a responder a las preguntas sobre un cierre nacional para enfrentar el COVID-19. De hecho, Biden se opone tanto como el presidente Trump a cualquier medida para combatir el virus que pueda afectar las ganancias corporativas.

El domingo, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, anunció nuevas medidas de emergencia bajo el código de salud pública del estado para frenar la propagación del coronavirus, incluido un cierre de tres semanas a partir del miércoles de todas las universidades y escuelas secundarias del estado. También se ven afectados los restaurantes y otras actividades recreativas y de entretenimiento. Whitmer eximió explícitamente a las fábricas y los sitios de construcción, aunque el director médico en jefe de Michigan dijo que eran una fuente importante de brotes, junto con los hogares de ancianos y las escuelas.

Nadie en la prensa preguntó por qué la orden de salud de la gobernadora excluye las plantas automotrices y otras fábricas, así como las escuelas de prescolar a octavo grado. La respuesta es obvia; las fábricas deben mantenerse abiertas a toda costa para alimentar las ganancias de la corporaciones y de Wall Street. Las escuelas primarias también deben mantenerse en sesión para que los padres puedan continuar trabajando.

Un trabajador de la planta de camionetas de Fiat Chrysler en Warren que estaba infectado con el virus dijo: “Estoy infectado ahora porque la empresa no toma las medidas adecuadas para mantener la planta segura. Al menos cinco o seis personas en mi área en la planta se infectaron y están fuera.

“En las salidas, no hay ningún distanciamiento social. ¡Es terrible! La gente se apiña cuando pasamos por las salidas. El único momento en el que finalmente podemos separarnos es cuando llegamos al estacionamiento.

“Somos la ciudad. Los trabajadores provienen de condados de toda el área y luego, si se infectan, lo llevan a los vecindarios de todos lados. Necesitamos cerrarlo todo.

“Si nos hubieran informado de las infecciones en la planta, pude haberme salvado. Y mi familia, mi esposa, dos hijos y mi hermana.

“A la empresa simplemente no le importa cuántos de nosotros nos enfermamos”.

Se necesita una acción urgente. Hacemos un llamado a los trabajadores automotrices y a todos los trabajadores para que formen y expandan la red de comités de seguridad de base para luchar por un cese inmediato de toda la producción no esencial hasta que se contenga el virus. Todos los trabajadores deben ser completamente compensados durante el cierre junto con las pequeñas empresas y otras personas afectadas por la pandemia. Las enormes fortunas que están acumulando los multimillonarios de Wall Street deben reasignarse para satisfacer las necesidades humanas urgentes. La vida debe tener prioridad sobre el lucro privado.

(Publicado originalmente en inglés el 17 de noviembre de 2020)

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